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España España · MADRID
Críticas de Spark
Críticas 1,843
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
26 de septiembre de 2023
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James Gunn ("Super" (2010), "Guardianes de la galaxia" (2014)) viene a... ¿cerrar? (el caballero Don Dinero tendrá la última palabra) su trilogía superheroica que comenzó con su guion y dirección en la notable "Guardianes de la galaxia" de 2014, y que ha terminado este 2023 de la misma forma (con Gunn siempre tras las cámaras y los libretos) pero con dispar resultado.

Y es que, si bien es cierto que esa adaptación que ejecutó el otrora casi novel Gunn (en su haber por entonces contaba con solo dos comedias de fantasía de bajo presupuesto comparadas con la saga que nos ocupa) supuso cierto soplo de aire fresco para un género que no había llevado el nivel de comedia gamberra, audaz y ocurrente a cotas tan altas y triunfales como en aquella (al "Guardianes de la galaxia" de 2014 le debemos "Deadpool" (2016), "Thor: Ragnarok" (2017), "DC's Doom Patrol" (2019-), "Bruja Escarlata y Visión" (2021) o "Spider-Man: Homecoming" (2017)) que maridaba con gran gusto el espectáculo aventurero de superhéroes por una galaxia variopinta con la comedia espabilada, cómplice y singular, también es de recibo puntualizar que su continuación (si bien resultaba un aceptable entretenimiento pirotécnico) no contaba con la misma cohesión argumental, ni con la precisa y curiosa configuración de personajes.

Esta tercera parte en la que el equipo de superhéroes (Peter Quill/Star Lord (Chris Pratt), Drax (Dave Bautista), Rocket Raccoon y Groot que ahora cuentan con las dos adiciones de su segunda parte (las antes villanas Mantis (Pom Klementieff ) y Nébula (Karen Gilan)) y con una Gamora (Zoe Saldana) de una realidad alternativa introducida en alguna de las últimas películas de superhéroes, no me pregunten cual que con tanto largometraje eficaz pero frugal... hace bastante tiempo que perdí el interés de tanta subtrama irreverente de personajes que resucitan sin ton ni son) se ve envuelto como en las anteriores en una trama de huidas, rescates y demás por la galaxia fantasiosa... lo cierto es que se recupera en sus gracietas algo de sorna sagaz, y en la aventura de protección hacia uno de sus miembros (Rocket) que es perseguido por los malvados de turno (el Alto Evolucionador (Chukwudi Iwuji) y Adam Warlock (Will Poulter)) esta tercera parte posee mucha más potencia y sentimiento que la trama más endeble, superficial y difusa de "Guardianes de la galaxia Vol.2" (2017). Pero en su conjunto no se puede decir que el guion sea un compendio tan astuto y notable como la cinta estandarte de este grupo basado en los cómics del mismo nombre, que no es otra que la cinta del 2014.

Pues de nuevo tenemos un film que peca, como casi todas las películas de superhéroes de este año, de un metraje tan excesivo como estirado en su acción de huidas, topetazos, vuelos, explosiones y combates. Que con esto no digo que sean malas escenas en absoluto; el film posee unas coreografías de lucha, persecuciones y demás realmente creativas y elegantes (destaco cierta secuencia del equipo contra los seres del villano en la nave de éste), pero tanta acción diluye casi por completo un desarrollo argumental parco en intrigas y conflictos (meramente garabateados. Y los dos villanos de Iwuji y Poulter son los grandes damnificados de esto) y el interés e implicación del espectador se va resintiendo por momentos.

Y eso a pesar de que la cinta cuenta con unos estupendos detalles dramáticos (principalmente vía flashback con Rocket y sus amigos de entonces. Una maravilla la animación por ordenador de este personaje, su definición, sus expresiones, sus movimientos y sus acompañantes. Esto hace que sus situaciones no desmerezcan a los grandes instantes de las películas de Pixar, creo que con esto lo digo todo) y unas abundantes notas de humor que despiertan e involucran a la audiencia que guste de este espectáculo de fuegos artificiales y sonrisas (risas pocas, que esto no es "Aterriza como puedas" (1980) o el mejor de los episodios de "DC's Doom Patrol"),

Y es que estamos ante un sentido del humor que es medido con conocimiento por unos actores que se las saben todas respecto a sus personajes y sus intercambios y reacciones (la mejor parte se la llevan esta vez Bautista, Gillan y Pratt) además de aportar una cómoda adecuación a unos roles que siempre resultan simpáticos y cercanos al espectador. Se mueven además de forma natural entre tanto maquillaje, tanto CGI vistoso y tanto efecto especial logradísimo.

