Habría algún día que hacer una lista de ese cine casi de serie B que se hizo en los 40 con aroma de excelencia. Esta película estaría seguro en dicha lista por méritos propios.
Cine de gángsters, pero el aroma el el más puro noir, la esencia y estética es un noir muy oscuro, donde la fatalidad y el sino conducen el film. Y como todo buen noir, dentro de él reverbera el ser humano y sus sentimientos, pasiones y debilidades, cincelados con pericia, mostrando lo justo pero diciendo mucho. Este film, al fin y al cabo, trata sobre el amor, y la perdición de un hombre malvado, que sabe su condición, y que no obstante llegar a atisbar una luz pero que las circunstancias no le permiten ya salvarse.
El planteamiento y el final lo hemos visto muchas veces. Lo decisivo es cómo está narrado, como ilustra a estos personajes, como vemos la vida transcurrir, las oportunidades que se abren o cierran, la fatalidad de la que antes hablaba, y el azar y la casualidad. Además la película entrecruza con gran maestría tres romances diferentes (e incluso cuatro), desde la casi comicidad, hasta la más pura fatalidad. Esa heladería posee una tensión dramática que es digan de elogio, posee vida propia y tensión continua.
En el apartado de actores, Barry Sullivan roba el aliento. El jefe, seguro de sí mismo, un miserable que ha ascendido sin cariño alguno, desde lo más bajo, logrando su reputación a base de violencia y miedo (apenas vemos nada de esto, pero lo creemos firmemente, lo leemos en su rostro, en su forma de encender una cerilla), pero que tiene un punto débil, y es ese amor negado siempre, que encuentra en la maravillosa Belita, actriz y bailarina que me ha sorprendido enormemente (trabajaron juntos también en Suspense de Frank Tuttle, otra joya). Ambos están perfectos, pero algunas miradas de Barry Sullivan, algunos primeros planos son prodigiosos, de una profundidad y vacío insoslayables, de un dramatismo enorme. Su figura caminando es espectacular, como un enorme Golem, un monstruo alto que se mueve, que avanza destruyendo, que parece indestructible, pero que ante su amor veremos su punto débil. El resto del elenco, secundarios de lujo (John Ireland, Harry Morgan, e incluso veremos brevemente a Elisha Cook)
La fotografía y los movimientos de cámara no pocas veces rozan la auténtica maestría, creando desasosiego, miedo, soledad. El momento en que se aleja la cámara englobando los tres independientes romances en la heladería, aislados, abatidos. La tormenta del final, está filmada como una auténtica pesadilla, no sólo es una tormenta en la ciudad, también en las almas. Unas fotografía oscura y bella encuadran esta cinta llena de nervio y poesía. El guión es del afamado Dalton Trumbo, a mi entender excelente, aunque es verdad que las motivaciones de Belita quedan algo confusas, es el único "pero" que le puedo poner. Los diálogos, la consecución de situaciones, las relaciones entre los personajes (esa cajera de la heladería, símbolo de la inocencia, del mundo que el gángster quisiera ganarse pero no puede, que simboliza el final y su destino, es magistral, con sorpresa al final), todo llevado con una profunda tensión que no permite quitar ojo a la pantalla.
Al final veremos una escena memorable, dramática, y un cierre con un toque de cinismo que te deja pensando, meditando, con una sensación de haber visto una parte de realidad tan dura, como oscura y sincera, relatada con sumo arte e inteligencia.
Maravillosa, a descubrir.

Llegué a este film por el director, que tiene varios títulos de sumo interés, pero sin grandes expectativas, ya que al parecer no la ha visto mucha gente (cuando escribo esto no aparece ni nota media aquí).
Pues bien, una sorpresa absoluta. Una película sobre una familia en la miseria, que trata de salir adelante, con elementos de drama y de puro cine negro. La fotografía es magnífica, un blanco y negro excepcional, con actuaciones impecables, sorprende lo bien trazados que están los personajes además, e interpretados con fuerza y garra, incluso algunos secundarios, que no son relleno, sino complemento perfecto. La tensión se palpa en todo el film, con un pulso narrativo brioso, y algunas secuencias dotadas de una fuerza inusitada, que dejan boquiabierto al espectador. El guión es perfecto, mantiene el interés hasta el último suspiro, incluso a pesar de estar contada a modo de flashback, algo tan recurrente en el noir, y saber (parte al menos) el desenlace. Sylvia Syms fue premiada, y no es para menos, tan encantadora como trágica, borda su papel, totalmente creíble, debatiéndose entre el deber, sus sentimientos encontrados, y ahogada en un ambiente del que parece que no puede escapar. Algunas de sus miradas son para recordar. Fantástico también Herbert Lom en su papel de duro gánster pero enamorado, un papel complicado, pues no es el típico gánster duro, sino una figura abatida por un amor imposible. Melvyn Hayes, que hace de chico joven (no me parece tan joven), el eje sobre el que se mueve la película, hace un papel sobresaliente, un puñado de nervios y de inestabilidad que transmite en todo momento. Magnífica película, con varias escenas absolutamente memorables, llenas de fuerza, y planos a veces arriesgados pero tremendamente efectivos, y unos diálogos muy inteligentes, que dejan espacio a meditar, sin una moralina explícita que lastre el film. Tiene algo de relato de Cornell Woolrich, también de drama oscuro y sórdido pero con cierto toque poético, y un romance complejo y del que saca muy buen partido el director con actuaciones magistrales. Vaya sorpresa, para mí una obra maestra, si estás dudando y amas el buen cine, no la dejes pasar.

