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España España · Madrid
Críticas de Charles
Críticas 1,065
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
6 de febrero de 2015
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí otra de esas historias.
Como 'El Llanero Solitario', o 'John Carter', que no nacieron para ser alabadas por la crítica (bastante injusta) ni por el público general (que me da va a ser bien escaso).
No. Esta es otra de esas historias que quizá disparará la imaginación de algún niño que por casualidad vaya a verla, o quizá luego ganará en la memoria de algún espectador despistado que fuera a verla en su momento.

Una 'space opera' con todas las de la ley, con sus mundos imposibles, sus criaturas inimaginables, sus naves megalíticas y el espacio, nunca más profundo y poblado.
Alabaría la enorme imaginería fantástica que los Wachowskis ponen en pantalla, sin restricciones de ningún tipo, porque más de una vez parece estar viendo una de esas portadas de revista fantástica, que prometían en las páginas interiores una historia grande como la vida, una que nos hiciera soñar con el espacio.

Admitamoslo, como personajes, tanto Júpiter Jones como Caine Wise rozan el esquematismo puro y duro (Han Solo hay uno y no más) pero funcionan en su soledad compartida, que solo esa búsqueda intergaláctica podrá arreglar.
La clásica historia del héroe que parte en su viaje para descubrirse a si mismo, encontrar su lugar en el mundo y salvar la galaxia, que no está de más. Ella, una inmigrante sin lugar al que pertenecer, y él, un licántropo sin manada a la que volver, como no, tendrán que encontrarse mutuamente en su aventura.

Lo cierto es que la aventura domina, pero deja detalles: esa velada crítica a los poderosos y sus obsesiones (representada en un Eddie Redmayne que, os lo digo yo, se lo pasa pipa en su papel de villano inquietante), la tímida afirmación de que el sistema dispone qué vidas valdrán más que otras, esa fauna fascinante en forma de humanoides animalescos, la ciudad-fábrica oculta en las brumas de Júpiter, y una algo desencantada visión de el viaje del héroe.
Tanto Júpiter como Caine casi dejan que les arrebaten lo que más desean en favor de lo que creen desear, y es en esos momentos de duda, de apostar todo a una sola carta, donde realmente comienza la épica, porque el corazón tiene razones que ni las clases sociales ni el universo podrán comprender.

Probablemente, y pese a sus hallazgos, 'El Destino de Júpiter' no pasará a la memoria colectiva.
Aunque este hecha de esa materia de héroes que luchan por la causa justa en mundos nunca antes vistos, esa materia que ha configurado muchos rincones de la cultura popular, y muchos recuerdos juveniles.

Nos hemos vuelto cínicos, el espacio está vacío para nosotros.
Pero el heroísmo sigue existiendo. Y la nostalgia también.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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6
2 de febrero de 2015
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El eterno misterio de a quién le pareció buena idea cambiar el evocativo y directo 'Fury' a un telenovelesco 'Corazones de Acero'.
Quizá alguien de la distribuidora pensó que ese título con Brad Pitt en cartel podría ser el peliculón para las que acudan al cine buscando a un tipo guapo en la peli y ya, pero lo cierto es que creo yo que se van a quedar más impactadas por ver a un tipo asestando puñaladas a traición en la cara de otro y no llegarán a ver la parte en la que Brad se quita la camiseta (que no falte, cumplamos el tópico).
En fin, marketing, nunca sabremos como funciona.

Lo cierto es que en 'Fury' no hay nada de postal y heroísmo blandengue, no: en 'Fury' hay suciedad, orina, sangre, piel y hedor. Hay balas, hay traiciones, hay puñetazos al alma y desalmados, hay tiros certeros y carnicerías terribles.
Nada más y nada menos, hay Furia, mucha mucha furia.

Es el tanque que da nombre a la historia una suerte de espacio imaginario para sus personajes: su sustento, su casa, su último bastión.
Dentro del tanque, está la casa que nunca tuvieron, fuera, la dura realidad, una Alemania que cual dragón herido, no se iría sin luchar ni desatar todo el daño del que fueran posibles sus mermadas fuerzas.
Cabe destacar que los hombres brutales que no dejan a Berlín rendirse no están solos, les acompañan todos los hombres brutales que quieren a Alemania rendida. No es que no haya ni buenos ni malos, simplemente, solo hay auténticos hijos de perra.

No hay heroísmo porque la situación nunca lo provocó: tras la foto victoriosa están cadáveres de hombres, apilados uno encima del otro, eliminados en nombre de alguna patria que a nadie le importa, algunos de ellos ni siquiera habían empezado a afeitarse, y su carne chamuscada revela que fueron víctimas de un ataque a traición.
No hay enfrentamientos tampoco, solo supervivientes, que si tienen suerte irán a casa para tener pesadillas de guerra el resto de su vida.