Porque sí, "Gualdianes de la galaxia: Volumen 3" puede presumir y presume de una cinematografía asombrosa en su definición real y virtual (los 250 millones de presupuesto se notan para bien), de un diseño artístico tan estiloso como inspirado (desde la elección de tonalidades en cada encuadre pasando por el vestuario de categoría y llegando a la edición y mezcla de sonido tan precisa) y de una realización confortable por parte de Gunn.

Con todo esto la cinta es capaz de llegar a la distracción pasajera... e irregular por escenas (con magníficas coyunturas unas veces y otras con escenas completamente accesorias y obviables). Desde luego el film no necesitaba esas dos horas y media de duración. No me cabe duda de que...
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Spark
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7
25 de septiembre de 2023
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El segundo largometraje animado de Walt Disney Studios, a pesar de no contar con un desarrollo argumental tan variopinto como el bautizo de Disney en la gran pantalla (y eso que "Blancanieves y los 7 enanitos" (1937) contaba con 5 minutos menos pero ofrecía unas ramificaciones mas repletas de multitud de géneros (no solo el cándido romántico, la peor rama de la cinta) con sus aventuras animalescas de fantasía, sus fiestas humorísticas con sus danzantes mineros, los momentos de terror gótico de esa reina malvada/bruja y demás), nos ofrece una trama muy honda dentro de su acotación. Basado en el cuento del siglo XIX de Carlo Collodi y Enrico Mazzanti, la trama de esta adaptación se centra en el amor paternofilial y en el aprendizaje del niño/juguete con esa simbólica voz de la conciencia (¡qué fácil sería la vida con un Pepito Grillo a nuestro lado que nos haga entrar en razón cuando nos empecinemos en algo sin sentido!), y lo hace con un tono tan sencillo y afable como natural y honesto a la par que entrañable y tierno.

Y es que nada chirría en "Pinocho", las situaciones en su cuento se nos describen con un halo de astucia que nos capta sin remedio. Hay en el guion de Ted Sears y compañía un estupendo reparto de sus situaciones de candidez veraz en ese niño casi recién nacido, de intriga en sus lances aventureros o de amor franco y potente (ojo al comportamiento de Geppetto con su hijo) y compañerismo reciente (ese Pepito Grillo bien merece un medalla).

El guion notable dentro de su acotación argumental de película familiar con moraleja (que no moralina) se une una animación prodigiosa... a ratos (el viaje de los niños en carromato es espantoso a más no poder. Podría justificarse dado el año de la película, pero es que 3 años antes nos dieron "Blancanieves y los 7 enanitos" sin ningún plano recurso tan chapucero). Y sus momentos de brillantez animada compensan con creces a esos puntos de trazos dejados. El diseño de Pinocho es maravilloso, no le van a la zaga (aunque sí algo por detrás) sus compañeros Geppetto y Pepito Grillo... quedando en un lugar olvidable (quizás con permiso de Polilla) todo el abanico de secundarios. Es todo un acierto el tamaño de los expresivos ojos y esa amplia sonrisa en su personaje principal, pero los movimientos son mimados hasta el extremo y eso se nota tanto o más como en la ópera prima de Walt Disney en el terreno del largometraje. La música por su parte nos guarda un par de temas memorables (no seis como en "Blancanieves y los 7 enanitos", lo de aquello es casi insuperable)... un divertido y pegadizo ("Dame un silbidito"/"Give A Little Whistle") y otro que es el himno por antonomasia de toda la industria Disney (desde el logotipo inicial de sus películas, los anuncios promocionales en sus televisiones, los parques temáticos... y no es por casualidad. Es un tema que infunde magia, ensoñación y gusto por doquier).

Así pues tenemos una película no solo entretenida sino grata durante su visionado tanto en niños como en adultos, que nos mantendrá una sonrisa cómplice y un interés eficiente en sus avatares de apenas hora y media. No se me pone al nivel en su conjunto de otros largos animados para el recuerdo como "El Rey León" (1994), "Del revés" (2015), "Shrek" (2001), "El Príncipe de Egipto" (1998) o la ya mencionada "Blancanieves y los 7 enanitos", pero supera con creces a las cintas de animación familiar actuales más abundantes (tipo "Hotel Transilvania" (2012), "Batman, la Legopelícula" (2017), "Mascotas" (2016), "Emoji, la película" (2017), "Piratas" (2012) y demás) o a las cintas de Disney más grises (tipo "Taron y el caldero mágico" (1985), "Tiana y el sapo" (2009), "Merlín, el encantador" (1961) o "Enredados" (2010) entre otras), más bien se pone a la notable altura de "La dama y el vagabundo" (1955), "Toy Story" (1995), "Bambi" (1942), "Up" (2009) o "Dumbo" (1941) que no está nada mal.

