Para una vez que los protagonistas de una tragedia universal son compatriotas, va un compatriota y los convierte en yanquis... Si se supone que lo mejor de la peli es la recreación del tsunami y los vídeos que se tomaron del tsunami real resultan mucho más espectaculares y estremecedores que lo que nos muestra Bayona... con eso queda todo dicho.

La familia protagonista es hermosa, demasiado hermosa (primer punto increíble), los avatares por los que pasa una sobreactuada Naomi Watts resultan asimismo poco creíbles... la actuación de Ewan McGregor es poco convincente, plana... y aunque los niños están bien dirigidos, tampoco llegas a creerte los personajes.

En suma, un bodrio de buena factura, que se queda en la estética y la fotografía, y poco más, porque la machacona banda sonora tampoco ayuda.

Tras leer un buen número de críticas vertidas sobre esta película, paso a explicar mis impresiones una vez la he visionado y, en mi caso, disfrutado. Altamira (2016) trata la desconocida pero interesante historia del descubrimiento de las pinturas de la cueva de Altamira, llevada a cabo por un naturalista aficionado y de buena posición, Marcelino Sanz de Sautuola, y su hija María, tras acceder a una cueva descubierta a su vez por Modesto Cubillas, aparcero de sus fincas.

Reconozco que estamos ante un producto que prometía mucho, pero que se queda en eso, en una promesa que no llega a cumplir con las expectativas, habida cuenta la inversión y la presencia de un director de prestigio y un elenco relevante de actores. Comencemos por resaltar el hecho de que muchas de las interpretaciones dejan bastante que desear, desde la enigmática Golshifteh Farahani, en su papel de Conchita, que de tan hierática y como absorta en su espiritualidad, resulta totalmente inexpresiva, marmórea si se quiere; pasando por un irreconocible Rupert Everett, en su papel del estricto Monseñor, sobreactuado y caricaturesco; y finalmente la hija niña de Marcelino, María, interpretada por Allegra Allen, la cual lamentablemente no transmite la alegría e inocencia esperadas, abusando en demasía de gestos forzados en primeros planos.

No obstante, he puntuado la película con un 7, en primer lugar por el buen hacer de Antonio Banderas en el papel del inquieto, ilustrado y honesto Marcelino; y en segundo lugar porque la relación padre-hija, en donde el progenitor transmite con realismo y la vehemencia suficiente su vocación por los enigmas y las maravillas de la naturaleza y de nuestro pasado prehistórico, resulta muy convincente y estimulante. Asimismo, he disfrutado del desarrollo de la trama, y he apreciado la veracidad de unas instituciones académicas y científicas reaccionarias y contrarias a la incorporación de ideas o descubrimientos nuevos, particularmente de aquellos que puedan poner en entredicho o directamente negar hipótesis o teorías ya asumidas o dadas por válidas. Si a ello añadimos el momento en el que transcurre la historia, finales del siglo XIX, podemos comprender aún mejor el conflicto existente entre fe y razón, entre creencias y evidencias científicas.

Efectivamente, la última animación de los estudios Walt Disney vuelve a hacernos creer en ellos. La perfección técnica de Vaiana llega a límites insospechados, de tal manera que en ocasiones hay que pestañear varias veces para no llegar a creer que el mar que se nos presenta no es real... Los personajes cumplen su cometido, son divertidos y creibles, y la heroína, Vaiana, es a la vez intrépida, hermosa y decidida... una joya de "princesa Disney", vamos. El guión es previsible pero el ritmo es excelente, con lo que prácticamente no decae en ningún momento. Quizás la música no sea el aspecto que más destaque en este filme, pero logra su cometido.

Mi consejo: vaya a un buen cine, con gran pantalla, digital, y sonido envolvente... y déjese envolver por la magia del buen cine Disney y la optimista naturaleza de las islas del Pacífico y sus gentes. Es una película familiar: sus hijos no saldrán defraudados, usted tampoco.

Julieta es una película fácil de ver, agradable a la vista y con ciertos aires "hitchcockianos" que, sin embargo, no llega a funcionar del todo. La Julieta actual, la que nos relata su historia mientras le escribe una carta a su hija Antía, la interpreta una más que solvente Emma Suárez, mientras que en sus años más jóvenes es Adriana Ugarte la encargada de darle vida al personaje; aquí ya con unas evidentes carencias interpretativas, propias de esta actriz, aunque algo mejor llevadas que en interpretaciones pasadas, seguramente por el buen hacer de Almodóvar. Destacar la actuación de Rossy de Palma, que da vida a Marian, la cuidadora del hogar de Xoan Feijoó (Daniel Grao). En general el elenco de actores, con Darío Grandinetti como Lorenzo Gentile, Inma Cuesta como Ava o Michelle Jenner como Beatriz, cumple con las espectativas, realizando todos unas interpretaciones aceptables, aunque no necesariamente memorables.

Desde el comienzo de la película, Almodóvar intenta transmitir al espectador la inquietud soterrada de Julieta, que nos hace entrever cierto drama pasado, y que es en realidad lo que sostiene el interés a lo largo de toda la cinta. Sin embargo, más allá del contraste en las actuaciones de las dos actrices que interpretan a Julieta, con victoria por goleada de la atormentada Emma Suárez, la vida contada como en dos mitades, gracias al socorrido flashback, puede resultar en ocasiones confusa. Asimismo, el desenlace de la historia, la explicación a los sentimientos aterrados y melancólicos de la Julieta actual, aunque quedan explicados a lo largo de la cinta, no contienen en mi opinión la suficiente carga dramática y a la postre resultan, por cotidianos, pobres, si no banales.

La promesa de un historia convulsa, del drama soterrado que se hace entrever en los primeros compases de la cinta, no se corresponden con los acontecimientos que poco a poco van saliendo a la luz... El ritmo, la música, los colores vivos y primarios propios de la filmografía de Almodóvar, están muy bien llevados, pero las carencias en el desarrollo y la frustrante falta de argumentos dramáticos de peso, hacen que las expectativas se vengan abajo, y el espectador se quede con la sensación de que para este viaje nos podíamos haber ahorrado tantas alforjas.

"Out! OUT!!"*
Charlize Theron es simplemente una diosa, su belleza no tiene medida, pero en esta película consigue turbarnos, aterrorizarnos, porque su actuación como madrastra es soberbia... y su capacidad hipnótica de mostrarnos la encarnación del mal hace que, solo por eso, valga la pena visionar esta película.

La mayoría de las críticas que he leído aquí son negativas y se fundamentan en lo absurdo de algunas tramas y la presencia de ciertos personajes en momentos puntuales que no le aportarían nada al guión... Yo no lo veo así. Me da igual si alguna escena se asemeja al Señor de los Anillos (que sí las hay), o a la Pricesa Mononoke (que no tengo ni puñetera idea de quién es...); me da igual si Blancanieves no recibió clases de equitación, o debería estar agotada tras su encierro... Incluso me da igual el papelón del tal William... Si queremos ver una película de fantasía, bien facturada, de bella fotografía y bellos protagonistas, con la suficiente acción y un ritmo trepidante en los momentos justos, esta película no defraudará.

La vuelta de tuerca y giros caprichosos del guión a partir de la trama original de Blancanieves, es por momentos delirante; y en mi opinión esta nueva interpretación del clásico no debilita la historia, sino que la renueva y actualiza.

Ciertamente, no puedo estar en desacuerdo con la repetida crítica al hecho de que cómo puede en algún momento el "espejito mágico" afirmar que Blancanieves (Kristen Stewart) sea más bella que la madrastra (Charlize Theron), cuando eso es metafísicamente imposible. Así y todo, como espectador interesado en meterse "dentro de la trama", le fui dando mi voto de confianza a esta Blancanieves, para creerme su candor y belleza... y por momentos funcionó; al fin y a la postre, ¡la Blancanieves original es la menos sensual y más sosa y aniñada de todas las princesas Disney! No era difícil superar algo así ;-)

Resaltar el aire a lo Juego de Tronos que trasmite la película, aunque sin llegar nunca, y afortunadamente, a la crueldad y dureza de la serie de TV. También son reseñables las escenas de cargas de caballería y la persecución a caballo de Blancanieves por soldados de la reina... de nuevo, un poco Lord of the Rings. Asimismo, la banda sonora, sin ser espectacular, es correcta y apropiada, con algunos momentos de intensidad comedida.

En suma y fundamentalmente, esta película consigue transmitir verazmente una historia "de cuento de hadas" para adultos, que disfrutarán todos los amantes de películas épicas con sabor medieval.

*aconsejo visionar la versión original