Haz click aquí para copiar la URL
España España · BARCELONA
Críticas de DIEGO
<< 1 3 4 5 10 19 >>
Críticas 95
Críticas ordenadas por utilidad
7
8 de mayo de 2016
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que quiero decir sobre esta película es gracias, a Icíar por haberla rodado, y también a su pareja, Paul Laverty, por haber escrito el guion. Y es que uno no se encuentra a menudo en la pantalla con tanta humanidad y dignidad. En realidad, nada de esto es nuevo en la obra de la directora; imagino que ya quedó impregnada de todo ello al interpretar el personaje de Estrella, Estrellita, como la llamaba Rafaela Aparicio, en "El sur" de V. Erice. Y digo yo, cómo puede uno salir del trance de haber sido carne y hueso de una de las mejores películas que se hayan realizado en la historia, pues tocado con la varita mágica de la bendición cinematográfica, y a las pruebas me remito... Icíar Bollaín no se ha apartado nunca del camino que le marcara de chiquilla aquella veleta de su casa en el norte de "El sur". Dicho esto, he de añadir que he salido más que satisfecho del cine tras ver "El olivo", incluso diría que algo contagiado de la humanidad, sinceridad y honestidad que desprende la historia y sus personajes, y con la esperanza también de colaborar -en un breve trecho va a ser- en que durante los próximos dos mil años hagamos las cosas un poquito mejor. Una película en la que un entierro se narra con el nacimiento de un árbol milenario no puede ser más optimista, a pesar de que lo que podemos ir viendo a lo largo de la cinta nos hubiera podido conducir a la conclusión contraria. El amor y la ternura que colman la relación de un abuelo y su nieta sustenta la trama de la película hasta el final, con personajes de verdad, quiero decir de carne y hueso, de esos que vemos cada día, y no de cartón piedra, no de película increíble que tanto abunda por ahí. Es cierto que, en apariencia, el argumento puede resultar disparatado, quizá sea lo único que no es real en este film hiperrealista, mcguffin que nos da pie a rectificar, a recobrar los valores de esta vida nuestra, de la naturaleza perdida en váyase a saber qué engaños de nuestra humanidad también huida hacia el dinero que todo lo compra. Quizá sea esta la fábula de un olivo por testigo, de un ser vivo fuerte, bello e inquebrantable, pero tristemente, en manos del ser humano que en ocasiones todo lo pervierte, incluso lo intocable, así somos y me temo que así seremos. No obstante, algo bueno estaremos haciendo, sin duda, si no fuera así el mundo ya se habría extinguido, y, renqueando, hacia el futuro vamos. Todo esto me ha transmitido esta nueva obra de Icíar Bollaín, filmada con naturalidad y sin ornamentos, como acostumbra, rodeada de un buen equipo, tanto técnico como artístico. Y también en la familia he pensado, en esas relaciones generacionales que, como subtrama, pasan en segundo término como en la vida misma, y que es la propia existencia, la familia, igualmente milenaria, tan tierna y tan rocosa a la vez. También me ha chistado la pantalla, al acabar la película, blanca e iluminada con las luces de la sala ya encendidas, que no estaría de más visitar de vez en cuando el alma -así se llama la protagonista de la película, no por casualidad- para aprender del árbol que se inunda de la tierra en la que fue plantado, en donde crece y muere, y también para sostener una charla con ella, a ver qué se cuenta, para no olvidarse vamos. Cuánta palabrería para una película tan sincera y sin retórica alguna. Ay señor, señor... a ver si durante los próximos dos mil años somos capaces de hacer las cosas un poquito mejor, como dice Alma.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
22 de noviembre de 2021
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta tarde he ido a ver una película de la que no sabía absolutamente nada. Bueno, sí, no exageremos. Que una de las protagonistas era Anya Taylor-Joy; que era obra de un director y de dos guionistas que desconocía; que la moda estaba presente en la historia; y que un personaje retrocedía en el tiempo para encontrarse con una cantante famosa de los 60. Pero nada de eso era aliciente suficiente para mí como para decantarme por ella, más aún quedándome algunas cosas por ver que me resultan interesantes a priori. Sí que estoy al tanto de los estrenos, por supuesto, pero me entero de lo elemental: quién la dirige; quién la escribe; si se trata de un guion adaptado; cuál es el reparto; la época en que transcurre la acción, que intuyes por los carteles y alguna fotografía que ves; el boca a boca del que siempre te enteras de cosas; y el expreso seguimiento de cineastas y actores que especialmente me interesan. Y claro, con todo lo dicho, al corriente sí que estoy; pero intento eludir cualquier tipo de comentario, crítica y opinión de los estrenos, más allá de lo estrictamente necesario. Es lo que quería expresar, en realidad: que no leo críticas por adelantado, ni revistas especializadas ni publicaciones ni programas de cine, antes del visionado. No sé a los demás, pero a mí me condicionan, y prefiero llegar a la proyección lo más virgen posible. Supongo que más o menos se me entiende. De ahí la rotundidad de mi primera afirmación, aunque algo inexacta si se quiere.