No deja de impresionarme la cantidad de buen cine que hay con notas más bien escasas. Desde luego el director que nos ocupa es uno de los grandes, con varios films míticos, pero ello no nos debe llevar desechar otros de sus films con menos nombre, aunque no posean estrellas de primera en su reparto.
"La Última Prueba" para nada me parece un film menor. No posee grandes estrellas, como digo, pero su trabajo es impecable. Van Heflin se hace con su papel con tremenda soltura, seguridad, y absolutamente creíble. Sus gestos, su forma de moverse, y esa bata que logra hacerla suya, todo lo hace con sorprendente viveza y enorme seguridad. Es para mí un actor de los más grandes, no había sido mi favorito, pero poco a poco he ido viendo su tremendo talento. En mi opinión está maravilloso. Por su parte Marsha Hunt está estupenda, su contrapartida en el romance, realiza una encantadora interpretación, muy sólida y convincente e todo momento. Otra buena interpretación es la del ambiguo Lee Bowman.
El guión es magnífico, a todos los niveles, con multitud de detalles que encajan con inusitada eficacia. Desconozco el tema forense, no sé hasta qué punto se han tomado licencias, pero es absolutamente creíble para el espectador. Puesta en escena muy lograda, y sobre todo unos diálogos y argumento que va ganando enteros, despertando interés y sorprendiendo al mismo tiempo. El film fluye de manera exquisita, el trato de la pareja protagonista no es un mero añadido, sino que está muy elaborado y logrado, en parte gracias a sus interpretaciones magníficas, en parte por esos chispeantes diálogos, llenos de ingenio y viveza, a través de los cuales, de manera sutil e inteligente, el espectador puede averiguar lo que sienten, su situación personal, sus anhelos, y así dibujar de manera precisa, sin artificialidad, la personalidad de cada uno.
No sólo no estorba dicho romance, sino que se funde con la trama de investigación de una manera absolutamente lograda. No son dos temas, no es un añadido o una excusa, sino que confluyen de manera natural y perfecta como pocas veces he visto en el cine. La escena en el restaurante cuando Van Heflin escenifica cómo se prepara un pez recién pescado, debería ser parte de la historia del cine: es sublime.
Perfecto desenlace, que acaba la trama con el fin de la investigación, y con el romance, cerrando ambos de manera sobresaliente. Como decía, todo encaja a la perfección y los pequeños detalles que va dejando la película, poco a poco van cobrando importancia. El tratamiento de los personajes es tan acertado que se hace totalmente humano y es lo que brinda una solidez y brillantez muy grandes a una película que se mueve de maravilla tanto en el cine negro y de investigación, como en el romance.
No se dejen engañar por la aparente sencillez. No hay grandes alardes aquí, pero la precisión de todos los componentes dan como resultado una pequeña joya. Hay que justificar la nota, y la verdad, si el 9 es tomado por "Muy Buena", yo afirmo que este film no merece menos. Posee el mejor sabor del cine de los 40, una trama sencilla pero muy bien lograda y unas relaciones entre los protagonistas que son la clave del film, con diálogos espléndidos y momentos para enmarcar. De esa películas de relativa corta duración, pero que brillan con luz propia porque todo encaja, todo está muy bien realizado, con profesionalidad y talento y enorme encanto. No se la pierdan.

La Tumba del Vampiro, 1972, John Hayes.
No es una buena película, pero si amas a los vampiros, quédate un momento, pues esta producción es cuanto menos interesante.
Estamos ante una serie B y los años 70, ambos factores ya nos pueden predisponer a un fracaso. Sin embargo, esta cinta es original, y parte de una premisa (si bien pobremente desarrollada) interesante: una mujer es violada por un vampiro, y decide tener su hijo, al que alimenta con sangre. El hijo de mayor (un William Smith , mítico Falconetti, fornido y más con un aspecto de Tarzán que de vampiro) busca encontrar al vampiro que ultrajó a su madre y vengarse por la maldición que conlleva (recordemos que esta película pudo inspirar al Blade de Wolfman en el Drácula de Marvel).
El film casi parece un telefilm, torpe en muchas escenas, pero asombrosamente cautivador en el conjunto, logra salir airoso por su honestidad y por su nula pretenciosidad. Los actores cumplen, algunas escenas se centran en una intriga bien hecha, con la sorpresa en todo momento presente, y dejan de lado sangre y vísceras. Al igual la sensualidad no deviene en aprovechar la moda del destape, y se da con cuentagotas (la Hammer ya empezaba a decaer, al caer, precisamente, en estas modas fáciles). Final sorpresa que pone la guinda a una película muy disfrutable para el aficionado a este tipo de cine, siempre que se atenga a que es serie b con muchas limitaciones. Pese a eso, mil veces mejor que la mayor parte de productos que nos pasan por los cines, algunos de nombres que suenan mucho, pero cuyo cine es incapaz de entretener como estas películas, honestas en su humildad, con bajo presupuesto, pero con el encanto "pulp" que tanto agradece el género.
Se le podría haber sacado mucho más partido, ciertamente, pero aún así deja buen sabor de boca, bastante más de lo que imaginé.

Los seis primeros episodios son estupendos, originales y con un guión muy bien elaborado y una intriga que merece la nota que tiene aquí de media. A partir de ahí, empieza a decaer totalmente, el guión no sabe por dónde ir, giros absurdos, y nada creíbles. Y ya a partir del 26 o así es un auténtico despropósito, perdiendo toda la esencia, derivando en una gamberrada más de acción juvenil y absurda a más no poder.
Una pena. El final trata de arreglar las cosas, pues no es malo, pero todo ese relleno sobraba. Por eso mi nota, una media entre lo bueno del comienzo, lo mejor, y el resto, que va de mal en peor.
Sobrevalorada, tristemente de no haber estirado por estirar podría haber sido una obra maestra. Aún así es recomendable, y debemos señalar, en este tipo de productos con tantos episodios es imposible mantener un guión bueno mucho tiempo.