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España España · MADRID
Críticas de Spark
Críticas 1,860
Críticas ordenadas por utilidad
7
9 de junio de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espléndida y radiante serie televisiva que dramatiza y noveliza 28 años del reinado de Enrique VIII de Inglaterra (desde 1525 y su alocado enamoramiento de Ana Bolena, hasta el año 1547 que describe la muerte del monarca)... 28 años en los que el afamado (y no por buenos motivos. En su época se le consideraba un dios, pero actualmente es conocido por ser el padre de la monarca del "Siglo de Oro inglés" Elizabeth y por haber sido un asesino en serie).

Admito que la vida de Enrique VIII no es lo que más me despierta interés a nivel histórico (tal vez por ello disfruté mucho más de "Isabel" sobre el reinado de los reyes católicos... o del film "Elizabeth" que relata el reinado de la hija de Enrique VIII), pero eso no quita para que "Los Tudor" sea una serie de gran calidad que, en mi opinión, marcó la dirección y encauzó el rumbo de las series actuales sobre medievales linajes, conspiraciones, amoríos y erotismos ("Los Borgía", "Juego de Tronos", "Isabel", "Los pilares de la Tierra", etc.). Todas ellas no han evitado tomar como patrón lo que "Los Tudor" en 2007 transformó en virtudes: adaptación astuta de su material de base... seriedad, delicadeza y cuidado en los diálogos y momentos del libreto, fotografía a nivel cinematográfico, diseño de producción de pompa y suntuosidad, realización significativa y singular, banda sonora esmerada, y reparto ostentoso e imponente.

Todo ese cuidado con el se llevan a escena los imprudentes avatares de Enrique VIII por la corte... no hace que "Los Tudor" sea una serie perfecta y de matrícula de honor que vaya a cambiar la vida a nadie... ni es la mejor en su género (pues muchas llegaron después que, aunque tomaron como ejemplo las virtudes de esmero y meticulosidad de "Los Tudor", presentaron historias y desarrollos más fascinantes y completos), pero desde luego sus virtudes la convierten en una buena serie de lo más gustosa.

"Los Tudor" cuenta con una envoltura perfecta y maravillosa que se apodera del espectador con deleite. Con un diseño de producción soberbio y prodigioso, con una exquisita fotografía y deliciosa iluminación, con una banda sonora propia notable y pertinente (que presume de un tema principal brillante y memorable), con una realización distinguida y habilidosa (que aprovecha con maestría y pericia los planos cerrados), y con un reparto oportuno y natural (a destacar Peter O'Toole, un multidimensional Sam Neill o Jonathan Rhys Meyers en el papel de su vida), "Los Tudor" nos presenta con atracción e interés a un monarca voluble, excéntrico, egoísta, caprichoso, inmaduro, mujeriego y tremendamente amoral con el que no se empatiza... pero que despierta curiosidad y sugestión gracias a otros matices (su vitalidad y su nervio) y gracias a la majestuosa interpretación de Rhys Meyers. Este rey inglés, con su egocentrismo e inestabilidad, hace imposible su propia vida como monarca... vida que sortea de problemas como un malabarista mientras va haciendo daño a extraños y amigos.

Así pues "Los Tudor" nos va describiendo a lo largo de sus 4 dramáticas temporadas las pasiones, amores y desamores del Rey y su corte... sin dejar de lado (pues tienen el mismo peso y, en ocasiones están intrínsecamente relacionadas) las tramas de invasiones bélicas, pactos políticos, negociaciones reptilianas, conspiraciones palaciegas o eclesiásticas, tretas de poder, sometimientos de autoridad, epidemias mortales, y juicios y ejecuciones medievales de escalofrío (pues Enrique VIII y sus validos ejecutaban como quien se toma un café. Y por ello apenas hay capítulos en "Los Tudor" que no acaben con una cruda, impactante y conseguida decapitación).

