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Críticas de Cinemagavia
Críticas 3,959
Críticas ordenadas por utilidad
6
8 de octubre de 2018
34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puntuación: 6,5

El sello Amblin

No puede haber mejor logo para la productora Amblin Entertainment que la icónica imagen de Elliot y E.T. surcando los cielos en la bicicleta. Porque ese momento es sinónimo de aventura, fantasía, imaginación y juventud, elementos que se pueden encontrar en el grueso títulos de la compañía fundada por Steven Spielberg, como “Los Goonies” (1985), “Regreso al futuro” (1985), “Parque Jurásico” (1993), “Casper” (1995), “Monster House” (2006), “Las aventuras de Tintín” (2011) o la reciente “Ready Player One” (2018).

La casa del reloj en la pared es la nueva aventura juvenil con el sello Amblin, el salto a la gran pantalla de la novela homónima de John Bellairs, autor que se especializó en la literatura gótica juvenil.

Nostalgia libre de guiños

Afortunadamente, no nos encontramos ante el enésimo intento de lanzar una franquicia cinematográfica basada en una saga literaria juvenil; esa moda ya pasó por acumulación de fracasos. En cambio, La casa del reloj en la pared se enmarca dentro de esa nueva tendencia de revalorizar el cine de los 80 y 90, pero no a base de acumular guiños, homenajes y referencias a películas míticas; lo que adopta como propio de aquel cine es el sentido del espectáculo dirigido a toda la familia que no renuncia al terror ni a temas dramáticos por miedo a que los niños no vayan a pegar ojo por la noche.

La larga experiencia de su director, Eli Roth, en el cine de terror más gore y explícito (“Cabin Fever”, “Hostel”, “Green Inferno”…) confiere a la película de un toque macabro que le sienta francamente bien.

Cate y Jack la extraña pareja

Aunque la trama de la película no sea tan original como el planteamiento del misterio sugiere, los referentes que van surgiendo a lo largo del metraje son buenos: un poco del toque mágico de Harry Potter, otro tanto la ingenua picaresca de “Matilda” (1996), la elegante, gótica y detallista dirección artística de “Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket”, el vínculo de admiración mutua entre profesor y aprendiz de Steven Universe…

Jack Black y Cate Blanchett conforman una extraña pero efectiva pareja de mentores; él se está especializando en este tipo de cine fantástico y familiar que cada vez se le da mejor, y ella, en fin, transmite misterio, fortaleza, sentimiento maternal y tristeza como ella sabe hacer tan bien. Ambos amparan al joven protagonista, Owen Vaccaro, tan tierno como entrañable, pero cabe señalar también lo bueno que es Sunny Suljic, visto en “El sacrificio de un ciervo sagrado” (2017), que aquí da vida al amigo interesado de turno.

Conclusión

No tengo sobrinos, pero si los tuviese, les llevaría al cine a ver La casa del reloj en la pared sin lugar a dudas. Porque es una película para todos los públicos que no trata a las familias ni a los niños como tontos, cine de palomitas y refresco altamente disfrutable, y además reivindica las familias no convencionales y la extravagancia como modo de vida.

Le falta un poco más de personalidad para trascender y convertirse en un referente del género, pero como experiencia fílmica de espíritu añejo resulta curiosa e insólita… aunque no termine de aprovechar el inquietante y molesto tic-tac de los relojes que habitan en la casa encantada en la que se ambienta la historia.

Escrito por Jorge Blanch
https://cinemagavia.es/la-casa-del-reloj-en-la-pared-critica-pelicula/
Cinemagavia
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8
18 de agosto de 2018
32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El detalle salvaje

Hace algunos años, los directos de cine Ben y Josh Safdie conocieron a Arielle Holmes, una habitante de la calle y adicta a la heroína a quien ayudaron a dejar sus malos hábitos mientras que la asesoraban para que escribiera sobre sus experiencias. Lo que Holmes escribió acabó por convertirse en “Heaven Knows What” (2014), la opera prima de los Safdie protagonizada por la misma chica que se encontraron en las calles de New York. Es muy interesante y arriesgado lo que hicieron estos hermanos, pero también lo es la fórmula que trajo Bart Layton con American Animals.