Lo mejor: Me quedo con la forma que tiene el film de enfocar los afectos y las pasiones (atención al cariño que le pone Geppetto a su vocación en los primeros instantes del film) y con la animación del personaje principal. Ah, y con el tema "When You Wish Upon a Star").
Lo peor: Su animación en la escena del viaje de los niños.
Spark
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5
23 de septiembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El encargado de "El cuervo" (aquel fatídico film de 1994 que acabó con el hijo de Bruce Lee), "Yo, Robot" (una más que recomendable adaptación de 2007 del relato corto de Isaac Asimov) o "Dark City" (1998) entre otras nos presentó una epopeya basada en la mitología de los dioses y mortales del Antiguo Egipto.

Allí, el malvado dios Set (Gerard Butler) se hace con el trono de Egipto cargándose a todo mortal y dios que se interponga en su locura avariciosa y egocéntrica. Pero Horus (Nicolaj Coster-Waldau), ahora desterrado, tratará de arrebatarle el trono a su tío (algo nada nuevo en la literatura y el cine. Y sino que se lo pregunten a "Hamlet" o a "El Rey León" (1994)) ayudado por un mortal humano (Brenton Thwaites) en una odisea por el país del desierto que se llena de fantasía mitológica con mucho CGI.

Quien busque en "Dioses de Egipto" una epopeya de fantasía al nivel de las sagas de "El Señor de los Anillos", "Harry Potter" o "Las crónicas de Narnia" va a quedar sumamente decepcionado. Ahora bien, quien espere un pasatiempo adecuado de colorines y acrobacias por mundo imaginarios vistosos... pues va a lograr agradarse sin demasiados problemas en esta cinta. Pues tenemos en "Dioses de Egipto" un relato muy básico, con unas deidades entendibles para niños pequeños y niños grandes, donde hay un malo muy malo sin nada más, unos intereses románticos sin nada más, y un par de protagonistas desenfadados sin nada más. Unos personajes que jamás sobrepasan el esquema y que nunca nos legan dosis de madurez o matices (si lo hubieran hecho estaríamos hablando de "Braveheart" (1995), "Espartaco" (1960) o "Lawrence de Arabia" (1962) y no de algo más equiparable a "Furia de Titanes" (2010), "Troya" (2004), "Krull" (1983) o "Indiana Jones y el Reino de la calavera de cristal" (2008)), el desarrollo de la trama es también bastante tópico a infantil.

Pero todo esto queda opacado por la vistosidad de sus escenas y unas actuaciones con cierto carisma y desenvoltura (el inolvidable Jamie Lannister de "Juego de Tronos" (2011-19) cumple con creces en el rol de héroe exótico, Brenton Thwaites está cercano pero no magnífico, mientras que secundarios como Gerard Butler como antagonista o Geoffrey Rush como el patriarca de los dioses (Ra) dan oficio y solidez a roles bastantes testimoniales). Y es que es en su puesta en escena en lo que "Dioses de Egipto" se luce con distinción, con una cinematografía esmerada y aseada ya sea en la imagen real o en los escenarios CGI, con un uso astuto de los efectos visuales (destacan las bestias de Astarte y Anart, los interiores de esas construcciones para adorar o confundir a los dioses o esos combates con cabriolas y transformaciones animistas), con una fotografía admirable en sus tonos ocres, dorados y rojizos para infundir la magia, el misticismo y el poder demandados, con un vestuario y un maquillaje dignos, y con un atrezzo apropiado para el conjunto y su tono de blockbuster de aventuras (su accesoria y olvidable banda sonora podría considerarse su pata más corta) el film logra distraernos y hasta divertirnos en sus lances de odiseas viajeras y caza al villano de turno... y eso que la cinta se estira hasta las 2 horas de metraje y redunda en alguna que otra situación (aunque no es la tónica general del film).

