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Críticas de Dr Natalio
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
Ted Bundy: Asesino en serie (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Estados Unidos2018
6.0
36
4
12 de septiembre de 2023
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Enésimo documental centrado en los asesinatos cometidos por Ted Bundy, en este caso con marcada estética de telefilme y corte bastante sensacionalista. Como se ve ya desde el principio, poca cosa realmente aprovechable se puede sacar de este producto hecho con no mucha delicadeza pero sí altas dosis de morbo.

Como suele ser habitual, la práctica totalidad de su metraje se basa en recreaciones con actores de los episodios delictivos y de la vida cotidiana del asesino. Estas recreaciones frecuentemente carecen del realismo necesario y pecan de excesiva teatralidad, siendo a menudo las interpretaciones sobreactuadas e incluso a veces histriónicas. El resto del metraje consiste en las típicas entrevistas a personas relacionadas de algún modo con las investigaciones o que simplemente conocen la carrera criminal de Bundy. En este sentido se agradece de alguna manera contar con algún ex-policía que investigó los casos en su momento, si bien tenemos también testimonios cuya autoridad en la materia puede resultar cuestionable (p. ej. una escritora de novelas policíacas).

Con todo y con ello, esos no son los problemas principales de los que adolece esta miniserie documental. El primero de ellos es que la duración se hace pesada y no aporta ni la información ni el rigor necesarios que tanto metraje se supone debería llevar asociado. Por contra encontramos cuatro episodios que van recopilando y recordando cansinamente lo que ocurre en los anteriores, resultado la información repetitiva y de alguna manera ayudando a distraerse con facilidad, pues el espectador siente que la cosa no avanza o que con frecuencia va de delante hacia atrás. Peor aún, muchas escenas o testimonios de los entrevistados se repiten en más de una ocasión en diferentes momentos de la serie, al igual que sucede con lo anterior, con el único objetivo de rellenar minutos.

Otra pega difícilmente comprensible, que llega a resultar insoportable, es la cuestionable decisión de montaje de insertar fugazmente la cara de Bundy cada dos por tres cada vez que se cambia de plano. Algo que supuestamente ha de resultar (?) macabro o terrorífico pero que en realidad es ridículo y molesto, por reiterativo y chabacano. Y es que en realidad el principal problema de esta serie y el más grave es, como comentaba al inicio de la crítica, su tono sensacionalista, buscando el morbo continuamente en la truculencia de los asesinatos y en la inhumanidad del personaje. Y sin embargo decepciona al ahondar más bien poco en su psicología o sus circunstancias, que no se abordan en profundidad y suelen utilizarse para realzar o contextualizar lo escabroso y terrible de sus crímenes. Salvo algún momento más interesante hacia el final de la serie, en general no merece la pena invertir el tiempo en su visionado, hay documentales sobre el tema mucho mejores que éste.
Dr Natalio
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3
22 de octubre de 2019
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'Body at Brighton Rock' es el primer largometraje de su directora y guionista Roxanne Benjamin y uno no puede más que mostrar simpatía y predisposición ante la ópera prima de alguien. No sólo eso sino que la idea de partida de esta película es a priori interesante.

Wendy es una trabajadora junior un tanto desastrada de un parque natural que comprende vastas áreas de bosque y montaña. Su puesto comprende sencillas tareas como asesorar a excursionistas, encargarse del centro de interpretación o colocar carteles de advertencia en los senderos. Cuando en el reparto de tareas diario su compañera y amiga le pide que intercambien las suyas, Wendy acepta, y sus compañeros se pitorrean de ella, apostando a que no está preparada para desempeñarlas adecuadamente. Pronto veremos cómo se desempeña nuestra protagonista sola en la naturaleza y, evidentemente, no podemos más que dar la razón a sus compañeros: su ineptitud es notoria y su toma de decisiones nefasta. Una persona aparentemente incapaz de realizar tareas sencillas se verá enfrentada con una responsabilidad mucho mayor: Por si ocuparse de su propia integridad no fuese ya una titánica tarea para Wendy, al poco se encontrará el cadáver de un hombre, que deberá custodiar durante lo que queda de día y toda la noche mientras llega hasta allí policía, forense y el resto del equipo, todo ello en un entorno hostil.