Sin embargo, como he dicho, de "Última noche en el Soho" no me había llegado la información suficiente como para hacerme una mínima idea -hasta aquí sí que llego siempre-, ni temática, género, en fin... que la he elegido bastante a ciegas. Pero algo me decía la nariz. Y, así como otras veces me pego la castañada, con este Soho me he llevado una sorpresa agradable. Más si se tiene en cuenta que, de haber sabido cuál era su argumento con un mínimo de detalle, no se me habría ocurrido acudir a la sala en cuestión. En principio, ni me atraen ni me gustan este tipo de historias. Y mira por dónde que, sin dar volteretas, he salido satisfecho del cine. Me ha gustado sobre todo, más que lo que cuenta, cómo lo cuenta el director. Subrayaría esa dirección y su puesta en escena, el ritmo narrativo, a pesar de tener un exceso de metraje, el montaje, la composición de los personajes, la interpretación de todo el reparto -bienvenida la reaparición de Terence Stamp en un corto papel-, la música de los 60 -algo de musical tiene la película-, la ambientación -muy buena- y la evolución del guion y de la historia, que siempre avanza.

Partes de un cuento de hadas para acabar en otro de terror; comienzas con un bonito sueño para que el desenlace sea de verdadera pesadilla; la fantasía se torna en delirio; la pura inocencia desemboca en violencia sangrienta; la abuelita en bruja; y la joven ilusión en paranoia desenfrenada. Como no soy muy partidario de etiquetar las películas por su género desde que quienes se cuidan de este menester se han trastocado; a veces se puede leer: "drama, documental, judicial, social, thriller". ¿No es para tirarle un cubo de agua bien helada ahora en invierno a quien elucubra tal disparate? Son normas de la administración y todo eso, ya lo sé, pero a mí me parece destornillante. Curiosamente, hace unos pocos meses me ofrecieron un trabajo para el departamento cultural encargado, que consistía en visionar dos películas diarias antes de su estreno con el fin de clasificarlas por edades y, en ocasiones, definir su género. Cuando me dijeron la última parte se me pusieron los pelos de punta. Al final todo quedó en nada. En cualquier caso, le estoy muy agradecido a quien pensó en mí para ello.

Decía que como no soy partidario de las etiquetas... pues eso, que, sin desvelar nada, solo comento lo hasta aquí expresado de la película, sin que me haya entretenido en su sinopsis, que está en todas partes. Y dejo las sorpresas para quienes no la hayan visto.

Quiero añadir también que la trama de esta bienintencionada paranoia está bien construida, y que logra crear una intriga eficaz y contundente. Tiene su mérito que yo encuentre la película tan interesante y atractiva con todas esas fantasías y fantasmas, pero no voy a mentir, así es. El guion, según mi opinión, podría ser mejor, más trabajado, y su desarrollo más corto. Le haría un favor al metraje y a la película. Pero, aun así, creo haber visto un buen trabajo que además me ha interesado.

