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Críticas de Federico_Casado
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Críticas 662
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
5 de diciembre de 2021
4 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí me gusta reconocer mis errores. De la misma manera que castigo o ninguneo una postura o una evolución artística, si me demuestran que estoy equivocado repliego velas y me replanteo todo lo que antes creía. Desde hace ya tiempo, Fernando León de Aranoa me parecía un director -y guionista, no olvidemos su principal oficio- totalmente desfasado y carente de interés alguno. Creía que le había perdido el pulso a contar historias, que no concretaba lo que quería decir, que vivía en su particular burbujita del mundo, y que no era capaz de contarme nada que me interesara medianamente. Pero visto su último film, me equivocaba de parte a parte, porque "El Buen patrón" es una obra enorme. De un calado mucho mayor de lo que pudiera parecer su formato de comedia, porque es un disparo mismo a la línea de flotación de una sociedad actual, regida por el capitalismo, la globalización y una economía de mercado tan cuestionable como patente.

Si encima le sumamos un esplendoroso plantel actoral que brilla, deslumbrando el papel de su protagonista, Javier Bardem, estamos ante una de las mejores películas realizadas en nuestro país en los últimos diez años. Una obra compacta, sin fisuras, sin debilidades, con la contundencia de un puñetazo bien dirigido.

El director de una empresa familiar dedicada a la fabricación de balanzas tiene una vida ordenada y controlada. Su familia misma es un ejemplo de moderación, racionalidad y eficacia. Claro que ese aspecto exterior pulcro e inmaculado va a empezar a resquebrajarse por la misma variabilidad de la vida, forzando a que todo evolucione irremisiblemente.

La reflexión más acertada de Fernando León, además de cuestionar el modelo de producción occidental capitalista en el ejemplo de la empresa que dirige el protagonista, es la del mismo personaje protagonista, que intenta todo el tiempo poner muros de contención a todo aquello que se le pueda escapar, pero las vías de agua al final van a hacer que todo se desborde…a pesar de lo cual se intentará controlar.

Otra de las cosas que también me han maravillado de esta película es que León ha vuelto recuperar ese vitriólico sentido del humor que ya demostró en "Familia" o "Los Lunes al sol" con esta película, trufando todos los conflictos mayores con una hiriente ironía de gran lucidez. Podríamos incluso decir que esta película es una heredera más seria de toda la galería Berlangiana del cine español. He vuelto a recuperar la fe en este director, y estoy seguro que el tiempo aún mejorará el nivel de esta película.
Federico_Casado
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8
5 de diciembre de 2021
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido no sólo la película más esperada de la época pre-covid -estuvo a punto de estrenarse justo cuando explotó todo, y se ha pospuesto su llegada a las pantallas grandes hasta cuatro veces- sino la más larga, más cara y más lujosa de toda la saga 007. Y encima, ha sido la última colaboración de Daniel Craig para dar vida al agente secreto más famoso del mundo. Todo preparado para conseguir la famosa afirmación olímpica de "Citius, Altius, Fortius" (más rápido, más alto, más fuerte). O sea, como una gran mascletá en la que se pone toda la carne en el asador, se revisan todas las claves más interesantes en la biografía de Bond, James Bond, y se utilizan todos los recursos posibles para conseguir el gran broche de oro de esta etapa.

