Haz click aquí para copiar la URL
España España · BARCELONA
Críticas de DIEGO
<< 1 2 3 4 10 19 >>
Críticas 95
Críticas ordenadas por utilidad
7
23 de septiembre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kathryn Bigelow persevera en su filmografía mostrándonos conflictos escabrosos y oscuros de su país, episodios de violencia finalmente. Y en esta ocasión lo hace con una narración desprovista de la dramatización clásica del cine de ficción, sin un guion al uso, haciendo más hincapié en un relato o crónica de los hechos luctuosos acaecidos en Detroit durante los enfrentamientos racistas de 1963; y sale la directora muy bien parada del reto, pues dos horas largas de metraje, casting desconocido y narración fuera de lo habitual, a priori no dejaba de serlo. El realismo es absoluto, la dirección artística brillante y también la dirección, pienso que desprovista de punto de vista, testigo o cronista en todo caso de un terrible episodio de violencia y racismo inmerso en el caos de los disturbios antes citados. Cabe hacer una mención especial al casting de la película, desconocido para mí, yo al menos solo distinguí a Anthony Mackie, porque es verdaderamente genial. Cierto es que EEUU es muy extenso, pero no sé de dónde salen tantos actores y actrices de esta dimensión; el hecho de que los actores no resulten familiares al espectador contribuye al buen fin del pretendido relato o crónica del film, que tampoco pretende ser un documental en puridad. También querría expresar que, a pesar del buen trabajo realizado en todos los ámbitos, la película puede resultar un poco pesada de ver, puede que por el largo metraje y/o por la falta de guion convencional. En cualquier caso, pienso que "Detroit" es muy recomendable.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de noviembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo ayer la película de Jéròme Bonnell, "El tiempo de los amantes", con una espléndida Emmanuelle Devos, y un solvente Gabriel Byrne, descubrí el concierto de Vivaldi número seis que desconocía. Creí después que era el que lleva su mismo número en "La Stravaganza", pero lo he verificado y no lo es. O sea, que me ratifico en el descubrimiento.
La película me gustó. Relata una espontánea historia de amor entre un hombre y una mujer, encarnada por los actores que antes he citado, que, por muy azarosa que resulte, no deja de ser verosímil. Dudo que en la realidad cotidiana sucedan episodios así, aunque alguno habrá, seguro. Son muchas y diversas, pienso, las que se inician en la fantasía secreta e individual de cada uno, a costa de esos frecuentes cruces de miradas que nos pueden asaltar en cualquier lugar, pero que solo se quedan ahí, con la duda como punto final, sin atrevernos a aventurarnos o sin tener esa necesidad de vivirlos. El orden de lo cotidiano. En la película ocurre lo contrario, y el personaje de E. Devos lleva a cabo su aventura con todas las consecuencias. En cualquier obra artística es fundamental que te sorprendan, que te conmuevan, y conmigo esta película lo consiguió, así como la conducta de Alix (Devos) sorprende y seduce a Doug (Byrne). Asistimos a un paréntesis en la cotidianidad de la descentrada Alix, pues de Doug casi nada sabemos. Alix impulsa la historia y su vaivén emocional también lo cierra. Mientras tanto, la película se desarrolla en una sola jornada, durante la cual, Alix va sorteando los obstáculos de su desordenada vida, encontrando la calma y la paz que parece faltarle en sus encuentros apasionados con un Doug de paso por la ciudad, a la que ha acudido desde Inglaterra para asistir al entierro de una amiga. Hay secuencias divertidas en la película, bien introducidas para recolocar al espectador en el hilo central, haciendo pequeños descansillos en la corta escalera de la aventura amorosa. Pienso que la película es fresca, íntima y atractiva, en la línea que nos tiene ya acostumbrados el cine francés. En ocasiones, exteriores fundamentalmente, está rodada con cierto aire de falso documental, con lo que se consigue dar a la trama una mayor naturalidad y espontáneidad, contrastando con los estudiados primerísimos planos de la pareja en la habitación del hotel. Me encanta la ternura que consigue el director con las imagenes de las manos entrelazadas de los personajes, que expresan más que todos sus besos, miradas y conversaciones juntos. La ternura, la protección y la serenidad es lo que parece buscar la desorientada protagonista en el inglés que, accidentalmente, encuentra en su camino, y al que contagia con su comportamiento atrevido.
