Gabriel García Márquez escribió en su autobiografía que "la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y como la recuerda para contarla". El protagonista de la película, un funcionario de medio pelo, habitante de una bonita casa unifamiliar en el extrarradio de Quebec, infelizmente casado con una trepadora absorta en su trabajo, padre de dos hijas ingratas y poseedor de un barato utilitario coreano, vive inmerso en ensoñaciones eróticas y triunfales, continuamente escapando a una realidad frustrantemente antipática que le niega todo lo que anhela. Es muy fácil empatizar con él y sentirse reflejado en más de una escena del film. El tono tragicómico con el que está narrada la primera parte, es la antesala del profundo y descorazonador drama que el director nos entrega en la segunda mitad de la cinta.

Película dura con la apariencia de comedia alocada, la edad de la ignorancia, te dejará un buen rato planteándote de qué te suena todo lo que acabas de ver.

Si Carretera Perdida y Mullholand Drive te parecieron tan fascinantes como esquizofrénicas e incomprensibles, Inland Empire, te llevará más allá de las indescifrables tramas de las dos películas anteriores. Rodada en Alta Definición, Inland Empire transmite en todo momento esa sensación de "mal rollo", de angustia y malestar característica de los grandes trabajos de Lynch. No le busques explicaciones, disfruta de su visionado e intenta no darle muchas vueltas.
Porque quieras o no, después de verla, te vas a pasar unos cuantos días pensando como encaja todo, y por supuesto, no vas a resolver el rompecabezas.

Honesto documental sobre la figura de aquel actor de ideas progresistas y liberales que en el ocaso de su carrera como intérprete terminó convertido en el estandarte del neoconservadurismo radical más rancio.

Nunca antes un presidente con tan mala gestión fue tan apreciado. Reagan, es un retrato fidedigno y sintético de la construcción y conservación de un mito. Desde sus orígenes como actor en declive a su paso por la publicidad y las relaciones públicas, hasta su llegada a la política, y posterior ascenso a la cumbre.

Realizado sin caer en tendenciosidades de ninguna clase, muestra las escasas luces y múltiples sombras de un gobernante que instrumentalizó la libertad, ese concepto ambiguo, controvertido y versátil, para favorecer a unos pocos a costa de la gran mayoría, y aún así, ser amado con fervor por su pueblo. Imperfecciones de la democracia, que hoy pagamos con una crisis interminable, que algunos denominan ya "The new normal".

Imprescindible para todos aquellos que quieran comprender el porqué estamos como estamos, pues la historia de Reagan, es la historia de América, y por tanto, la del mundo que ellos han contribuido a cambiar, no precisamente para mejor.

Un adolescente asesina a sangre fría y con chulería al perro de un hombre mayor mientras este se encuentra tranquilamente de pesca. El hombre tratará por todos los medios de que se haga justicia, enfrentándose a un padre que protege a un hijo que sabe culpable y desencadenando una espiral de violencia incontrolable.

Soberbio argumento susceptible de despertar interpretaciones análogas sobre la vida cotidiana, que plantea el dilema universal de cuando nos arrebatan algo muy querido que no podemos recuperar, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para que el culpable pague? ¿Y si se nos va de las manos?

Muy lograda fantasía posapocalíptica de principios de los 80 en la que ya se vislumbraba a un jovencísimo Mel Gibson como el futuro héroe de acción que pocos años después le consagraría su papel de polícía irracional en el clásico de acción Arma Letal.

Mel Gibson interpreta a Max, un ex policía que ha perdido todo lo que amaba en la vida y vaga sin rumbo por las asoladas y peligrosas autopistas (magníficamente fotografiadas) de un mundo devastado en un futuro caótico. Tras escapar de un ataque a manos de una pandilla de saqueadores de estética punk super macarra, llega a una especie de fortín asediado por una manada de tipos de la peor calaña imaginable (también de estética punk macarrónica). Como no podía ser de otra manera, Max ayudará a la buena gente del fortín a escapar de los malos.

Magistralmente rodado, este western posnuclear australiano de hace casi 30 años, hará las delicias de los amantes del género que no la hayan visto aún (un delito en toda regla) y volverá a encandilar a aquellos que vuelvan a verla después de muchos años. Todavía hoy es difícil asistir a una persecución tan buena como la de Mad Max 2; película clave del cine de acción, imitada ad náuseam siempre con peores resultados. Un referente imprescindible para cualquier amante del cine de acción.