Gonzalo Suárez es un director que me gusta, pero El detective y la muerte no hay por donde cogerla, si bien está excelemente dirigida también es cierto que argumentalmente es un despropósito con personajes poco desarrollados y situaciones que rallan el absurdo, sin olvidar la lamentable lacra (muy presenten en el cine español de los 90) de que la mayoría de los actores están doblados y se pierde convicción en sus interpretaciones. Lo mejor acaba resultado la excelente fotografía y la banda sonora, pero no es suficiente para hacer que la experiencia defraude más que otra cosa. Por cierto, el guión de El detective y la muerte es completamente original.

La única sorpresa que me ha deparado Bodas por encargo es descubrir que es de nacionalidad americana, ya que emana por sus cuatro costados el peor tufillo de las típicas comedias románticas británicas de serie B. Nada hay en esta film que haga gracia, ni que emocione, ni siquiera que cabree, es tan sumamente insustancial que no se merecería ni siquiera que alguien escribiese una crítica sobre ella, así que mejor dedico mi tiempo a otra cosa.

Lío embarazoso es de esas películas de 120 minutos a las que les sombran perfectamente 30 minutos (y siendo benévolo). El guión está repleto de escenas que no aportan nada a la trama (Heighl con su madre), personajes y situaciones sólo esbozados y sin llegar a estar desarrollados (Heigh y su trabajo) y lo que es peor aún, un desarrollo argumental que carece de cualquier tipo de coherencia narrativa (mirar SPOILER). Tampoco ayuda la presencia de Seth Rogen, un actor menos que mediocre que no puede hacer nada para no desentonar con el resto del reparto al completo (niñas incluidas). Por fortuna, algo bueno hay en la película y es la manera en la que está relatada la historia de Leslie Mann y Paul Rudd, un matrimonio frustado y triste que debe enfrentarse a la perdida de la juventud, todo resuelto de manera cómica pero que no puede evitar dejar un poso amargo en el espectador; ambos están estupendos y si existiese la justicia (que va a ser que no), Leslie Mann sería nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria por este papel aunque sólo fuese por el momentazo "You're a Doorman! DoormanDoormanDoorman!", escena por la que ya vale la pena ver esta película. Por lo demás, no hará historia, por mucho que algunos se empeñen en intentarlo.

No hay nada peor que disponerse a ver lo que se supone es una gran película de suspense, para dos horas después comprobar que ha visto un batiburrillo del mejor Hitchcock. En realidad, Corrientes ocultas no pasa de ser la suma de Rebeca y de Sospecha de la que bebe descaradamente argumentalmente. Minnelli hace lo que puede, no se le puede negar que sabe dotar de brío a algunas secuencias pero en general la película adolece de un metraje excesivamente largo que hace que el suspense tarde en arrancar y para cuando lo ha hecho la película ya ha acabado. Hepburn está bien, no es de lo mejor que ha hecho en su carrera, pero también hay que tener en cuenta que la Hepburn, salvo alguna excepción que no recuerdo, no llegaría a ser una gran actriz de drama hasta principios de los cincuenta ya que por norma general sus interpretaciones dramáticas de los años 30 y 40 eran más bien flojas (incluyendo su Oscar por Gloría de un día que ganó simplemente porque no había competencia ese año). Taylor por su parte realiza quizás una de sus mejores interpretaciones, ya que tampoco se puede decir que fuese un gran actor a pesar de su notable presencia ante la cámara. Mitchum... pues pasaba por allí y se dejó filmar un rato... No hará historia.

Como fan de Medem que soy, y porque le respeto como cineasta, por una vez, me contendré y no haré una crítica destructiva con Caótica Ana a pesar de que se lo merece con todas las de la ley. Caótica Ana es una mala película, simple y llanamente, Medem intenta por todos los medios utilizar la música, los diálogos y la fotografía para trasportarnos de nuevo a ese mundo onírico y poético al que ya nos llevó en otras ocasiones, pero hay un momento durante este nuevo viaje en el que el timón se le desestabiliza, perdiendo el rumbo sin encontrarlo. Ni las excelentes Manuela Vellés y Bebe, ni la bellisima banda sonora de Jocelyn Pook, ni los paisajes de la isla de Ibiza y de los desiertos de Marruecos, consiguen hacer que la película no acabe varada en el dique seco de la mediocridad más insultante en el cual acaba entrando Caótica Ana en sus últimos veinte minutos de metraje. "Esa columna es dórica y yo soy griega" dice en una patética escena Manuela Vellés, "Esta película es una mierda y estoy decepcionado", es lo que me queda decir a mí.