Todo es terriblemente previsible. Por ejemplo :
El protagonista A ingresa a enfrentar al enemigo mientras que el personaje secundario B queda afuera esperando, o está en otro lado. A se enfrenta, lucha denodadamente pero el enemigo es muy poderoso y finalmente está a punto de matar al héroe. Exactamente en ese momento irrumpe B y mata al enemigo.
Esta estructura se ha repetido decenas, cientos de veces en las películas de acción. Habría que buscar en la historia del cine para ver quién fue el primero que lo usó. Seguramente debe dar resultado, porque el público no se cansa. Uno podría esperar algo más de ingenio, no echar mano a ese tópico tan trillado, pero a estos guionistas no les alcanzó con usarlo una vez, ¡lo usaron dos veces! (la primera cuando el helicóptero está por dar su toque final a nuestro héroe indefenso, la segunda cuando está escapando en el avión robado a los enemigos y ya no tiene armas para defenderse).

Más previsible es la selección de los pilotos que lo acompañarán en la aventura suicida. El hijo de su compañero muerto es demasiado evidente que va a ser uno de los seleccionados; entre los demás, como tributo a la corrección política, también resulta obvio que van a estar incluidos una mujer y un negro.

Podemos seguir con la caracterización de los personajes: los superiores que son rígidos, autoritarios, que sólo ven el reglamento, y nuestro héroe que se sale de las normas, se arriesga, se hace amigo de sus subordinados, es humilde, tiene rostro humano, etc.

Y a todo esto se agrega ese temor de molestar al espectador que genera una historia sin relieves: el enemigo no es de ningún país conocido, los aviones no tienen insignia, para evitar cualquier problema ni siquiera se les ven las caras a los pilotos enemigos (convenientemente cubiertos con casco con el visor totalmente oscuro), el único que se muere es su ex compañero rival que está muy enfermo y es lógico que se muera, pero todos los integrantes que lo acompañan en la misión casi suicida vuelven sin un rasguño; el episodio del robo del avión enemigo es uno de los más ridículos que he visto (ni un solo guardia, seguramente para evitar la fea situación de tener que matar a una persona que no está oculta por un casco oscuro, los aviones abandonados pero en perfecto estado de funcionamiento y con el combustible puesto...)

Si, es cierto que no es más que una continuación de Top Gun. Quizá seamos demasiado pretenciosos. Pero vuelvo al principio: considerando toda la producción, los artistas y el tiempo que tuvieron para hacerla se echa de menos un poco más de ingenio.

El final está diseñado para seguir en la segunda temporada, con un montón de temas que parece que se cierran y de repente se reabren 2 minutos antes de terminar el último capítulo. Conociendo el nivel medio de los espectadores de este tipo de series seguramente se va a hacer la segunda temporada, que obviamente no pienso ver.

Una observación es que hay que ser demasiado genio del ajedrez para ganar todas las partidas. Las derrotas de la protagonista sólo aparecen frente a grandes campeones, en algunos momentos estratégicos de la trama, pero todas las demás son victorias por demolición. Es un poco exagerado, en el mundo del ajedrez competitivo un gran porcentaje de las partidas termina en tablas, las diferencias no son tan notables. Puede aceptarse esto como una necesidad argumental, pero dejo asentada mi observación.

Lo único realmente criticable del guion es esa necesidad de ser políticamente correctos. Las mujeres del grupo cristiano que va a financiar el viaje a la URSS son lamentables, y están en un contexto algo absurdo: ¿Alguien puede imaginar que una campeona de ajedrez de USA, por añadidura joven y bonita, no va a conseguir un sponsor oficial o privado para un viaje de pocos días a la URSS? ¿Cómo se justifica que el gobierno le niegue unos pocos miles de dólares a la campeona de ajedrez de su país, que puede hacer la hazaña de ganarles a los rusos en plena guerra fría, pero que al mismo tiempo mande un agente del servicio secreto para acompañarla? (Para eso sí tenían dinero disponible...) Todo este disparate argumental está armado para justificar el gesto de la amiga negra, que le dona los ahorros que tenía reservados para sus estudios universitarios. Por supuesto que con el agente de inteligencia se aprovecha para tirar dardos contra los servicios secretos y todo lo malo que representan, y los rusos en cambio son personas abiertas, amables, montones de rusos, hombres y mujeres, vivando a una norteamericana que acaba de derrotar al principal ajedrecista ruso... En fin, la obsesión de la industria cinematográfica estadounidense por ponerse políticamente correctos me causaba algo de gracia pero de tan exagerados ahora me dan pena.