Con todo mi dolor le pongo un 3. Y digo con todo mi dolor porque para hacer una anime de Alita necesitas algo más que colocar a personajes con sus rostros y nombres. Más allá de Dragon Ball y Dr Slump Alita fue mi primer manga y casi diría mi preferido (aunque sea por ese punto casi sentimental) y desde luego el anime en nada hace honor al manga.
La historia que viene de cruzar diferentes partes del manga no saca partido al querer abarcar mucho. Pero quien mucho abarca poco aprieta (se habría merecido diferentes OVA's (creo que se llaman así estas adaptaciones de anime), pero no desde luego esto. Y lo que digo de la historia lo aplico a los personajes. No se molestan en desarrollarlos como se merecen, ni en explicarlos ni nada de una forma realmente profunda. Lo que en el cómic se hace y con una excelente narración (y con tiempo) aquí se hace en un abrir y un cerrar de ojos. Conclusión de este embrollo: los que conozcan el manga entenderán cosas que el resto del público no pillará, pero tanto a unos como a otros el conjunto les dejará un sabor de boca muy pobre.

Miedo me da el proyecto que Hollywood tiene en marcha del famoso manga.

Leo las críticas profesionales y todos dicen cosas bastante parecidas de la película pero todos difieren bastante en su calificación final. ¿Será acaso que no se valora la cinta que nos atañe como lo que es? ¿La queremos comparar con una película de arte y ensayo o una película de aquellas que dejan huella profunda? No tiene sentido porque no es nada de eso.

La película es lo que es y da lo que da y lo hace bien. Y sobretodo no aspira a mucho, aspira a entretener sin ser pedante, dar un mensaje positivo, alegre y disfrutable. No hay porque comprar el mensaje, solo se pide disfrutar de la película y no estar analizando los planos, contraplanos, el guión ni nada parecido (vale, yo solo diré en ese sentido que el uso indiscriminado en determinados momentos de canciones sin ningún interés narrativo me irrita profundamente).

Por tanto, solo puedo aplaudir a los que han hecho esta película. Película honesta y bien realizada (no como otras películas españolas del género de los últimos años que no alcanzan el nivel deseado). Ni es un peliculón ni una película llamada a crear escuela, pero si fuera francesa la veríamos con ojos diferentes.
Y el reparto luce espléndido. O casi todo el reparto, pero al menos el que lleva el peso narrativo de la película lo borda. Y ojo, es la primera película que tenga conciencia que disfruto y sale Clara Lago (seguro que luego recuerdo alguna otra). Y Alexandra Jiménez después del resbalón de Superlópez nos ofrece otra buena película e interpretación (ahí no se lo pusieron fácil, todo en contra).

Película que da lo que su público pide y además bien hecho (eso lo dice el crítico de El País). Más sentimental que cómica (eso lo dicen en El Mundo pero no sabía que eso fuera necesariamente malo). Película ligera y a ratos previsible (ABC). Lo único diferente lo ofrecen los secundarios (grande Carlos Cuevas). Y con un pretendido encanto que vive en el buenrollismo (eso lo dicen en El Periodico). Conclusión: todos los críticos aciertan en el análisis pero todos la miran con ojos diferentes.
La cinta no vive en la mediocridad, vive en la corrección. Jamás será un peliculón, pero en el fondo pocas películas lo pueden ser y acabo de ver que Plan de Escape tiene mucha más nota que Gente que viene y bah, por tanto: no se fíen de todo lo que lean o vean. VIvan por ustedes mismos y disfruten sin prejucios, que no están viendo Ciudadano Kane.

Esta película, que narra tesituras del conflicto arabe-israelí del año 1948 podría verse sustituído perfectamente por un documental con mayor rigor histórico y el público posiblemente se lo pasaría mejor y aprendería más.
Porque sí, la película roza el ser considerada un panfleto y lo que es peor: de escasa calidad.
Para darle más empaque procuraron que además de Douglas salieran otras caras conocidas aunque fuera en papeles más o menos testimoniales (Sinatra, John Wayne o Yul Brynner solo cumplen una función en la película: aumentar el número de estrellas cinematográficas para aumentar el tirón de la película). Pero viendo películas como ésta se entiende que a finales de los 60 y principios de los 70 el cine pasara por una crisis enorme.

Rodada sin ganas o eso se desprende al menos del visionado final de la película. La cinta es muy plana y ni arranca ni despierta interés real del espectador. Como en otras muchas películas: todo es correcto, pero todo carece de interés. No me extraña que esta no sea una película demasiado conocida de la época.

Lo mejor, ser de las pocas cintas que retratan este conflicto. Lo peor lo demás. Y como curiosidad, la productora es una compañía propiedad del izquierdista y casi podemista John Wayne (la fundó para realizar la nada patriotera El Álamo). El Álamo tenía una espléndida banda sonora de Dimitri Tiomkin, ésta sólo una funcional pero olvidable partitura de Elmer Bernstein. Pero volviendo al tema que trataba : el dinero manda y si bien nadie espera que fuera una lección de historia no hay que extrañarse de su falta de objetividad.

Cine con mayúsculas y reinvención del cine de superhéroes.

¿Superhéroes? Vale, no aparecen. Pero se hace uso de un personaje lleno de matices y se juega con él, se le descompone y nos permite sufrir con él y meternos en el proceso de construcción de un auténtico monstruo que es en verdad víctima de una sociedad enferma.

Huele a Taxi Driver y a la vez llena de unos matices que la hacen tener una personalidad propia. Su dirección, fotografía y música están a la altura de un guión y unas interpretaciones que la hacen única.

¿Lo mejor? Que nadie esperaba el caramelo que nos presentó Todd Phillips y eso nos hace disfrutar más de la película. Y además nos confirma que hay vida (inteligente) en el cine (vale, eso ya se sabía pero que con 50 millones de presupuesto recaude más de 1.000 millones de dólares es para hacérselo pensar).

Sin duda recomendable... aunque puede que no para público sensibles o (muy) poco exigentes.

Se merece mucha más nota de la que hoy tiene en FilmAffinity, sin duda.

Divertida, buen ritmo, desenfadad, buena historia y mejores personajes y situaciones altamente divertidas. No es una comedia al uso, pero sí una buena comedia (no infantil, puede que no enfocada a todo el público en general, y no me refiero por la temática homosexual, sino a las "tramas" adultas de la película), pero una buena comedia).

Es hija de su tiempo y de su presupuesto y eso le da una estética que puede que hoy no venda en exceso bien (pero en más de una ocasión he visto películas cuyas copias eran horribles y de repente ha aparecido una versión con buena calidad de imagen y tal). Y sobretodo tiene buenas interpretaciones y en especial de Jordi Mollà (no es casualidad que sea él quien más ha apuntado a posteriori).

Muy divertida.