Vertiginoso falso documental en el que el indispensable Meyer recrea el universo de las gogos a lo largo de varias ciudades del mundo (San Francisco, París, Berlín, Hamburgo...). Efectivamente, Meyer ejecuta un trabajo sin sujetador que es fascinante y bien válido, tan rápido como imprescindible, realizado en plena década de los 60 (y para resarcirse del fracaso de su posteriormente film de culto "Faster, Pussycat, kill, kill").
Es un homenaje al cuerpo femenino, a las curvas, a la radio como elemento de acompañamiento, al puro espectáculo, dónde impone, descolla, excita y vibra una irresistible Babette Bardot (improbable prima de la musa Brigitte). Uno de los breves pero más importantes iconos eróticos que haya visto uno en mucho tiempo.

Una libre adaptación de "La sirenita" llevada a cabo por Miyazaki en un tono más clásico, sosegado y menos barroco que otros de sus largometrajes. Más conservadora, por tanto, apuesta a lo seguro: un bonito cuento que apela a una lectura retroalimentadora/cooperativa entre el mundo animal (acuático) y el mundo humano. No es brillante, pero se ve bien.

Adaptación de la novela de Pedro Juan Gutiérrez. En el tono entre mórbido y sórdido propio del director se narra, peor que mejor, la historia de Reinaldo (Tortoló), entre dos mujeres (una de ellas transexual), apoyado en su imponente pinga y en la condición de náufragos de los tres, a partir de la fuga de un correccional en la Cuba de los 90.
Villaronga hace un retrato narrativamente muy irregular,que va, como su protagonista, dando tumbos en busca de una consistencia solo perceptible en la fortaleza sexual del chico. Ningún personaje resulta especialmente memorable, y posibilidades había para ello. Sin embargo, sus últimos 20 minutos parecen un buen islote dentro del desencanto general: son descarnados, auténticos y desoladores, haciendo tangible la historia de este rey de La Habana, de la nada, príncipe del vertedero. Una pena el pseudoesperpento trágico/mórbido, regado de miseria, suciedad y vacío artificial previo. Desiguales interpretaciones.

No me creo en momento alguno este ménage a trois en la cama y en la cocina entre Olivia Molina y Paco León y el guaperas Bassave, La narración fluye, pues, entre camas y fogones, con algún chispazo afortunado y el entretenimiento cogido por los pelos, y esta elegía a los placeres y la libertad ha nacido ya coja y débil, así que no hay tratamiento que la recupere. Me quedo con el plato del día.

Segunda coproducción española de Allen tras la contestada "Vicky Cristina Barcelona". En este caso estamos ante un film claramente menor en la filmografía de éste, sin personajes con empaque ni profundidad, que bordea la desidia y lo insustancial, en otra historia, bastante floja, de infidelidades y neuras, sin apenas momentos logrados. La falta alma, un guión sólido (algo inusual en el autor) y unas interpretaciones de nivel. Muy discreta.