Todo ello se lleva a la pantalla por medio del libreto con madurez, fineza, distinción, integridad y plenitud. Los diálogos presumen de mesura e inteligencia, y los personajes son todos ellos tremendamente edificados y refinadamente desarrollados (por lo que muchas secuencias de crueles asesinatos que abandonan al hombre y la mujer de dignidad, transmiten un drama y tristeza, una turbación y angustia potente y gigantesca (ya que el espectador se había implicado tremendamente con esos personajes)).

Pero sucede que la temática de base genera algunos episodios dignos de llamarse obras maestras... mientras otros son más blandos y alongados con algo de paja folletinesca. "Los Tudor" es pues una serie un tanto irregular que no siempre da un episodio de trama soberbia y de acabado de magnificencia (aunque esos episodios más indolentes y decaídos por culpa del desarrollo de la trama, no dejan de ser aceptables y elegantes). "Los Tudor" por desgracia tiene algunos capítulos en los que sobra redundancia y hojarasca y se echa en falta más profundidad e ingenio tanto en las maquinaciones y complots políticos como en los romances reales.

Ese pequeño defecto y alguna inacurancia histórica (más en spoilers) que incluso afecta a la elección del casting (Rhys Meyers se parece al rey Enrique VIII lo que un huevo a una castaña), son los únicos "peros" que le puedo poner a "Los Tudor". Unos defectos que apenas empañan a un conjunto que brinda en lineas generales siempre distinción y enjundia disfrutable (y cuando tan solo ofrece distinción y abandona la profundidad argumental... no deja por ello de entretener).

En fin, Una serie muy recomendable (con las temporadas 2 y 4 siendo casi obligadas de visionar por su gran calidad)... como todas las series del canal de pago estadounidense Showtime (admito que las series de Showtime ("Queer as Folk", "The L Word", "Homeland", "Penny Dreadful", "Dexter", "Nurse Jackie") siempre me han encandilado y convencido mucho más en cuanto a calidad y cuidado que las de la propia HBO, pero es cuestión de gustos).

Lo mejor: Los créditos iniciales. El cuidado del libreto y de la puesta en escena. La interpretaciones Rhys Meyers, O'Toole, Neill, Von Sydow y Doyle Kennedy.
Lo peor: Algún episodio tiene demasiada hojarasca reiterativa y vacua de folletin (pero no es la tónica habitual).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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2
25 de mayo de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la novela de humorísticas aventuras detectivescas "No me apuntes con eso" de Kyrill Bonfiglioli; "Mortdecai" pretende ser una cinta de aventuras y humor sobre un noble inglés (Johnny Depp) marchante de arte (y estafador de obras falsificadas en sus ratos libres) del que el Servicio Secreto Británico requiere de su saber para resolver el asesinato de una restauradora y el robo del cuadro que estaba puliendo en cuestión.

Admito no haber leído las páginas de la novela original en la que se basa este pueril, vacuo, zopenco y prolongado largometraje, pero de seguro que presumen de más listeza y calidad que este film que nos ocupa (pues no es muy difícil superar a esta acumulación de lances e incidentes desalmados y desganados con reiteración).

Esta claro que "Mortdecai" pretende ser una cinta de investigación criminal con mucho humor y autoparodia, pero su pésimo y desatinado desarrollo argumental se lo impide. Así que, quien vaya buscando cine de crímenes con irreverencia y parodia acertada en socarronería, ingenio y chispa... que se ponga en pantalla la genial "Pulp Fiction" de Tarantino o similares, pero... allá si quiere intentarlo con "Mortdecai".

Porque "Mortdecai tiene tal vacío y redundancia en su progreso, tal torpeza en su desarrollo y tal desidia en generar certera perspicacia... que no evita hacerse tan superficial y huera como tediosa, inapetente, pesada y rutinaria (es una película que tiene chitecillos y gags físicos horribles... ¡y encima los repite durante sus minutos!).

"Mortdecai" es el claro ejemplo de que una concatenación de disparates puede generar diversión y vivacidad si el libreto y la dirección se esfuerzan en agudeza, mordacidad y presteza... cosa que aquí no se da. Y es una pena, pues con su provechosa temática de investigación detectivesca a manos de un excéntrico personaje, el film pudo haber dado lugar al menos a un entretenimiento agradecido y ocurrente (¡o si no que se lo digan a las aventuras de Sherlock Holmes, Hércules Poirot y compañía!), pero "Mortdecai" por desgracia se desaprovecha en su desarrollo.

