Únicamente a los americanos puede hacerles gracia esa obsesión existente por Elvis Presley. Es un hecho real que hemos visto en cantidad de reportajes y obras de ficción, y es que la fascinación existente por el Rey del Rock en EEUU es prácticamente enfermiza. Gracias a ello, surgen ideas un tanto alocadas como la vista en este filme. Si a eso le sumamos otro tema que levanta pasiones en este país, como es el del asesinato de JFK, tenemos todo listo para generar una obra de culto.

Pero para convertirte en obra de culto debería exigirse mucho más. Como aficionado al cine de serie B y de terror chusco, además de admirar enórmemente a Bruce Campbell, un tío con una faceta cómica excelente y protagonista de una de mis trilogías favoritas ("Evil Dead"), me he sentido profundamente decepcionado con la película que nos atañe. Y es que, pese a lo poco más de hora y media de duración, el filme se hace interminable por su ritmo cansino y carente de toda gracia y emoción. Bruce Campbell se muestra apático durante toda la cinta, sólo llamando la atención en algunos diálogos absurdos con su colega de residencia, interpretado por Ossie Davis. Más allá de esos momentos y algún chiste verde... la nada absoluta.

En el aspecto relacionado con el terror y el misterio es más de lo mismo, inexistente. Surge una amenaza simple y llanamente porque sí, amenaza de la que únicamente, y de forma absurda dado el entorno en el que se desarrolla la cinta, nadie parece enterarse salvo el par de pirados que protagonizan la película. Desfilan un par de personajes más por la trama (la enfermera y la hija de otro paciente), pero terminan siendo puro relleno.

La película es aburridísima, lenta, con un aspecto visual que invita a quedarse frito. Casi nos contagiamos del tedio que sufre el personaje de Campbell en su día a día en la residencia de ancianos (teniendo que envejecer al actor con un maquillaje bastante cantoso, por cierto). No entiendo para nada por qué tiene tanta fama entre los aficionados al cine friki, ya que no aporta algo mínimante especial al cine de género y de bajo presupuesto.

No recomiendo perder el tiempo con ella. No me quedé dormido de milagro durante su visionado.

Es fascinante y tenebroso a partes iguales ser testigo de esta clase de historias. El tedio, la "normalidad" o la rutina nos inundan en muchos momentos de nuestra vida. Cuando esto llega al ámbito de la pareja (y es un proceso inevitable a partir de cierto momento), llegamos a esa encrucijada que nos hará saber si estamos hechos el uno para el otro o, por el contrario, tendremos que tomar caminos diferentes.

Lo interesante en esta película reside en cómo, a partir de esos momentos casi de exasperación, los protagonistas empiezan a sentir una extraña curiosidad con la aparición del siempre inquietante Christopher Walken. Un personaje siniestro, acompañado de por sí por la apariencia natural del propio actor, dado a esta clase de papeles un tanto peculiares. La pareja protagonista sabe que no hay nada que invite a la confianza respecto a este señor, pero se produce en ellos esa curiosidad que les invita a ver las cosas con nuevos puntos de vista e, incluso, a resucitar el amor y la pasión que existían antes entre ellos.

La puesta en escena y la música me parecen sensacionales, además de contar con un reparto muy bien elegido para las circunstancias. Tenía la sensación en todo momento de que esa atmósfera malsana poco a poco se iría apoderando del filme hasta un desenlace que no me tomó demasiado por sorpresa, pero que por siniestro logró mantenerme interesado en la historia.

Hay gente que no conoce los límites. La rutina no significa nada para ellas y están dispuestas a dar nuevos pasos para lograr alcanzar el placer perdido. Visto en pantalla, parece excesivo, pero tengo la certeza de que no está nada alejado de la realidad.

Siguió la Cannon Films exprimiendo el éxito de su guerrero americano. Si a bajo presupuesto le unen buenas cifras de ingresos, más un potente mercado de vídeo dispuesto a dar visibilidad a esta clase de proyectos, tienes garantizada la opción de seguir estrenando entregas que, bien en salas o en alquiler, te seguirán dando dinero.

