Me interesa el mensaje. Es deprimente, en el sentido literal. Mejor ver algo que nos produzca ideas alegres. Logra trasmitir el malestar, la obsesión, la falta de imaginación y tantas contradicciones. Por mantener un estatus de vida alto sale a matar. ¿Quién son más miserable los cuervos de las finanzas o los sedientos de sangre como este empleado? Le enseñaron que ser pobre es una vergüenza y no soporta el fracaso. La única idea como solución es la de matar para pagarse las vacaciones en las Maldivas. Y por último, como un paladín de la justicia alcanza a encontrar fácilmente excusas inmorales para sus actos y, por otro lado, pretende ser un ejemplo de padre que sabe como sacar adelante una familia. Absurda historia, pero que las hay las hay, y para la cual se deben dar ingredientes como los de un ser con un instinto de asesino cuyo vicio es trabajabar en una fabrica. Un resentido que no tuvo imaginación para combatir o seducir con la inteligencia a sus presas y así poder escalar socialmente sin tener que patear el tablero.

Empiezo. No escribiré estupidamente el resumen de la historia. Diré solo que es una película que le puede hacer reflexionar acerca de la humanidad, ¡y esto ya es algo!. Para mi, claro está, estos actores son la cara fidedigna e hipócrita, no solo de la Francia altanera, porque en el fondo, curiosamente, el hombre (y la mujer también), por más piojoso que sea es altanero. Bueno, en fin, estos hipócritas con humor negro, esto es, los que dan rienda suelta a la crueldad, como lo es el humor inglés, vale como una catarsis mental para no cometar crimenes materiales, se puede tolerar. Pero el mensaje, sí lector, todos las cintas tienen mensajes, ¡ay de mí!; decía, el mensaje es que la indochina se la meten abajo de la alfombra; en aquél momento los frances y los piojosos se olvidaron de hacer catarsis con sus chistes y fueron directamente a las acciones más crueles, como en el fondo, ¡es el mensaje! de esta teatral cinta, teniendo el coraje de mostrar la esencia del ser humano. Por lo menos, esto es sinceridad. Ah, mucho más agudo e interessante que el aburridísimo "Un dios salvaje" de Polansky.

Esta cinta me saltó a la vista cuando alguién en un forum la postulaba como una de los 10 mejores noir. La verdad que para mi no se perdería nada si no hubiera existido.
Más de melodrama meloso, denso y lento: va de a poco explicando y justificando todo. Yo me esperaba un giro sorpresa. Femme fatal? Para nada!. La primera mitad me pareció anodina y fastdiosa como la exposa de Dr. Talbot. Y la segunda, es como el descenso en la locura y desesperación de recuperar el tiempo perdido, de darse cuenta, como un Ivan Illich de que su vida había sido despilfarrada. Con un acto desesperado e ilógico para su carácter, le pone un poco de sabor a la historia. Pero no me transmitió nunca ninguna emoción sincera.

¿Una feliz coincidencia?. QUizás. Porque si pensamos que el 99 por ciento de las películas son de o horror, o para adolescentes tarados y ¡solo una! entre las 10 mil que produce Hollywood por año puede pertenecer al séptimo arte. El 0,00001 por ciento de las pelis merecen ser vista. ¡No todo está perdido!. Luego de ver "The Martian", (un enjendro sin alma y ni vida, porque aplica la aburrida, fastidiosa y única prefabricada estructura de contar que usa Hollywood!), con semejante aclamación, manipulada por los críticos profesionales, (esa otra mala palabra), me hizo pensar que la civilización llegó a su punto más bajo y me hizo pensar de irme a vivir a una montaña por temor de ser contaminado por esa peste llamada "los críticos", en este caso, del cine. Esos críticos que hoy más que nunca se le ven las hilachas de simples vendedores. Esto es, mienten, se prodigan en halagos por el solo hecho de justificar su miserable trabajo. En fin, que la película será recordada y mirada muchas veces porque gracias a los outsiders como Iñarritu el cine ofrece chispas de epifanías, milagros de saber contar, embelezar y tocar las fibras más íntimas del ser humano.

La atmósfera malsana, paranoica y de intriga te envuelve sin que uno se de cuenta. El increscendo nunca decae y cuyo final esta muy bien logrado. La recomiendo mucho.
Ahora bien, una pregunta, a partir de cuando se considera plagio una pelicula, o hasta dónde tiene derecho de no avergonzarse un director o productor. Lo digo porque es una clara imitación (este es el secreto) de "Dos personas", de Dreyer.