Ya que, durante la simplona, previsible y desidiosa aventura detectivesca (que no puede generar menos interés del que genera por culpa de su errada elección de situaciones y por su necia y boba exposición (para ejemplo los excesivos y repetitivos minutos en los que los personajes se dedican a hablar sobre el bigote de Mortdecai. No me parece una mala elección humorística... si esos diálogos fueran más avispados y punzantes y no tan mamelucos y descuidados!!)) "Mortdecai" va soltando un encadenamiento de chascarrillos tristes, dejados y gandules que no logran ni levantar una leve sonrisa en el espectador (tal vez pueden causar aturdimiento y perplejidad, pero no en el buen sentido. En mi caso frases como "Mi bigote es un bebe" o "Todo el mundo debería tener un Jock o "separa las pelotas" no me hacen ninguna gracia por mucho que sean repetidas en el metraje, lo siento), y su aventura de investigación va dando tumbos vagos y fatuos.

El film pues presenta descuido y holgazanería tanto en su trama detectivesca como en su humor, y hacen a "Mortdecai" un metraje indolente, reiterativo e interminable; una cinta "de tebeo" que pudo ser un acierto si hubiera tenido una construcción de personajes (aunque fuera mínima) avispada e interesante, y un desarrollo argumental espabilado e inteligente.

Johnny Depp por su parte vuelve a sus fueros de encargarse de un personaje extravagante y cómico... pero Depp, si bien no está horrible, no consigue conformar a un personaje que tenga algo más allá de la caricatura (esto es empatía, abundancia de aristas, calidez o naturalidad... algo que necesitan hasta los personajes cómicos) y se queda a años luz de sus configuraciones magnéticas de sus Jack Sparrows, Willy Wonkas o Sombrereros Locos. Esta vez Depp (también tiene algo de culpa el libreto) no atrapa con su personaje, no está chispeante y divertido sino cargante (y en puntos se le nota sobreactuado en exceso) y distante. El actor además no comparte química alguna con sus compañeros de reparto (que están naturales pero alicaídos) que interpretan a personajes que nada dicen ni nada aportan.

En fin. David Koepp con su correcta pero nada destacada dirección nada pude hacer para contrarrestar tanto defecto junto (personajes planos sin interés, chistes desatinados y trama emborronada).

La única virtud destacada del film es su distinguida banda sonora. Pero es un punto a favor del todo insuficiente ante un metraje tan tópico, descuidado, desganado y latoso. "Mortdecai" se acaba convirtiendo en un lúgubre ejemplo de cinta de humor que intenta hacer gracia desesperadamente (con diálogos, situaciones y ambientación recargada y rimbombante... pero boba hasta el abandono y la pereza) sin conseguirlo (y mira que lo intenta). No se la recomendaría a nadie.

Lo mejor: La banda sonora.
Lo peor: Su guión.
Spark
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3
27 de abril de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tammy (Melissa McCarthy) es una deslenguada mujer que, tras ser despedida de la hamburguesería donde trabajaba y tras pillar a su marido con otra, decide dejarlo todo y emprender un viaje "a donde la lleve la suerte" en coche con su atrevida y beoda abuela (Susan Sarandon). Durante este viaje, Tammy vivirá enredillos de poca monta y escasa gracia... y aprenderá una vaga lección de cordialidad y afecto.

Con "Tammy" la actriz Melissa McCarthy volvió en 2014 a la comedia norteamericana a su servicio simpático y bonachón (tanto se implicó la cómica en este producto, que se puso a cargo de su producción y guión) y, al contrario que en los anteriores trabajos cómicos en los que puso su campechano y amable talento, esta vez McCarthy salió con varias nominaciones a los Razzies bajo el brazo.

Y es que "Tammy" supone un claro y perezoso bajón respecto a las disfrutables y entretenidas comedias previas en las que esta actriz logró lucirse espléndidamente con sus guasones y desenfadados personajes ("Bridesmaids", Por la cara" o "Cuerpos especiales"). Aquellos films no eran en absoluto obras maestras de la comedia, pero presumían de un estupendo ritmo y de un humor más lucido, sagaz y continuado. "Tammy" sin embargo cae, no ya solo en una premisa de lo más vista y previsible (defecto que se puede sortear si esta premisa se desarrolla al detalle con perspicacia y tino), sino que además cae en un desarrollo nimio, vulgar y obviable (donde ni siquiera los pequeños momentos de drama soterrado consiguen calar algo que no sea indiferencia (o no ser que una de sus veteranas actrices (Bates o Sarandon) decida sacar oro de ese manido y trivial momento)).

Y es que "Tammy" acaba siendo una "comedia disparatada" donde se producen disparates pero se olvida la comedia. Con sus momentos escasamente cuidados y esforzados, el metraje se desarrolla como una suerte de road movie donde se van sucediendo gags físicos (más o menos absurdos de choques, caídas, tropezones y pringues), embrollos de malentendidos (más o menos graciosos) y extravagancias varias completamente desatinadas en su chabacano humor.

En fin; excesiva superficialidad y desgana es lo que da y transmite el desarrollo de "Tammy" en su libreto (con ínfimo humor sagaz y excesivo humor de tortazos), y esto hace que el film no logre despertar en el espectador las risas y la complicidad que demandaba (admito que no me reí ni una sola vez). El espectador no se siente asqueado del todo (pues al menos hay otros aspectos del metraje que hacen a "Tammy" no caer en la total vergüenza ajena. La cinta puede presumir de una cinematografía limpia, de una realización y un ritmo correctísimos, de un plantel de actores siempre cordial e innato, y de una excelente selección musical) pero el espectador va perdiendo el interés y sintiéndose distanciado de una trama sin agudeza ni lucidez... y con demasiadas vacuidades. La distracción y la simpatía se presentan pues en un nivel demasiado bajo como para que la cinta destaque, y tan solo logra distraer e interesar levemente y por momentos contados. Y eso es muy poco para un película a la que se supone de disfrutable entretenimiento.

Y es una lástima, pues el equipo artístico es de lo más virtuoso y, a ratos, logra elevar el producto sacando petróleo de sus personajes (destaca Kathy Bates en una aparición secundaria en la cinta... pero que consigue dejar el mejor momento de la película (sacando oro con su gran interpretación de un momento de lo más tópico y trillado cuando su personaje le da la lección moral y de aprendizaje a Tammy). Y por supuesto tanto McCarthy como Sarandon siguen presumiendo de talento y, aunque sus personajes estén configurados a brocha gorda y de lo más emborronados, no evitan transmitir una cálida y natural presencia... pero estas actrices han tenido papeles muchísimo mejores, y más cuidados y lucidos).

Pero esta vez las apariciones de grandes veteranas como Sarandon o Bates, y el entrañable y gamberro encanto de McCarthy como lenguaraz sociópata no son suficientes como para rescatar una cinta sin interés y aburrida por culpa de su mediocre desarrollo argumental. Podría haber sido peor, por supuesto, podría haber hecho daño a los ojos. Pero "Tammy" por fortuna no llega a tales niveles de torpeza.

En fin, muy pocos momentos de acierto y demasiados de tedio argumental. Solo para los fans incondicionales de McCarthy que ya se ríen con su sola presencia aunque la trama apenas diga algo y la narración resulte olvidable.

Lo mejor: La banda sonora. Kathy Bates (y su pequeño momento dramático que el lo único que tal vez logre calar algo de complicidad y sentimiento), el carisma de McCarthy (aunque no sea suficiente para aupar al film). Sarandon. La corrección en la realización y el ritmo.
Lo pero: El irregular, superficial y perezoso desarrollo de la comedia (desde luego McCarthy se podía haber escrito algo mejor para su lucimiento personal).
Spark
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5
17 de octubre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación británica para la televisión (la única adaptación audiovisual conocida) de la novela homónima del victoriano Thomas Hardy.

