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España España · Madrid
Críticas de Eduargil
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Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
La tortuga roja
Francia2016
7.1
9,023
Animación
9
10 de enero de 2017
50 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los rumores de un posible cierre del Studio Ghibli a mediados del año 2014 sacudió y conmocionó a millones de seguidores en todo el mundo, los cuales ya estaban muy afectados y afligidos cuando su fundador, Hayao Miyazaki, considerado el Walt Disney de Oriente, anunció un año antes a través de un comunicado su retirada como director de largometrajes. La compañía no tardaría en desmentir tales rumores sobre su desaparición tras informar que tan solo se tomaría un descanso provisional para realizar una reestructuración debido a los altos costes generados por la empresa. Pues bien, ahora vuelve con fuerza al panorama cinematográfico mundial, y lo hace con su primera coproducción internacional, La Tortuga Roja, dirigida por el director holandés Michael Dudok de Wit, y coproducida por Francia. Tres nombres propios importantes en la producción son la base en la que se sustenta este ambicioso proyecto: de parte japonesa, Hayao Miyazaki (El Viaje de Chihiro, La Princesa Mononoke, y Mi Vecino Totoro) e Isao Takahata (La Tumba de las Luciérnagas y El Cuento de la Princesa Kaguya), y de parte francesa, Vincent Maraval.

Hace más de diez años, Michael Dudok de Wit recibió un importante correo de Studio Ghibli, con dos peticiones; la primera, permiso para distribuir su cortometraje Padre e hija (2000) en Japón, por el cual recibió multitud de premios internacionales, como el Oscar al Mejor Corto de Animación o el Gran Premio en el Festival de Annecy, además de cosechar muy buenas críticas tanto de la prensa especializada como del gran público, para llegar a convertirse a día de hoy en todo un clásico y corto de culto. La segunda, una oferta para trabajar en su estudio con la posibilidad de dirigir su primer largometraje, ya que hasta ahora solo tenía en su haber la realización de cuatro cortometrajes. De esta manera, la idea de un hombre en una isla desierta que llevaba rondando la mente del director holandés desde hacía un tiempo, empezó a rodar, y así nació La Tortuga Roja. Diez años de esfuerzos ha empleado Dudok de Wit para realizar esta impresionante, emotiva y encantadora maravilla visual.

Sin utilizar ningún diálogo, nos cuenta la historia de un hombre que naufraga en una isla desierta poblada de cangrejos, tortugas y aves, cuyos intentos repetidos de escapar en diferentes balsas de madera improvisadas son malogrados por una fuerza invisible. Dicha fuerza resultará ser una gigante tortuga roja. Cuando al hombre enfurecido se le presenta la oportunidad de vengarse de esta misteriosa criatura, no la desaprovecha, y tras su posterior arrepentimiento por la acción cometida, la tortuga roja se transforma en una hermosa mujer que le hará compañía en la isla para el resto de su vida.

La escena inicial de una tormenta con un mar embravecido, en donde nuestro protagonista lucha por sobrevivir, recuerda a la famosa estampa japonesa La gran ola de Kanagawa del pintor Katsushika Hokusai donde se refleja esa dualidad existente entre la fragilidad de los seres humanos y la imparable fuerza de la naturaleza. La Tortuga Roja es un retrato de nuestro mundo, capaz de ofrecer belleza y crueldad al mismo tiempo. Esa furia y fuerza destructiva de la naturaleza actúa con mayor vehemencia y contundencia en otro episodio de la película, en el que sentimos toda su inmensidad y grandiosidad convirtiendo a las personas en diminutos, pequeños e insignificantes seres vivos.

A pesar de estar dirigida y coproducida por europeos, conserva muchos elementos y temas característicos de la factoría Ghibli, ese toque de misticismo y misterio en la historia, el respeto y el amor por la naturaleza, el paso de la infancia a la vida adulta, e inclusive intervienen unos traviesos y simpáticos personajes en forma de cangrejitos, con muchas semejanzas y similitudes a los asustadizos y curiosos Susuwatari que aparecen en Mi vecino Totoro y El viaje de Chihiro, unos seres pequeños muy oscuros en forma de bola y pelo rizado. Cuando la tortuga se convierte en una compañera humana, la película se transforma en un hermoso y lírico viaje a través de la vida, una apacible y onírica fábula llena de misterio, capturando la crisis existencial del hombre que termina aceptando su situación para enfrentarse a la isla, y aprender a disfrutar de su entorno.

