Como he comentado, visualmente nada que reprochar y los calificativos utilizados son justos y necesarios. El problema es que ya desde el principio del naufragio entendemos que lo que se nos está contando no es más que la fábula de un niño asustado que intenta desesperadamente olvidar lo sucedido.

La subida al bote de un animal tras otro no resulta convincente, y el manual de supervivencia con las explicaciones para navegar con ellos no ayudan a creer lo nos están narrando.

Además, la película en esa parte, acaba resultando pesada, repetitiva, reiterativa, abusando en exceso de los efectos especiales y olvidando dotar a la historia de una mayor carga emocional, entendiendo esta no como un alegato new age que abusa de los efectos especiales y acude en exceso al sentimentalismo sino como una búsqueda real y desesperada por la supervivencia con todo lo que ello conlleva.

Es cierto que al final se nos acaba dando un giro a la historia (que ya preveíamos desde una hora antes) para dotar de significado a lo narrado, pero aún así, la sensación que a uno le queda es haber pasado una hora con las cartas cambiadas sobre la mesa pero sabiendo de antemano que había engaño en lo acontecido. Eso le resta puntos, ya que el objetivo de una película de estas características es llegar a esos últimos minutos sin pistas ni detalles que nos adelanten parte del final.

Destaco, no obstante, la que quizás es la alegoría más lograda del film, cuando tras llegar a suelo después del naufragio, el tigre (la parte salvaje de Pi, la que le ha permitido sobrevivir) abandona el bote para adentrarse en la selva sabiendo que ya no es necesaria su existencia.

Dicho esto, no estoy de acuerdo como he leído en algunas críticas, sobre que el film es un alegato en favor de la religión. Al revés, cuando explica la historia verdadera a los responsables japoneses que intentan averiguar el por qué del naufragio del carguero, el escritor sitúa a cada animal como uno de los personajes reales de la historia, a lo que Pi le pregunta '¿Qué historia prefieres: la del Tigre o la del Capitán? ... pues lo mismo pasa con Dios' dándonos a entender que la creencia en las religiones no es que más un intento desesperado de algunas personas para dotar de sentido a su vidas. Un cuento o una fábula necesaria o no según cada cual. ¿Acabamos creyendo en Dios después de la historia? ¿Nos logra convencer Pi de la existencia de este para los escépticos? No, pero a pesar de lo dicho, tampoco es su objetivo. El sabe perfectamente diferenciar entre la razón y la espiritualidad, pero elige esta última a sabiendas porque es menos dolorosa.