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España España · Granada
Críticas de Ygorla
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Críticas 132
Críticas ordenadas por utilidad
7
14 de agosto de 2015
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La séptima entrega de ‘Fast and Furious’ es tan espectacular como siempre, pero con un toque de seriedad como no habíamos visto nunca. El homenaje a Paul Walker y las características del reparto sean quizá el motivo de que nos encontremos ante la más conseguida de las siete películas hechas hasta la fecha. La película dirigida por James Wan (‘Insidious: Capítulo 2‘) nos ofrece mucho más de lo que esperábamos alguna vez obtener de ‘Fast and Furious’. El largometraje, 2 horas y 17 minutos, es una avalancha de acción continua, si bien es cierto que tiene sus momentos “románticos” y algo empalagosos, sobre todo en las escenas de Mia y Brian, o aquellas de Dom y Letty, la acción supera con creces estos fugaces instantes, y eso, es algo que agradecemos, porque la realidad es, que quien va a ver esta película está esperando ver velocidad, coches lujosos como solo soñamos tener, y mucha, mucha acción bañada con tiros y explosiones.
Siempre que tengamos esto claro, no nos iremos de la sala del cine defraudados, porque ‘Fast and Furious’ es lo que es, la esencia de las películas rápidas, de diálogos insulsos, decorados de vez en cuando con un discurso algo más elaborado de Dominic Toretto (Vin Diesel), y con muchos, muchos comentarios y momentos ridículos de Roman, junto a puntos de risa claves, a su costa, por parte de Tej.

La entrega número siete continua fiel a su estilo, pero añade enormemente gracias a la presencia de Jason Statham. Lo que sigue igual es el elenco principal, Vin Diesel, Michelle Rodríguez y Paul Walker, aunque por desgracia este último no vaya a acompañarnos ya más, algo que la saga notará notablemente en la siguiente entrega. Defender a la familia de ataques variados viene siendo la tónica de las ultimas películas, y funciona genial, porque permite introducir además de incesantes y vertiginosas carreras por las calles de medio mundo (en este caso hemos disfrutado de Los Ángeles, Abu Dhabi, Atlanta o Tokio), unas escenas de pelea, que cada vez son más inverosímiles e increíbles. ‘Fast and Furious 7′ se corona en ese aspecto, y todo es gracias a Statham, en su papel de malo, Dwayne “La Roca” Johnson dando vida a Hobss y Vin Diesel encarnando a Toretto, tres portentos físicos o armarios empotrados, dependiendo de como quiera verse, que dejan al espectador dolorido solo de pensar por un segundo, que uno de esos golpes los podría estar recibiendo él.

Pero no sólo son digas de mención las luchas masculinas, la brutalidad no encuentra parangón en la escena de la muy lujosa habitación del rascacielos en pleno desierto, donde Letty recibe más de lo que da en su batalla personal contra la jefa de seguridad del príncipe. Mientras, el fallecido Paul Walker protagoniza una de las escenas más llamativas y vertiginosas de toda la película, y es además clave en el desarrollo de toda la trama, algo que pone de manifiesto escena tras escena, donde cada instante en pantalla es un tributo al actor y a su personaje, Brian O’Conner.

Nadie debería ir a verla si espera escenas de gravidez creíble, pero sí debería ir al cine, si lo que quiere es disfrutar de un inmejorable montaje de sonido, unos primeros planos rápidos y bien hilados, y una banda sonora pegadiza y a la última, porque en la saga ‘Fast and Furious’ la banda sonora es uno de los puntos clave. En esta séptima entrega no podía ser de otra forma, y la música que acompaña a cada escena es cuidada hasta el más mínimo detalle, un ejemplo de ello es la canción compuesta por Wiz Khalifa, quien repite poniendo ritmo a esta saga, junto a Charlie Puth esta vez con la canción titulada “See you Again”, un claro tributo al fallecido Paul Walker en las escenas finales de la película.

