Sólo he echado en falta un poco de solidaridad entre las mujeres cuando a una de ellas hay un niñato que la trata muy mal y la humilla. Por eso le bajaría medio punto, pero supongo que es para que veamos la diferencia entre una pareja de novios y una de enamorados.

Sin tripas ni esas clásicas escenas de suspense en las que el espectador está todo el tiempo temiendo que acuchillen a la víctima. Pero es tremenda. Hace que tus sentimientos vayan desde desear que atrapen al asesino hasta sentir lástima de él y desear que se escape. Y en medio un despliegue periodístico y policial. Y un juicio tan honorable como la mesa de los mendigos de Buñuel en Viridiana. Y nosotros, los espectadores, sentados a la mesa. Muertos de vergüenza, de piedad o de indignación.

No estoy de acuerdo con los que dicen que esta película es un alegato a favor de la eutanasia. Más bien al contrario. El protagonista es capaz de disfrutar de la vida a pesar del aislamiento en que lo han sumido sus múltiples mutilaciones. Un rayo de sol, el contacto de unas manos o el perfume de una flor, le producen felicidad, auténtica felicidad. Él no está muerto y puede, como el resto de nosotros, sentir miedo, esperanza, amor, alegría, todo un conjunto de sentimientos y sensaciones. También recuerda y piensa.

Lo malo es cuando al final, una vez que ha conseguido comunicarse con los demás, sus superiores deciden que es mejor mantenerlo oculto y aislado, como si se tratara de un objeto de mal gusto en lugar de una persona.

En cuanto a los que se quejan de que se trata de una película anti bélica...pues no sé. Yo creo que más bien explica de qué va la guerra. Los disparos, bombas, cañonazos etc suelen mutilar a la gente, incluso a los que no van a la guerra. ¿O no?

Cazadores, fuera del campo, a hacer tiro al blanco en un sitio de esos donde te proteges los oídos y puedes dar los tiros que quieras sin poner en peligro la vida de nadie.

Los personajes, tan jóvenes, empiezan con un estado de ánimo alegre y aventurero y ante las dificultades intentan adaptarse, y de hecho lo hacen. En realidad, ellos no cometen ningún error, es que son demasiado pequeños, como las hormigas que buscan metódicas y desesperadas la salida de un hormiguero inundado.

Nosotros los vemos debatirse, primero despreocupados, extenuados al final, pero dignos. ¿Recuerdan "El ángel exterminador", con esos personajes que se atacan entre sí, buscando culpables? Los protagonistas de Gerry no son así. El desierto puede con sus cuerpos pero no con sus almas.

La mirada final del superviviente, con 100 años a sus espaldas, y la actitud respetuosa del automovilista terminan la película tal y como había empezado, con un viaje en coche que no puedes dejar de comparar con el primero.


La he visto sólo una vez, y de eso hace 5 años. Voy a verla de nuevo. A ver qué tal.

Saludos