En esta novela del siglo 19 (que fue publicada en la revista "Belgravia", y que resultó muy controvertida en 1878 (por tratar las relaciones fuera del matrimonio, algo muy sensacionalista para la época) y recibida con criticas muy variadas) se nos narran los avatares de Eustacia Vye (Catherine Zeta-Jones), una joven de insuperable belleza que trae de cabeza a los hombres de su aislado pueblo... cosa que no la satisface, pues su objetivo es abandonar la aldea en busca de una vida mejor... algo bastante fuera de su alcance.

Jack Gold nos ofrece una buena adaptación nada desdeñable... aunque tampoco memorable. Desde luego para ser un telefilm merece ser señalado... principalmente gracias al mimado y estiloso libreto, y a un reparto notable.

Porque... si hablamos de su puesta en escena... nos topamos con una cinematografía de poca calidad y una realización muy básica, poco esforzada y nada destacada. En "El regreso del nativo" los planos son estándares y estáticos, sin ningún despliegue o virguerías características en su dirección. Esa falta de ingenio y viveza por parte de Jack Gold... hace que las situaciones del relato más insulsas y habituales (que las hay, aunque no demasiadas) puedan hastiar por momentos al espectador (hay secuencias alargadas y vacuas repartidas por el metraje que alejan la atención del espectador sin remedio... en especial las que respectan al estático alongamiento (sin sentido en libreto) de la muestra paisajística).

Sin embargo, y a pesar de esto, "El regreso del nativo" consigue un tono resultón y atractivo en su aspecto visual; pues todo lo que Gold no se esfuerza en la realización y el montaje de planos, se contrarresta con sus escenarios (el telefilm está ambientado en los parajes naturales y rurales de Wessex), con su vestuario y sobretodo con su genial banda sonora que empapa con acierto el tono romántico y lírico del relato, y que tiene un tema principal majestuoso y memorable.

La trama por su parte (a pesar de no ser infinita en matices, a pesar de no tener una profundidad asombrosa, a pesar de tratarse de triángulos amorosos (y desamor) previsibles y clásicos a estas alturas, a pesar de que la novela adaptada no esté a la altura de las páginas de otros autores como Shakespeare, Tolstoi o Jane Austen) se desarrolla con elegancia, con seriedad, con sensatez y con un recital de intelecto. ¡Vamos!, que afortunadamente no estamos ante un producto escrito por el pueril equipo de guionistas de los Multicines de Antena 3. "El regreso del nativo" no es un telefilm idiota (y por ello logra implicar mucho más que otros)... aunque siempre haya que tener en cuenta que nos encontramos ante un relato acotado al género del romance, con algunos de los tics que eso conlleva (el buscar la lágrima fácil, el tener algunos momentos afectados o empalagosos, etc.).

Los actores también ayudan a elevar la categoría de la TV Movie. Catherine Zeta-Jones (actriz irregular donde las haya) ha tenido interpretaciones perfectas y poderosas (pocas, pero las ha tenido: casos de "Chicago" o "La máscara del Zorro") y otras artificiales y exageradas... afortunadamente su Eustacia Vye pertenece a las del primer grupo. Zeta-Jones encaja como un guante en el papel de incierta seductora; su joven misteriosa (con esa dualidad de inocencia encantadora y perfidia escondida) resulta uno de sus papeles más naturales, ambiguos y enamoradores de la actriz galesa. Ray Stevenson resulta el galán perfecto y un antihéroe de lo más intenso y, sin desmerecer la naturalidad del resto del reparto, también cabe destacar a Joan Plowright, Señora de Olivier, como abnegada y entrañable madre del "nativo".

En definitiva: la pertinente ambientación, el que los actores británicos estén estupendos y el que el libreto no divague apenas (aunque lleve el peso de ser una novela rosa de época)... hacen que "El regreso del nativo" sea un telefilm de calidad, cómodo de visionar y disfrutable en gran medida (algo de lo que casi ninguna TV Movie (con permiso de la HBO) puede presumir).

Lo mejor: La banda sonora de Carl Davis. Las interpretaciones (donde destaca su protagonista, una por entonces jovencísima Catherine Zeta-Jones) que merecen verse en versión original. El lenguaje del libreto (que no deja de ser de Hardy).