Me ha salido un análisis un poco rarito, como la historia de la peli si lo pienso, un poco desconcertante. ¡Ah! Que se me olvidaba, me han venido unas terribles ganas de volver a Londres.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
29 de mayo de 2021
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas joyas que no abundan. La historia me cautivó de principio a fin. La viví en la butaca como aquel cuento que el padre susurra al hijo al acostarse. Por otra parte, debo decir que hacía mucho tiempo que no veía una puesta en escena tan espléndida como la de esta película, ni tampoco unos encuadres tan precisos y una fotografía tan naturalista y hermosa, a la vez que funcional. El uso del formato cuadrado pienso que, paradójicamente (tan acostumbrados ya a los planos panorámicos), realza la narración, quizá por el intimismo que conlleva; y, al mismo tiempo, aproxima más si cabe al espectador a la pareja protagonista y a sus vivencias. En ocasiones he tenido la sensación de estar ante una película asiática oriental, donde la poesía, el ritmo lento que fluye en el río, y los oscuros bosques donde transcurre la acción, sostienen el cuento proyectado en la pantalla, en el que destaca la delicadeza y el respeto que mantienen los dos amigos protagonistas (y no tiene nada que ver el hecho de que uno de ellos sea chino). Este tratamiento por una parte, y por otra los bollitos que uno cocina y ambos venden, así como la ternura que el cocinero dispensa a la vaca mientras la ordeña y le habla, todo ello en su conjunto, me ha transportado fugazmente a la armonía de Naomi Kawase y a su pastelería en Tokio. Una bella historia y una bella película esta "First Cow".
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
12 de marzo de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película que ha pasado de refilón por nuestra cartelera. La vida transcurre en los océanos a bordo de un carguero en el que cabe un mundo tan grande como en cualquier lugar de la tierra, esta misma, un microcosmos quizá, palabra que no me gusta emplear demasiado por sobada, y que no se adapta enteramente a lo que transcurre en el Fidelio, así se llama el barco, pero sí, casi un microcosmos al fin y al cabo. Y en él la marinera protagonista acapara todas las historias, esta actriz que yo no conocía -espléndida interpretación- llamada Ariane Labed; no es la primera vez que lo digo, el cine francés es inagotable lanzando nuevas y buenas actrices a la pantalla, en este caso al mar, pero Alice no se cae de la cubierta del Fidelio, no, tiene los pies muy firmes y bien plantados en un suelo que a veces acusa el leve movimiento de la marejada, tanto la que llega de las aguas agitadas, como la del vaivén del deseo y el amor de sus amantes, el de tierra y el del mar. Su personaje transcurre y concita todas las historias y las vivencias del film. Una mujer en un mundo absolutamente masculino, marinera entre marineros; machismo y feminismo, la directora lo trata someramente y con discreción, sin enfrentamientos, pero latente; amores y desamores; infidelidades y compromisos; inmigración y desigualdad social; responsabilidad; lejanía, íntima convivencia y amistad; mucho sexo. Pienso que hay muchos tubos y válvulas que controlar en las salas de máquinas de ese carguero colosal, en las entrañas del buque y en las de los personajes, y quizá por ello podría pensarse que en algunos aspectos la película se queda en la superficie de todo, algo así sentí al verla, pero, a pesar de ello, el eje central, las emociones y los sentimientos de esta marinera jefa de máquinas que se hace querer en tierra por su novio y a bordo por el capitán, un antiguo amante, y cómo no, por el espectador en el cine, así como la historia central que muestra, de amor al fin y al cabo, hace que te olvides de esa posible superficialidad para embarcarte también en el Fidelio, compartiendo las emociones desde la butaca del cine como un tripulante más del buque. Me pareció novedoso y bien construido el guion, y finalmente, interesante el film y su desarrollo, lo vi con interés y sincera expectación. Y al acabar, me quedé con una frase que dice la protagonista, como ciencia cierta y conclusión de lo acontecido, eso pensé; dijo algo así como que lo que ocurre en el mar se queda en el mar. Al escoger las fotos para completar este breve análisis, me he percatado de que esa misma frase está escrita en el cartel de la película, no lo sabía y me ha sorprendido gratamente. El cine, de una manera u otra, no dejará nunca de sorprenderme.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
8 de diciembre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha abducido, nunca mejor dicho, la última película de Denis Villeneuve, un director de escasa filmografía pero de una calidad más que notable, a veces críptico, quizá "Enemy" sea la más demostrativa en este aspecto, y otras más directo, como en "Sicario" por ejemplo, en la que a pesar de todo también plantea interrogantes y subterfugios que se mantienen ocultos. En "La llegada" combina ambos elementos para que el espectador se estruje un poco las ideas para llegar a comprender la que el director pienso que desea transmitir. Enmarcada en la ciencia ficción, la cinta no obstante rezuma humanidad, es más, ¡reclama humanidad! Los países de la tierra reaccionan ante la visita alienígena como lo vienen haciendo hasta ahora sin ella, es decir, enfrentados y cada uno por su lado, vamos... lo que vivimos cada día, la lucha por el poder y la persecución de intereses individuales. Pienso que Villeneuve, sin moralinas ni discursos grandilocuentes, nos da un severo aviso de que vamos por mal camino, y de paso nos muestra una realidad, la ausencia de lo humano como concepto común para los habitantes del planeta; la tierra está dividida en naciones que son compartimentos estancos alejados del nexo común que nos debiera definir más allá de cualquier bandera o territorio; nadie diría "yo soy humano" como seña de identidad, como si no tuviéramos conciencia de ello. No por obvia hubiera debido abandonar esta reflexión, máximo cuando considero que es el eje central de "La llegada".