Desde el momento mismo de su estreno -y cuando ya pudimos comprobar todos de qué iba la película, cuál era el guión exacto (con una rumorología previa)- se ha levantado una gran controversia sobre la evolución de James Bond: que si ahora es más "real", más "humano", más "creíble"… Y yo me pregunto ¿por qué no iba a serlo, si desde que Daniel Craig tomó el relevo del personaje es lo que se ha intentado, dejando atrás el circo -hasta cierto punto infantil- creado por Roger Moore e incluso por Pierce Brosnan? Es paradójico que todos los que jalearon "Casino Royale", "Spectre" o "Skyfall" ahora se rasgan las vestiduras con "Sin tiempo para morir" porque todo es más "real". Pues claro, se llama hacer evolucionar al personaje, y se lleva haciendo siglos en la historia de la dramaturgia, desde los clásicos teatrales al cine, los cómics o los videojuegos. Drácula no es el mismo desde que naciera en las novelas de Bram Stoker, ni Supermán, ni Robin Hood… Ni James Bond, claro. El tufo reaccionario, machista y facha de la primera época Connery ya no tenía mucho sentido, y el toque lúdico festivo posterior, tampoco.

Pero ojo, es que no sólo el personaje de Bond ha cambiado, sino todo su entorno: ahora los malos no son los rusos, ni narcotraficantes; y también los jefes, ahora Monnypenny y Felix Leiter son negros, Q es un chavalito nerd fanático de la tecnología, M es un veterano del ejército inglés que luchó contra el IRA. Mucha más carne en los personajes para entender sus motivaciones, sus orígenes y sus reacciones. Claro, y ahora surgirán los puristas -que ya se quejaron en su día que Bond condujera un BMW en vez de un Aston Martin, o bebiera una Heineken en vez de Martini con Vodka, o llevara un Omega en vez de un Rolex…- que dirán "si, vale, que todo cambie, pero a Bond que no me lo toquen". Pero hombre…¡¡¡es que hay que tocarlo, es que necesitaba una actualización como el comer, como el Iphone que se queda obsoleto!!!

Una vez dejado meridianamente claro que a mí me parece todo un gran acierto el 007 versión Craig, y hacia donde ha evolucionado, decir que argumentalmente "Sin tiempo para morir" tiene sus sombras… pero muchas más luces y aciertos: Ahora el gran agente está retirado en Jamaica, pero tiene que volver a entrar en acción cuando su amigo Leiter le pide que lo ayude, descubriendo un enorme complot mundial que deja a la mismísima Spectra como un grupito de colegialas ursulinas. Y encima, todos los fantasmas personales de James Bond surgen de nuevo para cuestionar todo el sentido de su trabajo y de su vida.

Dirigida con pulso y nervio por Cary Fukonaga, el aplaudido creador de "True Detective", le ha sacado lustre a la saga, y ha aprovechado cada uno de los céntimos de los 300 millones de dólares que ha costado la película -y que por cierto, ya lleva recaudados en todo el mundo casi 740…-, trasmitiendo calidad y empaque a cada fotograma. Es verdad que el guión en la segunda mitad flojea un poco, y que hay flecos que podían haberse perfilado mucho más -sobre todo porque contaba en el guión a la famosa Phoebe Waller-Bridge (creadora de exitosa serie "Fleabag"), además de los clásicos Neal Purvis y Robert Wade, conocedores de la saga- pero aún así, nos encontramos con una película excelente en su conjunto, funcional en su desarrollo, y apoteósica en su despedida, recapitulando y reflexionando sobre el universo 007, incluso más allá del mismísimo James Bond.

En cuanto a la continuidad de la saga, los productores ya explicaron que hasta el 2023 no se planteaban el dilema sucesorio, no ya del personaje de Bond, sino de toda la filosofía de la franquicia. Existen múltiples teorías -a cada cual más rocambolesca- pero visto el monumental éxito que ha conseguido este film, estoy convencido que tenemos saga Bond (o 007) para rato. Y que así sea.
Federico_Casado
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5
5 de diciembre de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido una de las películas más esperadas de los últimos tiempos, y su estreno se ha retrasado varias veces por culpa del coronavirus. Incluso ha desatado una gran polémica por si se iba a estrenar simultáneamente en salas y plataformas digitales, pero Villeneuve -probablemente, uno de los directores más sobrevalorados de las últimas décadas, igual de pedante y egocéntrico que Malick…- se empeñó y lo consiguió: estreno en salas y pasado el tiempo, a las plataformas.

