Película sobre vampiros, canívales, cristianos pentecostales norteamericanos y otras especies por el estilo. Todos ellos en un tiempo donde se supone que algo muy violento ha pasado en la Tierra y toda esta gentuza campea y reina en mendio de un caos global y un sin gobierno político, un mundo donde por fin se ha cumplido el gran sueño o deseo de muchos "indignados" y grupúsculos de sectarismo similar (que no haya políticos), por fin tienen lo que tanto querían: que reine la barbarie, la canalla descerebrada, el "pueblo" y por lo tanto la ley del más fuerte o los más salvajes.

Regular, regular, regular, pero seguro que le encantará a todos esos que jóvenes de sangre enviciada y vetusta que pululan por las noches, a las 3, a la 4, a la 5, a la 6 (luego ya se van a dormir a casa de mamaíta), dando grirtos, rompiendo botellas o cosas públicas y dando la nota de que ellos son el futuro de las ciudades. Y la polícía, nacional, autonómica o municipal, que nadie sabe para qué hay más cada día y cada día ganando más altos sueldos: nunca está, nunca aparece (quizás porque por las noches, a diferencia de los jóvenes degenerados y vampirescos, la policía duerme).

En primer lugar agradecer a los críticos que han hecho críticas aquí promocionando e invitando a ver este dignísimo y más que instructivo filme.

En segundo lugar, decir que recomiendo esta película a todos aquellos que ahora les ha dado por ponerse encima del bien y del mal y decir que un hombre no puede pegar a una mujer bajo ningún motivo.

Hay veces con motivos más que suficientes en los que unos padres pueden pegar a un hijo, una mujer a su marido o un marido a su mujer, una mujer a un hombre o un hombre a una mujer, como en esta película se ve.

Sólo a los angelistas, buenistas y por encima del bien y del mal como Zapatero, Aido, Lopez Aguilar y otros psoerianos por el estilo se les ocurre vivir en las nubes de sus torres de cristal.
¡Pedazos de ilusos!

En cuanto al título de la película significa a mi modo de ver !Ole tus ovarios Anna!, dicho con mucha coña marinera, claro está, como suele ser característico de David Mamet.

Filme flojo acerca de una pareja de novios hombre-hombre pasando un veraneo aventurero en bicicleta por parajes boscosos.

Se aman, juguetean, se soban, se magrean, se besan, hacen travesuras, ríen, gimen por la noche de amor homosexual. Hasta que aparece un tercer joven y su madre, entonces surgen entre los dos amantes indicios de infidelidad, celos...

Lo mejor de la película, pero lo mejor de verdad y sin ningún lugar a dudas, es el cartel anuncio del filme donde se ven los cuerpos de los hombres soleándose después de un baño en el lago y un tercer joven sentado de espalda a ellos. La escena recoge lo que es tiempo de verano, reposo, relajación, felicidad y recuerdos de juventud; difícilmente uno puede imaginarse que luego, en el contenido o tronco del filme, esa escena y todo el desarrollo se traduce en una historia enmarañada sobre sodomitas.

Interesante, kafkiana; sin embargo me gustó mucho más "Eyes Wide Shut", de Stanley Kubrick (GB 1999). Es obvio que ambas son dos películas donde el misterio mantiene cogidos apetradamente por sus sexo a los expectadores, sin soltarles hasta el mismísimo final; ahora bien, mientras "El otro señor Klein" es simplemente una interesante película, "Eyes Wide Shut" es una muy buena película.

Mala película. Acerca de un virus fabricado por científicos que una vez liberado acaba con la población mundial excepto con los científicos que habitan en las bases de la Antártida.

Pero mucho más malos y satánicos son los políticos, sanitar-itis y periodistas a partir de la Dictadura Yatrogénica implantada en 2020 en gran parte del orbe, la cual ha logrado esclavizar a un pueblo tan saludablemente rebelde como el de los españoles tapándoles la cara con el símbolo de la servidumbre, propio de la cultura árabe e islámica que usan para esclavitud y servidumbre de sus mujeres. Ahora, con falsos argumentos científicos, han extendido dicho signo de esclavitud, sumisión y servidumbre a los hombres y mujeres occidentales.

En fin, la película es pésima, pero se aguanta porque es un anticipo o aviso de la plan-demia del corona-timo o Covid-19, Gran Mentira pro esclavización, extendida a partir de 2020 como un burdo experimento psicológico de control mental con el propósito de establecer mediante represión de los derechos humanos básicos tales como la simple respiración natural y otros muchos, un nuevo orden mundial, una Abusocracia político-sanitaristas-periodista-policial, a base de terror y miedo a un supuesto virus, y con la excusa de una crisis sanitaria donde la propagada constante, machacando a cada hora, sustituye a la ciencia, a la filosofía, a la verdad.