Crítica para MagaZinema.es
http://www.magazinema.es/fast-and-furious-7-james-wan-2015/
Ygorla
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8
14 de agosto de 2015
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En muchas ocasiones hemos escuchado que las segundas partes nunca fueron buenas, y cuando en el mundo de la animación se atreven a hacer una segunda entrega de uno de los grandes éxitos, el espectador se queda muy frío al ver el resultado, que suele ser por normal general bastante soso, repetitivo y carente de imaginación. Eso no ocurre en esta parte dos de ‘Toy Story’, y gran parte de la culpa de que eso no ocurra es la frescura de sus personajes, que no dejan de ser en ningún momento juguetes animados, y solo por eso, nos sentaremos a ver cada una de las entregas posteriores que salgan, ¿Quien no ha imaginado alguna vez que hacen sus muñecos o peluches favoritos cuando no miramos? La imaginación desbordante del niño que una vez fuimos queda latente en nosotros, y despierta sacándonos una sonrisa cuando Toy Story cobra vida en nuestras pantallas.

En esta ocasión la aventura nos llevará a disfrutar de un recorrido por la ciudad más que fascinante poniéndonos de nuevo a ras de suelo, aunque la ventaja que tiene esta cinta frente a la previa es la variedad y juegos de escenas al dividirse los dos principales protagonistas en la acción, encontrándonos ante dos tramas unidas pero completamente diferentes. Para que esto ocurriese había que introducir nuevos personajes, y eso en esta película es algo que está logrado de forma magistral, pues los personajes se van haciendo un hueco en nuestros corazones hasta quedar empatados con los alien o el señor patata, a pesar de estar recién llegados.
Como toda buena cinta de aventuras que se precie, nuestros protagonistas necesitaban un malo que desatase el caos en el mundo de estos seres en miniatura creando esos hilos de acción de los que hablábamos, ¿Y qué mejor “villano” que un coleccionista de juguetes para Toy Story? La idea es acertadísima, se trata de un coleccionista ansioso por conseguir lo que para el es una pieza única que completará su búsqueda, mientras que para nosotros, sobre todo para los más pequeños, es únicamente una persona que quiere quedarse con nuestro juguete favorito. En esta ocasión la sensación de desasosiego que experimentamos no viene dada por el sentimiento de abandono que sufren los juguetes al marcharse Andy, viene dada por el secuestro de Woody.

Ese secuestro lleva a Woody a una tienda de juguetes donde conoce a Jessie y Perdigón, el caballo de esta. Es aquí donde el vaquero se da cuenta de que pertenece a algo más, su mundo se expande por completo, no se trata de la incoporación de un nuevo juguete a la colección de su niño, se trata de tener familia por así llamarlo o un lugar del que venir. Eso es lo que encuentra cuando en la tienda se “despierta” y se encuentra en pleno oeste, con caballo y amazona al lado, por no mencionar toda una decoración escenográfica dedicada exclusivamente a él. Ese pertenecer, formar parte de algo más y disfrutar durante el descubrimiento es lo que nos presentan Woody y Jessie, y es una de las muchas cosas que hace memorable esta película.
Por otro lado nos encontramos con la acción que se desarrolla por parte del resto de juguetes, con Buzz a la cabeza, que preparan una misión de rescate para traer a Woody de regreso a casa antes de que Andy se de cuenta siquiera que han salido del dormitorio. El sentido por el deber y la amistad se muestran con las escenas más graciosas de toda la cinta, cuando el astronauta llama a filas al resto de juguetes para dar forma y ejecutar el rescate.

Los juguetes volverán a salir de su zona de confort y se adentrarán en una jungla de asfalto para llegar hasta la tienda del coleccionista. Durante el recorrido se encontrarán con innumerables riesgos, pero la lealtad, la valentía y la aportación individual de cada uno de ellos nos ofrecerán una misión “rodada”.
Toy Story es de nuevo, una mezcla de valores enormes, una película de la que todos podemos disfrutar, aprender y poner en valor, porque da igual la edad que tengas, Toy Story puede extrapolarse a muchos aspectos de nuestra vida diaria, y es ahí donde reside su verdadera genialidad. Nunca una segunda parte nos había gustado tanto.

