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Críticas de Alejandro Rubio
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
9
14 de octubre de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Darren Aronofsky sigue en plena forma. Tras haber conquistado tanto a público como a prensa profesional con la oscarizada “Cisne Negro” y sufrir un leve traspiés con la mediocre “Noé”, el director estadounidense vuelve a poner todas las cartas sobre la mesa con “madre!“, un ¿thriller? pseudo-psicológico de apariencia casi tan oscura como su guión. Nunca a nadie se le ha dado mejor crear el caos en una sala de cine y, si ya en 2010 temblamos con la historia protagonizada por Natalie Portman, este año arañaremos nuestras butacas de cine hasta destrozarnos las uñas.


“madre!” (o “mother!” en su versión original) narra la vida de una mujer que se somete a la reforma total de una casa completamente abandonada perteneciente a su marido, un escritor de éxito que sufre por no encontrar ideas para su nuevo proyecto literario. Este espacio de paz y armonía será destrozado tras la visita de una pareja poco ordinaria. Y aquí es donde comienza el caos que hace a “madre!” toda una obra maestra cinematográfica. No hay ni un solo detalle sin pulir: iluminación, fotografía e incluso transiciones de planos. Darren Aronofsky demuestra una vez más ser uno de los mejores directores del panorama cinematográfico hollywoodiense ofreciendo un viaje al espectador del que será imposible salir de manera indiferente. Y es que, el primer gran acierto del largometraje es quedar grabado en la retina de aquel que asiste a su proyección. Al igual que el cine de Winding Refn o Thomas Anderson, o lo amas o lo odias.

Todos los detalles han sido acicalados de la manera más extrema posible, empezando por las interpretaciones. Jennifer Lawrence es la encargada de llevar el peso total de “mother!”. La joven actriz se muestra totalmente entregada al papel y, por suerte, da la talla. Pero, lo mejor de todo, es el cambio de registro que implica este papel en su ¿corta? carrera cinematográfica. Su personaje en cintas como “El lado bueno de las cosas” queda en una dulce chica si la comparamos con esta mujer coraje que explota a mitad de la película. Jennifer Lawrence es bien acompañada por un espeluznante Javier Bardem, que se muestra igual de cómodo que en producciones nacionales. De entre todo el reparto repleto de grandes nombres, es el único capaz de ensombrecer a JLaw en alguna de las escenas. Para finalizar, un excelente dueto formado por Ed Harris y Michelle Pferiffer toman lugar en la cinta de Aronofsky. Este cuarteto de actores supone un caramelo cinematográfico tanto para el público más cinéfilo como para el comercial, debido a la recopilación de grandes estrellas de las últimas tres décadas.

El despliegue de elementos cinematográficos usados es simplemente fascinante. Darren arriesga y evita, cuando la ocasión lo requiere, los cortes de plano cuando el espectador no necesita interpretar una nueva imagen, creando preciosas transiciones mediante sobreimpresiones (véase la reforma que ocurre de manera natural de la casa tras el incendio con el cual comienza la película). Su iluminación astuta, mostrando las sombras de los personajes que aún desconocemos emocionalmente, la oscura paleta de colores utilizadas, en la que predominan un rojo sangriento y un negro casi puro y hasta los movimientos de cámara naturalistas que han sido tratados hasta el último momento, evitando desastres como, por ejemplo, la primera entrega de la saga de “Los Juegos del Hambre”. Darren se ha adentrado en una pomposidad puramente gótica, donde lo tétrico predomina por encima de todo. El espacio que rodea la casa netamente cuadrado, el hogar ubicado milimétricamente en el centro de este… no existe ningún cabo suelto en este aparente caos que Aronofsky traerá el próximo viernes a las salas de cine del país.

Su guión: un desastre encandilador. Su presentación de personajes más que acertada, su desarrollo y la transformación de estos personajes de carácter redondo están detallados de manera sublime en el libreto, también escrito por el director de la película. “madre!” consigue ser un thriller psicológico, una batalla personal y hasta una cinta bélica, apenas rebosando los ciento veinte minutos de metraje. Los temas a tratar, muy paralelos a su mayor obra hasta día de hoy, “Cisne Negro”. Aronofsky vuelve a meterse en camisa de once varas tratando la perfección, muy simbolizada en la grabación de la cinta, las relaciones amorosas, la muerte y hasta los abusos sexuales. Lo que en el año 2010 veíamos a través de la mirada de Natalie Portman gracias a un necesario point of view, se transforma ahora en la represantación de las frustraciones de Javier Bardem mediante la mirada de Jennifer Lawrence. Aronofsky ha conseguido incomodar al espectador, sellándolo en su butaca como hacía años que no se experimentaba.

Nunca antes un caos ha sido tan perfeccionista, disfrutable y cautivador. Que empiecen a llover las estatuillas, por favor.

Nota: 8,75 / 10
Alejandro Rubio
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7
5 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vigésima nominación a los Oscars de Meryl Streep viene de la mano de “Florence Foster Jenkins“, una elegante comedia que sorprende debido a su ligereza narrativa y al gran reparto contenido en la cinta. La máxima nominada viene acompañada por Hugh Grant y Simon Helberg, consiguiendo un trío interpretativo de los más vistoso. La dirección, que corre a mano de Stephen Frears resulta sólida y poco ambiciosa. ¿Por qué ha sido tan ninguneada en los últimos premios de la Academia norteamericana?


“Florence Foster Jenkins” cuenta la historia de una cantante cuyas dotes son bastante limitadas. Algo así como una Selena Gomez del año 1940. La excéntrica Florence, con la ayuda de su marido y de su recién contratado pianista, convencida de poseer un talento innato para el mundo de la canción, se verá inmersa en cientos de momento inverosímiles que provocarán más de una carcajada en el espectador.

La cinta, dirigida por Stephen Frears (“Philomena”, “La Reina”), supone una divertida y ligera comedia idónea para un domingo por la tarde. Sin embargo, la película contó con numerosas nominaciones a los últimos Globos de Oro, haciendo resurgir la cinta como una posible candidata para la próxima gala de los Oscars. Sin embargo, no ha sucedido, teniendo que conformarse con dos nominaciones: mejor actriz protagonista y mejor diseño de vestuario, dos campos en el que la película deslumbra por encima de muchas otras.

Si por algo destaca la cinta es por el increíble trío interpretativo que se nos presenta. Como ya sabemos, y por mucho que Donald Trump opine lo contrario, Meryl Streep es una de las mejores actrices de la historia. Sus veinte nominaciones a los premios de la Academia son una prueba de ello. La actriz se mueve como pez en el agua tanto en drama como en comedia. “Agosto”, “La Dama de Hierro”, “El Diablo Viste de Prada” o “Julie & Julia” son algunos de los títulos con los cuales Meryl ha conquistado a la crítica y a los espectadores en la última década. También tenemos otros papeles que, a pesar de contar también con el aplauso de los medios profesionales y cineastas, han pasado sin pena ni gloria. Por ejemplo, su papel de bruja en “Into The Woods“. En “Florence Foster Jenkins” demuestra nuevamente una enorme versatilidad interpretativa, siendo el centro de miradas de los espectadores. Meryl cumple con las expectativas pero no logra darnos un personaje que pase a la historia de su enorme carrera, quizás debido al planteamiento del personaje en el guión más que a su interpretación. Seguidamente, encontramos a un galán encarnado por Hugh Grant que, para qué engañarnos, desarrolla el mismo papel que en “El Diario de Bridget Jones” pero 70 años antes. Por último, encontramos a Simon Helberg, conocido por su papel en “Big Bang Theory”, que lucha por no quedar encasillado como un prestigioso físico de lo más freak. Como primer papel importante fuera de la serie, su interpretación consigue hacernos olvidar a Howard Wolowitz, con lo que es más que suficiente.

Su guión, desgraciadamente, podría haber dado más de sí. Siendo una cinta de unos 110 minutos de duración y, tratándose de una comedia, hubiese sido divertido ver alguna que otra excentricidad por parte de la cantante y un poco menos de los líos amorosos en los que se encuentra sumergido su marido.

Su fotografía es elegante sin pecar de pomposa al igual que su maquillaje y peluquería. Su diseño de vestuario va acorde a la época en la que está ambientada y, a pesar de lo horripilantes que resultan algunos de los modelitos de la cantente Florence (- The Machine), podemos ver que se asemejan a la ex-Selena Gomez del mundo de la música.

En definitiva, “Florence Foster Jenkins” es una cinta idónea para un domingo por la tarde, pero no pidas peras al olmo. Querida Meryl, sal de tu zona de confort y haz de tu vigésimo primera nominación tu cuarto Oscar.

Nota: 6,75 / 10
Alejandro Rubio
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2
5 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen cientos de películas que, debido a su contenido sexual tan explícito, pueden llegar a ser consideradas por muchos como películas pornográficas. En anteriores años, cintas como “Nymphomaniac” o “El Desconocido del Lago” levantaban ampollas entre los espectadores debido a sus altas connotaciones e imágenes cargadas de sexualidad. “King Cobra” ha querido pertenecer a este grupo pero, desgraciadamente, se ha quedado en una nefasta TV-movie que no será apta ni disfrutable para ningún tipo de público.


