Hellion es el típico ejemplo de peli fraude. Se presenta como terrorífica en los trailers a base de hacer un cortado y pegado muy inteligente de su insulso argumento. Plagia de manera flagrante "La Profecía" pero en versión telefilm chungo, y las interpretaciones (sobre todo de los secuestradores) son de chiste. El niño lo hace rematadamente mal, y los perros, al contrario de lo que ocurre en "The Omen", dan menos miedo que el Niebla de Heidi. También copian un poquito de la serie "Héroes", con pintadas incluidas (menudo talentazo el del niño), y "El exorcista" (escalerita de marras).
Vamos, un fraude que es mejor olvidar.

¡Dios mío! Hace tiempo que no veía una película tan, tan, tan mala. Bajo la excusa de una pretendida originalidad, un grupo de personajes absurdos (por no decir estúpidos) se embaucan en una trama insulsa que no se sabe muy bien a dónde va y que termina siendo una de aquellas comedietas españolas de líos de faldas de mediados de los Ochenta disfrazada de cierta pedantería y mucha, mucha, mucha (excesiva) pretenciosidad.
Para olvidar.

La espiga de oro de la Seminci 2007 es una película correcta, con una fotografía y una música destacables, pero con un guión no demasiado original (más que predecible) y cuya única finalidad parece ser, después de terminar el visionado de la película, trasladar un mensaje de carácter social al (¿tal vez hastiado de ellos?) público. Las interpretaciones son correctas y la ambientación también brilla por sí misma, pero no es una película que vaya a pasar a la historia del cine. Su espiga de oro pone de manifiesto el momento que está pasando la Sección Oficial del festival de Valladolid.

Poco se puede añadir a lo que se ha dicho de "El escritor": una trama que te mantiene atrapado desde el principio, una puesta en escena soberbia, un trasfondo tan desolador como auténtico, unas interpretaciones magníficas y, lo que es mejor de todo, para nada previsible. Desde el minuto uno el espectador se da cuenta de que está delante de un clásico. Magnífica, probablemente lo mejor de Polanski.

Sin lugar a dudas, el mayor tropiezo de la carrera de Audrey Hepburn fue elegir interpretar este papel, y las críticas de la época se ensañaron con este film. Parece ser que estaba en el contrato de la Paramount, pero la película resultante resulta pesada, con un guión que se pierde en sí mismo y con un manifiesto exceso de metraje.
Totalmente prescindible.