Crítica para MagaZinema.es
http://www.magazinema.es/toy-story-2-john-lasseter-1999/
Ygorla
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7
3 de febrero de 2022
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Midnight’ es una de esas cintas que empieza mostrando todas sus cartas. Desde que arranca sabes quien es quien y eres consciente de sus roles a lo largo de toda la película. Esto bien podría parecer una debilidad, pero el recién llegado Kwon Oh-Seung juega magistralmente con ello, pues nos pone al mismo nivel que a las protagonistas femeninas. Como ellas, nosotros también sabemos la verdadera cara del asesino, pero no tenemos nadie a quien contarlo.

Una cinta frenética de principio a fin. Desesperante por la situación de desamparo que viven sus protagonistas y por la intensidad del personaje protagonizado por Wi Ha Joon, a quien te crees de principio a fin. ‘Midnight’ es un thriller de esos que recuerdas durante algún tiempo porque cuenta con muchas particularidades que la hacen destacar dentro del género, aunque, por supuesto, no es perfecta. Vayamos por partes.

Si nos centramos en la trama pronto vemos que es de un planteamiento muy sencillo. Un asesino que encuentra truncado su siguiente asesinato cuando una joven se tropieza con él en pleno ataque. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol. En el momento en que se añade a esa trama una protagonista con rasgos particulares como es sufrir de pérdida auditiva total, todo cambia, porque las reglas del juego no son las mismas. ‘Midnight’ juega con ello a la perfección, creando una atmósfera que no esperábamos encontrar.

Ciertamente no es la primera película que juega con connotaciones similares. Si has visto ‘Hush’ de 2016, donde una escritora sorda se va a una casa en la montaña a terminar su libro y allí aparece un asesino, o ‘A ciegas‘ de Sandra Bullock donde el sentido de la vista debe ser bloqueado para sobrevivir, quizá te hagas una idea de la frustración y agonía de las protagonistas de ‘Midnight’, pero aún no hablaremos de ello. Lo fantástico de esta cinta es como juega con las ausencias de sonido, con el silencio sepulcral que se planta delante nuestra y que ni siquiera percibimos por lo metidos que estamos en la película.

Estamos tan acostumbrados al ruido base de nuestras vidas que no lo contamos como tal. Estar en silencio no implica ruido cero para nosotros, y eso lo descubrimos en esta película mientras vivimos a través de sus personajes. Técnicamente la edición de sonido es de diez, porque te introduce en una realidad imposible de recrear en condiciones normales en nuestro día a día. A través de ‘Midnight’ vivirás la realidad de sus personajes y notarás el peso del silencio como nunca antes.

Rara vez nos planteamos las dificultades diarias a las que se enfrentan otras personas, el bullicio y caos de nuestras vidas no nos dejan tiempo para ello, pero aquí la inmersión es tal que a partir de su visionado, tu percepción del mundo que te rodea cambiará. ¿Te imaginas intentar comunicarte y ser obviado? ¿Querer gritar o pedir ayuda y no poder? ‘Midnight’ te tira a la cara todas estas situaciones y te hace recapacitar sobre el privilegio con el que cuentas sin crear víctimas en el camino. La sordera de la protagonista no es para ella una forma de infelicidad pero sí algo con lo que vivir cada día, siendo muchos los retos y variables a tener en cuenta en un mundo que fluye a la velocidad de la luz y no espera a nadie.

Mientras corren los minutos, socialmente, ‘Midnight’ expone como los prejuicios y el machismo de una sociedad patriarcal están muy presentes aún. Todos los grandes asesinos en serie han pasado ampliamente desapercibidos por su capacidad camaleónica y por contar a su favor con una sociedad que cree mucho antes la realidad que ellos presentan a la que cuentan sus víctimas. Formar parte de una minoría hace que a Kyung Mi y a su madre no se le tengan tan en cuenta como debería. Es incómodo comunicarse con ellas, de hecho requiere más trabajo y dedicación que hacerlo con otras personas que si pueden hablar y oír bien, y en ese esfuerzo es donde hace hincapié la película.

La puesta en escena global crea momentos culmen y nos mantiene en vilo durante todo el metraje, pero falla el guion en el verismo, en el intentar hacernos creer que nadie, ni un solo alma es capaz de ser un profesional competente o un humano decente que socorrería a alguien en apuros.