“King Cobra” es la última abominación causada por la diarrea artística tan propia de James Franco. La película narra los comienzos en la industria pornográfica gay de Brent, un joven que ve el cine X como medio perfecto para dejar atrás todo su pasado, a pesar de que en la película no se nos de mucha información sobre este, puesto que comienza con el primer casting del joven aspirante a estrella. Desde aquí parte la hermana fea, absurda y aburrida de “The Neon Demon“. Un guión superficial, cargado de clichés y predecible hasta límites insospechados que, obviamente, acaba dejándonos un sabor de boca casi tan malo como la actuación de todos y cada uno de los integrantes.

El argumento de la película recuerda mucho al de “Boogie Nights”, debido a que la base de la que parte es exactamente la misma. Sin embargo, su torpe fotografía y la mala escritura de su guión hacen que “King Cobra” resulte un fracasado remake gay edition de la cinta de Thomas Anderson. No me sorprendería nada ver en el cartel algún subtítulo del estilo “de los productores de Epic Movie”, puesto que la película llega a resultar una propia parodia sobre el comportamiento de los homosexuales y del funcionamiento de la industria pornográfica. Y no metamos a Torbe en esto. Para algo de lo que no tiene la culpa…

¡No se salva ni el vestuario! ¿Quién tuvo la idea de vestir a todos y cada uno de los personajes como lesbianas de los 10s? Camisas de cuadros sin mangas, chaquetas vaqueras también sin mangas y escotes que llegan hasta el ombligo. Personajes que se muestran más fáciles que la tabla del 0 y que actúan sin ningún tipo de verosimilitud para el espectador debido a la mala presentación que se ha hecho de estos.

Justin Kelly, director de nada-relevante-en-esta-vida, demuestra una dirección torpe que ensombrece aún más el resultado de la cinta debido a su dirección impersonal y pre-fabricada. Ni un triste juego de luces, ni de cámaras, ni de planos a pesar de el amplio abanico de posibilidades que ofrece el cine dentro del cine, aunque este sea X.

¿Qué podemos salvar de la película? Pues poco. Quizás la interpretación de Garrett Clayton, el twink más popular de la película. Mejor que en “Hairspray Live!“, donde daba vida a Link, siendo la peor actuación tanto vocal como interpretativa del musical emitido en directo. Quizás sea esa la razón por lo que es lo único destacable de esta película.

En definitiva, “King Cobra” es una película que necesitaba mucho más tiempo de meditación y escritura. Demasiado impersonal para abarcar una historia tan íntima como esta y demasiado monja como, por lo menos, poder llegar a “entretener” (wink, wink).

Ni para cascársela.

Nota: 2/10
Alejandro Rubio
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7
5 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Manchester Frente Al Mar” es una de las candidatas a hacerse con la preciada estatuilla el próximo 26 de febrero y, según la prensa especializada, la única junto con “Moonlight” capaz de acabar con el liderato establecido por “La La Land”. Con seis nominaciones, podemos confirmar que los críticos están dando palmas con las orejas con esta cinta. Pero, ¿verdaderamente es para tanto?


La cinta dirigida por Kenneth Lonergan (“Margaret”, “Gangs of New York”) narra la historia de Lee Chandler Bing, un hombre de vida desestructurada que se ha visto envuelto en problemas durante toda su vida. Lee se verá ejerciendo de tutor legal de su sobrino tras la muerte de su hermano, lo cual supone una nueva pérdida de estabilidad en el protagonista. “Manchester Frente Al Mar” es una historia íntima y personal sobre el sentimiento de culpa y las relaciones familiares que calará profundamente en el espectador gracias a la escritura de su guión y a las impresionantes interpretaciones que la cinta trae consigo. Sin embargo, los 150 minutos de duración resultan poco sólidos, llegando a desconectar intermitentemente pasada la primera mitad de la película.

Si por algo destaca “Manchester Frente Al Mar” es por su guión. Sorprende gratamente el enfoque que toma, ya que todos los actos están tratados desde el punto de vista de Lee, protagonista absoluto de la historia. Lee (Casey Affleck) es un hombre que ha cometido cientos de errores debido a sus problemas con el alcohol. Sin embargo, esta visión sirve para adentrarnos de lleno en la piel del personaje, siendo capaz el espectador de perdonar su pasado y darle una nueva oportunidad. Incluso cuando sabe que sus acciones en la actualidad no son las correctas, el espectador consigue empatizar de lleno gracias a la escritura de su guión y, como no, la increíble interpretación de Affleck. “Manchester Frente Al Mar” recuerda a la lectura de “Lolita”. Sabiendo que las acciones de Humbert, un hombre de mediana edad, son completamente erróneas, el espectador consigue ver y casi entender el abuso infantil hacia Lolita. Aquí se repite la misma carta y, por suerte, el resultado es espectacular.

