Sin duda el film mejor construído de Kitano en torno a su especial fijación por la "yakuza". La película cuenta con un sólido guión, que remarca el papel de la mafia como ente corrupto de una sociedad cada vez más estratificada.
La película, rodada en inglés y japonés, es un guiño a la multiculturalidad interracial, en donde el propio Takeshi ejerce como lazo de unión entre Japón y EEUU, al ser un yakuza huído del hostil país oriental, amenazado por las crecientes bandas, llegado a norteamérica para buscar refugio con su hermano menor, un traficante de poca monta, que la brutalidad de Takeshi convertirá en uno de los narcos más importantes de la ciudad.
El film es fiel al estilo Takeshi: violencia y sangre descritas con ese estilo poético (dotando de una inmensa calma escenas de cruel violencia) tan descriptivo del director.

Film que se puede acuñar bajo el género del drama, que sin embargo a medida que trancurre metraje llega a lindar con el terror.
Los hechos acontecen en una inmensa casa solariega de la campiña inglesa (rodada en Cambridge) a la cual llegan dos hermanos huerfanos, para vivir con su pariente más cercano, un primo que pasa largas temporadas en Londres, por lo que la mayor parte del tiempo los niños pasan sus día con la única compañía de su niñera, la institutriz y un tosco jardinero (Brando), con el que traban una especial relación, que los llevará a considerarlo un modelo, para desarrollar sus pautas de comportamiento... sin embargo el modelo no resulta ser el adecuado.
El film contiene torridas escenas que reflejan la pasional relación entre Beacham y Brando, que anticiparían un poco el papel desarrollado por este útimo dos años más tarde en la exitosa y polémica "El último tango en París".

Interesante muestra a caballo entre el thriller y el cine negro, que cuenta con una gran pareja protagonista como son una ya madura Stanwick y un Burt Lancaster que comenzaba por aquel entonces su exitosa carrera. Sin embargo no parecen derrochar química adecuada entre ellos, dejándo un poco decepcionado al espectador con ganas de ver ese interesante duelo interpretativo. Por lo demás la película convence bastante, que con un sólido guión consigue captar la atención del espectador hasta el instante final de la misma.

A la vista de productos como este nos damos cuenta de que corren malos tiempos para la comedia en el cine, una alarmante de escasez de ideas y burdos guiones provocan que las únicas risas del espectador sean producidas ante el pobre bagaje demostrado por dichas películas. Y es que en ese caso todo el humor gira entorno al sexo, con comentarios soeces y carentes de gracia y secuencias absurdas que dejan al estupefacto espectador con la duda de si realmente este es el cine que se demanda hoy en día.

Expuesta a modo de flashback, los hermanos Taviani nos traen una cruda historia basada en la segunda guerra mundial. Un duelo fraticida entre los camisas negras partidarios de Mussolini y pobres campesinos toscanos, que merodeaban por los campos de trigo, a la espera de la ansiada llegada de los aliados americanos. Una historia de barbarie y miseria, contada a través de los ojos de una pequeña niña de seis años, triste víctima de una masacre que nos muestra lo más repugnante de la condición humana.