Está segunda parte de las aventuras de este policía tan peculiar en sus métodos no está nada mal, pues sigue manteniendo grandes dosis de acción y aventura al igual que la primera parte.

El escenario elegido está vez es más amplio que el de la primera parte, y por ello las posibilidades en el argumento son mayores.

Los efectos especiales están bien hechos, metiéndonos en una espiral de explosiones y persecuciones bastante bien hechas.

La verdad es que merece la pena verla y es muy recomendable para pasar el rato.

Tras las cámaras de esta película y dirigiendo la función nos encontramos a Brian Kirk, un director sobre todo conocido en el mundo de las series como Penny Dreadful, Juego de Tronos o Los Tudor por mencionar algunas. Siendo esta tras "Middletown" su segunda incursión en el mundo del cine.

La historia se centra en el personaje de Andre Davis (Chadwick Boseman), un policía de Nueva york al que le encargan la investigación del asesinato de varios policías. Durante la búsqueda contrarreloj de los responsables, en la que se cierran por primera vez en la historia de Manhattan todos los puentes que acceden a ella, el detective descubre una conspiración en la que tendrá que discernir entre aquellos a los que caza y los sospechosos que están tratando de cazarle a él.

Con esta premisa el guión de Matthew Carnahan y Adam Mervis sabe bien como imprimirle el suficiente interés a la historia para que el público siempre se mantenga atento e interesado por lo que se cuenta, si bien, debo confesar que también peca de resultar un tanto previsible.

La dirección de Brian Kirk me ha gustado, ha sabido rodar una película "a la antigua usanza", con una historia como las de antes y de esas que ya pocas veces se ve en una sala de cine. Recupera mucho del cine policiaco de los 70 y los 80 y eso hace que en su conjunto la película se muestre como si no fuera de esta época. Además se hace uso de efectos artesanales y reales y esto consigue darle un mayor realismo al film como por ejemplo en sus escenas de tiroteos.

Chadwick Boseman famoso por interpretar a Pantera Negra en el universo cinematográfico de Marvel da vida al personaje principal de esta historia, un policia que sin quererlo ni beberlo se verá envuelto en un caso que pondrá patas arriba todo aquello en lo que confiaba obligado de este modo a debatir y poner a prueba sus creencias y principios. Acompañandole tenemos también a Sienna Miller en un papel bastante importante y al gran J.K. Simmons volviendo a demostrar lo buen y polifacético actor que es. El resto del reparto cumple.

La música de Alex Belcher y Henry Jackman sin sobresalir acompaña bastante bien a las distintas escenas y la fotografía de Paul Cameron sirve para mostrarnos de la mejor manera posible esos rincones que se nos muestran de Manhattan.

En definitiva, nos encontramos ante un tipo de cine que ya no se hace y que parece pertenecer a otra época, es por ello que creo le puede costar encontrar un hueco en la cartelera actual, sin embargo aquellos que quieran disfrutar de un buen thriller policiaco pueden encontrar en Manhattan sin Salida un apetecible y entretenido pasatiempos.

Lo mejor: Arriesgar haciendo un tipo de cine que parece no pertenecer a esta época.

Lo peor: Demasiado previsible en determinados giros de guión.

Mi nota final es de un 7 sobre 10.

Una película Española que nos la vendían como un Spaghetti western con un trailer espectacularmente montado para atraer al público a la sala, que vendía una especie de "El Renacido" pero a la Española, pero que luego resulta ser un popurrí raro de muchos géneros distintos sin saber ubicarse en ninguno de ellos. Lo peor es que no solamente uno se puede sentir estafado al salir de la sala por esto, si no que la película en su segunda mitad se pierde en unos derroteros muy raros con personajes que van de un lado para otro sin demasiado sentido y con otros que desaparecen de la película a eso de su mitad para introducir otros nuevos que ni se sabe muy bien que pintan en la historia.

Es innegable que ambiciosa es la película, pero muy mal ejecutada también, que la fotografía y el vestuario son espectaculares, y que su primera hora funciona bastante bien, pero superada su primera mitad todo se derrumba argumentalmente con situaciones irreales y con personajes caricaturescos y sobreactuados. Es como si hubieran querido meter varias películas en una abarcando demasiado y finalmente nada termina por funcionar en la misma. Como bien digo, si la historia que se cuenta en su primera hora, que es de supervivencia pura y dura se hubiera extendido durante las dos horas sin desviarse el argumento de ello creo que el resultado final habría sido mas que satisfactorio. Este es un claro ejemplo de como una película decente es tirada a la basura pasado su ecuador.

