Cuando vimos esta película en una pase especial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid yo era un tanto excéptico, pues lo poco que sabía de la historia me parecía "un tanto forzado". Sin embargo, después de verla, las cuatro personas que fuimos en mi grupo coincidimos en que se trataba de una obra maestra. La historia es sumamente original, cautivadora, consigue que te sumerjas de lleno en una trama perfectamente construida por unos personajes excepcionalmente interpretados, desde Sbaraglia a Geraldine Chaplin (soberbia). La dirección es perfecta, la música, la fotografía... todo, todo en la peli hace que te quedes encandilado cuando salen los títulos de crédito.
Una película que, despacito, sorprende agradeblemente, como un botón caído del cielo...

Mala, mala, mala esta presunta recreación de la vida de El Greco. El guión es chistoso (ya ha apuntado alguien lo de Cervantes y "pobre Miguel, se quedó sin brazo", que no se lo cree nadie y provoca carcajadas a no poder más en el público), además de que no le saca partido a la vida del pintor. Cuando todos pensamos que el Greco se traslada a España a visitar las obras de El Escorial y a conocer a Felipe II, nada de nada, se queda pintando cuadros (por cierto, simpre salen los mismos en el estudio, ¿es que le costaba venderlos acaso?) en un cuchitril (los exteriores se cuentan con los dedos de una mano, y las localizaciones son pésimas). En cuanto a los errores históricos, mejor no entrar (cuando visitan Venecia -los exteriores yo juraría que están tomados de un documental, porque en ellos no se ve nunca a los personajes-, sale el puente de los suspiros, que es muy posterior a la época de ambientación). Es muy gracioso cuando el Cardenal llama a la mujer de El Greco "Señorita" (un trato imposible en el XVI). Y muy gracioso también el doblaje (los Lunnis le superan).
Y para colmo es larga.
Vamos, mejor olvidarla. Lo único que se salva, la música de Vangelis. No me extraña que es lo primero que salga en los agradecimientos, porque es lo único que merece la pena.

No sé si la experiencia en taquilla del film en Estados Unidos lo ha hecho necesario, pero creo que detrás del lanzamiento de esta película hay una auténtica estrategia de marketing para vendernos algo que no es.
En primer lugar, es fraudulenta en cuanto al título. En nuestro país se ha rebautizado como "Detrás de las paredes" cuando el título original es "Dream house". ¿Tal vez "Detrás de las paredes" nos permita encauzarla más fácilmente a otro género? ¿Tal vez queremos subirnos premeditadamente al carro del éxito que está teniendo la colombiana "La cara oculta"?
En segundo lugar, es fraudulenta en cuanto al género. Se nos vende descaradamente como una película de terror cuando no lo es. Incluso, se incluye escenita onírica de por medio para extraer material "presuntamente terrorífico" para el trailer. Se nota, y mucho.
Y en tercer lugar, es fraudulenta en cuanto al guión. Personajes mal dibujados que se mueven por motivaciones caprichosas y variables, giros de guión que pretenden sorprender pero que resultan increíbles... Un auténtico despropósito.
Nada se salva en "Detrás de las paredes". Tan solo, tal vez, su estrategia de márketing.

"Acusados" es, sin lugar a dudas, la mejor serie que se ha hecho en España en toda la historia de la televisión nacional. Interpretaciones soberbias (Blanca Portillo impresionante), un guión adictivo, un puesta en escena muy superior a la media de los productos nacionales y una factura en general muy destacable.
Ya se ha anunciado una segunda temporada. Lo que se merece, aunque en sus inicios lo tuvo duro para conectar con la audiencia. Pero el tiempo pone a los productos de calidad en su sitio.

Presentar esta película en un festival como la Seminci solo puede calificarse, como mínimo, de provocativo. El guión llega a resultar cómico (sin perseguirlo), las interpretaciones pésimas y el script fallido.
La película se llevó, eso sí, una de las mayores pataleadas que se han visto en el festival de Valladolid.