Algo que descubrí tras muchos años de actor (y que después dirigiendo se lo he dejado muy claro a los actores con los que he tenido el placer de trabajar) es que si una situación, una escena, es ya de por sí graciosa, por extraña o rocambolesca, los intérpretes nunca deben intentar hacerla más graciosa.
No hay cosa más patética que unos actores intentando hacerse los graciosos.
De esa forma lo único que consigues es que la comedia dé paso al ridículo. Se convierten en payasos (con todos mis respetos hacia tan magna profesión como es el clown) sin gracia.
Y eso es precisamente lo que le ocurre a la última película de Spike Lee.
Así no, Sr. Lee.
Lamentable.
No sólo no me gustó, ni me reí en ningún momento, sino que incluso me cabreé.

No esperaba nada de ella y bueno, no es que me pareciera una maravilla, pero tiene un par de cosas salvables. Lo primero, un guión resultón que, como la vean los americanos, seguro que les compran los derechos para hacer un remake; y en segundo lugar, la absoluta falta de complejos a la hora de decir “vamos a hacer nuestro primer largo”, aunque transcurra todo en una casa y no tengamos apenas presupuesto.

Sencillamente:
MAG-NÍ-FI-CA
Simplemente:
BRU-TAL
Así es “Overlord”.
Si no tenéis ni idea de qué va, no leáis nada sobre ella, no veáis ningún trailer.
Así os sorprenderá más.
Esta mañana en una de mis sesiones matinales solitarias (otra vez estaba nada más que yo en la sala, qué placer) he disfrutado de la mejor peli de género grindhouse en años.
Literalmente me ha teletransportado a mi adolescencia, cuando en las matinées de los domingos veía películas de ese tipo.
No hablo más. No digo más.
Un consejo: Si os gustan esta clase de pelis, id a verla al cine. Su diseño de producción en cuanto a sonido es apabullante en una sala con un buen equipo.
Buah, una pasada!!!

El corto lo he visto subtitulado porque está rodado en marroquí. Esto no es una crítica. Soy de la opinión de que las historias se deben de contar en el idioma que requieran. Una de las cosas que más me chocó el otro día, viendo ‘Jojo Rabbit’, fue que estuviese contada y rodada en inglés y no en alemán.
Bueno, volviendo al corto... me ha resultado mediocre. Y, aunque fuese cortometraje, pasaba de los quince minutos, y además con un ritmo tedioso y lento. Se me ha hecho muy cuesta arriba su visionado y, si este es uno de los cortos nominados a los Goyas, no quiero ni imaginarme como ha sido la cosecha de este año.
Aunque, por otro lado, puedo decir que a lo largo de este año he visto muchos cortos españoles que eran mucho mejores que éste, al menos más entretenidos, y que merecían muchísimo más haber estado ahí entre los finalistas también. Pero bueno, ya se sabe... el rollo este de los premios va así y, si juegas, pues tienes que atenerte a sus reglas.

La idea, la propuesta, me parece original, pero creo que está mal desarrollada, porque en el guión ocurren tantas cosas inverosímiles, y los diálogos y la forma en la que hablan los personajes son tan poco creíbles (sobretodo para un niño de 5 años, que utiliza palabras que no puede conocer de ninguna manera), que no me la creí en ningún momento. Ganó bastantes premios en festivales importantes, y me consta que es un remake de otra película que también ganó en bastantes festivales, pero para mí jugó una baza equivocada que influye mucho en que me guste o no me guste una película. Si la suspensión de la incredulidad requiere por mi parte un esfuerzo muy muy grande, porque se han saltado a la torera una regla básica del cine como es la de usar diálogos creíbles que no suenen literarios ni impostados, entonces apaga y vámonos. Ah, y la manía de poner a Maggie gyllenhaal como alguien bello y deseable en muchas de las películas que ha protagonizado, siempre me ha parecido un error. Es una gran actriz, pero a mí nunca me ha resultado atractiva.