Y la verdad es que a pesar de la situación pandémica, el estreno no ha ido nada mal. De hecho, ya se ha garantizado rodar la segunda parte de la historia (requisito indispensable que el director exigió a la productora para hacer esta peliaguda adaptación de la mítica saga de novelas de Frank Herbert). Un verdadero caramelito envenenado, sobre todo por los antecedentes de la grangiñolesca adaptación de David Lynch y de la apreciable adaptación televisiva de hace unos años.

Siendo honestos, hay que reconocerle a Villeneuve un cierto sentido estético y una apreciable capacidad visual: es capaz de plasmar originales propuestas a nivel artístico y se le sigue notando que durante un tiempo fue publicista, porque sabe vender más que bien sus proyectos. Otra cosa es el resultado, claro, que suele ser de lo más decepcionante -aunque hay que reconocerle que en todas sus películas, por malas que sean, siempre tienen algún hallazgo interesante, como la novia virtual (interpretada por Ana de Armas) en la fallida "Blade Runner 2049"-.

Todos los amantes de la ciencia ficción conocen sobradamente la epopeya grandiosa de la casa Atreides y Harknonnen sobre el desértico planeta Dune, y cómo en el año diez mil uno noventa y uno la organización feudal del emperador Shaddam IV oscila y gira sobre la famosa especie melange, una sustancia con la que el universo conocido comercia, desea y gestiona para realizar los viajes espaciales…

Las intrigas palaciegas siguen presentes en esta versión un tanto apócrifa de la novela de Herbert, pero a nivel de guión, escrito por Eric Roth, Jon Spaihts y el propoi Villeneuve, hay cosas que me parecen de lo más sorprendente: existen personajes que son fundamentales en la historia, como el propio Paul Atreides, su padre el duque Leto o el temible barón Harkonnen, que están de lo más desdibujados, inconcretos casi difuminados en la historia, cuando deben de ser los pilares básicos de la historia, y en cambio existen otros más secundarios, como Lady Jessica, Gurney o Duncan Idaho, que están de lo más perfilados. Es decir, justo al contrario de lo que debería ser.
Y esto no es fallo de la historia. No señores, es fallo de un guión que está condicionado por el propio director, que se ha enamorado de las dunas, de la arena y el desierto: una verdadera sinfonía visual de planos eternos de las arenas doradas, que en realidad no aportan absolutamente nada argumentalmente, frente a lo que podría ser la concreción de una trama muy compleja, llena de recovecos, trampas, intrigas y sorpresas.

Encima de todo ello, cosa que no se ha publicitado lo suficiente en el lanzamiento de la película, resulta que estamos ante la primera parte de la historia, porque cuando todo empieza a coger ritmo y parece que la trama va a evolucionar -igual que el personaje principal- resulta que la película se acaba. Ojo, y esta primera parte, este prolegómeno de lo que va a ser la historia real, es decir, lo mollar de la cuestión, dura la friolera de casi tres horas.

¿No podría haber condensado un poquito más ese guión tan lánguido (y lento) para en casi tres horas contar toda la historia? Pues no, estoy temiendo casi que Villeneuve no haya caído en el síndrome de Peter Jackson a la hora de buscar la jubilación con un proyecto (como hizo Jackson con los libros de Tolkien y "El Señor de los Anillos"), y ahora Villeneuve ya se ha asegurado -como dijimos antes- la segunda parte para 2023… y hay rumores de incluso una tercera parte y una serie de televisión confirmada.

Siendo honestos, la película tiene un arranque brillante, el diseño de producción es sorprendente y no desmerece a las anteriores versiones -ni incluso a las novelas-, pero después de ese envoltorio lujoso… ¿Hay algo? Pues sí, pero no nos engañemos, muy poquito, que es precisamente una constante en la filmografía de este director. Mucha forma y poco fondo.

