Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Vivoleyendo
Críticas 1,745
Críticas ordenadas por utilidad
6
17 de mayo de 2011
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya me hago cargo de que tiene más de cuarenta tacos, pero vaya si se le notan. Una lástima. Porque al acabarla la impresión que queda es la de haber visto un refrito de los típicos tópicos y clásicos del cine de terror con kilos de polvo encima. Y para remate, con salsa de tomate, y toma pareado. O me equivoco o lo que utilizaron para recrear la sangre era una lata de marca Tomator o similar que existiera en los sesenta. La sangre de verdad es más oscura, o eso he observado alguna que otra vez. Por lo menos podían haberse molestado en conseguir la tonalidad apropiada añadiendo un colorante inocuo o algo así, y en hacer que el potingue fuese menos espeso. Que seguro que aprovecharon lo que sobró para preparar un estofado en salsa, o poco les faltó.
En cuanto a lo de original… Pues no es un calificativo que yo le atribuiría. Deja un saborcillo a resobado, a que antes que ella se habían empleado fórmulas que son casi calcadas aquí. Homenaje o no de Chicho a los evidentes clásicos a los que alude, a estas alturas su clima de terror se ha quedado acartonado.
Aunque, siendo justos, virtudes las tiene y nada despreciables. El clima está muy conseguido y mantiene la atención del espectador. Chicho era muy bueno sugiriendo, eso es verdad. No tan bueno mostrando, o no lo fue en esta película, en la que lo explícito (que no abunda, por fortuna, porque los efectos especiales son cutrecillos) arruina no poco el efecto tan hábilmente conseguido en ese ambiente crispado y tenso de un represivo internado de muchachas en la flor de la edad.
Lilli Palmer realizó un excelente rol, bien caracterizado en esa directora que podría ser una viuda negra en el centro de su tela de araña, controlando férreamente sus dominios. “La letra con sangre entra” era la máxima en la educación institucionalizada, y era frecuente emplear métodos severos y punitivos para hacer entrar en vereda a las alumnas. Las circunstancias escogidas para el escenario de la película son muy convenientes, pues las internas del tétrico colegio que nos ocupa proceden de familias desestructuradas y de dudosos orígenes. Ello se traduce en que sus parientes se desentienden en gran medida de ellas enviándolas a una escuela con reputación de dureza. La vara y los castigos se prodigan y ellos lo saben. Tal vez creyendo que por el hecho de quitárselas de encima ellas van a dejar de existir, o que es mejor pasarle el mochuelo de la educación a una directora estricta, se convencen de que la solución es tratar de olvidarlas y de paso quedar bien ante las amistades con el cuento de que sus niñas se están enderezando en un colegio decente, sin verles el pelo en meses y meses.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
12 de marzo de 2011
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Continuación de la triste historia del monarca de la Restauración, que perdió a su gran amor, María de las Mercedes, sin haber disfrutado apenas de ella. La joven reina cerró los ojos a los dieciocho años, dejando viudo a un rey destrozado y sin descendientes al trono. Obligado por la etiqueta de la corte, tuvo que casarse en segundas nupcias con María Cristina de Habsburgo, pero él ya era un fantasma consumido por la pena y las ganas de olvidar.
Sigue el olor del alcanfor en esta almidonada conclusión de las desdichas de un Alfonso XII quintaesencia de los sueños románticos de las abuelas.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
10 de abril de 2010
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo negativo de estas comedias estadounidenses ochenteras de institutos es que, si no se vieron en su momento, ahora pasan sin pena ni gloria. Su ideario y planteamiento, aunque no sea desacertado en cuanto al irónico análisis de la facilidad con la que se puede influir en las masas, es, más que simplón (hay comedias simplonas que me hacen pasarlo en grande), machacado e insulso. Ese estilo tontorrón me era llamativo en la época en la que estaba de moda y si me pillaba en años tiernos, pero una vez deteriorado por la erosión que se ceba en cierto tipo de cine, y vaya si se ceba, no me aporta casi nada. Si ni siquiera me divierte. Hay otras comedias de los ochenta con las que me sigo partiendo la caja. Si éste hubiera sido el caso, o que por lo menos le hubiese detectado chispilla, no habría tenido inconveniente en ser más generosa en mi puntuación.
Lo que pasa es que una está ya hasta los mismos de esos pedorros institutos donde todo el mundo está cortado por el mismo patrón, y dividido en categorías. En la cima, los líderes de la popularidad: la buenorra jefa de las animadoras por un lado (cómo he odiado siempre esa institución sagrada de las animadoras, como si eso fuera lo máximo a lo que una fémina púber estadounidense podía aspirar y soñar, y si una era gorda y fea o sencillamente desarrollaba alergia hacia ese tipo de ocupación, ya podía ir pensando en cortarse las venas.) Por otro lado, el jefe del equipo de fútbol americano de la escuela, tan machote con su casco, sus hombreras, los pantalones ceñidos , el masculino efluvio de los entrenamientos y de los partidos, y la testosterona segregada al situarse en la cumbre de la jerarquía del mundillo estudiantil. Una división entre chicos y chicas marcadamente sexista y basada en que para ser alguien la materia gris es lo de menos. Es más, si se te ocurre tener cerebro y demostrar que lo tienes, serás del club de los cutres, te tirarán al saco de los anormales marginados. Para estar arriba tienes que tener mucho músculo y nada de coco si eres un tío, estar muy buena y no tener nada de coco si eres una tía, y santas pascuas. O fingir que no eres inteligente. Total, en este planeta los que ganan más pasta son los deportistas de élite y las tías con palmito que explotan su imagen. ¿Para qué preocuparse de otra cosa? ¿Qué necesidad hay de estrenar las neuronas, si es que se tienen?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
5 de septiembre de 2009
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ojalá fuese cierto. Que la inocencia fuese suficiente garantía para ahorrarte sufrimientos y quedar salpicado por sospechas, acusaciones e ignominia.
