Una flojísima ficción que de no ser por Morgan Freeman hubiera caminado por los senderos de la intransigencia total.
Un buen guion, pero con una pésima narrativa que, sumada a sobreactuaciones, lo condenan al fracaso.
Existe un muy pobre e inexperto trabajo del director Michael Mailer quien, en el comienzo, da muchas vueltas para contar la historia y termina desarrollando un final tan vertiginoso y voraz que casi no se logra comprender por la velocidad en que se suscitan los acontecimientos.-

Sensaciones encontradas para esta animación de Disney, por un lado esta muy bien realizada pero por otro lado termina aburriendo, es una sucesión de situaciones de peligro que terminan en la nada misma.
En el medio una historia que empieza apasionando y de va diluyendo con el correr de los minutos hasta acabar siendo predecible, ineficaz y reiterativa.-

Queda a medio camino entre el efecto y el resultado esperado, prometía espectacularidad y, aunque cumple las expectativas, defrauda en varios aspectos, aunque en otros sobrepasa las expectativas.-
Una perfecta actuación de Halle Bailey y siempre es un placer ver a un actor de la talla de Javier Bardem que con un papel algo relegado cumple las expectativas y continua con el desembarco de la invasión española en Hollywood.
Las canciones son un punto alto, pero están presentes en contadas ocasiones, a tal punto que también se queda a medio camino y se separa del musical ideal para transformarse en una película de rutina y danza.
La animación le da un toque de espectacularidad, a la altura de la clásica producción de Disney.

Una excelente ópera prima acerca de la inteligencia artificial que pone en tela de juicio el ego y la vanidad humana.
Lo que empieza como una simple investigación policial termina siendo una evaluación a la evolución humana.
La mezcla de ciencia ficción y análisis a las situaciones y comportamientos humanos se vuelve el eje por el que gira un filme muy meritorio que viene a sentar un precedente.
Sin dudas la evolución de la IA está basada en sus creadores y como no podía ser de otra manera, el ser humano termina transmitiendo sus genes de egocentrismo y vanidad.

Una película trillada por demás, que cuando asomaba a sacar al espectador de la monotonía se desploma abruptamente para caer por el barranco de las películas que no hay que perder tiempo en mirar.
Y es realmente una pena, porque el intercambio cultural, sumado al bullying que el director se encargó todo el tiempo de dejar expuesto, podría haber sido positivo.
Pero sin dudas termina siendo una telenovela mexicana de poca monta cuasi amateur, la cual expone actores como Gines García Millán y Miren Ibarguren, a quienes su reputación les precede sobremanera.-