Tiene esa pinta de intentar emular ese cine kinki, macarra y policíaca vasca de la anterior década, con todos los tópicos, drogas, jóvenes sin futuro, policías corruptos... Pero se queda muy pero que muy lejos. Hasta el punto de ser una versión "soft" de ese tipo de películas.

Todo se queda demasiado soso, la denuncia social, eso de que los jóvenes delinquen porque "no les queda otra", el camorrismo, el prota Daniel Guzmán no produce respeto alguno, la historia de amor, da la impresión de que se acaban de conocer en todas las escenas, las razones de la corrupción del policía, y el por qué quiere dejar de serlo ¡por favor! Por último, el clímax de la peli, sin nada de emoción, te dicen cómo será 45 minutos antes de que ocurra y, sin embargo, no ocurre ningún giro inesperado.

Así con todo, dejando una peli realmente floja, la califico como mala por una Anne Igartiburu que demuestra por qué el fiasco de su carrera cinematográfica no ha sido cuestión de mala Suerte.

Una auténtica lacra para el cine el tener un cambio de mentalidad con el avance de los tiempos, esto provoca que algunas películas sean bastante difíciles de digerir. Sí, hay que ponerse en el contexto de la época y demás, pero eso no significa que hay que estar dispuesto a tragárselo todo, sobre todo si no alcanza la excelencia, es mejor dejar que se quede en el olvido de la obsolescencia.

La Tonta del Bote es un claro ejemplo, no tiene nada de excelencia, salvo, quizás, las referencias a cómo será el país en los 70, ya que es una comedia ambientada varias décadas atrás, pero hay muchas otras obras que cumplen mejor con ese propósito.

Sí tiene, como referencias obsoletas, un marcado y cursi acento madrileño con interminables diálogos, que hoy en día excede el costumbrismo. También tiene un asfixiante machismo, con frases como "te rebano el cuello, si no eres para mí no serás para otro", o mujeres lamentándose por ser viejas a los 40 y no tener posibilidad de conquistar a un Arturo Fernández que las iguala en edad pero las prefiere mucho más jovencitas. Por último, su melodrama, estilo La Pequeña Cerillera, es también otro rasgo bastante difícil de digerir.

No es culpa de la película ni de la época, tampoco es culpa nuestra, es sólo la evolución natural de las cosas y hoy en día estamos demasiado evolucionados como para tener estómago para tragarnos a La Tonta del Bote.

Relato feminista agradable, para pasar el rato, sin reivindicaciones poderosas. Llama la atención que esté hecha dos décadas antes de nuestros tiempos, cuando las voces en contra de las vidas encorsetadas de las mujeres no tenían tanto protagonismo como lo tiene ahora. Lo que demuestra que no se trata de una "moda progre" de nuestros días, sino unas voces que llevan hablando desde hace mucho y cada vez se oyen más y más. Para desgracia de muchos que se niegan a ver que las sociedades han cambiado, cambian y cambiarán a lo largo de la historia, siempre hacia adelante.

Carmen es una mujer seca, borde, antipática ¿por qué no ha de estarlo? Ha encontrado al compañero ideal para compartir su vida (¡con lo difícil que es!) y lo ha perdido. ¿Debe acaso mostrarse siempre agradable y complaciente cuando no le apetece? ¿Cuando no se siente así? Lidiando con hombres todo el día que van a ella como las moscas a la miel al enterarse de que está sola ¿Debe estar con alguien siempre? Si no ¿está incompleta?

La película toca todos estos temas, de una manera agradable y simpática, destaco la escena con el taxista y con el pintor, muy instructivas.

Llama la atención los grandes elogios que ha recibido esta película por parte del diario El País, cuando la vean entenderán el por qué, así va a ser difícil que los críticos tengan credibilidad. No es mala película, pero tampoco para tantos elogios. Se disfruta, pasas un buen rato, pero se puede olvidar fácilmente.

Es una película muy intensa. La sinopsis de esta página acierta de pleno en su descripción, es una película plagada de celos y envidias y también añadiría un machismo recalcitrante y muchas lágrimas de cocodrilo. Es tan intensa que a la media hora de metraje (puede que cuarenta y cinco minutos) termina por hastiar, pues todo en exceso es malo.

Todo es excesivo, sobre todo las escenas dramáticas, alcanzando niveles de culebrón incluso. La parte erótica sí es más elegante, de esas en donde no es necesario mostrar todo para que sea sensual.

Quizás sea más conveniente verla por partes, en lugar de todo del tirón, creo que se disfrutaría más.

Hay que tener cuidado con las películas biográficas y verlas siempre con un pensamiento escéptico. Si consigues disfrutarla pese a ello, es buena. Soeur Sourire no lo es, aunque tampoco un despropósito.

Jeannine Deckers era una niña muy confundida y completamente ingenua, sin armas desde el principio de su infancia para enfrentarse a la vorágine competitiva que es la vida en Europa Occidental. Evidentemente la extrema fama que adquirió (flor de una primavera) no la ayudó pero ese no es el tema central de la película (lo cual se agradece, creo que ya hay demasiadas películas hablando de los peligros de la fama) sino cómo se enfrenta ella a todas esas situaciones, dando bandazos sin sentido. Una especie de "blanqueo" a todo lo que la rodeaba, dejando la principal responsabilidad de su destino a ella misma y sus decisiones, algunas de ellas muy rocambolescas.

No sé... Con pensamiento crítico hay algo que hace que no te tragues este cuento salvo, quizás, que te hayan dado la explicación del Trastorno de la Personalidad Múltiple. Algunas situaciones son demasiado inverosímiles y mal conectado con lo que se ha visto previamente. La sensación es que se podría haber hecho mejor, mucho mejor.