He comenzado hablando de Vivaldi, y es que Bonnell utiliza con bastante destreza el segundo movimiento del concierto citado para realzar y acompañar algunas secuencias del film. Sabemos que es muy peligrosa la utilización de la música no diegética en el cine, y más si cabe en una película como esta, en la que puede caerse en el sentimentalismo mal entendido con facilidad, y en este sentido pienso que el director sale bastante bien parado jugando con este fuego. En definitiva, la película se concreta en una atractiva obra a la que, a mi juicio, vale la pena asistir.
Ah, la ciudad antes nombrada es París, magníficamente retratada en la película, aunque no hay que esforzarse mucho, continúa tan maravillosa, espléndida y entrañable como siempre. Qué daría yo por pasar este fin de semana alli, pero va a ser que no.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
12 de marzo de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crónica honrada y sencilla acerca de la pobreza, el hambre y el paro. Historia de una familia, madre e hijo, intentando llevarse algo a la boca y conservar un techo donde cobijarse. Película cuidadosa con este tema tan difícil de abordar, sincera y sin ornamentos, aunque podría discutirse si cala el tema del desahucio, su génesis según el director. Una película valiente para los tiempos que corren, para el cine que anda por ahí. Es de agradecer que se hagan películas tan realistas como la vida misma, quizá la de la familia del piso de al lado, esa que no se ve o que simplemente se ignora. Ideal para estas fiestas y para comer pavo caducado. Tiene algunos peros, sí, aunque el director puede sentirse satisfecho de su retrato. Magnifica interpretación de Natalia de Molina.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
19 de octubre de 2014
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya he tenido la suerte de ver y disfrutar de la última Concha de Oro del festival de San Sebastián. "Magical Girl", con guión y dirección de Carlos Vermut, al que no conocía de su anterior trabajo, "Diamond flash", que se estrenó online, me sorprendió más que gratamente. A pesar de su largo metraje, algo más de dos horas, me atrapó en la butaca desde principio a fin. Es de esas peliculas que aún estás dentro de la pantalla cuando esta vuelve a su blanco inmaculado tras la proyección y las luces del cine ya se han encendido. Carlos Vermut seduce al espectador y no lo deja escapar de la historia, como si fuera un personaje más de la misma. Es una película absolutamente hermética y centrada en el acontecer de sus dos personajes principales, los que encarnan Bárbara Lenni y Luis Bermejo, con sus magníficas interpretaciones. Los dos parten de historias separadas para después cruzarse y desarrollarse en una sola. Pienso que es una buena idea de guión, que refuerza aún más la personalidad y las motivaciones de cada uno de ellos. Se centra en estos sin que nada exista a su alrededor, realzando así la introspección en los mismos. No existe subtrama alguna, ni tampoco ningún elemento que aleje al espectador del devenir de los protagonistas. Nada te aleja ni distrae del eje central de la película. A esto contribuye el propio Vermut, que también se encarga de la dirección artiística, y que consigue que nada resalte alrededor de sus personajes. La ambientación de los pisos en los que estos viven, y las pocas secuencias rodadas en exteriores, son de una funcionalidad y sobriedad total, como digo, nada te distrae de la línea principal, nada te aleja de la empatía que se crea con ambos protagonistas. Es una película en la que importa tanto lo que se ve como lo que no se ve, y eso refuerza más si cabe el argumento, centrado en un hombre y una mujer en situaciones límite, con la enfermedad presente