Ciertamente necesitamos este tipo de actitud para que la película pueda tornar de la forma en la que lo hace. No es muy original en su idea base, ni en como presenta a los personajes, pero si en su puesta en escena. Además de una muy buena edición de sonido, debemos aplaudir la estética y sobre todo el montaje, que es fluido, atractivo y enérgico. A pesar de ser un novato, su director aquí demuestra muy buena escuela. Nunca es fácil acertar con persecuciones de alta intensidad en calles sinuosas y oscuras y, en ‘Midnight’, son parte fundamental de la historia que se cuenta, porque en este tipo de cintas, es en el huir del asesino donde está la verdadera esencia.

Así, la intensidad se va in crescendo, porque al ser conscientes de quien es el asesino, le vamos añadiendo minuto tras minuto un sentimiento de desesperanza que no hace más que crecer y asentarse en nosotros. ¿Por qué nadie las escucha? ¿Por qué la policía no actúa? ¿De verdad nadie se da cuenta de lo que nosotros de forma tan clara y patente vemos? Gracias a unas interpretaciones sólidas en todos los participantes la película atrapa de principio a fin. A Wi Ha Joon lo hemos mencionado al principio, tal es su transformación en ‘Midnight’ con respecto a sus trabajos previos que quedamos doblemente sorprendidos y complacidos con su actuación. Nunca lo has visto así, este papel queda en una dirección totalmente opuesta a ‘18 again‘ o ‘Romance is a Bonus Book‘...

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Nota - 3.5/5
Ygorla
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8
30 de marzo de 2021
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Una joven prometedora’ es la película del 2020 que necesita ser vista, pero sobre todo ser trabajada a nivel social. Una cinta que presenta de la forma más espectacular y realista la cultura de la violación y el silencio que flota entorno a ella. Su directora, Emerald Fennell, pone los puntos sobre las íes en cada fotograma, línea de diálogo y minuto de metraje ofreciéndonos una obra maestra que no se deja nada en el tintero.

No hay espacio para la redención, solo para la venganza y con ello trabaja en todo momento esta cinta que solo a veces perdona, nunca olvida y siempre tiene claro su objetivo final. Ese objetivo final es remover conciencias a base de golpes de realidad, conversaciones directas, sin tapujos y muy alejadas del que dirán. Nuestra protagonista es un personaje dañado profundamente por una sociedad patriarcal, machista y prepotente que pone a una parte de la población por delante y encima del resto. El personaje de Cassie se presenta mordaz, altamente inteligente y preparada para sacrificarlo todo. Una fortaleza, resilencia y empuje que no siempre se muestra tan claramente en pantalla, y mucho menos en un papel protagónico femenino. Hay muchas sombras y alguna luz en ella, y por eso te atrapa.




De eso se encarga Carey Mulligan, que siempre nos tiene acostumbrados a una calidad interpretativa mayúscula, pero que aquí se come la pantalla. No importa cual sea el enfoque, perspectiva o ángulo de la cámara, ella siempre está presente, con fuerza arrolladora. Incluso cuando su personaje se muestra más inocente, calmado o abatido somos capaces de ver el fuego en sus ojos y casi escuchamos los engranajes de su cerebro montar el siguiente paso de su perfecto plan de venganza.

Un guion afilado y realista.
Cada diálogo es un puñetazo en la boca del estómago, y cuánto lo necesitamos. A duras penas podrás contener la rabia mientras ves ‘Una joven prometedora’. Rápidamente caerás rendida a los pies de su protagonista, porque será esa calma retenida que tu no serías en las situaciones a las que ella se enfrenta. Con rasgos que rozan la psicopatía, Cassie intenta buscar una justicia que le permita pasar página, pero no será fácil. Su vida se verá paralizada, caerá por las grietas y no tendrá consuelo hasta que consiga llevar a la luz la verdad que le arrebató lo más querido en su vida.

