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Críticas de GonzaloyGracias
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Críticas 208
Críticas ordenadas por utilidad
6
2 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un soldado de alguna de las fuerza especiales de EE.UU., especializado en eliminar a enemigos (es decir, en asesinar, en nombre de la patria o la seguridad nacional), "entra" en la clandestinidad cuando su grupo es liquidado en lo que parece consecuencia de una traición...

La película describe con un tono "sucio" su estancia clandestina en una pensión de N. Y, y hace un repaso de sus fantasmas: sus compañeros muertos, su esposa, su hermano, famoso senador... Todos, como fantasmas, son llamados y se congregan a su alrededor en esa habitación desolada de un hotelucho. Buena parte sospechamos, o sabemos, están muertos.

La obsesión del protagonista (excesivo y excelente Idis Elba) se haya en encontrar al culpable de la traición que los vendió a un mafioso ruso. Todo apunta a su hermano, un senador untraconservador, con un discurso de buenos y malos para ciudadanos empequeñecidos, pero muy capaz de llegar a acuerdos con ciertos enemigos si de ellos saca beneficios económicos o políticos. Un senador que se postula a presidente de EE.UU.

Cine político, cine de acción, cine de "fantasmas", cine surreal a ratos, Legacy es un "contenedor" donde lecturas, influencias, tradiciones, se mezclan para hablar de asuntos eternos como la traición, la confianza, el sentido de la vida, el patriotismo...

Film negro, miserabilista, extremo, en su fotografía y en sus actuaciones...

Esta nota es solo una llamada de atención sobre la película. Gracias.
GonzaloyGracias
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7
9 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truman, de Cesc Gay, como sabrá el lector o lectora, cuenta el reencuentro entre dos amigos en Madrid durante cuatro días (con un perro, Truman, al fondo). Ese reencuentro es, a la vez, una despedida. Y una búsqueda por encontrar un nuevo hogar para un viejo perro que se va a quedar solo. El cine de Cesc Gay -Una pistola en cada mano, En la ciudad- es un cine de palabras, de diálogos, de situaciones y de actores (o “actorazos”) como Ricardo Darín y Javier Cámara. Es feo señalar, pero la presencia de Ricardo Darín en una película es siempre magnética y produce una credibilidad absoluta -podríamos decir.
La historia era difícil de contar ante el riesgo de caer en lo “sentimetaloide” o lo melodramático. El director y los actores lo evitan a través de la elusión, de la dignidad y del humor empático. Los miedos, las caídas en lo patético se producirán, si se producen, pero fuera de cámara. Lo que vemos en pantalla es la pelea por mantener la mesura ante la tragedia mayor de la vida, la de no perder el sentido del humor y buscar, como penúltima tarea, un hogar de adopción para ese viejo amigo que es Truman. Durante la película hay tiempo para ajustes de cuentas, perdones retrospectivos, algunas broncas y una locura con un hijo. Y algo muy masculino, muy de hombres: ese duelo por no aceptar del amigo el consuelo o el consejo. No lo digo como elogio, sino como defecto. Algo que en la película está muy bien retratado.
Una película grande. Grande también y en buena parte por sus actores.
GonzaloyGracias
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7
9 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rams (Hrútar)/El valle de los carneros, de Grímur Hákonarson nos cuenta la historia de dos hermanos islandeses que hace cuarenta años que no se hablan. Para su desgracia viven a no más de doscientos metros uno de otro en la que fue finca familiar. Los dos hermanos y los vecinos del valle viven de la cría de ovejas y carneros de una raza autóctona. No es solo su sustento, sino también su signo de identidad y de orgullo: el concurso para elegir al mejor carnero es la fiesta mayor del año. Y el criador que se lleva el primer premio se siente tan satisfecho como el equipo que gane la Liga de Campeones de fútbol -exagerando un poco. Sobre esta vida reglada, sin grandes variaciones, como no sean las estacionales, caerá la plaga de las plagas bíblicas: una epidemia sin cura que mata a los carneros y ovejas determina el sacrificio de todo el ganado del valle para impedir su extensión a toda Islandia. Como está dicho, no solo es la ruina sino la muerte de lo que da sentido a la vida de los hermanos enfadados y, por extensión, a todos los habitantes del valle. Contra este destino aciago se rebelará uno de los hermanos enfadados… (que necesitará, casualmente, la ayuda del otro…).
Esta historia podría haberse contado de muchas formas -como es obvio. Hákonarson, aparentemente, elige un tono cuasi documental, con escasos diálogos humanos -balan mucho más los carneros-, excluyendo el sentimentalismo, con planos generales de los páramos desolados de ese valle islandés, y episodios de las vidas de los habitantes del lugar y de los dos hermanos en principio cotidianos, rutinarios… Pero lo que hace “particular” a la película es el tono mesuradamente irónico, de cierto humor negro que administra el guion. Verbigracia: un hermano reñido asiste al otro hermano reñido que ha tenido un desmayo…, pero le traslada a Urgencias en la pala de un tractor. Este es el tono que recorre la película, y que en contraste con la brutalidad de los hermanos, la severidad del paisaje y el laconismo de esos islandeses, produce un efecto cómico indirecto.
Para quien ha nacido y vivido de niño entre ovejas y algún carnero, la historia le resulta entrañable. Los carneros y las ovejas de esta raza islandesa parece que no defecan…, pero este es un asunto menor. Película simpática, bien contada, con un humor gélido pero delicioso. ¿Hay final feliz entre los dos hermanos cainitas? Después de ver la película lo comentamos.
GonzaloyGracias
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5
13 de octubre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abel Ferrara como director (Teniente corrupto) y Michael Mann (Heat) como productor son un dúo difícil de imaginar trabajando juntos, pero ahí están en este episodio piloto. La oscuridad de Torello puede ser la aportación de Ferrara y el sentido de la acción de M. Mann.

El teniente Torrello (Dennis Farina) desde la brigada especial de Chicago combate el crimen organizado, no siempre de forma ortodoxa aunque sin dejarse corromper y ateniéndose a unas normas propias. Como héroe no es especialmente agraciado, es buen esposo -pero celoso y viiolento- y tiene carisma entre sus subordinados.

El episodio cuenta la irrupción en el crimen organizado de una nueva generación de delincuentes, jóvenes, duros y sin escrúpulos para conseguir hacerse con el poder en el mundo del hampa. En este episodio quedan fijados los personajes principales y los motivos de odio y venganza.

Los atracos y enfrentamientos entre bandas o con la policía son especialmente brutales. Una violencia que no está reducida a un gueto sino que puede asaltar a cualquier ciudadano mientras cena en un restaurante o conduce su coche por una autopista.

La vida social de los policías y de los delincuentes tiene su desarrollo con interdependencia entre la vida profesional y la privada. Lo que ocurre en el trabajo afecta en casa y viceversa.

Hay un esmero especial, al menos en este episodio, por ambientar 1963 a través de los coches un tanto suntuosos de la época, el uso de los trajes de sastre y sombreros, combinado con la decoración rupturista del momento. Lo creadores de la serie, el productor y el director recuerdan con nostalgia el inicio de la década de los sesenta.

Este episodio se editó como película independiente en DVD. Como tal se puede ver, aunque el final queda abierto.
GonzaloyGracias
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7
17 de junio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Capital humano es un retrato de la sociedad italiana, europea y global actual. Parte de la muerte de un ciclista y de la denegación de auxilio por parte de quien lo ha provocado, un conductor de un todo todoterreno de “alta gama”. Cualquier espectador español establecerá relación con Muerte de un ciclista de J. A. Bardem, y una relación pertinente, no sólo por la anécdota significativa, sino por la historia moral de unas sociedades que una y otra película quieren retratar a través de este hecho.
En la película de Virzi, la retratada es nuestra sociedad actual, el humus sobre el que ha crecido el tumor de la Gran Recesión. Como dice uno de los personajes, un gran especulador de fondos “buitre”, para que “no nos arruinemos nosotros es necesario arruinar a toda Italia”. Y lo consiguen, ¡pardiez! El final es amargo: ganan “los malos”. Así ha sido y sigue siendo la historia -de momento.
En tanto, el director, desde varios puntos de vistas, nos ha retratado a un arribista simpático pero sin escrúpulos, a un hija “cabrona” liada con un niño pijo -que se redimirá, ella, que no él-, a un tiburón financiero y a su esposa -magnífica Valeria Bruni Tedesqui- confusa, salvo en preferir ser rica confusa a ser pobre confusa, a su hijo descerebrado, a un tío que se aprovecha de la pensión de su sobrino…(No hay piedad con ninguna clase social ociosa). Y a un perdedor nato, en cualquier tipo de sociedad y momento histórico que es capaz -el único- de asumir su responsabilidad.
Una película coral, de desarrollo milimetrado desde varias perspectivas, con personajes bien construidos que no se rebajan a la caricatura simplona, con matices y delicadezas, y que representan un cuadro magnífico de la sociedad italiana del momento.
¿Y qué es El Capital humano a que se refiere el título del film?: el dinero en que se tasa la indemnización a pagar a la familia del “protagonista casi sin palabras” de esta película: el ciclista muerto.
GonzaloyGracias
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