El público al que va dirigido Ponyo en el Acantilado (2008) evidentemente no es el mismo que el de La Tortuga Roja, aunque hay momentos cómicos de mucha ternura, delicadeza, y muy conmovedores, no se trata de una película para niños debido a su trasfondo filosófico y existencialista donde se nos habla de la realidad de la muerte, y en la que Michael Dudok de Wit pretende transmitir que no necesitamos oponernos a la muerte, ni temerla, ni luchar contra ella ya que se trata de algo natural que forma parte del ciclo de la vida.

Todas mis críticas en:
http://timejust.es/author/barriodelensanchegmail-com/

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Eduargil
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7
5 de noviembre de 2017
46 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Librería fue la película encargada de inaugurar La Seminci 2017. Esta coproducción entre España, Reino Unido y Alemania, dirigida por Isabel Coixet está formada por un elenco de lujo encabezado por la actriz inglesa Emily Mortimer (“La invención de Hugo”, “Shutter Island”, “Match Point”, “The Newsroom”), la nominada al Oscar y Globo de Oro, Patricia Clarkson (“Elegy” y “Aprendiendo a conducir”) y Bill Nighy (“Love Actually”, “Su mejor historia“), ganador de un Globo de Oro y dos premios BAFTA completan el reparto principal. La historia de una mujer que lucha por hacer realidad su sueño de montar una librería está basada en la novela homónima de Penelope Fitzgerald.

La Librería hace un hermoso homenaje a la literatura, los libros y la lectura, en donde Isabel Coixet nos relata la osadía de Florence Green, una mujer que tiene un pequeño sueño por cumplir: abrir una librería para convertirla en un lugar de encuentros, recrear ese lugar donde fue feliz y descubrió el amor, volver a tener ilusiones, y contar con el reconocimiento de la clase pudiente de un pequeño pueblo.

El logro de ese sueño por parte de Florence Green no será tarea fácil, porque se tendrá que enfrentar a una sociedad poderosa, manipuladora y egoísta, encarnada en un pequeño pueblo de Inglaterra. Sin embargo, no estará sola en la aventura porque su pequeña ayudante, Christine (Honor Kneafsey), y un huraño personaje, el señor Brundish, magníficamente interpretado por Bill Nighy, están de su parte.

Sobre este aspecto, Isabel Coixet en la rueda de prensa para presentar la película, manifiesta que la historia de un pequeño sueño de una mujer que quiere poner una librería en un lugar donde no hay ninguna, sirva al menos para que “mucha gente que no lee, igual ven la película y deciden leer, y ya sería un triunfo…. pero bueno de momento que vayan al cine y que luego compren la novela.” Coixet deja claro su fascinación por la novela de Penelope Fitzgerald en la que está basada la película, así como su pasión por la lectura, al igual que Florence, la protagonista de La Librería.

La Librería es una maravillosa película sobre la mezquindad existente en la sociedad actual o en palabras de la propia directora “de una sociedad que distingue entre exterminados y exterminadores”. A pesar de ser una adaptación literaria, el personaje principal interpretado por Emily Mortimer es muy característico en la filmografía de Isabel Coixet: una mujer fuerte y con coraje que lucha contra las hostilidades de su entorno. Este es uno de los grandes atractivos de La Librería, un personaje femenino, Florence Green, que tendrá que hacer frente a la adversidad de un sistema represivo e ignorante, encabezado por una veleidosa y fútil, Violet Gamart (Patricia Clarkson) que no concede ningún espacio para la cultura y, además, la cuestiona simplemente por su condición de mujer reivindicativa.

Isabel Coixet cuenta con un elenco de actores de lujo. A destacar la soberbia actuación contenida de Bill Nighy a lo largo de todo el metraje, en el que su personaje establece una intensa historia de amor con la frágil Florence donde se insinúa más de lo que se muestra. Aquí reside otro de los alicientes de La Librería, contemplar la excelente química entre Bill Nighy y Emily Mortimer. Y por último, a destacar los numerosos guiños literarios que aparecen a lo largo del film, como las escandalosas y ruidosas novelas que conmocionaron a la sociedad de los años 50, Fahrenheit 451 o Lolita, las cuales serán utilizadas por Florence Green para atraer a lectores a su librería.

