A la película digo, la salva un hermoso cachorro Labrador amarillo. Tengo debilidad por los perritos y siempre que aparece alguno haciendo monerías me enternece y por más que el filme sea una basura los canes siempre me llegan al corazón.
Pero no solo de perritos trata la historia, también hay bellas y bellos jóvenes universitarios, un par de pescadores muy poco amables, un sheriff que le gusta el Heavy Metal y por supuesto tiburones, muchos tiburones de muchas razas distintas y tan rápidos y saltarines que podrían interceptar un avión de cabotaje en pleno vuelo (como en la famosa escena de Mega Shark vs. Giant Octopus).
Mi opinión es que no hay que ser tan injustos con la calificación, me he reído bastante con esta peli, es estúpida y ridícula, pero puedo asegurar que no me he aburrido. El comienzo si es muy flojo, lento, pero después de la primera media hora comienzan las risas al ver las pésimas actuaciones, las situaciones inverosímiles y las muertes generadas por computadora. Iba a ser un dos pero gracias a Morgan (el perro) es un cuatro.

Llevo mucho tiempo estudiando el tema de Corea del Norte y de sus últimos tres dictadores los Kim, las cuestiones geopolíticas, la posibilidad de un holocausto nuclear o de un posible golpe de estado en ese pequeño país asiático. Y tal parece que quienes escribieron esta historia no hicieron tal cosa, o al menos no lo hicieron en profundidad.

Un poco de Geopolítica, aunque parezca aburrido hay que tocar el tema, Estados Unidos no tiene intención alguna de derrocar a Kim Jong-Un, su alianza comercial con Corea del Sur y China implica entre otras cosas ayudar conjuntamente y en secreto a Corea del Norte para que el régimen se mantenga ya que una revolución llevaría a millones de norcoreanos a huir hacia el sur afectando lujoso y cosmopolita modo de vida de Seul, la mayor ciudad surcoreana(los chinos tampoco quieren refugiados norcoreanos). Todo esto haciendo vista gorda al problema de los Gulags (campos de reeducación), la mala alimentación de sus habitantes y porque no también de su milicia. Para EEUU Corea del Norte no es una amenaza real, y no está en su agenda como si lo está el Estado Islámico ISIS o Alqaeda, o el reciente proyecto de levantamiento del bloqueo a Cuba.

La película de Seth Rogen es sin embargo una descojonante mirada a la realidad Norcoreana y porque no americana también y hay que verla como eso, una comedia disparatada con un James Franco más gracioso e imbécil que nunca, un completo tarado a quien la CIA le asigna la misión más imposible del mundo, esto es eliminar al dictador norcoreano Kim Jong-Un, de ahí un montón de situaciones divertidas que personalmente me han hecho pasar un buen rato.

Puedo entender la preocupación de la dictadura norcoreana(hackers Norcoreanos?) de que se difunda esta película y de que alguna manera sea vista dentro del país, Seth Rogen propone una solución bastante coherente al problema que nos deja rascándonos la cabeza y preguntándonos que efecto tendría sobre un norcoreano ver este filme.

Si quieren divertirse sin preguntar demasiado, vean esta película no los decepcionará, si realmente les interesa la realidad norcoreana hay excelentes documentales en Youtube, como “amarás al líder por sobre todas las cosas”, muy recomendable.

Por fin alguien le ha encontrado un uso útil al Parkour y al Free-running... Eureka! Que tal si los asesinos asechan a sus víctimas utilizando este particular deporte?
Una película de terror simple, prácticamente un cortometraje y eso es bueno, ya que la mayoría de los filmes del género tratan de extender su duración con escenas aleatorias e innecesarias que no vienen al caso.
El protagonista, es David Schofield, quizá lo recuerden como el sirviente de Lord Becket en "Piratas del caribe", y por ningún otro filme. Hace bien lo suyo, un profesor en edad otoñal con problemas de alcohol a quien nadie quiere en la escuela, incluyendo su hija. Al pobre le toca ser el paranoico, sí! ese infeliz a quien nadie le cree, como en la fábula de Juanito y el Lobo.

La moraleja: Si en vuestro barrio habéis visto chicos haciendo Parkour, tened cuidado porque pueden estar colgados de vuestro techo prestos a matarle en este preciso momento.

Quienes son fanáticos del manga y el animé, suelen encontrar molestas estas adaptaciones de series exitosas. Lo cierto es que para quienes no son tan fanáticos, este tipo de películas suelen resultar bastante entretenidas. Tal es el caso de Keiji Gambling Apocalypse, en el que Yugo Kanno nos trae a parte del elenco de la exitosa Death Note, a probar suerte con esta súper-comprimida versión del manga de Nobuyuki Fukumoto.
En esta oportunidad vemos a un Tatsuya Fujiwara más maduro y versátil, haciendo un Kaiji bastante fiel aunque sobreactuado por momentos. El papel de Sahara fue designado a Kenishi Matsuyama, sin mucho vuelo ni con el protagonismo que vimos en Death Note haciendo de L.

Para comprimir en 120 minutos de metraje los tres juegos principales de la serie anime, hubo que modificar sustancialmente el argumento lo que trajo aparejado ciertos baches que tornan poco creíble el argumento. Lo dicho, todo se soslaya con la actuación de Matsuyama (lo vemos 115 de los 120 minutos de metraje) sin el cual esta película no pasaría de ser más que una intrascendente adaptación como tantas otras.

No se rompan la cabeza tratando de descifrar este moco hecho una bolita que es Primer. Tengo algunos conocimientos en física, matemática y astronomía y puedo decir con cierta autoridad que lo que Shane Carruth vomita en los primeros 20 minutos de metraje es un galimatías absurdo y trasnochado.
-Hagamos una maquina del tiempo
-Done
-Hagamos una caja de aluminio para la maquina del tiempo, para que no se escape el gas argón.
-Done
-Eureka!! funciona para cosas chiquitas, ahora hagamos una más grande…
-Maquina del tiempo?
-No! Caja de aluminio, no tenemos plata para una maquina del tiempo mas grande
-No se irán a dar cuenta los espectadores?
-Naa dudo que a ese punto hayan entendido ni jota de lo que pasa, así que hablemos durante 20 minutos sobre materiales, tubos, formulas y demás cosas que aprendí en la universidad tecnológica.

Dejando de lado el tema de la maquina del tiempo, Carruth comienza a divagar en paradojas temporales y en como este nuevo poder adquirido es capaz de corroer una gran amistad. Pero lo hace de una manera demasiado intrincada para el espectador promedio y se torna aburrida y cansadora. Si por lo menos hubiera encarado el tema de los viajes en el tiempo de forma más accesible le hubiera puesto una mejor calificación.