Aun con todo es una cinta recomendable de entretenimiento superficial para todo público y edades, pero no es una película estandarte del género de la epopeya ni tampoco indispensable dentro de él. No es ni "Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario" (2005), ni "Beowulf" (2007), ni "La máscara del Zorro" (1998) ni "El Señor de los Anillos: Las dos torres" (2002). Es más bien (y sin ser el desastre de "Druidas" (2001) o "Viaje al centro de la Tierra" (2008)) un "Hércules" (2014), un "El Rey Arturo" (2004) o un "Robin Hood" (2018).

Lo mejor: Sus efectos especiales por ordenador.
Lo peor: Su banda sonora tan secundaria y rutinaria
Spark
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6
21 de septiembre de 2023
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Taraji P. Henson ("Figuras ocultas" (2016), "El curioso caso de Benjamin Button" (2008), "The Karate Kid" (2010)) produce y protagoniza este remake de "¿En qué piensan las mujeres" (2000) que protagonizaron en su momento Mel Gibson y Helen Hunt. Y, si en aquella el ejecutivo machista de su protagonista aprendía a entender a las mujeres gracias a un "nuevo don" a través del que escuchaba todos sus pensamientos, aquí es una ejecutiva egocéntrica la que comienza a escuchar todos los pensamientos de los hombres (vía milagro de una pitonisa)... algo que le hará comprenderlos y que piense un poquito más en los demás y no tanto en ella misma.

Tanto en ésta como en aquella nos topamos con una comedia ligera siempre y descarada por momentos. Desde luego quien se disponga a visionar "¿En qué piensan los hombres?" ya sabe a lo que va. Pues el film sigue los mismos cánones de la cinta original de 2000, y estos son los parámetros de toda comedia romántica usual (parámetros a los que dedica el mismo tiempo pronosticable y la misma topiquez impostada de casi todas ellas. Pues el enamoramiento, el conflicto y la reconciliación son obligados sin remedio). Sin embargo debo admitir que "¿En qué piensan los hombres?, a pesar de sufrir de ciertas escenas tan rutinarias como abúlicas (más en spoilers) por culpa de los arquetipos por los que navega, es cierto que cuenta con buenas virtudes que tornan al film en una grata amenidad a nivel global.

Pues la cinta goza de ciertos gags inspirados (más en spoilers) de comedia desatada, de buenos detalles humorísticos y de una avispada ironía suficientemente inspirada como para hacernos sonreír muchas veces e incluso reír de forma esporádica en un primer visionado. Son esas escenas las que aprovecha una carismática y cómplice Taraji P. Henson (sin ella estaríamos hablando muy probablemente una comedia fallida) y un sorprendente Josh Brener. El resto del elenco (el controvertido (y homófobo reconocido, por cierto) Tracy Morgan resulta incluso cargante en algunos instantes. Pero las apariciones de Kellan Lutz, Aldis Hodge, Erykah Badu, Pete Davidson o Wendi McLendon-Covey entre otros son completamente adecuadas para con sus papeles) está aceptable pero en ningún caso al diestro nivel de su protagonista o su "asistente abnegado" encarnado por Brener.

Esto, aunado a una refinada (que no sobresaliente) puesta en escena (la cinta no cuenta con una fotografía de categoría. Que ésta no es una comedia a lo "Fargo" (1996) o a lo "Jackie Brown" (1997). Pero nos ofrece una realización tan clásica (prima el plano contraplano y el plano medio más amplio como recurso) como natural y resuelta, la cinematografía es valiosa, la banda sonora es tolerable, y el despliegue en su atrezzo, vestuario y maquillaje resulta atrayente) conforman un largometraje simpático y liviano para todo público adulto que desee pasar un rato agradable de desconexión y de algo de broma. Tampoco es que estemos ante el sumun de la comedia (ni tan siquiera ante una cinta notable del subgénero de la comedia romántica, eso se lo dejamos a "La boda de mi mejor amigo" (1997), "Mientras dormías" (1995), "Amor y otras drogas" (2010), "Notting Hill" (1999), "No hay dos sin tres" (2014) o "Atrapado en el tiempo" (1993) entre otras) pero desde luego mejor que bazofias como "Tú, yo y ahora... Dupree" (2006), "Date Movie" (2006) o "Separados" (2006) sí es. Digamos que es equiparable a "Amor ciego" (aquella de Jack Black de 2001 tiene una temática casi calcada, por cierto), "La proposición" (2009), "Como Dios" (2003) o "The Holiday" (2006). Y acaba mejorando a la cinta original gracias a una puesta en escena más elegante y a unas actuaciones más resueltas.

