La serie de TVE no es una gran serie, ni siquiera podemos considerar que este en un ámbito superior a la media de las series españolas, lo único que tiene es que cumple a la perfección con su papel: entretener a toda la familia.

Es una serie blanca, dónde con poco que hayas visto o leído cualquier película o novela de misterio con alguna asiduidad descubres al asesino a la primera cambio (siempre el personaje que parece secundario y que no es ninguno de los sospechosos), pero viendo el poco presupuesto que tienen y sus guiones casi calcados a cualquier serie norteamericana del género policiaco-suspense pero con el toque cañí, consigue sobrevivir en el difícil prime-time español dónde las series de romanos, de ángeles caídos o piratas copiones son bastantes peores y con mayor presupuesto.

Los actores, con la siempre eficaz María Pujalte al frente, responden a su oficio y la realización, a pesar de ser sota, caballo y rey, no necesita de grandes alardes.
Veámosla como lo que es, una serie de entretenimiento puro y duro para todos.