Lo peor: Lo estático y vulgar de su realización. Su último tercio algo redundante en la trama.
Spark
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3
25 de julio de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante thriller de acción (de espía/matona con ansias de venganza), sobretodo si se compara con otros oportunos y precisos trabajos de Soderbergh (desde "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" hasta "Detrás del candelabro" pasando por "Traffic", "Ocean's Eleven" o "Efectos secundarios") en los que el cineasta envolvió acertadamente con su característica y expresiva realización unos relatos con sustancia, turbación o diversión.

¡Pero claro! el alarde narrativo tan conocido y personal por el que el director sigue apostando para relatar "Indomable" (aunque no sea de sus mejores trabajos estilísticos, Soderbergh como siempre sigue cuidando la fotografía con filtros distintos según que lugar, mantiene su estilo de cámara en mano, aguanta los planos hasta el límite, ofrece secuencias mudas y una banda sonora de cuerdas similar a otras de sus cintas... aunque la música de "Indomable" es hermana pequeña de las de "Erin Brocovich", "Traffic" o la saga "Ocean's"), para resultar pertinente y adecuado a la trama... tendría que engranarse con perfección a un guión con cierta enjundia y trascendencia, con una intriga tolerable y con un desarrollo más trabajado... cosa que no se da.

Con "Indomable" no es el caso, y se evidencia que Steven Soderbergh nunca se había visto por estos derroteros de dirigir una película de acción sin seso ni sustancia (tipo de películas que necesitan de una narración más briosa que la de Soderbergh para elevarse y contrarrestar la nadería, simpleza y nimiedad del libreto). Su sello narrativo deriva pues más bien en una losa que en un aliciente para describir esta trama vista mil veces y cada vez desarrollada con menos esfuerzo (espía que es traicionada por su propia agencia y busca vengarse), pues Soderbergh hace que los vanos acontecimientos se sucedan con gran lentitud y parsimonia, sus planos alargados esta vez no digan nada que estuviera velado, los silencios esta vez resulten estúpidos y hastiantes, y los momentos estirados sean totalmente innecesarios y huecos.

Porque sí, esta vez Soderbergh presenta un film con un trillado planteamiento (típica espía invencible que comienza el típico camino de la venganza) pero con un desarrollo tan anodino como bobo que muuuuuucho tiene que envidiar al Bourne de Matt Damon (adiós a complots complejos y especificativos, adiós a personajes notablemente edificados con multitud de aristas) y que no llega ni de lejos a la calidad expositiva y progresiva de aquellas tramas.

En cuestión de thrillers de acción y su desarrollo argumental, "Indomable" se acerca más a las cintas de Chuck Norris, Steven Seagal o Jean Claude Van Damme que a las entregas de Bourne, Bond o Misión imposible. La intriga es ínfima (la que ofrece el planteamiento), los personajes son hueros robots sin construcción alguna ni matices, el relato no presenta ni un solo precedente que haga interesarse por algo más adelante, la conspiración no presenta una crónica evolutiva elaborada y cuidada, y el metraje no se esfuerza por generar algo de complejidad, detalle y credibilidad.

Y es que el guión es malo, con situaciones absurdas y sin historia; Solo son una concatenación de porrazos y luchas que, eso sí, hacen lucirse a Gina Carano (gran profesional norteamericana de artes marciales mixtas y Muay Thai) en unas peleas cuerpo a cuerpo que seguro son más interesantes y con más trama y precedentes en el ring que en la gran pantalla. En el aspecto actoral Carano, de un solo y abúlico registro, no se luce como intérprete en ningún momento. El resto de intérpretes, a pesar de ser algunos de relumbrón, se limitan a hacer varios cameos con unos personajes que son meros maniquíes para la función de Carano que está dispuesta a relevar a Chuck Norris (y sus patadas giratorias) pero con más pesadez y menos autoparodia.

Lo mejor: Las naturales peleas cuerpo a cuerpo de Carano sin necesidad de que sean editadas.
Lo peor: El guión.
Spark
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