Si bien no es una película que nos va a dejar ningún mensaje para la posteridad, cumple a la perfección con la expectativa de cualquier espectador de westerns. La recreación de época es muy buena, la historia es entretenida, de diálogos lo suficientemente inteligentes y las actuaciones son superiores.
De los personajes que la integran, no creo recordar ninguno moralmente valioso ya que son todos una pleyade de desalmados inescrupulosos, pero aún así, es inevitable no simpatizar con un par de ellos.

La moraleja de ésta divertida comedia parece ser que lo verdaderamente trascendente en la vida es ser buena gente y que si estás un poco loco, pues te querremos igual.
Esta disyuntiva está muy clara cuando la hermana del supusto demente es advertida sobre las consecuencias de una inyección curadora de locura pero muy probablemente depresiva y enturbiadora del carácter. La asustada mujer opta por la locura de su hermano.
Y la verdad que apoyo su desición. Que bueno sería que todos tuvieramos un conejo de dos metros de alto como consejero y no una botella de whisky, un cigarro o un contador.

La temática de un súper robo y la inclusión de Michael Caine como actor protagónico pueden inducir a error al desprevenido espectador, que ilusamente esperará presenciar un film inteligente y agudo.
Nada más alejado de la realidad, ya que esta película es una interminable publicidad de los autitos Mini Morris, que suben azoteas, giran a toda velocidad, descienden largas escaleras, saltan grandes rampas y surcan las aguas sin sufrir el más mínimo rasguño, al contrario de sus débiles perseguidores, de otras marcas.
Todo esto enmarcado en lo peor de la moda setentosa, tanto en su insufrible música como en su cursi estética.

Una historia de amor entre dos personas maduras que cuentan en su vida más perdidas que ganadas y que por esa razón no protagonizan un amor a primera vista sino un largo proceso de enamoramiento venciendo temores, heridas y fracasos.
Una muy buena interpretación de Michelle Pfeiffer y una correcta actación de Al Pacino redondean una linda historia, bien contada, intimista y muy humana.

Entrañable película en la que un padre viudo lleva adelante la crianza de sus dos hijos, con más sinsabores que alegrías. No obstante eso, el mensaje que se nos transmite es el de que no siempre lo perfecto es lo mejor, ya que un padre solo necesita amar a sus hijos para ser para ellos su mejor superhéroe .
Buena actuación de Danny deVito y el niño mayor.