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Críticas de lourdes lulu lou
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Críticas 1,501
Críticas ordenadas por utilidad
6
17 de enero de 2016
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un camino difícil de recorrer, por separado o juntos.

Cuesta recuperarse después de verla, cuesta digerirla en toda su cruel sinceridad y amarga realidad dolorida porque “si nosotros somos felices, él no existe”, sentencia demoledora y aplastante que parte de un corazón fallecido en vida, que late únicamente por empeño de unas arterias que no detienen su camino; vacío, devastación y sufrimiento como auto castigo para mantener vivo a quien ya se ha ido, impactante destrozo de quien está muerta por dentro/por fuera furiosa y aniquilada de tanta buena fe y palabras de consuelo que son una infamia para quien las oye en silencio pero, no escucha por mucho que se le insista y repita.
Porque “a veces no se necesita hablar, sólo estar” y esta magnífica, sensible y profunda película deja notoriedad de su imponente presencia física absorbida con delicadeza, resquemor y esa aguda inquietud que ralentiza el respirar y eclipsa el pensamiento de una razón aturdida, que te confirma, con sobriedad y entereza, que has hecho tuya la cinta, que con muy pocas frases, vocablos o movimientos de escena ha realizado una esmerada intervención quirúrgica en tus emociones y empatia.
Soberbia Elena Anaya, transparencia afligida de la mayor ruina y mezquindad que una madre puede soportar, esa pérdida accidental de un hijo que corroe, seca, arruina y mata lentamente hasta no dejar gota de esa memoria de un agua donde se vio, por última vez, al amado retoño tras un maldito descuido de treinta segundos, feroz tiempo perpetuo que por nunca avanzará/jamás retrocederá/siempre permanecerá y que, junto a su compañero en injusticia y culpa, un anulado y desorientado Benjamín Vicuña, digna pareja, de réplica intimista y mortífera, forman un dueto interesante, humano, piadoso, emotivo y asolado que sobrevive como puede ha hecho tan bárbaro y castastrófico.
Matías Bize realiza un loable trabajo que se respira a fuego lento, en sus eternos y vastos espacios de ausencia de lenguaje, pues la dureza de las escenas, la tensión de los cuerpos, la petrificada mirada y la lejanía de quien está presente en materia, pero a miles de millas en su gélida alma, no pide dicción, no solicita voz ni intercambio de lengua en alto, la pena, miseria y atrocidad les acompaña como esquelético fantasma que todo lo destruye, que todo lo arrasa.
Su guión es pureza delicada de impresionante alma grabada a través de un asfixiante martirio, que hechiza y sugestiona al espectador para llevarlo de la mano junto a ellos en su inevitable calvario; “vamos a salir juntos de esto” o “necesito estar lejos de ti” posturas de padecimiento que la audiencia debe hacer suyas mientras se infiltra, con toda su plena conmoción al descubierto, para desvelar hacia dónde caminará tan sometida pareja y cómo encararán el mal trago que la existencia les obliga a pasar.
No toma el camino fácil y cómodo de la tragedia, por deferencia a unos personajes cuidados con tacto, inteligencia y conocimiento de lo pretendido y a dónde se quiere llegar; la concurrencia lo agradece y aplaude con su simbiosis y asimilación exquisita de la situación vista; les conoces con gusto, les sufres con apetencia, emotividad íntegra que ahonda en el verdadero núcleo de la cuestión y deja fuera las nimiedades baratas, y al uso de recurso tentativo, para rellenar cuando no se posee contenido significativo.
No es el caso, late sola sin necesidad de ayuda excepto esa emocional y afectiva dirección y escritura que convencen a un público entregado, satisfecho y aún convaleciente de tan castigada sesión anímica.
Esperanza o desasosiego, recuperación o nulidad, observa su espléndida fotografía, siente su pausado aliento, escucha su vestida música, acaricia cada áspero segundo y saborea todo su conjunto con ese acibarado placer que agria y deleita por igual, sin esperarlo.
Le gustaba la nieve y construir cosas con las manos, era Pedro, cuatro años, lo más hermoso e inocente del mundo, en la memoria de sus padres por siempre, con agua o sin ella.

Lo mejor; su humanidad palpable.
Lo peor; no lograr absorber su pureza sensible.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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8
8 de noviembre de 2015
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Porque, a las cinco de la mañana, cuando estás realmente jodido y necesitas ayuda ¿a quién llamas? No llamas a los padres, ni a los colegas ni a conocidos, llamas a un verdadero amigo, y los nombres que te vienen a la memoria ¡no son muchos!..., de eso va la película”, Javier Cámara; “ ¡ahí le has dao!”, Ricardo Darín. Sinceridad a raudales.
¡Qué bueno que viniste!, qué bueno salir del cine pudiendo confirmar ¡es lo que esperaba!, ¡expectativas cumplidas!, rotunda afirmación cuyo previo temía y dudaba no poder expresar dicha sentencia con eficiencia sentida; pero se ratificó lo que se intuía y anhelaba, para complacencia de la persona que tenga la inteligencia de no dejar pasar la oportunidad de tastar tan exquisito manjar.
Imparcial no soy, adoro a ambos protagonistas, su talento y facilidad para la interpretación, para la transformación y evocación de sus personajes es asombrosa, magistral para deleite y gozo del espectador; fan o no, imposible no reconocer el respeto que se han ganado dentro de suprofesión.
Y si se añade un guión cálido y humano, que da la oportunidad de explayar tan deliciosas y buscadas habilidades, más un director que tuvo el ojo, o la fortuna, de reunir tanto ingenio y agudeza en un mismo filme ¡qué quieres que te diga!, el resultado no puede ser otro que esta ¡subliminal pieza!
Película de sentimientos encontrados, dureza de silencios que hablan a través de aquello que no se comunica pero todos entienden presente, fragancia de espíritu que debe acompañar en esa preparación de difícil viaje venidero donde sólo se requiere estar, observar y amparar; no importa tu opinión, no se solicita tu intervención, unicamente el respeto de una decisión, entendible o no, que ya ha sido tomada pues eres leal amigo que “no pedís nada, no pasáis factura, sois generoso”. Y hay que ser paciente y generoso para digerir y absorber una amistad de tantos años, profunda confianza que no necesita expresar lo que está dicho con su sola comparecencia y mutismo.
“Los inseparables”, que llenan la pantalla con su sólida presencia y penetrante mirada, que te cogen de la marno para volcar una inmensidad de sensaciones sin que puedas digerirlas con emoción distante, que con música de respiración lenta y esencia intimista, ofrecen la partitura final de esa alma cansada y agotada, querida y añorada a quien cobija un cautivador solitario de guitarra como preparación melancólica de esa forma entrañable, dura y espinosa de recepción elegida; no es fácil el tema, arde el asunto a tratar entre las manos, aquieta la aspiración y aliento, anula las ideas pues ¿cómo despedirse por siempre de un íntimo amigo?, ¿qué decir en ese último encuentro?, ¿hay algo no expresado que no se sepa e intuya?; de ahí que este hondo, abismal y categórico guión viva de prolongación y rutinarias pausas para cuatro días únicos e inolvidables, nada que añadir a la especial situación enfrascada que no sea la cotidiana andadura de quien se conoce sin abrir boca; tensión lagrimal, anímica angustia, inquietud colosal y lo único para aliviarla es callarse, caminar junto al protagonista y respetar aquello que comparte.
Cesc Gay realiza un hermoso trabajo, de arduo calado y enorme pesadez espiritual, con la sabiduría de olvidarse de la cámara como personaje y dejar, que esta potente pareja, actúe y deslumbre cada fotograma con sólo recitar sus memorizadas palabras, o simplemente sin pronunciar nada, robustez de dos figuras que sufren su dolor sin parlotear, que nutren su necesidad con su existencia mutua y que te permiten arroparles en sus fatigosos y definitivos encuentros.
Punto y aparte es la conclusión que se saque de esta preciosidad emocional, pues depende en toda medida de la afinidad que logres con las afecciones vertidas, simbiosis imprescindible para apreciar cada tesoro sensitivo, cada afecto personal e interno que ofrece con derroche y altruismo este esplendor de argumento; si te involucras, tu hipnosis dejará paso a esa blanda impresión emotiva de quien está sintiendo cada uno de los momentos con veracidad humana; en caso contrario, la asimilación puede ser de lentitud, vacío y distancia por la poca consistencia sentida para tanta transquilidad y letargo.
“No has venido para convercerme de nada ¿no?” No, pero salgo absolutamente convencida y rendida, por el placer y honor de ser la extensión de ese callado amigo que sólo debe aparecer, escoltar, servir de apoyo y facilitar la elección tomada pues, aunque no siempre “cada uno se muere como puede”, en esta ocasión es solemne tránsito de trago amargo, pero gustoso de presenciar, para quien sirve de testigo, de tan temblorosa firmeza, de quien lo tiene todo dispuesto y claro.
Truman, mi segundo hijo, totalmente dependiente, se solicita tutor que se haga cargo, hombre a ser posible, amante de los perros a poder ser, amigo del alma/de toda la vida sería inmejorable, gusta de magdalenas y baños de vez en cuando, tratar con cuidado y cariño pues me desprendo de una parte de mi irrecuperable, cuyo amor es irreemplazable, como todo el amor desprendido a mansalva en cada fotograma, pues si algo hay en la pantalla es amor, amor y más inmenso amor, único constante e indispensable amor que no todos tienen la fortuna de respirar y apreciar con la soberbia que se solicita.

Lo mejor, la pareja protagonista, la emotividad del guión, el ensimismamiento de su observación.