Los alienígenas vienen a ayudarnos, ese es su mensaje; y tan largo viaje para qué..., en qué nos pueden ayudar. El espectador ha de pensar la respuesta, pero basta ver en qué manos se está concentrando el poder y la consiguiente riqueza de la tierra para que nos vayamos haciendo una idea, aunque quizá siempre haya sido así. Y mientras algunos pobladores de este mundo, que no los humanos, podamos comprar los regalos de esta navidad una vez más, continuaremos siendo dichosos, ignorando a los que se mueren de hambre, a los que no tienen una medicina que llevarse a la boca, a los que vagan por el planeta sin que nadie los acoja, como terrícolas sin pasaporte, sin ese documento que otros tenemos y en el que en ninguna casilla podemos leer que su portador sea humano, nuestro principal signo de identidad. Pero repito, quizá siempre haya sido así y esté pecando yo ahora de ingenuo y agorero.

Todo lo anterior se ve reforzado por la idea que subyace en la película a propósito del empeño en la comunicación, el entendimiento y el aprendizaje, tanto en la vida privada de la doctora lingüista (Amy Adams) en la relación con su hija, como en la que esta mantiene con los visitantes octópodos. Y es que sin comunicación ni propósito de entendimiento es imposible que los humanos, seamos de aquí o de allá, construyamos un planeta más habitable y más justo, y aprendamos otra forma de convivencia más digna y consustancial con nuestra especie. Me encanta cómo la doctora se da a conocer a los extraterrestres con su pizarra, aunque de nuevo pueda resultar obvio: "humanos".

Cinematográficamente hablando, la película está muy bien construida. Cuenta con los clásicos elementos del género tratados sin estridencias, de forma naturalista y sin alardes; sencillamente construidos los efectos y el plató que nos sitúa en el interior del engendro espacial en el que transcurre el encuentro entre los dos octópodos y los dos humanos, la ya nombrada doctora y el científico encarnado por Jeremy Renner. La interpretación de la primera es magnífica, y el resto del reparto la sigue a cierta distancia, con un Forest Whitaker siermpre impecable. El ritmo se ajusta a la historia y va avanzando lentamente a la par que se va consiguiendo la escasa comunicación entre unos seres y otros. Me parece brillante el montaje que entrelaza la vida privada de la doctora y la historia principal del film, pues una y otra se complementan, y no como flashback que al principio puede parecer, sino como flashforward, que en realidad es lo que se plantea después de la visita de los octópodos; puede resultar complejo el planteamiento, pero así le da mucho más sentido y riqueza a la trama y al guion mismo que la desarrolla. Muy buena banda sonora de Jóhann Jóhannsson, completamente al servicio de la historia y de sus imágenes, huyendo de sensaciones previsibles de sus personajes.

Creo que los humanos necesitamos ayuda, y no deberíamos esperar la llegada de un mesías, que ya tenemos experiencia con eso, ni de un Godot, ni tampoco de un octópodo, bastaría con una reflexión profunda y con materializar las ideas y valores que intenta transmitir la película, pero me temo que esto va a ser imposible. A ver si resultará que el mesías es Villeneuve... es que a veces soy un pelín exagerado.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 10 19 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow