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España España · Madrid
Críticas de Luth
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Críticas 125
Críticas ordenadas por utilidad
8
15 de mayo de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es importante aclarar, para que no haya confusiones que La pantera rosa (Blake Edwards, 1963) fue, es y será una comedia, no una película de humor, ni un conjunto de sketches ni ninguna otra etiqueta que queramos atribuirle.
Mucha gente, sobre todo hoy en día, pretende darle a esta legendaria película, un papel que no le corresponde, más atendiendo a los deseos del crítico que a su propia naturaleza. Muchos esperan disfrutar de hora y pico de continuas carcajadas o de alguna farsa burlona, incluso de una historia con mensaje. La pantera rosa no va de eso. Es una película del '63, cine de verdad, que cuenta una historia (cómica, eso sí), con unos personajes que están al servicio del argumento. No es el argumento el que se acomoda a la supuesta vis cómica de los actores. Si no se acepta de antemano esta premisa, la película defraudará las erróneas expectativas del visionado.

Y es una comedia en sentido literal. Cito a don Ramón María del Valle Inclán: "El autor contempla a sus personajes como fuerzas superiores gobernadas por el destino, en el espacio de la comedia "autor y personajes conviven, el primero como titiritero y los segundos como marionetas", que incluso pudiendo llegar a situaciones esperpénticas,​ se muestran como seres libres, dueños de su propio destino y por tanto, capaces de conducir el hilo de la trama (a veces muy enmarañado) hacia un desenlace feliz. Esa libertad esencial que impregna el género hace de la comedia el paraíso de la versatilidad, la sorpresa, la genialidad, los cambios de ritmo y el disparate."

En una comedia los hechos narrados deben estar engarzados perfectamente (si no, serían sketches) formando un continuo. Construyen la historia narrada. Y en ella hay numerosas situaciones divertidas, mordaces, puede haber humor pero este humor surge de la historia, no la historia de un humor pre-planificado.

Habrá quien se pregunte cómo una película "así" ha dejado tanta huella en la Historia del Cine y en la Cultura. Una serie homónima de televisión de dibujos animados incluso más mítica si cabe que la propia cinta de Edwards, remakes, imitaciones infinitas... hasta un famoso bollo que llevan comiendo los niños españoles desde hace décadas (y no solo los niños).

La historia que se nos cuenta es banal, ingenua, sencilla. ¡Naturalmente! Una comedia puede tratar temas sesudos pero no es lo que pretende. Está para hacer pasar un buen rato al público, sin las prisas de hoy en día pero sin pausa.

Los que tenemos una edad y hemos ido a muchas, pero muchas, sesiones en algún cine, oliendo ese aroma mágico y misterioso del celuloide, ese "olor a cine" (que algunos necios confunden con los productos de limpieza usados por razones obvias en un espectáculo público) recordamos que antes de muchas películas, aparte del NO-DO, publicidad, etc se incluían frecuentemente pequeños episodios de la serie de dibujos animados, que algunos veíamos por primera vez en color pues La pantera rosa era gris en nuestra viejas televisiones.

Reconozco que no es una comedia redonda. Es cierto, las ha habido mejores, incluso en la propia saga de La pantera rosa pero esta es la pionera. De aquí surgió todo. Surgió la idea y sobre todo, la inspiración. Hoy no existirían cómicos como Mr. Bean, Benny Hill, Pepe Viyuela y un larguísimo etc sin la pauta del maestro Peter Sellers. Sí, hubo "patosos" que nos hicieron desternillarnos de risa ya desde los albores del propio Cine pero Sellers y su personaje del Inspector Clouseau han escrito el ritmo, el ejemplo, el mejor. No todo el mundo tropieza con una mesa o con cualquier otro objeto y nos hace reír como él. Son los gestos, la mirada, es el talento de un genio.

No podemos olvidar la música de Henry Mancini, esa sintonía vacilona, dulce y comunicativa, repleta de golpes de efecto, perfecta para esta comedia. Ese saxofón maravilloso, ese ritmo de platillos, el contrabajo...

La Pantera rosa tiene varias escenas no superadas ya nunca más en ninguna comedia de enredo: la de David Niven y su "sobrino" Robert Wagner escondiéndose en la habitación del matrimonio Clouseau-Capucine (a quien los vestidos entallados le sentaban mejor incluso que a la absoluta reina de la elegancia en el Cine: Audrey Hepburn ¡Y ya es decir!), la de la fiesta de disfraces con dos gorilas o la del señor de la trattoria que observa impertérrito la surrealista persecución de coches.

La pantera rosa es imprescindible. No hace falta que te guste. Solo ¡procura verla!
Luth
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10
14 de mayo de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es bien sabido que las grandes películas necesitan, sí o sí, incluir pequeños detalles que se nos queden en la mente. El gran carnaval (Billy Wilder, 1951) es un manantial de pequeños detalles, de frases ingeniosas, de diálogos vitriólicos, de miradas y gestos impactantes, de buenos planos, de talento.

Un "periodista" llamado "Chuck" Tatum (Kirk Douglas) se queda en paro y encuentra (yo diría que exige) empleo en un rotativo de Nuevo Méjico. Allí extiende sus tentáculos y se apodera de mentes y almas con su descaro, su lengua bífida y su desmedida ambición, desde el director hasta los compañeros. Luego van cayendo todos los que pasan a su lado, políticos, policías, técnicos y por supuesto, el público, la masa estúpida y morbosa. Tatum atrae a la masa, la masa atrae a Tatum. Es la simbiosis necesaria, la base del amarillismo periodístico.
Ya desde el principio, en la redacción del periódico, Tatum enciende una cerilla con una máquina de escribir. Es mucho más que un pequeño detalle cinematográfico. Es una metáfora de toda la película: el codicioso arribista usa el periodismo (simbolizado en la máquina de escribir) para "encender" su cerilla (su ego, sutil símil fálico).

Wilder y Douglas. Nada podía salir mal. Es mucho talento junto.

Del maestro Wilder, poco que decir. Siempre recordamos sus comedias. Es nuestro subconsciente, nuestra necesidad de ser felices recordando risas y sonrisas. Pero el gran Billy hizo muchas películas de todo tipo, también amargas, duras, valientes, como "Ace in the hole", una descarnada visión crítica del peor periodismo, de lo peor de los seres humanos, tan real y habitual que la película hasta se queda corta, comparada con la vida real.

No hace falta mirar mucho los medios para saber que la tv nos escupe basura a la cara en cuanto damos al botón de encendido. Yo he dejado de verla hace tiempo. En este país todos (sí, todos) los medios de comunicación generalistas están pagados por los mismos dineros, sirven a los de siempre, estupidizan a las masas y las masas atraen e los Tatums españoles de turno. Todas las tertulias están repletas de ellos. Lacayos a sueldo de los patronos del Ibex que derriban o ningunean a políticos y personas honradas (las pocas que hay) con las "cloacas del Estado", con Indas y Ferreras, con Hormigueros y Rojos Vivos, con Vicentes Vallés y fascistas travestidos de periodistas.

El Gran Carnaval es el pan y circo romano. El espectáculo que ciega a los mediocres como la luz a los insectos.

Maravillosa película. Otra obra maestra de Billy Wilder. Otra más.
Herramienta pedagógica para quien le quede aún un poco de conciencia y alguna neurona. ¡Despierta a los niños que tienen que ver esta película!
Luth
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10
6 de enero de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy fan confeso de esta película, así que nadie debe esperar en esta crítica algo distinto a elogios y admiración. Aún así, también comentaré pequeños errores de la película que, en mi modesta opinión, no empañan a una obra única, una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos.

Total Recall (algo así como "recuerdo total") de Paul Verhoeven de 1990 no es una película perfecta pero sí magnífica y singular. Se hizo una versión, desastrosa por cierto, en 2012 que no quiero seguir comentando.

¿Por qué Desafío total es una película especial?
Porque narra una historia épica de acción y aventuras futuristas que engancha al espectador desde el minuto cero. Es entretenimiento en estado puro, pura adrenalina. Pero no solo eso, es una película llena de detalles, una sucesión de escenas y situaciones llenas de imaginación, algunas novedosas en 1990 (los realistas tiroteos hoy en día son habituales en cualquier película de acción pero en esa época solo veíamos tanta sangre en el cine gore o en películas de crímenes), la secretaria que se "pinta" electrónicamente las uñas, los videoteléfonos (aún no existían ni por asomo los smartphones ni nada por el estilo), Schwarzenegger sacándose el micrófono por la nariz (una de las muchas escenas imposibles de olvidar de la película), la escena en que el falso médico le ofrece una pastilla para "salir del sueño" a Douglas Quaid (escena imitada descaradamente años después en Matrix con lo de la pastilla azul y la roja), la máquina de injertar recuerdos (otra escena inolvidable), la mujer de los tres pechos (ídem), esos ojos saliéndose de las órbitas al entrar en contacto con la atmósfera marciana, el taxi comandado por Johnny5, un androide taxista cuyo rostro se basó en un actor real, Robert Picardo (famoso en series como Star Trek o Stargate), etc, etc.

Y Marte. Ahora es fácil, a toro pasado, saber cómo es realmente Marte puesto que hay robots que nos envían fotos en alta resolución y vídeos pero en 1990 ninguna película se había atrevido a mostrarnos el Planeta Rojo y mucho menos una base espacial mínimamente realista en su superficie. Pues sí, ha quedado desfasado pero no es justo quitar el mérito de regalarnos de un modo, entonces creíble, algo que nunca habíamos visto antes en cine. Del grandioso espectáculo, ya ni hablamos. Vemos hoteles de lujo, maquetas maravillosas, todo tipo de efectos visuales o mecánicos (esos mutantes, ese taxista que tiene un brazo "articulado"...), la cúpula que se rompe y "aspira" a todo bicho viviente, las máquinas perforadoras bajo el subsuelo marciano, el barrio chino (esa maravillosa prostituta acondroplásica, inolvidable también) y, por supuesto, Kuato, el líder de la resistencia contra el ególatra magnate Cohaagen (Ronny Cox). Infinidad de cosas se me quedan en el tintero en esta fantasía desbordante que es Desafío total.

Pero no solo efectos visuales y espectáculo tiene la película. También hay un guion sólido, fascinante detrás. Con una historia de fondo de Philip K. Dick, "We can remember it for you wholesale", la trama nos envuelve en una historia, narrada con ritmo frenético por Verhoeven (no hay ni un minuto de tregua, imposible aburrirse) donde el personaje principal descubre que han manipulado su mente en un futuro donde es posible literalmente injertar recuerdos falsos en el cerebro, donde se juega con la identidad del personaje, donde se juega con un gran misterio para el espectador: ¿Todo es real o el sueño del agente secreto que injertaron en la clínica a Schwarzenegger? Ver spoiler.

Una historia de crítica social que podríamos incluir en la "trilogía" de Paul Verhoeven junto a Robocop y Starship Troopers donde el director de origen neerlandés muestra parte de sus ideas políticas. Los rebeldes de Marte son los trabajadores que se revelan contra el dictador sin escrúpulos Kohaagen que los explota para sacar pingües beneficios a sabiendas que hay una estructura alienígenas que sería beneficiosa para todo el mundo salvo para sus asquerosos intereses, claro. ¡Hasta el aire les cobra! Literalmente.

La película no sería igual sin Swcharzenegger. El carisma que da el actor de origen austríaco no lo aportan otros. Su personaje es básicamente épico, no necesita una interpretación "de Oscar". Como curiosidad, la música (absolutamente espectacular) de Conan el Bárbaro donde también trabaja nuestro querido Arnold, se parece bastante a la de Desafío Total donde Jerry Goldsmith obtuvo un resultado excelso. En España, durante años, vimos los partidos de fútbol de Canal+ con esta sintonía como cabecera. Gran acierto, sin duda.

También se lucen Sharon Stone en un papel a medida, la pérfida Lori a la que Verhoeven quería sacar desnuda pero problemas contractuales lo impidieron. No mucho después el holandés se quitó su frustración haciendo Instinto Básico donde la Stone se convirtió en todo un símbolo erótico del Cine.
Aún mejor es la presencia de Michael Ironside, actor que habla poco con la boca pero mucho con la mirada. Es impresionante el catálogo de gestos que hace en Desafío Total, especialmente cuando piensa en Lori, su amada, contrastando su rictus de tipo duro habitual, la rabia, el rencor...con el amor que siente por ella. No todo el mundo sabría decir tanto con miradas.
A modo de anécdota, Ironside elogió a Shwarzenegger por su solidaridad durante el rodaje cuando falleció su esposa o cuando compartió algo de su comida y su agua (el equipo sufrió una intoxicación alimentaria por las malas condiciones higiénicas del lugar).