Layton plantea en su película una serie de entrevistas con cuatro ex convictos mientras que va narrando la historia de cómo terminaron en la cárcel. El viaje está en constantes cambios temporales que ayudan a darle más profundidad y capas a los personajes. American Animals no sólo le cuenta al espectador que existe basándose en hechos reales, sino que mezcla la dramatización de lo ocurrido con los relatos de las personas que lo vivieron.

Una salvajada de Layton (quien ya había dirigido varios documentales en su carrera) pero que funciona muy bien en la pantalla, en parte gracias a qué los actores supieron encajar con lo que se les planteaba a través de este ejercicio de representación.

¿Ejercicio de representación? Sí, es que American Animals es eso, una representación de lo ocurrido por allá en 2004 en la Transylvania University (Kentucky, USA) no pretende ser una glorificación de la figura de los ladrones, ni tampoco juzgarlos y llevarlos a la hoguera, simplemente quiere contar mezclando las perspectivas de los involucrados. La cinta de Layton acostumbra al espectador rápidamente a la narración simple en cuestiones morales, pone en conocimiento de este que no verá una historia redentora, sino un crimen contado por sus perpetuadores.

*American Animals y el dinamismo

Es muy importante destacar que American Animals sabe manejar muy bien la estilización, todo se hace de manera que el espectador no sea ajeno a ello, ya sea un montaje acelerado con hard rock de fondo o un plano secuencia interrumpido por un personaje cual director de la cinta.

De entrada, nos encontramos con una situación que luce peligrosa y extraña, pero la cinta se tomará su tiempo para revelarla del todo, un tiempo en el que la edición y los diálogos se encargaran de crear atmósferas casi de participación para el espectador mientras todo se va desvelando en un clímax cargado de emociones fuertes.

American Animals es una película que explota la sobre explicación, pero no se siente frenada por este elemento, sino que ayuda a darle aire al relato. La presentación de personajes puede ser un poco larga, pero se justifica con lo que vemos pasada la primera hora, y reitero: todo se hace de manera muy fluida, incluso en ese primer plato del menú que nos tiene preparado la película.

Una cinta que juega durante todo el metraje con el espectador de manera innovadora y con versatilidad para adaptarse a lo que el momento necesite, brusca por momentos y pausada en algunos escenarios, American Animals es una emocionante experiencia audiovisual.

*Un punto de confusión

Algo que creo que se puede malentender en el largometraje de Layton es su intención, ya se dijo antes que no pretende dar prestigio a los involucrados, sino contar lo sucedido, pero este ejercicio de recreación y más en el lenguaje cinematográfico se requiere de espacio emocional y momentos para empatizar con los personajes a través de sus situaciones.

Esto puede llegar a ser confuso, porque el espectador sentirá la mano del creador audiovisual y guionista indicándole sentir pena por los muchachos ladrones, pero la cinta no hace más que contarnos las versiones sin suavizar los momentos más bruscos de sus métodos, cada quién puede elegir cómo sentirse al respecto.

Warren (Evan Peters) era algo así como el líder de esta improvisada banda y lo vemos recitar un discurso sobre el hambre, pero no vuelve jamás a esto, es un personaje hipócrita e ingenuo, pero también es simpático y amable, sufre por el divorcio de sus padres, pero desaprovecha su beca universitaria, es ambiguo en muchas situaciones, no es malo ni bueno, tan sólo es él, contando por él mismo varios años después.

Así que no, Bart Layton no escribió esta película para justificar lo sucedido, sino para darle matices a través del relato de todos los involucrados en este asalto.

*Conclusión

American Animals es una película que sabe manejar los tiempos y dar espacio a sus personajes (reales y ficticios) para que tengan variedades emocionales. También es un ejercicio brillante de recreación ficticia mezclado con entrevistas de formato documental. Bart Layton hizo una gran cinta con muchas facultades desde lo técnico y con un subtexto pertinente y que late muy fuerte en una era donde el reconocimiento lo es todo con el auge de las redes sociales.

Escrito por Andrés Tejada

https://cinemagavia.es/american-animals-pelicula-critica/
Cinemagavia
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8
1 de diciembre de 2019
31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El retrato siciliano

Sicilia es una parte peculiar de Italia, posee su propia cultura con tradiciones antiguas muy arraigadas que son sagradas para ellos y con un lenguaje propio que dista bastante del italiano corriente. Durante la primera hora de metraje, y con el fin de comprender cómo se desarrolla la intrahistoria de los principales integrantes de la mafia palermitana, Bellocchio nos introduce en sus vidas y nos define a un pueblo y no sólo a una organización criminal.