La gran sorpresa para los que en su día siguieron a la saga está en el cambio de protagonista. Si bien Steve James continúa tras las dos primeras entregas, Michael Dudikoff es sustituido por David Bradley. Ninguno de los dos es precisamente buen actor, pero lo cierto es que Bradley lucha muchísimo mejor que su antecesor y eso le da un plus a los momentos de pelea existentes durante la cinta. De todos modos, el cambio parece que no gustó a muchos, pero Dudikoff quería abrazar nuevos proyectos y alguien debió pensar que James debía seguir actuando como secundario y no tomar el testigo.

Lo positivo de la película, aun sin ser nada del otro mundo en ningún aspecto, está en que, por fin, nos encontramos con argumentos mucho más disparatados. Aquí tenemos la historia típica de experimentos chungos con humanos para ser mejorados. También cierto toque de espionaje cutre y los cambios de identidad gracias a máscaras del todo a 100. En definitiva, se atreve a contar cosas más rocambolescas que justifican la aparición de ninjas que se peleen con los protagonistas.

Mucha gente considera que el guerrero americano muere tras las dos primeras entregas, una vez no repite Dudikoff. Pero yo, saliéndome un poco de la línea oficial, considero que esta tercera parte es mejor que la primera y está al nivel de la segunda.

Freejack es una película empeñada en aparentar más de lo que es. Al final, queda como una especie de serie B chusca, pero con caras conocidas. El problema está en que ni siquiera surge de ella un gamberrismo realmente atractivo, pese a sus limitaciones.

Se suceden constantemente las persecuciones contra Emilio Estévez, ya sea en vehículos de chapa barata o corriendo a toda prisa. Llega a cansar. Los momentos de tiroteos tampoco son la panacea. Para colmo, tanto Estévez como gran parte de los personajes, resultan insípidos y mal interpretados. Ojo al papel de Anthony Hopkins, que es cutre hasta decir basta en esas escenas de ¿realidad virtual?. Además, el contexto de su personaje se huele a kilómetros.

Pero para rocambolesca, la relación entre Estévez y Rene Russo. No pegan ni con cola. Y resulta risible creer hacer ver al espectador una importante diferencia de edad tras el salto temporal que hay en la trama después del incidente del comienzo, que da pie al argumento principal.

Me parece una película genérica, tirando a mala y con cierta desgana, pese a querer beber de ese ciberpunk que se puso de moda en aquellos años..

A finales de los ochenta y principios de los noventa, con el desplome del comunismo soviético y sus satélites, empezaron a surgir historias donde los malos eran los propios estadounidenses en sus sectores más ultraderechistas, capaces de entrar en toda clase de actividades delictivas con las que poder financiar guerrillas contrarrevolucionarias en Hispanoamérica. Así pues, esta cinta se une al grupo de títulos como "La Jungla 2" o "Por encima de la ley", que tocan con más o menos profundidad esta temática, que además estuvo amparada en la vida real por algunos sectores durante la administración Reagan.

Pese a contar con un reparto bastante competente encabezado por Brian Dennehy, este policíaco se ve lastrado por un tono excesivamente telefilmesco, muy frío y simplón durante su hora y tres cuartos de metraje. Tampoco ayuda una deficiente banda sonora, el que alguno de los actores más destacados se vea con una participación escasa y que la historia esté más que trillada, como he explicado en el primer párrafo. De igual forma, ciertos giros resultan muy evidentes, anulando en todo momento el factor sorpresa respecto a ciertos personajes, o respecto a las decisiones que el grupo protagonista tomará a lo largo de la cinta, generando un falso dilema respecto a ese limbo que separa lo legal de lo ilegal (aunque a veces sea lo justo).

Al menos la cinta cuenta con un clímax final medianamente competente, al contrario que la primera escena de acción en el almacén cárnico, bastante deficiente. Pero en líneas generales, estamos ante una cinta regulera y algo aburrida de la que es fácil olvidarse poco después de su visionado.