Nos quedamos con una lujosa encuadernación de un libro muchas páginas, que al abrirlo resulta que tiene bastante menos contenido del que nos esperábamos, y que el editor, haciendo trampas, ha aumentado el tamaño de las letras para ocupar más espacio en el texto, y decir que el libro tiene 1000 páginas… cuando en realidad podría haberse escrito perfectamente en 100. Esa caligrafía preciosa (y vacía) es la que ha tenido Villeneuve en esta película, que ha hecho que muchos espectadores sospechen de sus intenciones y hayan decidido que la verán… cuando se estrene la segunda parte.
Federico_Casado
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7
5 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera diría que este tipo de películas de justicieros -al más puro estilo de Charles Bronson- pareciera que estuvieran pasadas de moda, pero nada más lejos de la realidad: a la trilogía inesperadamente triunfadora de John Wick, y a los ajustes de cuentas que tanto ha realizado en el último periodo de su carrera Liam Neeson, le ha seguido esta sorprendente película, que en su modestia, rescata toda la tradición del cine de acción setentero, pero con un estilismo propio del videoclip, un lenguaje que tan bien maneja el director de la cinta, Ilya Naishuller.

La ecuación es todo lo simple que pudiera esperarse: un ciudadano familiar, neutro (y aburrido) ve cómo su casa es asaltada por desconocidos, y contempla impávido que todo suceda ante el pasmo (y decepción) de su mujer -una recuperada Connie Nielsen, tan esplendorosamente bella como siempre- y su hijo, que lo consideran un verdadero cagón, al no responder a tan flagrante agresión. Claro que las cosas, como viene siendo normal en este tipo de casos, no suelen ser lo que parecen, y el pobre Hutch Mansell -que es como se llama el protagonista al que da vida Bob Odenkirk, aunque todos ya le conozcamos como el abogado Saul Goodman (al que mejor hay que llamar) de "Breaking Bad"- en realidad esconde un gran secreto que explotará como un géiser en el momento menos pensado, dejando a todos con la boca como los dibujos animados de Warner, cuando se les desencaja la mandíbula ante una sorpresa.

Viendo esta película se me vino a la imaginación la reacción que tuvo el personaje de Dustin Hoffman en "Tarde de Perros", en la que un astrofísico tímido y apocado se convierte en una especie de "Terminator" a la hora de defender a su familia. Bueno, pues ríanse del mismísimo Bruce Willis en "RED" a la hora de tomar venganza, porque ahora estamos ante un verdadero Killer, que domina todo tipo de armas y técnicas de combate y que pondrá las cosas en su sitio de una vez por todas.

Resulta inevitable reconocer que el arrollador carisma de Odenkirk es uno de los principales activos de la película, ya que su versátil interpretación consigue la credibilidad del personaje en los dos extremos en los que oscila el personaje, tanto de tedioso esposo y padre, como de fiera corrupia descarnada. Una sinfonía de matices que estiliza aún más el mensaje de "ojito, cuidado conmigo que tú no sabes quién soy yo…". Pues eso.

Aunque lo fácil hubiera sido adentrarse en la estética cómic para realizar un clon de todas las películas de este género que hemos mencionado antes -cuyas claves estéticas y estilísticas parecen ya establecidas, más allá de las sagas mainstream estilo Bourne o James Bond- el director ha optado por una opción valiente que al final le ha resultado, ya que la parquedad en la realización y la casi ausencia de florituras concuerda con la austeridad del personaje principal, que busca por todos los medios pasar desapercibido como una persona corriente, pero que en realidad, es un tigre, al que si pisan la cola es capaz de destrozar todo lo que se le ponga por delante.

