Esto es a lo que podría llamar una película desconcertante. Se mezclan los momentos muy intensos con otros momentos pausados. Ambos bellos, a pesar de ser una historia dura, de las que lo que sucede es complicado para quienes les ocurre. Incluso es duro por tener que cargar cada uno con su sambenito en forma de secreto inconfesable.

Una fotografía bella no se contradice a una historia dura. Zatoichi es una buena muestra.

Es muy probable que una de las cosas que hacen interesante a esta película es el remix de estilos. Por una parte está claro que es una película de acción, con sus peleas brutales de Zatoichi contra mil. Por otro lado se ve que es una comedia, con sus coñas marineras, una tras otra. También es un drama que cuenta una serie de historias bastante duras, que se juntan todas en la propia historia de Zatoichi. Es una aventura también, donde hay que sortear peligros sobre la marcha y no está definido el enemigo desde el principio. Y por último, tiene toques musicales. No son continuados, pero ocurren y como poco resultan llamativos; entre los labriegos rítmicos y el numerito final, Kitano se cubre de gloria.

Y este batiburrillo no atonta ni a los que la trabajan ni a quienes la vemos y permite que la película trasmita a cada momento sensación de que las cosas están bien hechas. Mejor o peor que los Zatoichis originales no lo se, y la verdad es que poco me importa. No necesita de películas anteriores para ser magnífica.

Si esta película no tiene un diez es por esos últimos minutos atropellados que tiene. Que lastima que de pronto todo tenga que acabar repentinamente. Que pena que Tarantino no hiciese en esta su primera película redonda. Aún así, es superior al resto de tarantinadas. El nivel del guión es sublime, las actuaciones están bordadas y la fotografía es simplemente perfecta.

Esta película supera con mucho aquello del cine como entretenimiento y salta sobre el cine violento para ser mucho más que eso. Y mucho mejor que eso.

Además, el propio Tarantino tuvo para empezar Reservoir dogs, y a partir de ahí siguió haciendo grandes películas, haciendo que esta no fuese solo un espejismo de lo que puede ofrecer. Por suerte, claro.

Tiene ínfulas de genio y detalles de prepotente engreído, pero por encima de esto, su cine solo habla bien de el. Tarantino es un grande del cine de hoy y por eso gusta tanto a tantos. Desde Reservoir dogs y sus señores de colores.

Chinorris brincando, poniendo poses interesantes, diciendo chorradas sin ningún contenido y peleando para ascender a planos superiores de conciencia.

Minutos y minutos de paridas sin conocimiento.

Eso si, todo recubierto de unos paisajes muy bonitos y muy bien filmados. Todo el interés real que te da esta película los tienes en miles de documentales. Y para ver arroyos, me voy al campo, copón.

Y para ver películas de acción, hay otras muchas y mucho más interesantes. Lo de más intensas lo obvio. No tiene ningún mérito.

Lo único que quizá le pueda aprovechar un poco a Lee de mi parte es esto: Menos asiáticos bailando sobre espadas y más vaqueros mariquitas, que no hay comparación posible de calidad.

Los dinosaurios están condenados al ostracismo en una islica en medio de la nada donde van a ser utilizados como atracción de circo. Todos los lagartos gordos son hembras y no pueden reproducirse nada más que de forma artificial. Ante todo este percal, se acercan a la isla el dueño del cotarro, una familia feliz y científicos para ver que se cuece.

Todo se despendola: los dinosaurios se escapan y consideran que deben cambiar el menú y empezar a degustar humano crudo. Y los malditos humanos intentan no ser el almuerzo de los saurios reconstruidos genéticamente. La tensión está servida.

Bueno, tensión no, porque al fin y al cabo es un producto juvenil noventero y por aquel entonces lo más tenso que podía pasar en una película es que te estornudara en la cara un diplodocus. Y eso puede ser muy asqueroso, pero desde luego mortal no es. Eso si, los efectos y los bichos, muy logrados y el entretenimiento, asegurado. Al fin y al cabo, Spielberg y sus amigos son profesionales de eso y normalmente se les da bien aunque les cueste tanto hacer algo que vaya más allá de esto.

Pasar el rato es el único objetivo que puede conseguir esta película. Travolta no está mal haciendo de militar investigador, pero todo queda como muy forzado, al menos respecto al tipo de película a la que podemos estar acostumbrados. Es cierto que te van diciendo poco y muy poco a poco, pero a decir verdad, tampoco te entran ganas de saberlo. Sabes que te lo van a contar al final y te dejas llevar.

Ni por que la historia sea mala ni por estar mal dirigida o actuada. Ni tan siquiera porque tenga un mal ritmo. El problema es que el conjunto queda como falto de algo, como si fuese un dibujo descolorido: Está entero y es fácilmente identificable todo, pero no es suficiente.

Por otra parte, tiene su lado de denuncia, que está patente todo el tiempo, pero por aquí si que es una película fallida. Hay mil y una formas de denunciar (mil y una películas lo han hecho), y quizá por no querer quedar mal con los denunciados, se queda todo en algo demasiado light.