Rollazo insoportable de historia patriótica y ampliamente católica, con una Rivelles dejándose los pulmones intentando parecer la heroína -y por consiguiente la actriz- (el demérito de lo cual atribuyo al director, no a la susodicha) y un argumento que "algún desprevenido" ha considerado un canto a la libertad... Estamos listos.

No se debe perder el tiempo con este exíncastillos envuelto en las brumas de ideología franquista. Recomiendo, en cambio, las excelentes comedias de este mismo director, así como la obra mejicana de la protagonista.

De nuevo tenemos aquí a los monos de Köhler haciendo de las suyas. Los personajes no tienen entidad ni doblez, no piensan, no se expresan, no se explican; son todos retrasaditos, puro decorado. Bueno, todos no, porque está la madre: El director le da tres frases importantes que dejan ver a las claras que ese, ESE era el tema del drama y no la chorrada que nos están contando; incluso el padre, sin frases destacables, es un personaje digno de desarrollo.
Pero no. El director sabe que está filmando un detritus comercial con actores de moda, y creo que se venga en el espectador de su propia cobardía para filmar un verdadero drama (sobre la madre, sobre el padre) convirtiendo a los protagonistas en monos que se mueven por instinto. Pues doble cobardía, señor La Cava; quédese con su película y que la disfrute en el infierno.

Estamos en el siglo XX, y el texto, que no tiene más de dos o tres frases interesantes en toda la obra, deja ver bien a las claras su simpleza acomodaticia: Una obra insultante para la clase trabajadora y humillante para las mujeres. Apunta de paso que en la clase trabajadora la mujer es despreciable (aunque no lo denuncia, sólo lo acepta y lo paga) y que sin embargo un hombre puede sobreponerse a su clase siempre que sea a través de los americanos (con lo que añadimos la xenofobia). Todo muy edificante.
En el s. V antes del tal cristo ya existían obras feministas (y en el XVIII y XIX ni te cuento), como la Antígona, por citar una muy conocida, y la irrelevancia absoluta de la clase social para juzgar la probidad, la inteligencia, el empuje, y mucho menos la felicidad (y os recuerdo que la vida humana dura como mucho mucho ochenta años de media) es incluso anterior a su propia definición, la de "clase social".
En fin, un texto cobarde y superficial, con interpretaciones ajustadas al texto (los protagonistas están francamente lapidables), y, vaya por los catalogadores de FA, una COMEDIA de toda la vida. Lo de catalogarla como drama viene a ser un apoyo a los mismos insultos que supone la propia película