Por un lado tienes a un Hugh Laurie en su mejor momento, capaz de llenar la pantalla con una sola mirada o con un silencio y por otro lado tienes un guión con posibilidades.
Y con todo esto, solo eres capaz de hacer una película inconexa, una película que por momentos te lleva a perderte, una película que solo consigue engancharte cuando el drama se hace brutal.
Sin duda una gran ocasión perdida. y sin duda tendréis muchas mejores cosas que hacer que perder dos horas en el visionado de este film.

Es está una película que rezuma teatro a cada escena liderada por el siempre mágnifico Brendan Gleeson que vuelve a resultar intensamente real, potente y crudo como el argumento de Calvary.
Quizá el inicio es tan prometedor que conforme avanzan los minutos te sientes algo defraudado, pero ideada como una secuencia de situaciones que a modo de duros golpes enmarcan la historia y si bien son desiguales entre ellos consiguen el objetivo de hacernos respirar el ambiente que vive el párroco protagonista.
Con una notable fotografía, un ritmo soportable y diálogos más que interesantes, sin duda estamos ante una buena película de McDonagh y otra estupenda interpretación del sensaciónal Brendan Gleeson.

Es una maravilla contemplar los personajes de Ibañez con movimiento, fuerza y todo lujo de detalles en una animación del más alto nivel. Javier Fesser ha conseguido una película visualmente excelsa.
Ahora bien, si los que conocemos los tebeos de Ibañez sabemos que Mortadelo y Filemón es una secuencia ininterrumpida de golpes y meteduras de pata de estos dos detectives de la TIA y en ese sentido Javier Fesser capta fielmente el espiritu del comic creo que el director comete dos errores de bulto.
El primero de ellos es que la película pierde esa acidez mordaz que consigue Ibañez en su pareja de "avispados" detectives. Fesser parece que ni siquiera intenta seguir en este aspecto la estela de Ibañez.
El segundo de los errores, quizá más excusable, es no haber dotado a la película de un argumento más cinefilo, más potente, en definitiva, que consiga enganchar con una historia y no solo con gags tebeisticos copiados de la pluma de Ibañez.
Es este segundo punto más ambicioso y puede disculparse a Fesser si su intención no era dar un paso más allá que el de simple reflejo del comic.
No obstante, desde este punto de vista nos encontramos ante una película fallida y sobre todo, ante una maravillosa oportunidad desaprovechada.
Pese a ello, merece mucho la pena ver en magnífica animación este pedazo de nuestra infancia en papel.