Norman llega al 'Fury', al Chacal y a su tripulación.
Donde Norman mira con ojos de cordero, la tripulación del tanque no tiene miramientos, por lo que el aprendizaje es duro y penoso, sumando a que Norman no sabe si en cualquier momento un disparo perdido acabará con su vida. Es decir, viviendo en la manda de lobos rodeado por lobos.
El ecuador de la historia marca el punto de inflexión: en un alto al fuego en un pueblecito alemán, Chacal se rebela como un tipo de gustos sencillos, al que Norman inspira simpatía (quién sabe si porque le evoca a una persona largo tiempo desaparecida), y es aquí donde Brad Pitt saca a relucir músculo interpretativo dando carne a un hombre cansado, sin esperanza, pero que al contrario de consumirse lleva esa falta como una medalla, y se ve como carne de cañón en las páginas de la Historia. El no sueña con una gloria que nunca llegará, solo es alguien que, como un trabajador, va todos los días al frente y se ensucia las manos (su "han muerto miles, y será necesario que mueran unos cuántos miles más para acabar la guerra" habla mucho por él).
Pero ve en Norman algo, una humanidad, un resquicio, no está todo perdido para el muchacho, todavía puede volver a casa y pensar que todo fue una pesadilla.

Dos matices se construyen: Norman endureciendo su coraza y Chacal (y por extensión, su tripulación) salvaguardando su humanidad, quién sabe si a lo mejor podrá contagiarse de ella.
Y lo que podría haberse convertido en tópico en medio de las tripas y el silbido de las balas, se torna en una llama que proteger, algo por lo que luchar.

Si algo expone orgullosamente 'Fury' es que, hasta en los momentos más adversos, en el rincón más oscuro de la más oscura cloaca, aún ahí hay cierta esperanza.
Hay muchas cosas malas y despreciables, pero pese a todo aún se puede encontrar una razón. Y eso, no solo es lección de narrativa, es lección de vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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6
2 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Individualidad, preciado tesoro.
Verse reconocido como motor, y no como herramienta, es un objetivo diario.

Simon James es sin duda una herramienta, un tipo dubitativo, apocado y constantemente superado por circunstancias ajenas, mientras que James Simon es el motor, arrogante, desprejuiciado y muy por delante de su reflejo inverso.
Lo curioso de su relación es que no se vive en un estado de rivalidad, o no se debería concebir así: más bien solo es la ley del más fuerte, bajo el prisma de esa jungla-ciudad que amenaza con devorar a todo aquel que no salga a la calle preparado.

Richard Ayoade concibe una ciudad opresiva y viciada, rectangular y completamente ceñida a unas normas, unas malditas y recalcadas normas.
Nada se hace sin motivo, nada se acomete sin razón, no hay lugar para la duda o la falla, todos servimos como carne de cañón.

Es asfixiante por su concepción del espacio (y de la mente), pero también por la tímida predisposición de Simon: cualquiera que le vea en sus torpes intentos de entablar relación con su encantadora vecina creerá que realmente ese tipo se merece toda la mala suerte del mundo.
Así actúan los demás personajes y las cada vez más retorcidas situaciones que se suceden, como si fueran una fantástica jodienda al individuo, a la propia individualidad separada de la masa, el pobre Simon James.

El colmo es James Simon, claro, que no solo le roba la cara y el carisma, sino que además le roba su objeto de deseo.
Sobrevivir en la jungla teniendo que ganarme el pan bien, sobrevivir teniendo que ganarme los gestos, de eso nada. Aunque hay un siniestro toma y daca, de aceptación, cada uno en su lugar, antes de que se den cuenta de que ambos tienen el mismo asiento reservado y deben pelear por el sitio.

'The Double' es mezquina, manipuladora, incómoda.
La historia de un incómodo hombre en no una menos incómoda ciudad que parece cambiar de forma a cada espacio, contando una situación incómoda: el robo de lo que se nos tiene asignado solo por existir.
Por eso oscila violentamente entre la comedia más negra y el terror más visceral, porque no hay situación más ridícula y sin embargo más inquietante que descubrir que, simplemente, no tenemos lugar. Y porque nos gusta pensar que somos bastante únicos.
Charles
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8
2 de febrero de 2015
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Películas "de miedo" hay muchas. "De terror", bien pocas.
Normalmente se distingue las segundas de las primeras por sus temas: anclados en la realidad, frutos de la mente humana. Recovecos de nuestro subconsciente que nos recuerdan que, más de una vez, el enemigo nos atenaza desde dentro.

'Babadook' se abre como una fábula perversa sobre el monstruo, el hombre de saco.
Viene en nuestra hora de necesidad, se alimenta de nuestros mayores temores y se hace fuerte en nuestra imaginación. Su sombrero de copa y manos alargadas (magnífico diseño, hundiendo las raíces en Mélies y Caligari) asomando en la oscuridad son el aviso de que hemos vuelto a llamarlo.
¿Llamarlo? Sí, porque una vez más, le hemos llamado. Hemos dejado que se instale, que se pasee por donde quiera y revuelva a placer. No hay terror más visceral que aquel que, sin darnos cuenta, ya hemos dejado entrar.