Imbuida en una sociedad que no quiere enfrentarse a la triste y horrenda realidad que suponen el abuso, violación y las agresiones sexuales de toda índole que se llevan a cabo casi de forma sistemática e impune en cualquier parte del globo contra mujeres, Cassie encontrará algo de consuelo en acciones de dudosa moral, que como espectadores nos dejan debatiéndonos moralmente a lo largo de todo el metraje. La cultura de la violación está aquí, no hemos mejorado en absoluto en su erradicación, queda mucho trabajo por hacer y las palabras que resuenan en los diálogos de ‘Una joven prometedora’, nos hacen más conscientes aún de ello.


La rabia contenida de una mujer al borde de un ataque de nervios que nos representa a muchas de nosotras. Una mujer que está sola, que es incomprendida o mejor dicho, que quiere ser obviada e incomprendida porque esa realidad es más fácil de digerir que la cruel verdad. Son unos diálogos ágiles, que perforan el alma y dan bofetadas directas y sordas a todos aquellos que se atreven con ella. ‘Una joven prometedora’ necesita ser analizada y trabajada a titulo personal. Busca despertar en nosotras la bestia adormecida por la cotidianeidad, busca a inconformistas que no callen nunca ante la agresión sexual, sea del tipo que sea.

Su metraje se llena de argumentos que enseñan como invalidar o blanquear algo que creíamos tener adquirido y aprendido como son el ‘No es no’ o ‘Solo si es si’ o todo lo derivado del movimiento #MeToo. ‘Una joven prometedora’ no se autocensura en mostrar que nada mas lejos de la realidad, todo lo contrario. Nos lo lanza como un guante en un duelo. Aquí está esta es la cultura de la violación, asi reaccionan la mayor parte de los seres humanos y estas son sus pésimas excusas. ¿Qué vas a hacer al respecto?

‘Una joven prometedora’ es la película más oscura que pudieras imaginar, por eso contrasta enormemente con su puesta en escena. Lo mismo te baña en dulces tonos pastel que siempre están presentes en las manos de la protagonista, en que reverberan una casa sacada de otra época que nos oprime y recuerda con sus clichés cual era el lugar de una mujer en el mundo. Todo ello en un bien engarzado juego de opuestos que te hace querer salir de tu piel con unos brillantes morados y rojos de discoteca y decadencia que necesitamos para generar ese ambiente sórdido en el que en realidad vivimos.

Son, o así pareciera, un reflejo de los infinitos estados emocionales en los que vive nuestra protagonista. Esa paleta de color cambiante representa quien es Cassie y que vida anhela. En la mezcla de tonalidades y brillos viven sus emociones y son los flashes de luz que bañan las escenas los que muestran sus verdaderos sentimientos.


Para completar, la que es una cinta redonda, debemos mencionar su banda sonora. Un trabajo acertado en todas las fases de la historia. Con ella ese vibrante color toma forma, nos tensiona y relaja, nos prepara para lo que está por venir pero a un mismo tiempo nos sorprende con la guardia baja. Está compuesta de clásicos que resuenan con una nueva y pegadiza forma en tu cabeza, así como de creaciones recientes escogidas a la perfección para ilustrar la carga dramática que en todo momento lleva sobre sus hombros la protagonista.

La historia base de venganza puede que la hayas visto antes, no pretenderemos que es novedosa en ese aspecto, pero si lo es en darle a un thriller con todas las de la ley un tono de urgencia que dice: ‘El problema es de todos’, dejando tras de si una obra magistral en edición, montaje y fotografía. No puedo esperar a ver lo siguiente que nos trae el atrevido genio de Emerald Fennell.
Para MagaZinema.es
4.4/5
Ygorla
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9
6 de julio de 2020
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
A día de hoy son tantas las producciones que inundan el mercado que es verdaderamente complejo estar al tanto de todo lo que ocurre y se estrena. Es por lo tanto necesario seleccionar, y muy bien, que ver. ‘Normal People’ es esa serie que no solo NECESITAS VER, sino que, además, recomendarás encarecidamente una vez acabes.

La serie está basada en la obra homónima de Sally Rooney, un bestseller que narra, tal y como pasa en la ficción televisiva la historia vital de dos jóvenes irlandeses, Marianne (Daisy Edgar-Jones) y Connell (Paul Mescal). Su relación nos llevará a adentrarnos y a recorrer junto a ellos ese emocionalmente conflictivo, honesto, crudo y emocionante camino que es el primer amor.