en cada uno, en el caso de Bárbara en su propia persona, y en el caso de Luis en su hija, aunque llega a alcanzarlo a él mismo. El encuentro casual de ambos personajes les lleva a vivir otra situación límite y enfermiza, basada en el chantaje, el sufrimiento, la violencia sexual que soporta Bárbara para salir de ese chantaje al que la somete Luis, buscando únicamente la felicidad de su hija enferma, y finalmente al asesinato. Y esta trama nos conduce a un cine negro, yo diría que muy blanco, o a un thriller atípico. Yo no colocaría la película dentro de este género, que tanto abunda hoy en día, demasiado quizás, aunque tenga muchos elementos propios del mismo. Según mi opinión no es una película de género, ni tiene por qué serlo. Es una convención que me parece exagerada. He llegado a leer en algunos comentarios sobre otras películas "drama-religión-universidad". Me parece exagerado. En todo caso, hablaría de ella incluyéndola en la corriente del realismo mágico, tanto en su concepción como en su expresión y resultado final. Dejando aparte este último inciso, "Magical girl" comienza con magia y así acaba, y durante toda la cinta la magia sobrevuela por ella, incluso la magia negra en el caso de Bárbara, pero eso forma parte de lo que no vemos, del pasado de esta, que se introduce de forma explícita y fantasmagórica. Y es que el personaje de Bárbara deambula por la pantalla como un fantasma, su interpretación es brillante en este sentido. No quiero desvelar nada concreto para quien no la haya visto, pero las secuencias en las que visita la casa de un "cliente" para conseguir el dinero con que pagar el chantaje, están muy bien tratadas, también con esa dosis de sobriedad que caracteriza la película entera. Podría ser un cuento de hadas promovido por la niña enferma, pero rodeado de brujas por todas partes, aunque el cuento ya consiste en eso, hadas, brujas y princesas, si bien en este caso el príncipe, que podría encarnar José Sacristán, pueda ser un tanto malvado y vengador. La bondad y la maldad se confunden constantemente durante todo el metraje. Los personajes, siempre en el alambre, finalmente caen en una historia de violencia que, seguramente, nos acerca al cine negro del que antes hablaba. Da a luz la película con el inmenso José Sacristán, y con él también se cierra, y en ambos casos mágicamente. Este también es un personaje atormentado del que poco sabemos. Forma parte del lado más oscuro de la historia. En definitiva, pienso que Carlos Vermut realiza una gran dirección, y, especialmente, un tratamiento del suspenso de forma magistral, y no me estoy refiriendo exclusivamente a la parte que nos podría acercar al thriller o al cine de intriga, que hay cierto confusionismo con este tema, sino a toda la obra, que desde el comienzo avanza sin cesar, controlando el ritmo que el director desea y que impone hasta el fin, sin concesión alguna a convencionalismos que no formen parte de sus intereses particulares. La voz en off de Damián, el personaje de Sacristán, te atrapa de inicio con la pantalla en negro, y como en una historia circular, él mismo no te suelta hasta que aparecen los títulos de crédito, como ya he dicho antes, mágicamente, como si de un cuento se tratara. El director muestra un gran dominio del lenguaje cinematográfico en todas sus expresiones, y controla con maestría el tiempo, el espacio y la narración, además de la dirección de actores. Me ha impresionado, añadiendo además que es el autor de un estupendo guion. Realmente la sobriedad y la puesta en escena de "Magical girl" es mágica. Es una gran película, me imagino que de esas que te encandilan, como es mi caso, o que rechazas totalmente, puede ser, no lo sé. El cine es así. Toca esperar con ganas la próxima de Vermut.