Una bellísima escena inicial, celebrando la fiesta de Santa Rosalía, patrona de Palermo, nos muestra cómo se festeja la paz entre la vieja mafia palermitana y la nueva mafia corleonesa en un ambiente recargado y decadente que hace visible la violencia que está por llegar.

Nos situamos a principios de los años 80, momento en el que Palermo se erige como la capital mundial de la heroína y donde comienza una guerra entre mafias por el control de la droga. El núcleo será Tommaso Buscetta, un simple soldado con grandes amistades entre la directiva de la mafia palermitana, acompañado de su tercera mujer y de algunos de sus ocho hijos.

*La traición

Buscando evadir los problemas que previsiblemente estaban por acontecer decide marcharse a Brasil y actuar en la distancia. Desde allí asiste impotente a la muerte de dos de sus hijos y de un hermano en Palermo. Arrestado y expatriado a Italia por la policía brasileña, tomará la decisión que cambiaría el curso de Cosa Nostra para siempre, se dispone a sentarse con Giovanni Falcone para declarar, traicionando así la omertá y rompiendo el silencio que lo mantenía ligado a la mafia.

Se muestra a un Falcone demasiado plano aun con la relevancia histórica que posee su nombre para Italia, tal vez con el fin de no distraer al espectador de la trama principal y tomarlo como un cooperante más.

Buscetta, interpretado maravillosamente por Pierfrancesco Favino, se convertiría en el primer gran confidente, y Falcone junto al juez Borsellino, en dos grandes símbolos italianos de lucha contra la mafia, siendo ambos asesinados por ella. La desintegración desde dentro y a través de la justicia.

*Simpatía con el traidor

El maxi proceso, así se nombró a este juicio, se describe tal y como ocurrió en la realidad, nada de gente educada sino como un conjunto de ignorantes. Bellocchio hace una recreación extraordinaria de lo que fue, un circo de bestias más que una sala de declaraciones ya que pretendían deslegitimar el proceso y teatralizarlo. Observamos las confrontaciones judiciales como si se tratase de personajes recitando guiones de diferentes obras.

Y en medio está Buscetta, con el que empatizaremos y al que llegaremos a justificar. Definido por el propio director como un arrepentido conservador, él no se desvincula de Cosa Nostra, simplemente no acepta los cambios que la organización estaba haciendo y se muestra decepcionado ante la muerte de niños y mujeres. No le interesa cambiar el mundo sino defender su pasado, y para ello dará nombres y apellidos. Siendo 45 los días de encuentro con Falcone y 366 las órdenes de arresto, además de relacionar el nombre de políticos con homicidios de la mafia, como el conocido caso de Andreotti.

*Conclusión

Trece minutos de aplausos obtuvo en Cannes y es la candidata italiana al Oscar como mejor película internacional. El traidor no es otra historia más de mafiosos sino una fiel representación del estilo cinematográfico italiano, el cual podría entenderse incluso a falta de doblaje o subtítulos, en Sicilia las manos hablan antes que las palabras. Favino analiza e interioriza la voz, los gestos y la personalidad de Buscetta para ejecutar una interpretación magnífica y realista de los hechos.

Giros y reflexiones acerca de la traición. Buscetta, en última instancia, ¿puede realmente considerarse como traidor, siendo el objeto de su traición, Cosa Nostra, quien lo ha traicionado previamente alterando en el curso de los años sus principios fundamentales?

Este hombre será capaz de condenar a muerte los vértices más importantes de una organización que parecía indestructible e inatacable. Traicionada por sí misma.

Escrito por Soraya Unión Álvarez
Cinemagavia
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9
4 de octubre de 2021
57 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Sólo un “bambino”

La familia en Italia es toda una “institución” sagrada. Una demostración en pequeño del cosmos, donde caos y orden suceden en muy poco espacio de tiempo, consecutivamente.

Así suceden los hechos en Fue la mano de Dios, una sucesión de risas y lágrimas, de alegría y dolor, de apasionamiento y serenidad. La vida misma.

El despertar del amor, a través de una atractiva y provocativa tía o ser testigo de la peleas de sus padres, son recuerdos inolvidables y que él presentará con extraordinaria sensibilidad, no exenta de extravagantes experiencias.

Tratándose de la vida misma, también habrá personajes grotescos, absurdos, pero con un amargo toque de realidad. Porque así es la vida, a veces trágica y otras cómica.

*Disfrutar más, preocuparse menos

Esto es lo que parece transmitir el genio napolitano.

“Fabietto“, su “alter ego” en Fue la mano de Dios, magistralmente interpretado por Filippo Scotti, pronuncia una frase que será premonitoria. Aquella frase, dicha originalmente por Fellini, supondrá el nacimiento de su vocación en el mundo cinematográfico. “El cine no sirve para nada, pero al menos, distrae de la realidad”.

Además, rodar en Nápoles después de 20 años en que dirigió su primera película El hombre de más, ha significado para él como volver a casa.

Sería en su ciudad natal donde un gran ídolo del fútbol internacional, Diego Armando Maradona, fichó por el equipo local. Quizás fue la mano de Dios la responsable de querer asistir al partido contra Inglaterra durante la Copa Mundial de 1986.

Anecdótico será que el abogado del futbolista estuviera considerando acciones legales contra la película por coincidir el título con el “milagroso” gol durante el encuentro. Acto que no se llegó a realizar ya que se trata de una historia personal del director, y no una película deportiva.

*Conclusión

Emotiva película en clave de humor, el humor ácido de Sorrentino. Según sus propias palabras, el trabajo más íntimo y personal de todos los realizados anteriormente.

Fue la mano de Dios (The Hand of God) muestra con una puesta en escena sencilla, aquellos años de juventud en los que una comida en familia o un paseo en motocicleta, eran simple excusa para sentirse feliz.

Una sensible creación donde ha querido contar sus sentimientos, y no tanto los hechos. Una reconstrucción de sus emociones, descubriendo que hasta este momento había estado en cierto modo paralizado.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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5
28 de mayo de 2022
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Geniales primeros noventa minutos

Un buen verano de los años ochenta, el padre de Pietro decide que la familia pasará sus escasas vacaciones alejados de la ciudad, en un pueblo próximo a los Alpes italianos. Una vez allí, el niño pasa todo su tiempo en compañía del único chico de su edad, Bruno, que le descubre un entorno fascinante: la brisa, los lagos, las montañas, la hierba... Circunstancias incontrolables los acabarán separando en la preadolescencia, y en su nueva soledad, Pietro acaba rechazando la compañía de su padre. De esta forma, el desnortado protagonista pierde a sus dos nexos con la naturaleza y se exiliará voluntariamente en la ciudad durante diez años.

Cuando finalmente se de cuenta de que ha malgastado una parte de su vida, se lleva una gran sorpresa: todo ha continuado sin él, incluso la relación entre sus dos modelos a seguir. El proceso que seguirá para encontrar su sitio en el mundo le llevará de vuelta a sus orígenes, no sin altibajos en el camino. La trama discurre así entre reflexiones sobre la amistad, el descubrimiento de sí mismo o la vida rural y su posible idealización. Para desgracia del espectador, la trama continúa cuando esta evolución culmina; a partir de ahí se convierte un despropósito. No fue casualidad que en la sala proliferaran las miradas furtivas al reloj después de los primeros noventa minutos.

*Muchas ideas sin saber cual preservar

Es una pena. The Eight Mountains alberga muchas ideas, tantas que da la impresión que sus directores no consiguieron decidir cuáles merecía la pena preservar. Sin embargo, esto no impide disfrutar de sus numerosos puntos fuertes. Entre ellos, su innegable belleza, pues el trabajo de fotografía de Ruben Impens sobrecoge con sus impresiones del norte italiano.

Cualquier espectador sentirá ganas de pasar sus vacaciones rodeado de picos nevados, bebiendo un reconfortante café hirviente que aplaque el frío. En el apartado musical, una serie de piezas de tono indie rompen un poco con la coherencia del film. Más aún, cabe preguntarse por qué todas las canciones de una película italiana tienen que ser en inglés. No sabemos.

*Conclusión

Pese a la gran labor actoral de sus protagonistas y la delicadeza de su fotografía, The Eight Mountains (Le otto montagne) no encuentra su rumbo debido a un guiñó demasiado atiborrado de ideas distintas. Aún así, se trata de un largometraje sólido y convincente en la dirección, augurando una continuación prometedora a la carrera de sus realizadores, Felix van Groenegen y Charlotte Vandermeersch.

Escrito por Antonio Cano Márquez
Cinemagavia
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