Es Amelia quien le ha dejado entrar, como salvavidas de una vida miserable, asediada por los recuerdos del pasado e incapaz de perdonarse a si misma.
La radiografía de la decepción vital que hace la historia no debería subestimarse: evitando cargar las tintas, se va llenando el espacio de esos incómodos momentos sociales (el trabajo insatisfactorio, la maternidad que no cesa, la soledad que se arraiga...) que a más de uno se nos atragantan cuando nosotros mismos no encajamos en ese orden, tan cuadriculado y perfecto, tan rígido y odioso, un simple trauma basta para desestabilizarlo y por eso se rechazan, debes ser como los demás (el yugo del trabajo perfecto, la vida sentimental solucionada que no satisfactoria...).
A todo eso, el Babadook tiene la respuesta. No implica que a Amelia le vaya a gustar.

Su hijo Samuel ve la llegada de ese ser implacablemente, y se prepara contra él.
Mis felicitaciones por haber creado un niño increíblemente odioso sin querer redimirle de ninguna manera, hay veces que los niños pueden ser así, como un grano en el culo que apetece extirpar de una vez por todas.
Vemos cada diminuto detalle de molestia de Samuel amplificado a mil por esa falta de sueño y de ganas que caracteriza a Amelia, y porque a veces ser madre no es ningún regalo. Y sin embargo, 'Babadook' encierra una reflexión sobre la maternidad tan sincera como desarmante: aún a pesar de todo, esos locos bajitos pueden tener más de una vez la respuesta, y pueden querernos más de los que les queremos nosotros a ellos.

En el fondo, la historia de Babadook es doblemente aterradora, por el monstruo que va infectando cada rincón de la decepción, pero sobre todo por el entorno urbano fruto de esa decepción.
La casa de Amelia es solitaria, demasiado vacía, arrancada de unos recuerdos felices que nunca volverán, y así se nos recuerda en cada plano sostenido de Amelia frente a la teletienda de madrugada, dejándola cada vez más acorralada, más propensa a pensar que la vida se ha cebado injustamente con alguien que no lo merecía (y merece menos el abandono posterior).

Aún con ello, 'Babadook' construye un mensaje sorprendentemente optimista: la felicidad, o el poder correr tras ella, se puede encontrar para (o pese) a nosotros mismos.
El monstruo seguirá durmiendo bajo la fachada. Pero eso no tiene por qué estropear el día.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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7
26 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La comedia romántica americana se quiere hacer mayor. El lejano eco de '500 Días Juntos' se queda, día tras día, pisoteado por la nueva película de la actriz de culebrón de turno, que hacen más mal que bien entre el público que espera ver historias veraces en pantalla.

'Amigos de Más', en ese sentido, es un glorioso paso adelante, pues, por una vez, no hay ni buenos ni malos.
Wallace podría ser un oportunista deprimido, Chantri una cínica hipócrita, su novio Bruce un idiota infiel, el amigo de Wallace, Allan, un asqueroso estúpido, y la ex-novia de Wallace una perra cualquiera.
Pero no: la historia decide ser inteligente y añadir el agradecido matiz gris en las relaciones entre todos los personajes, nadie es demasiado bueno ni demasiado malo, solo son personas tratando de buscar su hueco.

Y es ese hueco, la maldita estabilidad sentimental, que no se concede a ninguno de ellos, pero lo que más llama la atención es que no hay sensación de que los personajes llegarían a tener la historia que tienen sino fuera porque la vida dispone ella sola los obstáculos.
Es responsabilidad de Wallace y Chantri llegar a tener algo juntos, pero nada habría pasado si Bruce no llegara a irse a trabajar lejos, y, incluso, si la hermana de Chantri no le llegara a resaltar todas las bondades de Wallace. Un pequeño recordatorio de que, sí, las relaciones son cosa de dos, pero también del momento, de las circunstancias y en general, del mundo entero, que a veces parece apoyarlo y otras veces lo rompe casi sin querer.

Es esa valentía, poder decir que la vida no es perfecta y que todos buscamos nuestro pedacito de felicidad en ella, la que la diferencia de otras y sin duda va cavando, sin que nos demos cuenta, cierta huella tras el visionado.
Parece que hasta hay un arriesgado mensaje de que las relaciones a distancia no sobreviven sin tropiezos, y eso desde luego choca con la visión idealista que siempre se quiere tener al otro lado de la pantalla, de "amor contra el tiempo y el espacio".

'Amigos de Más' se diferencia porque podía, en demasiadas escenas, ser tu comedia romántica perfecta, de postal, bonita hasta el extremo y no ser difícil.
Pero ah, es que lidiar con el amor y los afectos es difícil. Seremos humanos, para bien o para mal, pero un huequito de felicidad merece la pena ser luchado.

"El amor es sucio, a veces incluso asqueroso."
Charles
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