Pero la inocencia no es un cartel luminoso que destella como los de los taxis.
Muchos inocentes han pagado por delitos que no han cometido.
La frase del policía y que da título a mi crítica, en una de esas extrañas asociaciones de ideas, me recuerda a esas historias sobre las mujeres que eran acusadas de adulterio ante los sagrados tribunales religiosos. Recuerdo que leí que a las acusadas las obligaban a beber las "aguas amargas", un potingue mortal de necesidad. Antes de la ejecución de la atroz condena, les recitaban a las infelices reas un rollo con el que supongo que las malsanas inclinaciones morbosas de los jueces se deleitarían bastante. El rollo consistía en que, si bebían las aguas y sobrevivían, eso significaba que eran inocentes. Pero si morían, era obvio que habían sido culpables.
Por supuesto, ahí no se salvaría ni el tato. Como era de prever, la mayoría estiraría la pata a los pocos segundos de ingerir el brebaje, sobre todo si le añadían cal viva. Y, por lógica divina, todas las que estiraban la pata eran culpables.
Pues más o menos eso es lo que me sugiere el que los supuestos miembros representantes de la ley y la justicia te digan que "si eres inocente no tienes nada que temer." Sea como sea, te van a hacer pasar el mal trago.
Porque, en realidad, ¿qué le importa a nadie de esa gente el que seas culpable o no? Ellos te juzgarán, pero la mayoría no se preocupará en serio de si realmente cometiste el delito. La mayoría no tendrá mucho en cuenta si está enviando a presidio (o a la muerte) a alguien que podría no haber hecho nada malo. Sí, puede que alguno tenga auténticos escrúpulos de conciencia. Pero da miedo pensar en lo rápido que se vuelven todos los dedos a apuntarte directamente al corazón cuando alguien grita: "¡Culpable!", y te hacen tragar las aguas amargas diciéndote que si eres inmaculado, saldrás ileso y resurgirás como el Ave Fénix.
La justicia puede equivocarse, cierto e inevitable. La justicia puede ser negligente. Y no es infalible. Pero, cada vez que la justicia se equivoca, es negligente o es falible, hay personas que pagan.
Podría tocarte a ti. O a mí.
¿Quién nos indemniza por nuestra inocencia robada y manchada?
El genial Henry Fonda da empaque a un thriller que el propio director anuncia al principio con su pomposidad habitual, pero que después resulta no ser para un redoble de campanas. Cierta tensión, de acuerdo, pero que se estropea con un desenlace que yo percibo fallido.
Intriga con poca chispa y sin mucha trascendencia.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
13 de junio de 2008
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Millones" no es uno de esos típicos pasteles navideños con los que las productoras cinematográficas compiten año tras año en la carrera tradicional para sacar al mercado montones de productos poco afortunados, en esas fechas en las que la industria del cine (y lo que la rodea, que es casi todo) se pone las botas.
Boyle apostó por una comedia dramática que se saliese de la línea convencional de esos dulces navideños de envoltorio bonito y vistoso, pero bastante huecos y repetitivos en cuanto al desarrollo argumental. No es la clásica romanticona empalagosa (que a mí no me disgustan, por cierto), ni la tradicional epopeya histórica sobre episodios de la vida de Jesucristo (que algunas de ellas están muy bien), y tampoco es la clásica película con niños destinada simplemente a entretener y a transmitir valores de una forma simplona.
Boyle me sorprende muy gratamente. Puede que este director sea de lo más irregular en cuanto a su filmografía que haya parido madre alguna, pero no hay duda de que, cuando se lo propone, es brillante. Muy brillante.
"Millones" es un sano, tierno, divertido, inteligente y hermoso homenaje a los auténticos valores. Presenta de forma imaginativa las vísperas de Navidad de Damian Cunningham, un niño de siete años que recientemente ha perdido a su madre y que se muda con su padre y su hermano mayor Anthony a otro barrio. Desde el principio, la personalidad de Damian seduce. Su fe irrompible, sus arraigadas creencias y sus extensos conocimientos sobre los santos cristianos (a los que ve a todas horas), sus fuertes convicciones acerca de lo que está bien y lo que no y, sobre todo, su inmenso corazón, lo convierten en un niño adorable. Junto con su racional hermano mayor, forman un equipo simpático y avispado, pues sus inteligencias se combinan para dar lugar a una de las relaciones entre hermanos más interesantes que se puedan ver a día de hoy en una película. Porque "Millones" no trata al espectador con condescendencia, sino que respeta su inteligencia y ejercita sus neuronas.
La integridad y los cimientos morales de los dos niños son puestos a prueba cuando un hecho inusual viene a cambiar radicalmente sus circunstancias. Un día, Damian ve volar desde un tren y caer sobre él una bolsa que resulta estar repleta de libras esterlinas que en unos días perderán su valor con la llegada del euro (en la ficción cinematográfica, el Reino Unido ha decidido admitir el euro). Muchos miles de libras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow