Poco creíble a menudo, monótona a ratos, aburrida y larga,..., tiene sin embargo "algo". Ese algo, no se si magia, suavidad, luz o simplemente estrella es lo que salva a este film.

Falla como tesis sobre las relaciones sentimentales humanas, pero no deja de ser un film envolvente que vista desde la óptica americana o inglés, debe probablemente ganar, al añadírsele cierto toque exótico.

Barcelona y Oviedo lucen muy bien, incluso diría que demasiado. De fondo constantemente Guilia y Los Tellarini, aunque lo siento, lo mejor de la banda sonora es, sin duda Paco de Lucía.

Actores correctos pero sin alardes. Fatal doblaje. Sobra la voz en off.

Regusto extraño, sales igual que entras con la sensación de haber visto algo que aunque no aporta nada, no te arrepientes de haber visto.

La inmersión a la fantasía de la fábula es compleja, demasiado cogida por pinzas a veces, y eso es a mi ver lo que no engancha en esta película. Los cuentos deben imbuirte, trasladarte a mundos y situaciones que solo existen en la imaginación, y este lo consigue solo a medias por dos motivos:

1- El planteamiento inverso a "Alicia en el Pais de las Maravillas" en el que no es Alicia quien te sumerje en ese mundo con su viaje sino que es esa tierra de fantasía la que se nos va descubriendo poco a poco, no persuade, no traslada.

2.- La lentitud del desarrollo, la sensación de improvisación y lo absurdo de algunos comportamientos de personajes, no acaban de introducirte en la historia.

Y sin embargo debo reconocer que la obra en su conjunto me gustó, por original, y porque es Shyamalan en estado puro, autor con el que tengo cierta debilidad por su riqueza, por su estilo y por su clase.

Es ligeramente inferior a "El Bosque", (maltratado film), y superior sin duda a "Señales", película a mi modo de ver a la que más se parece en esencia esta joven del agua. "El Protegido" y "El Sexto Sentido" juegan en otra división.

Aquí podría haber habido una buena película. Te sientas en tu butaca, y te encuentras un inicio interesante, una buena interpretación de Adrien Brody y más que aceptable de la bella Keira Knigthley. Aprecias toques que te hacen esperar una trama complicada pero esmerada. Cierto aire de claustrofobia bien lograda, de ambiente onírico, de una fantasía bien llevada. Pero a medida que avanza la película, te aferras como clavo ardiendo a aquellos primeros signos positivos, mientras asistes atónito a como un guionista tira por tierra su propio trabajo.

Dejando un poco al margen las licencias que pueda tener un guionista en una película de este género y estilo aprecio dos inconsistencias importantes en el desarrollo del film:

La primera, en mi opinión la más grave, parte de que en mi esquema claramente preconcebido, hay dos formas de narrar y describir el viaje en el tiempo. La primera versión es la que sitúa este tipo de viajes en el tiempo dentro de un universo lineal, el cual no puede ser cambiado, sino al contrario ese viaje en el tiempo forma un bucle temporal permanente. Como ejemplo de esta manera de concebir los viajes temporales es "12 Monos", cuyas piezas encajan a la perfección. La situación incial de la película no es más que la consecuencia de los viajes en el tiempo realizados durante su desarrollo.

Otra versión es la que concibe un universo no lineal, dinámico en continua retroalimentación, cuya realidad presente pueda ser cambiada por el viajero con un simple cambio en el pasado, adaptándose inmediatamente. Aquí nos encontramos con la teoría de "Regreso al Futuro" o "El Efecto Mariposa".

Pues bien, durante buena parte de la película creí que estaba asistiendo al concepto temporal de "12 Monos", de manera que hiciese lo que hiciese el protagonista, los hechos no se modificarían, pues forman parte de la misma linea temporal. Todo parecía indicarlo, todos los actos del protagonista encajaban con el futuro al que estaba destinado, por mucho que intentara cambiarlos. Pero al final de la película, se produce un incomprensible giro hacia el concepto temporal de "Regreso al Futuro", que no hace más en mi opinión que darle mayor inconsistencia al guion. De pronto el futuro cambia por un acto del protagonista, y te preguntas si es algo calculado buscando un efecto chocante, o simplemente que el guionista no sabía en que concepto temporal quería enmarcarlo todo.

"Australia" es un pastiche de géneros que no llega a cuajar en ningún momento, quedando finalmente un regusto a fallido emulador de cine épico.

Una constante sensación de falsa grandiosidad se impone durante toda la duración. Y es que Baz Luhrmann no encuentra el camino en sus 165 minutos de oportunidades, y Australia acaba aburriendo hasta la saciedad.

La trama se sostiene con alfileres que en muchas ocasiones no dan aguantado el torbellino de desencantos y de clichés.

Se aprecian interesantes movimientos de cámara, en especial los picados, pero de la fotografía de un film de estas características se esperaba mucho más.

El trabajo de actores deja bastante que desear, quizás por estar pésimamente dirigidos, o quizás porque es muy difícil salvar el resto del trabajo llevado a cabo.

Australia es pretenciosa y acaba reivindicando los derechos de los aborígenes australianos, pero ni siquiera esto es trasladado con credibilidad. Ni siquiera a ellos les ha gustado.

Quizás no debamos hacer más leña del árbol caido y dejar que esta "Australia" caiga en el olvido, que es donde merece estar.

Se trata de una película, con una realización más que correcta, original banda sonora, pero con unos actores que sobreactuan, y una temática poco innovadora. No en vano Los Simpson criticaron mucho antes el modelo familiar y los valores de la sociedad americana, con más gracia y aunque parezca increíble más credibilidad.

Los cinco oscars hicieron un efecto halo de manera que a la gente le da por decir que se trata de una obra maestra. Si fuese una película europea, pasaría sin pena ni gloria.