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
16 de octubre de 2021
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando León ha hecho una película muy pedagógica. Y lo digo porque estoy convencido de que debería ser de obligatorio visionado para los alumnos de primer curso de cualquier carrera de empresariales que se precie de este país. Con un único objetivo, de carácter deontológico: aprender cómo no debe relacionarse ni actuar un empresario con sus empleados en el desempeño de su función, bajo ningún concepto. El cineasta le da la vuelta al calcetín para pasar de "Los lunes al sol" a "El buen patrón", dándonos una nueva visión del escenario laboral de esta España tan necesitada. Y en la última película Javier Bardem -inmensa interpretación- encarna a un empresario, al que se llama patrón para incidir en el caciquismo arcaico tan propio del país; de esos que, bajo la apariencia de benefactor bienintencionado, de amigo de sus trabajadores, sus siervos y vasallos, padre, hermano, consejero y confesor a la vez, se aprovecha de ellos para exprimirlos en beneficio de sus intereses y de su empresa. Un embustero, un farsante y un cretino que llega a creerse hasta sus propias mentiras; y que ni siquiera repara en abusar de sus jóvenes y guapas becarias como si tal cosa cuando le atraen y le va la marcha. Muy hermano y amigo, pero que a las mal dadas es capaz de invertir los términos para considerarte un demonio; hay de ti cuando caes en desgracia y ya no eres productivo para la empresa o un lastre para ella, por el motivo que sea, qué más da. La empresa ante todo, la que es de todos y para todos, esa gran familia... Capitalismo de lobo con piel de oveja. Parece mentira que en pleno siglo XXI continúen existiendo empresarios de esa calaña, y lo que es más triste, empleados que se crean la patraña y se presten al juego que impone el farsante. Y ocurre: que fulanito tiene problemas..., pues nada hombre, allí está su patrón para llevarlo a cenar a un buen restaurante, agasajarlo a todo tren, aconsejarle como un padre, porque lo es de verdad, o un hermano, porque lo es de verdad, o eso dice, llevarlo de putas si es necesario, y cargarle las pilas para que vuelva a darlo todo por la empresa. ¿Y los problemas personales? Pero si eso importaba un bledo desde el principio..., toda la preocupación era una farsa, y así continuará siendo. Y también sucede: que le gusta una joven becaria al servicio de la empresa..., pues se le pone un piso y se le regala todo lo que sea necesario para conquistarla y consumar el capricho; y si no, otro más para la lista del Me Too. Una pieza de cuidado este patrón fabricante de balanzas, siempre a la búsqueda del equilibrio, disfrazado de jefe y ciudadano ejemplar. Tanto es así que el bienhechor hasta tiene en nómina a un antiguo empleado de su padre, un exquisito Celso Bugallo, habitual de las películas de León, para que le haga cualquier trabajo y trabajillo; dejándose su vejez en los infiernos de la fábrica; esa fábrica de la gran familia. Impresionante el plano final sostenido de la película, que cada cual lo interprete como quiera; a saber lo que vino a la cabeza de cada espectador durante la espera. He explicado cómo es la figura de un buen patrón, pero no he desvelado nada de la trama ni de la historia. Eso ya lo dejo para el espectador, como es natural. Estoy diciendo tonterías yo ahora, y es que todo se pega...

Así es el patrón de "El buen patrón". Pero a este energúmeno, que bien podría pasar, con otra historia y talante, por el señorito de Juan Diego en "Los Santos Inocentes", lo convierte Fernando León en un personaje que, con esa humanidad aparente e interesada, puede llegar hasta hacer sonreír al espectador, consiguiendo su simpatía si se descuida. Claro que la película, como acostumbra a ser el cine del director, está tratada en clave de comedia ácida, y este tratamiento puede dar más pie a ello. Y repito, en todo caso con un Javier Bardem extraordinario, como ya lo estuviera en "Los lunes al sol". Yo diría que, utilizando rasgos que caracterizan al protagonista de las dos películas, su picaresca, petulancia y ocurrencia, y su total cara dura, el industrial de la nueva tiene algo de aquel parado de la antigua. A mí me lo pareció así en ocasiones, o quiza fueran amagos de los recursos interpretativos de Bardem. El resto del reparto está fantástico, Manolo Solo, Celso Bugallo, Fernando Albizu, Almudena Amor, Sonia Almarcha..., hasta mi admirado Francesc Orella en su corta aparición (uno de los grandes actores de este país, al que espero que algún día le ofrezcan un gran papel en el cine; su mérito en el teatro y en televisión está más que contrastado). Por otro lado, la película tiene una buena factura, clásica y al servicio de la historia sin nada destacable en su puesta en escena, bien narrada. Y cuenta con una música muy acertada y bien utilizada de Zeltia Montes.

De nuevo Jaume Roures con Mediapro coproduce a Fernando León, un binomio que, como mínimo no deja de sorprenderme una vez más. Pero así funciona el mecenazgo, los intereses y o el dinero.

Dice Fernando León de Aranoa: "En la sociedad actual imperan el miedo, la jerarquía y el vasallaje".
DIEGO
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 19 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow