La segunda entrega de Craig como Bond es un rápido movimiento de manos que se desplaza a ritmo mareante pero muy entretenido y efectivo (te sorprenderías de mirar el reloj) que logra tapar todas las posibles debilidades que tenga la cinta. No es que tenga un argumento muy elaborado (se beneficia de la anterior), pero la conclusión que propone a los eventos de la anterior está tan bien hecha a nivel narrativo y tan sólida a nivel visual que lo mejor que puedes hacer es sentarte a disfrutar de la acción (la más fabulosa de la saga, aunque no muchos compartirán mi opinión), la sangre y la imbatible interpretación de Daniel Craig. El único que logra sobrevivir a una película de guión ausente y llevarla sobre sobre sus fornidos hombros. Una prueba de ello es la despedida de él y el personaje de Mathis, una de las mejores escenas (por muy corta que sea) de las tres de Craig hasta ahora.
Perdónate a ti mismo, James.

Ésta sí que es, en mi opinión, la película de James Bond. En el sentido en el que hace una gran puente con los metodos, hábitos y tradiciones conocidas del personaje y al mismo tiempo le pone al frente de nuevos y rompedores tiempos. Esta vez, conocemos más que nunca al personaje, sus motivaciones, lo que tiene dentro. Daniel Craig hace un trabajo excelente como Bond, convirtiéndose en el mejor con diferencia. No porque sea un Bond oscuro en tiempos oscuros. Sino porque esta película se verá en 20 años y seguirá siendo perfecta (y su interpretación más aún). Es muy fiel a la novela de Ian Fleming, aunque se forja sus propias subtramas y recovecos. Está excelentemente llevada, rodada y controlada a nivel de ritmo y desarrollo. Eva Green ha dejado un listón aún imbatible como chica Bond.
Lo siento, esa última mano... casi me mata.

Esta película fue la primera gran película para el héroe. Y es una película entretenida y comercial, que está preparada para no defraudar aunque para ello tenga que sacrificar a su propio protagonista verdadero (Batman) para ensalzarla con el Joker (gran Jack Nicholson). A la historia se le va el ritmo en un par de ocasiones y a pesar de que el toque Burton está presente, no sería hasta su secuela cuando de verdad se quedase a gusto tanto con su Batman como con la historia (aunque estén casi a la par). No obstante, quedan para el recuerdo las apariciones de Keaton en el traje, el Joker clásico y Kim Basinger.
Hemos bailado con el demonio a la luz de la luna.

No es ninguna pasada y la historia no tiene esa esencia descarnada y más volátil del libro, pero tampoco es una mala película. Me he encontado con una correcta adaptación, que a su vez es una entretenida película que merece la pena y para hacer que pilles interés en base a los acontecimientos que vayan a pasar a continuación. Jennifer Lawrence está brillante, posiblemente su mejor papel junto con el de "El lado bueno de las cosas". El resto de secundarios la acompañan muy bien. Las escenas de tensión están bien llevadas (con su presupuesto, faltaría más), aunque sí que parece que por momentos pueda ser un poco autoparódica en lo del cambio de reglas y otras historias.
Merece la pena y te hace interesarte por la secuela.

Sean Connery hizo gala aquí más que nunca de su clase y su buen hacer a la hora de interpretar al primer Bond emblemático que el cine haya tenido. Su película es considerada la mejor de la saga. Yo la pondría como una de las más grandes, pero no la mejor de todas. Hoy día, ha quedado como una película divertida, muy entretenida, que reúne todas las cualidades del Bond clásico de antaño y con uno de sus villanos más famosos. La fórmula nunca cansa y la película desprende calidad, pero no la pondría como la mejor porque sencillamente las últimas entregas la superan tanto en cualidades técnicas como argumentales (y hasta interpretativas). Lo siento por los fans acérrimos.
Espero que muera, señor Bond.