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Críticas de cineoptero
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Críticas 131
Críticas ordenadas por utilidad
9
6 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Depuradísima filigrana fílmica, película esencial del género negro y primera obra maestra de Kubrick, The Killing se erige como una de las películas más complejas y fascinantes de la historia del noir estadounidense. Injustamente reducida por muchos a habilidoso homenaje a la magnífica Asphalt Jungle, Kubrick sabe llevar un paso más adelante la propuesta de Huston, resultando superior tanto en su narrativa como en su puesta en escena. Cuenta con un magnífico guion que compone con pocos trazos y diálogos llenos de ingenio unos personajes sorprendentemente definidos que componen un rico tapiz humano que podría quedar injustamente eclipsado por su apasionante trama. No hay concesiones en su despiadado retrato de unos personajes que se esfuerzan por ser dueños de su destino pero que no son más que marionetas dependientes de las circunstancias. Un tema muy habitual en Kubrick (Barry Lyndon) que ya está plasmado de forma magistral en esta obra primeriza y aun así de una sorprendente madurez. Sorprende el complejo montaje, de una precisión absoluta, le aporta una narrativa fluida que no pierde el interés, en el que los flashbacks se van intercalando para construir férreamente la trama del atraco, logrando aportarle nervio a un argumento con poco atractivo en principio. Si a eso añadimos la inusual fuerza visual que Kubrick sabe sacar a las imágenes (impresionante las escenas finales que van cerrando historias), la cuidadosa selección de actores, la atmosférica banda sonora o la maravillosa fotografía en blanco y negro nos encontramos ante un genuino clásico que sin complejos se mete entre las mejores obras del director americano.
cineoptero
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7
5 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace años los superhéroes de Marvel se han convertido no solo en cita habitual en las salas de cine y en televisión, sino que vienen acusando una cierta rutina que incluso en sus mejores aportaciones (Iron Man 3 o Avengers 2, por ejemplo) va pesando en contra. Por eso encontrarme una película que centra su fuerza más en la comedia que en la acción y en el ingenio antes que en la espectacularidad, hace que la reciba con los brazos abiertos. Sin embargo, lo que son a buen seguro sus principales virtudes parece que han sido también sus mayores enemigos en un complicado proceso de producción hasta su estreno, en el que el principal perjudicado ha resultado el guionista y director original, el siempre brillante Edgar Wright, y en el que una teórica libertad creativa absoluta ofrecida a este terminó en la inclusión de tres guionistas más y la renuncia de Wright en sus labores de dirección al poco de empezar el rodaje. Y esto se nota mucho. La película tiene momentos brillantes (la historia del origen del golpe en la casa Pym, el posterior robo, el entrenamiento de Ant-Man o la genial conclusión y clímax de la historia), normalmente de fácil asociación al estilo de Wright, a esa comedia tan personal, chispeante y aguda, y otros más rutinarios que la hacen más irregular de lo que me gustaría, en particular una parte dramática bien apuntada pero que tal vez se queda algo corta. Las escenas de acción funcionan razonablemente, sin alargarlas en exceso. Pienso en cualquier caso que sus virtudes se anteponen ligeramente en el resultado final. No es la comedia valiente y rompedora que apuntaba, quedándose a distancia de la trilogía del cornetto o de Scott Pilgrim, pero sigue siendo una de las propuestas de Marvel mas entretenidas y con más pinceladas de talento hasta el momento, incluso estando parcialmente truncada.
cineoptero
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10
5 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emblemática película de Woody Allen que resume los principales rasgos y virtudes de uno de los autores más personales que ha dado el cine norteamericano desde la década de los 70. Trabajo que combina comedia y drama, un tono desenfadado con ideas profundamente reflexivas y teñido todo de un toque de nostalgia, al igual que su espléndida Manhattan, Allen termina de formar un estilo que alcanza en esta cinta su total madurez. Evidentemente el protagonista absoluto de la función es un guion impresionante, que desprende frescura e ingenio en cada frase de los diálogos, que en un momento te hacen retorcerte de la risa y al siguiente te sorprenden con una aguda reflexión social o sobre las relaciones personales, y lo que es más, consiguiendo una estructura transgresora y genial que pocas veces logrará igualar después. Habla de religión, muerte, antisemitismo, diferencias sociales, homenajea al cine y literatura, habla de drogas, del mundo del espectáculo, de las obsesiones y paranoias del hombre actual (aunque haga más de 30 años de su estreno) y ante todo no deja de ser un cuidadoso y honesto estudio de las relaciones de pareja. Incluso su labor tras la cámara está supeditada al protagonismo del guion, en un trabajo poco original aunque de indudable habilidad y eficacia, con contados momentos de auténtico interés visual como los montajes paralelos de la familia de Annie y Alvin o de las consultas en el psicoanalista, pero siempre por debajo del magistral guion, alejando en ese aspecto al director de otros contemporáneos con más entidad visual como Coppola, Scorsese o Spielberg. Impecables interpretaciones de Allen y Keaton, que derrochan talento y naturalidad a pesar de soportar el peso principal del guion, resultando totalmente creíbles en las distintas fases de su relación. Todo esto hace de Annie Hall la que posiblemente es la película más importante de Allen, la que mejor define su estilo y la que más aportó al cine, todo un clásico imprescindible.
cineoptero
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8
5 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se levanta el telón. La primera escena ya deja claro que la propuesta visual no va a ser ni conservadora ni te va a dejar indiferente. Su director, Joe Wright, ese ingenioso y brillante director que ya me sedujo en Orgullo y Prejuicio (Pride & Prejudice) y Expiación (Atonement) da un golpe en la mesa para afianzarse como uno de los directores jóvenes con más talento de la actualidad con un trabajo asombroso de puesta en escena lleno de imaginación, sorprendente y fresco, técnicamente impecable y conceptualmente arriesgado y muy válido que aliados a los extraordinarios trabajos de fotografía y música original, convierten el conjunto en un festín audiovisual para los sentidos, tan inusual como apasionante. Resulta el soporte idóneo para un texto de altura como el que Tolstoi dejó plasmado en la novela. Aunque creo que es un error centrarse casi por completo en la historia de Karenina (que por otro lado podían haber profundizado algo más) y restar importancia a la historia de Slevin, más interesante a mi juicio y merecedora de un mayor peso en la narración, no deja de ser justo reconocer el mérito de un notable guion, de buenos diálogos, capacidad de síntesis y personajes muy bien definidos a pesar de su voluntaria exageración de los roles de cada uno. La juguetona y poderosa puesta en escena se alía con acierto con el guion y hace que deslumbre en su conjunto. Por desgracia no todo es igual de equilibrado. Mientras que todos los departamentos técnicos (vestuario, diseño de producción…) demuestran volar a gran altura, no ocurre lo mismo con los actores. En general maravillosos, con unos destacados Domhnall Gleeson y Jude Law, me entristece ver que Keira Knightley y Aaron Johnson no están a la altura de sus personajes. En particular Knightley, a la que defendí incondicionalmente en Orgullo y Prejuicio, me resulta poco acertada, en ocasiones irritante, en su interpretación de Karenina. Me resulta tan artificial que me aleja de un personaje tan interesante como contradictorio. Es un importante defecto, pero reconozco que no logra ensombrecerme el conjunto. Sigo con gran interés ese viaje sobre el conocimiento personal, las hipocresías sociales, los mecanismos del amor y el deseo, la integridad, la decadencia de un privilegiado sector social ya moribundo y del resto de una sociedad que aún no han podido adaptarse a un cambio de incierto futuro. Cuando baja el telón, no todo ha sido genial, pero la función perdura en mi memoria. Y no dudo que seguiré sentándome en esa platea muchas veces, con los sentidos alerta para disfrutar de una hermosa función.
cineoptero
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5
5 de agosto de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trepidante pero efectista thriller norteamericano que pone de manifiesto como pocos productos este año las virtudes y defectos más comunes del cine comercial procedente del país. Reconozco que a mí no me ha convencido, pero tiene méritos que son reseñables, al igual que sus defectos. Entre las cosas que no me gustan están un guion muy mediocre, con diálogos previsibles, acartonados y con alguna frase directamente absurda que supone un enorme lastre para el film, en el que lo único reseñable es el retrato ceremonial y detallista de algunas ceremonias católicas. Y aunque seguramente es un problema arrastrado de novela, la trama resulta algo tramposa, en la que lo peor es ese doble final que, previsible o no, resulta innecesario y torpe, primero por su insufrible heroísmo barato y segundo por su rápido y anticlimático giro final. Sin embargo la labor de Howard vuelve a sentirse y mucho. Sigue sin aportarle alma al conjunto, pero demuestra un notable sentido del ritmo en las escenas de acción y en el seguimiento de las pistas, que a falta de ingenio del guion tira de profesionalidad y el film gana notablemente en interés, logrando los momentos más entretenidos. Otro punto negativo seria la elección de Tom Hanks para interpretar al protagonista, un claro error de casting. Soy absoluto admirador de Hanks desde Philadelphia, pero en esta se muestra totalmente apático, en una interpretación que podría haber hecho cualquiera y no uno de los mejores actores americanos del momento. A favor unos impecables trabajos en diseño de producción, fotografía y música original. Aun así, creo que sus virtudes son suficientes para sostener un film en el que falla lo más importante y Howard no tiene la suficiente personalidad visual ni ingenio en la puesta en escena como para sobreponerse a esto, aunque da gusto ver trabajar al conjunto de profesionales que se dan cita en el film. Para el que pueda olvidarse del guion y le guste la trama, disfrutará del film.
cineoptero
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