Una historia de amor real, con sus muchos más bajos que altos y sobre todo llena de pasión gracias a unos diálogos en los que todos nosotros podríamos sumergirnos sin dudarlo y con una presencia del sexo que desborda todas nuestras expectativas. El sexo evoluciona con sus personajes, madura y torna en mil matices conforme sus personajes se conocen y por supuesto cambian.


Una historia que comienza en plena adolescencia, dejándonos ver la enorme fragilidad existente en los egos y mentes a esta edad y que nos lleva, casi sin darnos cuenta, a través de la juventud de sus protagonistas a pasear por los pasillos de la universidad mientras redescubrimos, a la par que lo hacen ellos, los sentimientos enterrados y abandonados por miedo a volver a ser heridos.

Pero lo mejor, sin lugar a dudas, es la bella representación que se ofrece de los personajes principales. Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal se comen la cámara, no puedes dejar de mirarlos, captan nuestra atención con su jovialidad, con su tristeza melancólica, con su pasión y sobre la pausada cadencia de sus voces.

Los diálogos entre ellos, se den en el momento en el que se den, son brutalmente honestos y acertados. Se perciben las dudas e inseguridades en sus miradas y gestos. Uno de los grandes logros de ‘Normal People’ es que transmite en cada fotograma la tensión, ansiedad y felicidad de sus personajes.


El éxito de esta serie subyace en, tal y como, anuncia su título, gente normal. Son vidas que bien podrían ser las nuestras, o al menos fragmentos o experiencias vividas, y se presentan de forma tan cuidada y magistral que nos hace quedar prendados y deseando más.

Nuestros protagonistas conectan en el momento más vulnerable y complejo. Un momento vital en el que conforme somos dejamos de ser. Una fase en la que mientras nos inventamos cambiamos por completo, y con ese cambio, cambian nuestras percepciones y sentimientos, al menos la gran parte.

En ese cambio vital se hila la atracción entre ambos. Una atracción que es amor, desamor, pasión, inseguridad y traición a un mismo tiempo. Algo tan real como la vida misma.


Como marco y telón de esta historia tenemos una pequeña localidad del condado Sligo así como la ciudad de Dublín. Sus tonos ocres nos pasean por playas infinitas y sus grises por incesantes días de lluvia que suelen acompañar al humor de sus protagonistas.

Pero, ¿Quienes son Marianne y Connell? ¿Cómo se nos presentan por vez primera? A primera vista ambos personajes solo comparten clase en el instituto al que asisten, pero una vez pasamos esa primera impresión y entramos en la intimidad de sus hogares vemos que están ligados por algo más. La madre de Connell trabaja limpiando en la casa de Marianne. En este momento vemos como los lazos son más amplios y fuertes de lo que pensábamos.

Las figuras maternales son diametralmente opuestas, casi como pasa con Marianne y Connell. Mientras que Connell es atractivo, atlético y admirado entre sus iguales, pero muy, muy reservado. Por su parte Marianne es una joven sarcástica y muy inteligente que por su peculiar personalidad vive aislada del resto de gente de su edad.


La madre de Marianne, interpretada por Aislín McGuckin, es la viva imagen de una persona arrollada por la tristeza y la decepción, mientras que Lorraine (Sarah Greene), la madre de Connell es la representación de una madre que adora a su hijo pero que no idolatra.

Es fascinante ver las dinámicas familiares y cómo éstas afectan enormemente a las acciones y palabras de los protagonistas. El hecho de que estén ligados a nivel familiar añade matices muy interesantes.

Marianne y Connell somos todos nosotros, o mejor dicho, han sido alguna vez nosotros. StarzPlay acierta de lleno con ‘Normal People’ porque es capaz de hacernos recordar y empatizar en todo momento con una mezcla de sentimientos agridulces que resurgen de nuestro yo más profundo en un momento para luego regresar a su lugar al final de la serie.

Nota 4 sobre 5
Crítica para www.magazinema.es
Ygorla
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