Lo peor, la visita sólo dura 4 días.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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6
15 de junio de 2014
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos impresionantes, magníficos actores para dos magníficas y carismáticas interpretaciones, un sobrio y solemne proceder en la lucha por sobrevivir, un fatídico combate por una subsistencia digna, el final de una guerra fantasma y el inicio de una paz duradera, un descanso y una felicidad merecidas al precio que sea; una historia verdadera que emociona los primeros y últimos 20 minutos con la intensidad y atractivo del nacimiento de una historia de amor y la hermosura y calidez de la reconciliación con uno mismo y con el mundo pero que cuenta con la narración de un tramo medio que, a pesar de tratarse de hechos crueles y espeluznantes, de torturas y vejaciones incomprensibles no tiene la fuerza ni el enganche que debería, trayecto de un viaje que observas con detalle e incredulidad en cada paso relatado y a cada hecho marcado pero, tratándose de acontecimientos de tanta maldad y furia contenida, de tanta violencia externa y humillación interna tu implicación y afinidad no es absoluta, tus sentimientos y pasiones no se escandalizan y alteran en proporción a lo visto. Un resquicio mínimo e insignificante para un conjunto que se gana tu respeto y asombro y que deja un bonito, cálido y agradable recuerdo, un placer gustoso que se alimenta de un esperanzador inicio y un conmovedor final, una potente y efusiva entrada y salida que matizan y adornan un recorrido emotivo y perplejo en la narración pero de implicación emocional relativa, sentida penetración que llega con un esperado último encuentro, inquietantes matices de una solución necesaria y un tanto esquiva, una confrontación dura y extenuante que se alarga en el tiempo pero a la que es imposible ignorar; una majestuosa presencia de Colin Firth con su siempre exquisita, elegante y deleitosa interpretación para un comida armoniosa de entrantes deliciosos, de platos llamativos de digestión reposada y de postre impactante y generoso que endulza tu gusto y remata un sobrado aprobado que no llega a sobresaliente pero tampoco le hace falta para dejar un estimada huella, poco profunda pero muy reconfortante. Los traumas y secuelas de la guerra, los peligrosos efectos de un conflicto bélico en la humana y tierna esencia de quienes son usados en ambos lados, víctimas inocentes de ultraje desproporcionado que marca una vida y condiciona una existencia.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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5
7 de mayo de 2014
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy obvia en su contenido, de tenue trascendencia y de ejecución muy rápida en los hechos narrados, agilidad que impide saborear o percibir ninguna intriga o misterio pues ésta es muy predecible y demasiadas veces visto no aportando nada que llame tu curiosidad o capte tu atención más allá de un visionado ligero y superficial. Una protagonista cliché cuyas actuaciones personales son de manual de libro, un juicio previsible y poco motivante, una acusada con poco atractivo y de nula perversidad, un investigador que sólo luce por su nombre y una trama poco intensa, nada apasionante que no brilla ni cautiva lo que debería; cualquier episodio de Perry Mason da para mucho más!!! Bien rodada e interpretada -un mínimo agradecido- su argumento es limitado en su alcance, de pocas miras en sus pretensiones y cumpliendo con su papel ínfimo y exiguo de entretenimiento; su mayor daño es el recuerdo continuo de relatos similares de efecto más imperante y todavía vigente. Formato de película de sobremesa para la televisión.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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10
29 de abril de 2012
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde mi ignorante opinión del mundo del cómic, desde una espectadora que acude a la sala a ver este nueva entrega de héroes esperando descubrir algo más que una ya-de-antemano-asegurada taquilla, desde unos ojos que todavía no han conseguido pestañear intentado consumir y digerir todo lo visto, desde una luminosidad física-psíquica que invade a la chiquilla que este grupo ha logrado sacar a la luz durante dos horas y media..., siéntate -llévate una almohada para tu trasero si puedes-, abre tus cinco sentidos, fíjalos en la gran pantalla, olvídate de los engorrosos e incordiantes espectadores -de todas las edades- que no tienen respeto por lo que está ocurriendo en la sala, y DISFRUTA, sobretodo disfruta de lo que va a ocurrir, de la ironía chulesca de Ironman, del heroísmo inocente del Capitan América, de la fingida modestia de Hulk..., elige tu preferido o no, deleítate de sus pícaras conversaciones, del subidón de testoterona en tan reducido espacio..., y mucho más que no cabe aquí!. No puede comentarse nada de esta película; simplemente que vayas a verla y tengas paciencia, aguante y temple cuando después de dos horas todavía haiga un caos horrible y tu agotado cuerpo, encajado en su asiento, no pueda evitar pensar: por Dios! Ésto no tiene pinta de acabarse! A la vez que tu crío interior este sonriendo diciéndose: Genial! Aún más! Por primera vez, estoy feliz de pensar en una asegurada-venida de la continuación de las aventuras de este maravilloso grupo y esperanzada de que vuelvan a cuidar tanto el contenido y la calidad del producto realizado. Pasen y vean, maravilloso público!
lourdes lulu lou
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