Con esos mimbres, la historia pasa a convertirse en una especie de cinta de supervivencia en la que poco a poco la noche se va adueñando de la función, con los peligros que ello implica. El problema de 'Body at Brighton Rock', y gordo, es que en ningún momento sentimos el miedo agobiante que alguien experimentaría en semejante situación, pese a contar con diversos componentes muy propicios para ello. No hay una ambientación lograda del inhóspito lugar, no se juega bien con los sospechosos elementos nocturnos, ni con la oscuridad, ni con los múltiples ruidos inquietantes, ni con las hipotéticas alimañas del bosque, ni siquiera con otros posibles personajes que pudieran deambular por allí. Sólo tenemos a una Wendy aparentemente presa del pánico, tomando decisiones estúpidas una tras otra como si la anterior no hubiese sido ya suficiente. Y peor aún, y lo que lastra aún más la película, la narración es espesa y morosa, hasta el punto de que sus escasos ochenta y pico minutos se hacen largos y aburridos, al no suceder apenas cosas y hacerlo con tal lentitud que uno se pregunta si no sería mejor que el cadáver terminase levantándose y persiguiendo a Wendy por el bosque, en lugar de inclinarse por un terror psicológico que apenas trasciende la pantalla.

Añadido a todo ello, tampoco puede uno quitarse de encima la sensación casi constante de estar presenciando un film amateur, dado el pobre guión y la esquelética dirección de los que hace gala. Nuestra protagonista en ningún momento consigue que empaticemos con ella y eso es especialmente grave cuando el peso de la historia recae casi exclusivamente en ella. El que debiera ser el otro gran protagonista, el bosque durante la noche, tampoco reviste especial sensación de peligro inminente y eso es igual de grave en una película de este tipo. Por finalizar, la puesta en escena tampoco es gran cosa y sólo algún detalle y alguna escena aislada consiguen levantar un poco el vuelo. Pero por poco tiempo, ya que la historia acaba cansinamente igual que empieza y la inclusión de un pequeño giro final no es suficiente para compensar la hora y cuarto anterior. Lo que resulta ser una pena porque contaba con los ingredientes necesarios para desarrollar algo al menos más entretenido. Tal vez a la siguiente.
Dr Natalio
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1812 (Napoleonic Wars in Russia) (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Rusia2012
--
Documental
7
29 de diciembre de 2018
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En junio de 1812 el mayor ejército reunido en la historia hasta ese momento, comandado por Napoléon -que ya dominaba prácticamente toda Europa- iniciaba la invasión de Rusia. Este documental de ese país se estrenó en 2012 para conmemorar el 200º aniversario de este famoso episodio histórico que en Rusia se llamó la Guerra Patriótica. Compuesto en gran parte por recreaciones históricas y efectos digitales, y estructurado en cuatro partes, se trata de una larga obra audiovisual divulgativa que cubre los acontecimientos desde que comienza la invasión hasta que la Grande Armée reunida por el emperador abandona derrotada el país euroasiático.

Con un gigantesco ejército de casi 700.000 hombres (incluyendo ejércitos de Italia, Austria, Prusia, España, Nápoles y otros reinos, confederaciones y ducados centroeuropeos), Napoleón pretendía ampliar su de por sí extenso dominio de Europa apoderándose de Moscú, pero el ejército ruso -al principio mucho menor en número- planteó una brillante estrategia que, tras varios meses de conflicto y enormes bajas, acabaría por expulsar al ejército invasor. El documental describe pormenorizadamente la composición de los ejércitos beligerantes y narra con cierto detalle los hechos acontecidos, desde la entrada de Napoleón en Rusia, la marcha sobre Moscú, el empleo de la táctica de "tierra quemada", la batalla de Borodino, la toma de Moscú y su célebre incendio, así como la guerra de guerrillas que tuvo lugar después y la retirada final de las fuerzas napoleónicas acosadas por emboscadas, el hambre y el invierno ruso. La obra es de carácter eminentemente militar, quedando otros aspectos supeditados a éste y tratados en menor medida (aspectos políticos, sociales, etc.), pero el desarrollo que se hace de las tácticas militares es bastante detallado, utilizando infografías, mapas estratégicos y aportando siempre datos numéricos de regimientos participantes y bajas ocasionadas. Se ofrece también una pequeña presentación de multitud de generales -que son muchos- así como una explicación de los numerosos regimientos, tropas y otros destacamentos, incluso del tipo de armamento y los uniformes usados.