Un producto eficaz y eficiente, que ha conseguido un pequeño puesto de honor en esta retomada producción post-pandemia, y por el que Universal ha apostado para estrenar no sólo en las plataformas digitales, sino retrasando convenientemente su estreno en pequeña pantalla. Lo cierto es que la película lo merece, tanto por su (reconocida) modestia, como por su sentido: bajo determinadas condiciones, todos nos podemos convertir en una máquina de matar (y quizás ya lo somos, aunque no lo reconozcamos…).
Federico_Casado
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4
5 de diciembre de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por más que he renegado una y otra vez de este director… siempre vuelvo a caer como un chino. Aunque ya había tenido noticias de las carencias de esta película, lo cierto es que el planteamiento es del todo sugerente -como siempre hace el maldito Shyamalan, que termina por convencerme por volver a darle otra oportunidad…- y capaz de cautivarte: el tiempo.

Porque aunque en España se haya titulado "Tiempo", en realidad, el título original es "Old", es decir "Viejo" en castellano. Y precisamente esa reflexión es la piedra de toque de esta película: un variopinto grupo de personas llega a un resort de lujo en una remota playa en la que todo parece ser una maravilla. De hecho, el director del centro los invita a un lugar privado muy especial, en la que podrán disfrutar de un auténtico paraíso… Claro que las cosas que se prometen de lo mejor, empiezan a torcerse cuando descubren que el tiempo no transcurre en ese lugar al mismo ritmo de lo normal, ya que lo que allí son minutos, se traducen en años, e incluso en décadas…

Basado en un famosísimo cómic de Pierre-Oscar Lévy y Frederick Peeters, este prometedor arranque, fascinante sin duda, empieza paulatinamente a desincharse: lo que en el cómic podría resultar interesante e incluso fascinante, en cine se traduce como absolutamente ridículo, entrando en una espiral de fallos garrafales que terminan por convertir lo interesante y fascinante en ridículo. No hay que olvidar que existe una máxima en el cine de género, ya que cuando pasamos una línea, ya lo terrorífico resulta gracioso, la comedia, ya no tiene gracia, y lo que argumentalmente funciona, deja de hacerlo.

Pero es que ya no solamente hablamos de un guión -escrito por el propio director- que paulatinamente se va deshinchando, sino que además la misma dirección -efectos especiales de envejecimiento incluidos- son de verbena, llegando a provocar sonoras carcajadas en el público -tuve la oportunidad de verla el día de su estreno con la sala bastante llena, y todo el mundo reaccionó unánimemente en los momentos de mayor tensión con risas y comentarios de todo tipo -absolutamente justificados, por otra parte-.

Lo que podría haber sido una reflexión no sólo ante el paso del tiempo, sino ante la gestión misma de nuestra vida en la actualidad, con la velocidad artificial que se impone a lo que vivimos, se convierte en un verdadero esperpento, sacándote de la historia y llegando al punto de no dejar de mirar el reloj para que termine esta mamarrachada que cada vez se pone peor, a cada plano.

Pero, por Dios bendito ¿Qué le ha pasado a este señor? ¿Cómo puede ser el mismo que dirigió "El Sexto sentido" o "El protegido"? No paro de preguntarme una y otra vez la degeneración que ha sufrido este hombre, al que yo consideraba un verdadero revolucionario en el panorama cinematográfico mundial, un verdadero revulsivo al género fantacientífico, con obras de lo más apreciable, reflexiones brillantes sobre los temas más clásicos de este tipo de películas, pero que ha caído en picado, llegando a cotas impensables.

Pero yo, ingenuo de mí, volví a confiar en que esta vez iba a ser mejor, pero no lo ha sido. Es como cuando intentamos algo con la certeza de que no va a salir bien, pero también albergamos la esperanza de que como nos salió bien alguna vez en el pasado, pues igual en esta ocasión también sucede… pero no pasa.

Volveré a abjurar no pisar una sala con una película de Shyamalan… pero me temo que volveré a hacerlo. ¿O acaso no queremos todos volver a experimentar el subidón de esa experiencia que una vez nos dejó fascinados
Federico_Casado
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