No es una comedia, a pesar de tener a la Bullock poniendo caritas, no es una película de ciencia-ficción, pese a la enrevesada historia, simplemente es un drama romántico, salvable por su pareja protagonista, juntos de nuevo, sin ellos la película podría ir directamente al mercado en video o aparecer a las 4 de la tarde en cualquier canal como tv-movie de serie B.
Pero el hecho de volverles a ver juntos, pese a sus ajustaditas dotes para la interpretación (¡Dios! Keanu que mal actor eres), lo cierto es que te los crees, será la química, será la forma excesivamente seria en que esta contada la historia… será lo que quieras, pero te crees esa historia de amor imposible… lo de las cartas con dos años de diferencia no, faltaría mas, pero si la historia de una doctora solitaria que entabla una relación (vía notitas) con un solitario arquitecto, se gustan, se enamoran y se dan cuenta que son lo que ambos necesitan… lo demás sobra.
La historia sin lógica alguna, solo sirve como excusa para juntarlos, pero no busques explicación porque no la hay, Christopher Plummmer prescindible 100%, por no hablar de cualquier personaje al margen de la parejita protagonista.

Lo mejor: Verles juntos de nuevo, que aunque el tiempo pasa por todos y la edad empieza a asomar por sus caretos, siempre es un placer volver a verles juntos.

Lo Peor: La ‘ilógica’ de la historia. Todo muy dulce, muy bonito, pero te quedas con las ganas de saber el por que de ese desfase temporal.

Aprovecharse de exitosas formulas del pasado no siempre funciona bien, y esta película es la prueba de ello.

Coger a un protagonista claramente (y casi únicamente) reconocible por su papel al lado de la Roberts en ‘La boda de mi mejor amigo’, juntarle con una conocidilla actriz televisiva (sin química alguna), para mandarlos a Londres y recordarnos las calles por donde piso ‘Bridget Jones’ debió de ser la ‘original’ idea que tuvieron los responsables de esta película, que además como guinda se debieron de ver obligados a poner la casi nunca utilizada palabra ‘boda’ en el titulo de la cinta (7 de cada 10 comedias románticas la llevan), sumando todo esto a una química nula entre los protagonistas (hasta el punto de no enterarnos cuando surge el amor entre ellos) y (una vez mas) una B.S.O. plagada de reconocidas canciones comerciales, nos encontramos con ‘El día de la Boda’ una película que intenta vendernos algo que estamos cansados de comprar.

Lo mejor: Algún gag con gracia.

Lo peor: La pobre química entre los actores, a pesar de los esfuerzos de la protagonista.

Estas cosas solo ocurren cuando no esperas gran cosa, cuando lo que te venden esta a años luz de la presuntuosidad de la competencia. Cuando vas al cine esperando lo de siempre y un poco peor, y sales entusiasmado por que lo que has visto te ha divertido de una forma inesperada.

Así es Blancanieves (Mirror, Mirror) una grata sorpresa inesperada, a la que la escasa promoción y los malos trailers no hacían justicia de lo que realmente se escondía en la cinta. Unos efectos impresionantes (los cruces de espejo de la malvada reina Julia Roberts son visualmente exquisitos), la banda sonora de Alan Menken genial sin tener que recurrir a las fanfarrias épicas, el vestuario casi digno de un oscar, la fotografía a años luz de otras grandes propuestas de la temporada.
Los actores, todos correctos aunque sobresale la todo poderosa Julia Roberts que es quien se come solita la película, ella lo sabe y lo disfruta al máximo ofreciéndonos una interpretación digna de cualquier premio a la comedia. Quizás, por poner un pero, la “bella” y dulce Blancanieves que en Lily Collins no consigue entonar como debiera, aunque teniendo en cuenta que el pulso se lo gasta con una de las grandes de la comedia tal vez sea normal la desigualdad del combate.

Desde el precioso prologo se deja claro que esta no es la historia de Blancanieves, si no de la Reina malvada, esta es su historia, su cuento, y damos gracias que asi sea.

Lo mejor: Julia Roberts

Lo peor: Los 7 enanitos directamente sobran.

Sin Michelle, está claro que la película no sería igual, no valdría lo que vale, y lo cierto es que no vale mucho, pero la señorita (señora) Pfeiffer demuestra que ella sola puede con esto y con mucho más, y aunque cuenta con eficaces secundarios que la permiten darse un respiro, al final es ella solita quien se zampa esta mediocre y sabida película que a pesar de todo nos regala algunos buenos momentos.

Lo mejor: El regreso al panorama cinematográfico de una espléndida Michelle Pfeiffer.

Lo peor: El personaje de ‘la madre naturaleza’ sobraba.

Una película entretenida sin más. Aún no entiendo el porque de intentar buscarle a todo una explicación cuando estamos delante de una película destinada a un publico ‘infantil’ que aunque eso no significa ser tonto, tampoco es necesario atar los cabos hasta el punto de que la historia no pueda dar más de sí por el simple hecho de que entonces no sería creíble. Si todo, en una película infantil, tuviera que ser así entonces sencillamente no habría película.

En conclusión, una película entretenida destinada a un público que no tiene porqué preguntarse el por qué de todas las cosas, ya que sencillamente esta mas ocupado en fantasear con la idea de lo increíble que seria si fuese real.

Lo mejor: La rapidez con la que ocurre todo, no hay ni un solo momento en que la película disminuya su ritmo.

Lo peor: Podría haber sido más grandiosa, más impresionante. La falta de personajes más carismáticos que se unieran a la locura de una noche en el museo.