En lo que se refiere a las recreaciones históricas que ocupan la mayoría del documental, se puede achacar cierta artificiosidad en ellas, lo que hasta cierto punto es perdonable dada la dificultad siempre existente al recrear batallas y el presupuesto que se maneja (ya que no estamos hablando de una superproducción). Cabría señalar como detalle curioso el logrado parecido de los actores con Napoleón, Kutuzov, Barclay de Tolly o Murat, lo que es de agrdecer. Además se nota que hubo cierto esmero en reproducir fielmente los uniformes e insignias de soldados, oficiales y generales de ambos bandos, aunque en este sentido se echa en falta también algo más de realismo: los soldados casi siempre van pulcros y con el uniforme excesivamente limpio e impoluto, algo completamente inverosímil en una guerra así y que resta credibilidad a las recreaciones. Se trata de un despiste incomprensible, un "error" que aunque trivial llama poderosamente la atención. Los escenarios y ejércitos creados por ordenador son simples y no demasiado elaborados pero no es algo que moleste demasiado. No obstante, teniendo en cuenta que salvo algunos lienzos de época todo el metraje se basa en efectos y recreación histórica, el acabado no es todo lo realista que se hubiera deseado. Sirvan estos defectos sólo como pequeñas pegas, ya que no empañan demasiado el resultado y a mi juicio el acierto del documental reside en narrar hechos abstrusos de un modo claro y didáctico (y en ciertos momentos haciendo gala de patriotismo ruso, como es obvio). En resumen, es un buen documental divulgativo para quien desee aproximarse a la historia militar de este complejo acontecimiento que significó el giro definitivo en las Guerras Napoleónicas. Para un desarrollo más profundo de los hechos ya existen buenos libros.
Dr Natalio
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7
4 de abril de 2016
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'Petropolis', documental filmado por Peter Mettler para Greenpeace Canadá, no es exactamente un documental al uso, de esos a los que estamos acostumbrados, ya que en éste se prescinde casi totalmente de la narración. Apenas hay unos subtítulos iniciales y una escasa voz en off casi al final. Y sin embargo, dado lo que nos muestra en sus exiguos 45 minutos, tampoco se necesita más.

Como indica el propio título, el documental está filmado casi íntegramente desde un helicóptero, y se centra en las actividades extractivas que se llevan a cabo en Alberta (Canadá), una de las mayores reservas de arenas bituminosas del mundo. Las imágenes aéreas nos muestran al principio un paisaje natural verde y exuberante, para acto seguido trasladarnos a un lugar igualmente fascinante, pero por motivos distintos.
La región en que se halla esta reserva energética fósil es aproximadamente del tamaño de Inglaterra, pero como se indica en el documental, representa tan sólo el 3% de la superficie potencial que puede ser sujeta a extracción en el futuro. Una extracción cuya metodología consiste en inyectar en la tierra toneladas de agua a muy alta temperatura con el fin de obtener el bitumen, que posteriormente ha de ser refinado. Dicho proceso requiere ingentes cantidades de agua y energía, y vierte enormes cantidades de residuos contaminantes en aire y suelo.

Las secuencias de imágenes se despliegan unas tras otras sin apenas montaje o edición -acompañadas de una música tenue pero inquietante- y ponen ante nuestros ojos la destrucción más total y exhaustiva de la tierra,
la más absoluta aniquilación de la naturaleza a manos del hombre "civilizado" sediento de petróleo.
Infinitos páramos sin vida, la superficie de la tierra exangüe perforada sin descanso por las máquinas, kilométricas conducciones que escupen agua tóxica, balsas gigantescas de agua contaminada y refinerías que inundan el cielo de un humo espeso. Son imágenes asoladoras tan visuales y descriptivas que bien podrían pertenecer a una hipotética hecatombe nuclear, aunque tan sólo son parte de un negrísimo erial arrasado en nombre del progreso.