No fue fácil convencer a los que ponían el dinero para realizar La Librería, nos cuenta Coixet, porque muchos de los peros estaban relacionadas con que se trata de un final meláncolico, además de estar basada en una intensa historia de amor, poco comercial, debido a que es una relación llena de contención y poco o nada evidente. Sin embargo, los productores que siempre estuvieron al lado de Isabel, apoyaron su “cabezonería” y consiguió que el final de la película fuera más dulce que el de la novela porque “este es mi nivel de la historia de amor”, puntualiza Coixet,” yo no quiero que el personaje de Bill y Emily se acuesten en la librería porque considero que su relación es mucho más intensa cuando imaginemos más y veamos menos.” La directora ha suavizado el final de la película, mucho más duro en el libro, utilizando una fórmula muy común en ella de dar algo de esperanza y optimismo a la vida.

Una interesante película, maravillosamente fotografiada con hermosos paisajes, de bella factura que nos recuerda a viejos clásicos de los años cincuenta. Una bonita historia que envuelve un sugerente mensaje de reivindicación feminista con cierto trasfondo social, además de una seductora invitación al placer de la lectura.
Eduargil
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7
10 de marzo de 2017
57 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia real de Ray Kroc, un vendedor ambulante que tomó un restaurante de gestión familiar para convertirlo en un conocido y multimillonario imperio de comida rápida, llamado McDonalds, es la trama en la que se basa El Fundador, dirigida por John Lee Hancock (Al encuentro de Mr. Banks), con guión de Robert Siegel (El Luchador) y protagonizada por un espléndido Michael Keaton (Spotlight, Birdman). Estreno el próximo viernes 10 de Marzo.

El Fundador se trata de un drama autobiográfico sobre Ray Kroc (1902-1984), conocido por ser el hombre que “fundó” McDonald’s. Se nos cuenta la fascinante historia de un vendedor ambulante de Oakpark, Illinois, que se ha pasado la mayor parte de su vida comerciando infinidad de productos, de los más variopintos, a propietarios de negocios, pero con ninguno ha llegado a nada transcendental e importante. En pleno boom económico tras la guerra, Ray Kroc, de 52 años, es vendedor ambulante de Multimixer, una batidora de restaurantes de carretera muy popular en los EE.UU. de posguerra. El encargo de seis unidades para un restaurante de San Bernardino (California) capta tanto su atención que se dirige allí para conocerlo. Cuando llega, ve un restaurante y un negocio, diferente a cualquier otro visto antes. Esta visita marcará el resto de su vida.

Ray Kroc se queda sorprendido con aquel local regentado por los hermanos Dick y Mac McDonald. Se trata de un nuevo tipo de restaurante de comida rápida donde cualquiera puede pedir una hamburguesa que estará lista para comer en menos de 30 segundos. En aquella transcendental visita, los hermanos relatan a Kroc toda la historia y el proceso de su negocio. Al principio fue un restaurante de hamburguesas y barbacoas, pero al darse cuenta de que el servicio era demasiado lento, inventan un ingenioso sistema (inspirado en el funcionamiento de las cadenas de producción ideadas por Henry Ford) para hacer y entregar a los clientes hamburguesas en cuestión de segundos.

El concepto de los hermanos McDonald era hacer comida de buena calidad, de forma rápida y que las familias pudieran pagar. Para ello crean un menú reducido, una cocina especialmente diseñada, la eliminación del servicio de mesa y de los camareros, y una envoltura de papel desechable. Ellos describen su método a Ray Kroc como una “sinfonía de eficiencia”, al que llaman Speedee System. Kroc enseguida reconoce un potente modelo de negocio, la oportunidad de su vida, que no puede dejar escapar, y, aprovechando sus dotes comerciales y su visión global del negocio, les propone crear franquicias para convertir a McDonald’s en un fenómeno nacional.