Lo mejor: Me quedo con...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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4
20 de septiembre de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este telefilm de Netflix dirigido por Joseph Kosinski ("Tron: Legacy" (2010), "Oblivion" (2013), "Top Gun: Maverick" (2022), "Héroes en el infierno" (2017)) nos presenta un suspense sci-fi en el que unos reclusos aceptan participar en un programa de ensayos de medicamentos en un complejo de lujo. Pero estos medicamentos son administrados por el pérfido villano de manual que encarna con gran solvencia Chris Hemsworth.

El planteamiento del film (basado en el relato corto del mismo nombre de George Saunders) no es desconocido para el aficionado de los futuros distópicos (ya sean en el papel o en el celuloide), con gente deshumanizada y experimentos poco éticos (y para muestras "Minority Report" (2002), "Gattaca" (1997), "Abre los ojos" (1997), "Ex Machina" (2014), "Eternal"(2015), "Divergente" (2014), "Blade Runner" (1982), "Trascendence" (2014), "Lucy" (2014), "Siete hermanas" (2017) y demás)... en especial si se ha leído o visionado la novela o el largo de "La naranja mecánica" que también presentaba a un indeseable sometido a experimentos médicos para lograr en él docilidad y servidumbre. Así que "Spiderhead" no descubre nada nuevo ni aporta dosis de originalidad y perspicacia a su relato. ¡Es más!, se trata de un argumento desarrollado de forma bastante sinóptica y básica ("La naranja mecánica" (1970) de Stanley Kubrick ya les adelanto que no es si se refiere a las vicisitudes y entrañas que muestra hacia sus personajes en el guion), que logra captar el interés dado que su premisa de experimentos futuristas con fármacos "milagrosos" resulta jugosa per se... pero que una vez comienza a desplegar su trama se evidencia como un film ciertamente esquemático, tópico, acotado y redundante. Con un malo muy malo (al que Hemsworth sabe dotar de cierto empaque, admito que me sorprendió pues siempre se ha mostrado limitado a nivel actoral), un protagonista (Miles Teller) constreñido a ser la rata de laboratorio atormentada, y unos secundarios que son arquetipos andantes vistos mil y una veces en el cine comercial más superficial (el interés romántico, el matón, el empleado con remordimientos. Sin ir más lejos, ese mismo año pueden intercambiar "Spiderhead" por "Jurassic World: Dominion" y se encontrarán con los mismos personajes con diferentes rostros) y con una sucesión de eventos que atraen por su planteamiento a ratos... y que a otros exasperan dada su repetición y estiramiento sin propósito amplio y maduro... pues tenemos un conjunto regulero.

Desde luego no estamos ante la quintaesencia del suspense futurista (eso se lo dejamos a "The Matrix" (1999), "Minority Report", "Abre los ojos", "La isla" (este largo comparte muchos de sus aspectos con la cinta de 2005, por cierto, pero no tiene las aristas y matices de aquella) "La naranja mecánica", "Interstellar" (2014), "AI: Inteligencia Artificial" (2001) o "Alien: El octavo pasajero" (1979)), aunque puede distraer hasta su hora de metraje (luego todo se torna anodino y pronosticable hasta el extremo) gracias a su planteamiento inicial y a su puesta en escena (pues no solo los actores solucionan con pericia sus papeles, la cámara de Kosisnki nos mantiene de forma espabilada y profusa por los acontecimientos ya sean estáticos y de acción (me gustaron especialmente ciertos contrapicados) y el diseño artístico inmaculado y ascético es confortable y en nada tiene que envidiar a largos como "Ex-Machina" o "La señal" (2015) en sus juegos de luces y cinematografía pulcra). Además la elección musical ensalza el devenir del relato... aunque tampoco haga milagros.

En fin, es otro producto de pasatiempo de Netflix de su línea habitual (es equiparable a "La vieja guardia" (2020) o "Campamento alienígena" (2019), aunque Amazon Prime tiene una cinta del mismo nivel como "La guerra del mañana" (2021)) solo recomendable a los muy incondicionales de los productos originales de la plataforma (pero no esperen un largo de la categoría de "Los dos Papas" (2019) o "Hillbilly" (2020)) o los tremendamente aficionados a todo producto que envuelva la ciencia-ficción o los futuros algo distópicos. El resto (incluso es moderadamente aficionado al cine sci-fi, como admito que es mi caso) no se pierde gran cosa sinceramente.

Lo mejor: Las actuaciones de Hemsworth y Teller.
Lo peor: La falta de tonalidades y cavilaciones de sus personajes (demasiado infantiles y monocromáticos para el gusto de cualquier espectador adulto).
Spark
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