En definitiva, nos han vendido una cosa y luego la película en su segunda mitad no sabe ni lo que ofrecer y se pierde en situaciones absurdas. Es por ello que se puede gritar bien alto: ¡Hemos sido engañados!. Mi nota final es de un 1.56986644 sobre 10, si, igual que ha actuado el director que parece que no sabía ni lo que ofrecer al público con esta película así es mi nota.

Tras la interesante "Upgrade" el director Leigh Whannell vuelve a ponerse tras las cámaras para actualizar a nuestros tiempos a uno de los monstruos clásicos de Universal, "El Hombre Invisible".

Cabe destacar como comienzo que no estamos ante una adaptación del clásico de 1933, simplemente se ha cogido la idea y se ha adaptado a la actualidad para mostrar y poner sobre la mesa graves problemas sociales que desgraciadamente suelen copar habitualmente nuestros telenoticias. Es por ello que quizás los mas puristas de este "monstruo" puedan sentirse decepcionados, sin embargo, aquellos que acudan al cine con la mente abierta y dispuestos a dejarse llevar por una historia mas realista encontraran en este producto un sinfín de puntos interesantes en los que indagar.

El argumento gira en torno al personaje de Cecilia (Elisabeth Moss), una mujer maltratada por su exnovio que rehace su vida tras recibir la noticia de que este ha fallecido. Sin embargo, su cordura comienza a tambalearse cuando empieza tener la certeza de que en realidad sigue vivo.

Lo mejor de la película tiene nombre y apellidos propios, y es que la actuación de Elisabeth Moss solo puede clasificarse como sublime. Ofrece la imagen perfecta tanto física como psicológica de una mujer maltratada y sabe imprimirle a su personaje las capas suficientes para simpatizar con su situación y comprenderla. Además la evolución que sufre a lo largo de la película resulta bastante interesante de cara al espectador. El resto del reparto cumple bien pero es indudable que Elisabeth Moss se roba ella sola la película.

El guión escrito por Whannell mantiene el interés a base de giros de guión durante sus dos horas de duración a pesar de que en la recta final la película descarrilla un poco en este sentido, pero nada grave siempre que uno no intente buscarle los tres pies al gato. Lo mejor es dejarse llevar y disfrutar de las sorpresas que nos tiene preparadas.

Por otro lado la dirección de Whannell me ha gustado bastante sobre todo en la forma en la que sabe situar la cámara en los mejores lugares para generar tensión y terror en el espectador y en como sabe usar de una forma correcta y efectista los espacios y escenarios.

La música de Benjamin Wallfisch acompaña perfectamente las imágenes haciendo uso de unos tonos opresivos y dramáticos.

En el aspecto técnico la película obtiene un sobresaliente, para lo que la historia quiere contar y mostrar no se necesita mas de lo empleado en este aspecto.

En definitiva, nos encontramos con un magnifico thriller que se mueve entre el terror, el suspense y el drama y que supone el regreso de uno de los monstruos clásicos de universal por todo lo alto y posiblemente una de las mejores adaptación y actualizaciones.

Lo mejor: La actuación de Elisabeth Moss, sublime. Determinadas escenas de tensión y terror que logran erizar la piel. El buen uso de la cámara y de los escenarios.

Lo peor: Algún giro de guión un tanto recambolesco, aunque no molesto.

Mi nota por tanto es de un 7.5 sobre 10.

La película me ha gustado, pues el director ha sabido recurrir a un tema ya muy tocado en el cine como es el de los animales depredadores pero con un toque de aire fresco, pues aquí para empezar no nos encontramos con unos tiburones psicópatas por que si, si no que la historia en cuestión tiene de por medio la manipulación genética de los animalitos para lograr curar una enfermedad que parecen los humanos, y a raíz de ello se convierten en autenticas maquinas depredadoras.

Las escenas están bien conseguidas, con buenos efectos especiales y una banda sonora muy marchosa.

Eso sí, los espectadores que se impresionen fácilmente no les recomiendo la película, pues hay mucha escena de carnaza humana mutilada.

Los personajes están a la altura de lo que la película puede ofrecer, dándonos una sorpresa al final, pues hay determinados personajes que parecen que son los más importantes y cuando nos queremos dar cuenta se los han zampado los tiburones.