Cuando Kroc visita por primera vez el restaurante de los hermanos McDonald, con sus arcos de oro iluminados de McDonald’s, automáticamente recorre por sus pensamientos farolas adornando los tejados de las ciudades, al igual que los campanarios en las iglesias o las banderas americanas en los ayuntamientos. Los hermanos McDonald tuvieron una gran idea, pero Kroc, envolviéndose en la bandera del sueño americano fue más allá, con una visión mas global, con el objetivo de convertir aquellos aros dorados en “una nueva iglesia americana”, pero lamentablemente utilizando prácticas comerciales despiadadas y con la firme voluntad de acabar con cualquiera que se interpusiera en su camino. Dos formas, dos conceptos diferentes de modelo de negocio, cuyos enfrentamientos y distancias son cada vez mayores e insalvables.

El director John Lee Hancock y el guionista Robert Siegel parecen querer celebrar las antiguas virtudes americanas de la autosuficiencia, la ambición y el trabajo duro bajo el prisma de dos formas diferentes de llevarlas a cabo. Por un lado, los hermanos McDonald, que nunca estuvieron desinteresados en hacer franquicias, de hecho hicieron varias intentonas que acabaron en fracaso, eran unos emprendedores idealistas interesados en una forma de capitalismo (el productor Don Handfield lo ha denominado “capitalismo sostenible”), en busca de un control de calidad exhaustivo sobre el producto y el servicio, el cuidado de sus empleados, y un compromiso con los valores familiares donde podrían obtener un beneficio saludable, y vivir cómodamente sin tratar de superar a su competencia. Por otro lado, el capitalismo salvaje, la globalización masiva de la cultura estadounidense y el progreso de Kroc como una forma de llegar a lo más alto, donde no existen principios éticos, todo vale para conseguir el éxito y se trata de triunfar cueste lo que cueste.

Se describe a Ray como un personaje complejo cuyas motivaciones son controladas por la desesperación y el miedo al fracaso, y Michael Keaton refleja perfectamente todas esas complejidades con su magnífica interpretación. Tras ver esta película es difícil imaginar a otro actor para este papel. Laura Dern, como Ethel Kroc, la esposa de Ray Kroc, interpreta de forma estoica y convincente a una mujer desesperanzada, antes de que se convierta en una de las numerosas víctimas del delirio de grandeza floreciente de su marido. Una historia real, cuyo título suena a ironía, cuando nos enteramos de que el hombre que “fundó” el imperio McDonald’s se apropió de la idea de dos emprendedores idealistas y perfectos desconocidos para una gran parte de la población americana.

CINEMAGAVIA
Eduargil
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7
14 de mayo de 2018
48 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aparentemente ambos, de cara al exterior, parecen ser totalmente opuestos, tanto en su forma de jugar como en su manera de comportarse en las pistas.

Sin embargo, a través de flashbacks veremos como los dos tienen más en común de lo que cabría esperar a primera vista. Lo que verdaderamente diferencia a ambos, es la manera en la que fueron formados como jugadores de tenis.

Borg en su época de juveniles fue muy conocido no solo por ser un gran jugador con una buena zurda, sino también por su problemático y fuerte carácter en la pistas, debido a su desbordante genio. Tuvo muchísimos problemas de niño debido a sus continuos arrebatos, motivo por el cual estuvo a punto de ser excluido del tenis.

En realidad, no es un jugador relajado y tranquilo, sino una bomba siempre a punto de estallar. Björn Borg de adolescente fue extremadamente impulsivo e incontrolable, sus emociones en el campo de juego se volvían alocadas y le causaban tantos problemas como a John McEnroe.

Sin embargo, su legendario entrenador Lennart Bergelin (Stellan Skarsgård) consiguió enseñarle a contener la tensión, la ira y la furia, a interiorizar sus emociones. De esta manera convierte a Borg en el tenista que conocemos: equilibrado, estoico, además de obsesivo, maniático e inaccesible. Los buenos consejos de su mentor hicieron que Borg pudiera canalizar toda esa ira hacia sus manos, dirigida con fuerza y precisión a cada golpeo de raqueta.

Por otro lado, también podemos ver cómo la federación sueca quiere beneficiarse de su talento y como ejerce la presión sobre él desde muy pequeño. Hay que recordar que Björn Borg tiene tan solo 24 años en la final de Wimbledon de 1980, y que jugó su primer partido como profesional a la edad de 15 años.

En cuanto a McEnroe, a simple vista puede parecer un memo, sin embargo, a través de flashbacks observamos que no lo tuvo nada fácil cuando era niño, porque sus padres tenían creadas unas aspiraciones demasiado altas para él, que le hicieron sentirse constantemente obligado a luchar por cumplir esas expectativas de sus progenitores. De alguna manera había encontrado una manera diferente de expresar sus frustraciones.

Borg, proveniente de una modesta familia sueca, tuvo que aprender a luchar desde el principio contra la idea de que el tenis no era un deporte para todas las clases sociales y, McEnroe sufría en un hogar donde sus padres siempre le cuestionaban.

En los arrebatos de ira es donde Borg McEnroe ve una de las muchas conexiones entre ambos deportistas. Sin embargo, mientras que Borg aprendió a usar su ira como fuente de energía para su tenis, McEnroe, por su parte, tiene que gritar de rabia en la cancha para fortalecerse. Por lo tanto, Borg entiende el comportamiento de McEnroe, y la película sugiere en cierta forma, que esta comprensión también justificó la amistad posterior de estos jugadores.

A pesar de que Borg McEnroe es el primer largometraje de ficción dirigido por Janus Metz ( anteriormente dirigió el documental “Armadillo” y se encargó de algunos episodios de la segunda temporada de “True Detective”), se le ve con mucha soltura y consigue un buen equilibrio entre los flashbacks y los emocionantes momentos deportivos. La dirección de Janus Metz es firme, competente y muy creativa.

La otra agradable sorpresa, es Sverrir Gudnason en el papel de Borg, casi desconocido en el mundillo del cine. Este actor de 39 años es conocido principalmente por su trabajo en el teatro y por su papel en la serie de “Wallander”. Pero con Borg, demuestra que es capaz de ponerse al frente de una gran película con un personaje complejo. Realiza una magnífica interpretación para meterse en la piel del icónico tenista sueco con una actuación matizada y en capas.

Shia LaBoeuf, también realiza una espléndida labor interpretativa en el papel del errático McEnroe, y consigue transmitir de forma natural, sin llegar nunca a la caricatura, esa enorme energía del tenista americano y sus alocados arrebatos. Además de saber representar con suma eficacia la vulnerabilidad e inestabilidad mental de su personaje.

La elección de los actores es impecable e imposible de mejorar. Sverrir Gudnason tiene un parecido asombroso con Borg y Shia LaBeouf está inmenso como ‘enfant terrible’ McEnroe. A pesar de que los dos actores son bastante más mayores que sus respectivos personajes, su magnífica actuación hace que no lo tomes a consideración. Es difícil saber cual de los dos está mejor. Gudnason está parcialmente limitado porque su personaje le obliga a realizar una actuación contenida y poner poca emoción. Sin embargo, logra transmitir maravillosamente como su Borg es un resorte demasiado apretado, a punto de explotar en cualquier momento.

La final de Wimbledon de 1980 en última instancia constituye el clímax de la película. El encuentro de casi cuatro horas, es resumido sutil e ingeniosamente por Janus Metz en una serie de puntos cruciales y decisivos, consiguiendo que cada segundo sea intenso, emotivo y fascinante, a pesar de que el ganador de la final ya es conocido por el espectador.

El objetivo de ambos jugadores es silenciar los miedos y las angustias existentes en el interior de sus cabezas y pagar el precio que exige el estatus de leyenda. Se trata de una guerra psicológica enardecedora, una lucha contra sus propios demonios.