Con todo, las imágenes casi fantasmales que vemos, pese a su desolación, pese al evidente espectáculo aterrador que conforman, son de una extraña plasticidad. Panorámicas de indudable belleza y expresividad que no por ello dejan de horrorizar, más bien al contrario. 'Petropolis: Aerial Perspectives on the Alberta Tar Sands', a pesar a su austeridad narrativa, funciona poderosamente como urgente llamada de atención ante una espantosa situación en la que somos juez y parte, y que sólo desde las alturas puede juzgarse en su justa perspectiva. Recomendable.
Dr Natalio
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4
2 de enero de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierto es que tampoco era muy difícil llegar a él, pero el título de esta película no podría ser más acertado. "Street Trash" podría ser perfectamente una de las películas que mejor ha retratado el submundo sucio y miserable de las calles, las cloacas de la sociedad, las alcantarillas socioculturales del hombre moderno, llevado aquí a su extremo más ridículo y grotesco. Viendo esta película uno se acuerda irremediablemente de filmes más célebres como "Los Amos de la Noche" (The Warriors, 1979), "Yo Soy la Justicia" (Deathwish 2, 1982) o "El Justiciero de la Ciudad" (Deathwish, 1974). Como las anteriores, "Street Trash" también está ambientada en Nueva York y retrata más o menos lo mismo, pero, aunque no acaban ahí las similitudes, por presupuesto y cutrez no se encuentra en la misma división que aquellas, sino bastante más abajo.

"Street Trash" es una basurilla de película, una porquería desagradable que es consciente de ello y precisamente por eso se ve con cierto regocijo y con el placer culpable de quien sabe estar viendo mierda cinematográfica. Me atrevería a decir que quien ve este tipo de cine lo hace muy a sabiendas de que se va a encontrar caspa, mugre y restos sanguinolentos. El añadido generalmente suele ser una fuerte dosis de humor, que aquí también se encuentra presente y es una de las bazas de la cinta. Como digo, tenemos todos los ingredientes: los suburbios más abandonados, marginales y degradados de Nueva York (que bien podrían ser los de cualquier gran urbe, aunque generalmente siempre estamos en Nueva York, no sé muy bien por qué), un ambiente asqueroso, desagradable, con cierto aire futurista-postapocalíptico y el elenco de personajes habitual, plagado de vagabundos, pordioseros, perturbados y todo tipo de detritus sociales, chusma, escoria, morralla. De tan paupérrimos y miserables quiere Jim Muro a su reparto que terminan provocando risa y asco, en el mejor de los casos. No me atreveré a llamarlos actores porque sus interpretaciones son tan bochornosas que me resisto a creer que no lo estuvieran haciendo adrede.

El argumento de la película, por otra parte, es el de siempre (despojos sociales organizados en bandas malviviendo entre la chatarra y los neumáticos de un polvoriento desguace de vehículos), con la salvedad adicional de que aparece en la licorería de la zona un extraño licor con terribles propiedades. Como siempre en estos casos, existe un malo malísimo que se ha enseñoreado del chatarrero y sus proximidades, un salvaje y brutal veterano de Vietnam llamado Bronson (¿será casualidad? ;-) que mantiene casi esclavizados al resto de moradores del chatarrero. Cuando uno de los vagabundos se hace por azar con una botella del enigmático licor, pronto empezarán los problemas, la violencia y el caos. Escrito así y para el espectador que aún no la haya visto podría parecer que estamos ante un film no tan lamentable, pero lo cierto es que el aburrimiento, los sinsentidos y la cutrez general reinante echan por tierra una película a la que le sobra metraje y le falta concisión y mayor empleo de la violencia (que cuando aparece es el mayor activo y mejor virtud de la película: su uso desmedido, indiscriminado, arbitrario y brutal). Por desgracia estos momentos no son tantos como debería, y el resto del tiempo todo es soporífero y rutinario, alargándose innecesariamente hasta la hora y media.

Para finalizar, destacaría notablemente el ambiente malsano y miserable de las calles, bastante conseguido, los efectos repugnantes e hilarantes del famoso licor (una explosión de color y efectos para los sentidos) y alguna que otra escena, rescatada no tanto por su calidad o su acabado, sino por lo brutal y políticamente incorrecto. En resumen, sólo para incondicionales de la serie B y la mugre, para echar un rato con los amigos incluso puede servir. Ah, y salen tetas y coños.
Dr Natalio
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