Es como si hubieran cogido un manual de prevención de violaciones y nos lo hubieran mostrado punto por punto. Que no digo que no sea útil, todo lo contrario, lo que sea concienciar a la sociedad en estos temas, vaya por delante que lo aplaudo enormemente, pero aparte de que me parece que la actriz no ha sido una buena elección (no la veo creíble nunca) hay situaciones forzadas e incluso alejadas de la realidad.

No puedes transmitir el mensaje de que como la policía y la justicia no te cree (aunque hayamos visto la violencia judicial y la falta de credibilidad hacia las mujeres por parte de instituciones públicas), puedes ir a buscar pruebas del delito a casa de tu violador, más que nada porque, aunque cada persona es un mundo, la víctima tarda mucho en superar este tipo de traumas y mucho menos va a estar pensando en arriesgarse a que le pase algo peor que la violación o simplemente de ver y encararse con su verdugo.

El tema del aborto de la alumna es otro de esos argumentos que veo que se han metido con calzador o que al violador lo muestren como psicópata cuando ésto es peligroso, ya que un violador no necesariamente tiene que ser un psicópata ni tener un pasado tenebroso, puede ser un ser normal, asqueroso, pero normal.

El rechazo de la ayuda psicológica por parte de la protagonista también me parece irreal. Lo muestran como algo negativo, cuando yo lo veo algo necesario, ya que al fin y al cabo una violación es como un duelo que hay que pasar.

Me ha gustado alguna cosa. No todo está mal. El cambio de rol de Javier Rey hacia el final de la serie es aceptable.