El partido está bellamente retratado con ingeniosos y creativos ángulos de cámara. El director de fotografía Niels Thastum y Janus Metz logran capturar el drama y el suspense del juego con imágenes impactantes y precisas. Una y otra vez, la cámara está muy cerca de los jugadores y de cada uno de sus movimientos. Además, Metz hace un uso notable de las imágenes de archivo.

https://cinemagavia.es/borg-mcenroe-pelicula-critica/
Eduargil
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7
28 de octubre de 2017
39 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Nile Hilton Incident, coproducción entre Suecia, Alemania y Dinamarca, ambientada en El Cairo y filmada en Marruecos, ha sido la triunfadora indiscutible en la 62 edición de la Seminci 2017, al llevarse la Espiga de Oro a la Mejor Película y los Premios al Mejor Director y Mejor Guion para Tarik Saleh. Se trata de un thriller político sombrío pero fascinante, cine negro en estado puro, que ofrece una visión pesimista de la sociedad egipcia por la corrupción e impunidad existente. The Nile Hilton Incident no se rodó en Egipto, debido a problemas con el gobierno.

The Nile Hilton Incident, una producción sombría pero fascinante que sigue la mejor tradición del cine negro: un antihéroe en forma de policía (Fares Fares) que lucha contra un sistema corrupto, une femme fatale encarnada por la amiga de Lalena, Gina (Hania Amar), no hay una sola escena de la película que el humo del tábaco no invada la pantalla y una doble cruzada del protagonista dentro y fuera de su entorno profesional.

Además, el director Tarik Saleh le da un toque original y exótico al género por enlazarlo en el tiempo con hechos históricos, la Revolución egipcia de 2011, con manifestaciones y revueltas por todo el país cuyo principal objetivo es forzar la salida del presidente Hosni Mubarak. La trama de The Nile Hilton Incident va in crescendo, se mantiene la tensión en todo el metraje, para acabar casi en tragedia social ya que el clímax de la película coincide con el día de la revuelta en la Plaza Tahrir. Nuestro antihéroe, a pesar de todas las trabas, continúa su investigación, a riesgo de disolverse en el caos de la ciudad.

Inspirada en la historia real del asesinato de la cantante libanesa Suzanne Tamim en 2008, que acabó con la condena de un empresario egipcio y un miembro del Parlamento, The Nile Hilton Incident presenta una imagen oscura de la capital egipcia, su sociedad y sus instituciones. La policía aparece aquí como una especie de empresa familiar y un centro de recaudación de dinero. Sin embargo, en este ambiente oscuro de corrupción en el que está inmerso el inspector Noredin, aparecerá una nueva faceta en su personalidad: su lado más humano.

Una de las características de The Nile Hilton Incident que la hacen excepcional y la dota de una identidad singular dentro del género negro, es el importante papel que le da a la ciudad, una verdadera metáfora de las tensiones humanas, sociales y religiosas. Una ciudad del Cairo llena de contrastes insostenibles entre los barrios bajos para los refugiados, sucios, y de una gran agitación social; y los barrios chic y elegantes de la alta sociedad. Una diferencia tan abismal entre ricos y pobres, raramente tan visible como aquí. Tarik Saleh recrea una metrópoli egipcia en constante tensión,  una olla a presión siempre a punto de estallar.

El actor sueco de origen libanés, Fares Fares realiza una magnífica actuación como el perdedor Noredin. Exuda un aire de pesimismo resignado mientras intenta resolver los casos. Mientras más investiga, más corrupción encuentra y pone su vida en peligro también. Las violentas protestas de la sociedad para derrocar a Mubarak y su régimen que aparecen como telón de fondo nos sirve para establecer una analogía con la paulatina transformación de Noredin. El policía parece está cansado de seguir siendo cómplice de un sistema corrupto, hastiado de ser empujado por los ricos y poderosos, harto de ayudarlos para aplastar los derechos humanos básicos, de tratar a los marginados como material de deshecho y prescindible, por lo que necesita poner fin a las mentiras y engaños.

Las lentes de la cámara sin recubrimiento, una tendencia cada vez más habitual entre los directores de fotografía digital. Esto provoca que las fuentes de luz destellen y desaturen el encuadre, las zonas claras se muestran muy brillantes, poco nítidas y muy uniformes; y de esta manera se consigue una ciudad del Cairo más polvorienta, mas quemada. La cámara de Tarik Saleh observa con precisión sin ser voyeurista, lo que subraya una vez más la estilística realista de la película.

En definitiva, un interesante thriller policíaco, con una atmósfera asfixiante e inquietante, mucha tensión, una emocionante y entretenida historia que recomiendo.

https://cinemagavia.es/pelicula-critica-nile-hilton-incident/
Eduargil
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