Sin embargo, la película peca de una mala estructuración de su guión. Los 150 minutos de metraje quedan desaprovechados y resultan el mayor handicap de la cinta. Su primera mitad resulta sólida y con una seguridad espléndida. Sin embargo, los sucesos pocos relevantes y la pérdida de la intriga que componen esta segunda mitad debilita en exceso el resultado final de la película. La que podría coronarse como “drama del año” acaba convirtiéndose en una cinta cansada y descafeinada.

Su apartado interpretativo brilla con máximo esplendor. Casey Affleck consigue llevar el peso absoluto de la película de manera soberbia. Este adulto con cara de niño refleja el dolor y la culpa desde el primer fotograma de una manera increíble, siendo capaz de aguantar difíciles primeros planos y adentrarse por completo en el personaje. Su premio Oscar estaría más que merecido, pero las acusaciones de acoso sexual podrían jugar en contra del hermanísimo de Ben. Por otro lado encontramos a Michelle Williams, ex-mujer del protagonista y única actriz capaz de robar todo el protagonismo cuando aparece en pantalla. Tan solo son necesarias tres escenas para que su actuación quede grabada en nuestras retinas. Sencillamente magnífica. Por último, Lucas Hedges, cuya interpretación pasa sin pena ni gloria.

En su apartado más técnico, la película resulta correcta. Al tratarse de una cinta tan íntima, se apuesta mucho más por interpretaciones y guión que por una pomposa fotografía o una demoledora banda sonora. Por suerte, el resultado no queda entorpecido, aunque hubiese sido de gran agrado la presencia de elementos cinematográficos con el fin de engrandecer la cinta o, puestos a pedir, evitar el desgaste sufrido en la segunda mitad de la cinta.

En definitiva, “Manchester Frente Al Mar” consigue momentos brillantes pero que, por desgracia, llegan a ser ensombrecidos por otros dotados de una enorme flacidez narrativa. Eso sí, merece la pena su visionado por las interpretaciones y los momentos álgidos de esta.

Nota: 7 / 10
Alejandro Rubio
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7
5 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas, una de las cintas de animación más aclamadas del año. “Kubo y las dos cuerdas mágicas” se ha hecho con el apoyo totalitario de la crítica gracias a su método tan convencional de grabación y al estupendo viaje que supone tanto para niños como adultos. Para muchos, esta película está a punto de convertirse en la primera película de los estudios Laika en hacerse con la estatuilla más preciada del cine de animación el próximo mes de febrero, cuando aún no se han presentado ni las nominaciones de los premios Oscar. ¿Es para tanto?


“Kubo y las dos cuerdas mágicas” cuenta la historia de Kubo, un niño con poderes mágicos capaz de hacer figuras de papel mientras toca la guitarra. Origami musical. Suponemos que, el día en el que se repartieron los poderes en su familia, él fue el último. “Kubo” supone una experiencia audiovisual bastante agradable pero que está lejos de ser una obra maestra en este género. Su guión, a pesar de brillar por su sobresaliente estructuración, puede llegar a ser demasiado confuso para los niños, que se centrarán más en lo visual que en la historia.

Los puntos fuertes de esta cinta quedan claros desde primer momento. La textura de sus fotogramas y la vitalidad y color de los que se dotan todos y cada uno de ellos serán los encargados de cautivar al espectador en el momento en el que comienza a proyectarse la película. Sin embargo, una vez nos acostumbramos a esta fascinante fotografía, necesitamos de un guión capaz de hacernos seguir con el interés de la película. Su guión, lejos de ser pobre, cuenta con historias cargadas de emoción que nos ayudarán a seguir disfrutando de este viaje que, desgraciadamente, no supera la calidad de otras cintas como “Toy Story”, “El Viaje de Chihiro”, “Del Revés” o, este mismo año, “Zootrópolis”, película más frenética de la historia cinematográfica del género animado.

“Kubo” funciona como película familiar, aunque no como película infantil. Quizás sea esta la razón por la cual la crítica está dando palmas con las orejas con la cinta, la cual se ha hecho un hueco gracias al leve traspiés por parte de Disney Pixar. Probablemente este año no veamos “Buscando a Dory” entre las nominadas, pero tampoco veremos a “Kubo” alzándose con tan ansiado premio. Disney, un año más, conseguirá coronarse como el mejor estudio de animación de la historia del cine y, si no, tiempo al tiempo. “Zootrópolis” ha conseguido adaptar un thriller a un formato animado de una manera soberbia, suponiendo una nueva vuelta de tuerca al género.

En definitiva, “Kubo” funciona y encandila al espectador debido al enorme trabajo y resultado visual que se ha conseguido. Sin embargo, acaba siendo “La Canción del Mar 2.0″, con todos sus aciertos y fallos.

¡Ah! Queridos estudios Laika, podríais haber titulado la película simplemente”Kubo” y así os hubieseis ahorrado el ENORME SPOILER que supone este título oficial.

Nota: 7 / 10
Alejandro Rubio
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