Parte de la película se rodó en edificios reales de México. Las escenas de la ciudad con sus muros de cemento, espacios cerrados muy grandes, llenos de gente, de tecnología por todas partes
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luth
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9
19 de abril de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fargo es mi película favorita de los Coen, lo cual no es poca cosa, teniendo en cuenta el talento, para mí innegable, de estos estupendos autores. Podríamos citar otras películas muy destacables pero hoy me centraré en la que más me gusta de ellos.
Fargo es, ante todo, una película elegante, respetuosa, reflexiva.
Es una película para pensar. Para pensar en la vida, en las personas, en el mundo actual, en nuestra sociedad. Lo que vale la pena, lo que no. El sentido que le damos a nuestras acciones. La moral que pueden o no tener esas acciones.
Fargo narra una historia que engancha y nos la cuentan despacio, con detalle, con una puesta en escena sobria pero hermosa. Mucho peso de que así sea la tienen unos actores fantásticos, desde la admirada Frances McDormand que, al menos a mí, no defrauda nunca hasta Buscemi, William H. Macy, Stormare, etc. Todos están muy bien en Fargo. No sería igual sin ellos.

Es una película de miradas, de cómo miran los personajes. De la mezcla de ternura, compasión y decisión de la agente Marge Gunderson (McDormand) , de la crueldad y falta de empatía del asesino Carl Showalter (Stormare), de la mezquindad del indeseable Gaear (S. Buscemi), del aburrimiento y cobardía de Jerry (William H. Macy)...

Nuestras vidas son frías, desangeladas, como las de los personajes de Fargo. Como la nieve de ese decorado natural en que odian, temen, huyen. Dinero, prostitución, la rutina del trabajo, la falta de alicientes, la sensación de que necesitamos mucho más para vivir, las mentiras, la falta de escrúpulos, la falta de respeto a la vida, a las personas...
De todo esto nos hablan los Coen y nos lo cuentan bien. De ahí, el mérito.

Película muy recomendable. Difícilmente decepcionará a alguien. La he visto cuatro veces con personas muy distintas a mi lado y gustó siempre. No es casual.
Luth
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9
17 de abril de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi siempre vemos las historias de la vida desde el mismo punto de vista. Es inevitable porque solo somos uno, individual, con nuestros sentidos y nuestra mente (portátiles pero anclados a nosotros) y recibimos los puntos de vista de los demás a través de los medios de comunicación de masas y de cultura que terminan siendo también uno porque la mayoría todo lo diluye.
Y, sin embargo, sabemos que nos enriquecemos cuando podemos cotejar varios puntos de vista. Aprendemos, mejoramos, tenemos una visión superior.
Por eso Alemania, año cero es de visión imprescindible. Rossellini nos muestra el otro punto de vista, el que no hemos visto casi nunca, el de los alemanes derrotados en la Segunda Guerra Mundial, su tragedia, su dolor, su pobreza, la derrota como tal. Siempre se nos presenta como inevitable la dicotomía entre los malotes nazis y los aliados, los demócratas. Y, como moralmente es así, así lo aceptamos sin reflexionar un minuto. Yo tampoco puedo dudar que la democracia es superior al fascismo. Ninguna persona decente puede plantear lo contrario.

Pero eso no quita que observemos como niños curiosos el otro lado, eso es lo que hace Rossellini. Y resulta fascinante porque vemos en esa sociedad alemana de los años '40 nuestra sociedad de hoy en día. Vemos cómo se alzó algo tan monstruoso como el fascismo, sin que casi nadie se alterara, ni saltaran alarmas de peligro. Como lo hace hoy, en pleno 2021 y del mismo modo el nuevo fascismo que sigue siendo el de siempre. Con insidias, con calumnias, con el apoyo de los grandes poderes económicos que se disfrazan de libertarios y demócratas.
Y vemos en Alemania, año cero, las consecuencias, las terribles secuelas de tanto desatino.
Podemos aprender mucho para no cometer los mismos errores. ¡Gracias maestro!
Luth
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