Enfrenta el problema de decidir las cosas que haces.
No serán aquellas que no te son atractivas.
Mira el desastre que estás haciendo.
¿Acaso no ves que estás fingiendo?
Lo va a hacer difícil para ti, te estás metiendo dentro del fuego.
Enciende la mandrágora que te fue concedida.
Ve si puedes hacerlo como los otros lo hacen.
Siente el golpe de la sangre, cuando tus dedos se revientan.
Lo va a hacer difícil para ti, te estás metiendo dentro del fuego.

Detén tu mente sangrante antes que todo haya terminado.
Escucha atentamente el mensaje que he cantado.
Siente el golpe de la sangre, cuando tus dedos se revientan.
Recibirás el mensaje, te estás metiendo dentro del fuego.

Una adaptación Disney que ha despojado a la obra teatral en la que se basa de toda personalidad. La historia no tiene un hilo conductor que enganche al espectador. La frase "Into the woods" la repiten mil veces, fatigando al espectador. El reparto es lo que se puede salvar de la película. Nada recomendable, casi muero de aburrimiento.

Servidor se leyó la novela gráfica antes de ver la película. Abarcar un proyecto de tal magnitud era una propuesta arriesgada. Watchmen es ese tipo de películas que cuando se quieren llevar a la gran pantalla no se queda en término medio: o es una gran película o es un fiasco.

En este caso, por suerte, hablamos de una gran película. Zack Snyder ha conseguido una adaptación muy fiel al cómic: cada fotograma es fiel a cada viñeta del cómic, la profundización en la personalidad y psicología de los personajes, la ambientación y recreación de la ciudad y escenarios... Todo está cuidado al más mínimo detalle, como ya hiciera con 300.

El punto negativo de esta película es su metraje, 163 minutos, para los que no conozcan la novela gráfica les puede parecer excesivo. En cambio, para los que hemos disfrutado con la novela gráfica, agradecemos que no hayan metido el tijeretazo.

Serie de producción rumana para HBO. En tono de comedia de enredo, unos humildes operarios de mantenimiento de semáforos son obligados a cometer un atraco. Hasta aquí puedo contar, es mejor descubrir por uno mismo los diferentes personajes que aparecen en la serie y los giros de guión. Es una serie simpática y entretenida.

50 años de James Bond. Uno se pregunta qué hacer con un personaje del que se han hecho tantas películas. Fácil: reunir un gran reparto, un gran director y un buen guión.

Repetir los mismos clichés, los chistes manidos y el uso de un gadget que servirá exactamente para un propósito determinado están fuera de lugar porque como espectadores ya lo hemos aprendido en otras películas de 007 y la capacidad de sorpresa se pierde, haciendo el filme mucho más previsible.

No es la película más característica de James Bond, pero precisamente por eso es de las mejores que se han hecho sobre 007. Para mí, esta película está por debajo de "Goldfinger" o la más reciente "Casino Royale".

Respecto a la interpretación de los actores, nada que objetar. Ninguno desentona, ni chirria, ni tiene afán de protagonismo.

Tras innumerables adaptaciones del Capi, tanto en el cine convencional como la serie de animación, a cada cual más infame llega a las pantallas del cine un producto financiado por la casa Marvel.

Tiempo atrás una productora compraba los derechos para producir una película de la que sólo aprovechaban el nombre para elaborar un filme de bajo presupuesto, con un pésimo reparto, un guión tremendamente absurdo, previsible y flojo y que poco o nada tenía que ver con el personaje.

Marvel, ahora adquirida por el gigante Disney, puede autofinanciarse sus propias películas. Es una clara ventaja respecto al pasado: mayor libertad creativa respetando la idiosincrasia del personaje y una mayor dosis de cariño al tratarse de "tu hijo".

La magia del cómic original de El Capitán América, en su mejor etapa con Jack Kirby como dibujante, radicaba en el dinamismo del dibujo y el trazo grueso de sus líneas. Parecía que el Capi se iba a salir de la viñeta de un momento a otro. Tal efecto se consigue en la película con el 3D.

Respecto a la historia, es un gran acierto remontarse a los orígenes del Capi en los años 40 y ceñirse a la línea más clásica del personaje que nos ocupa. Ese toque pulp, ese maniqueísmo en el que los malos caen muy gordos y los buenos caen muy bien, aunque parezca un cliché muy repetido, era lo que predominaba en la historieta de los años 40 cuyo máximo exponente fue Dick Tracy de Chester Gould.