Muy en la línea de la crítica social a la clase alta francesa que ejercía Chabrol en muchas de sus películas, Fitoussi monta un thriller con toques de humor ligero ocasional que funciona muy bien pese a una cierta lentitud en la narración en la parte central de la historia.

Sustentada sobre las interpretaciones potentes de Viard y Arbillot, la historia siempre interesa y se espera un giro en el desenlace que no acaba de suceder y que supone un plus en el seguimiento que el espectador hace de la película.

Diálogos inteligentes, una trama bien construida y una buena selección de actores hacen de esta película, elegante y muy francesa, una buena elección para refrescarse en las salas de cine estos días.

Vinterberg es siempre un director más que estimulante y aquí vuelve a la senda de las devastadoras y maravillosas LA CAZA o CELEBRACIÓN, más rotundas y atrevidas que la más convencional, pero también interesante, LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO.

Aquí vuelve sobre el tema de la decadencia de la sociedad danesa y, por ende, europea y occidental. Entre el drama y la tragedia, pero con trayectos asumibles por el espectador de la más pura comedia, Vinterberg nos retrata unos personajes con una vida asentada, acomodada incluso, en la que han perdido total o parcialmente los referentes. Pesa la familia, pesa la falta de objetivos, pesa la rutina. Todos los actores están magníficos pero hay que destacar, muy por encima de todos, a un excelso Mads Mikkelsen, parco en diálogos pero efectivo al 100 por 1000 en cuanto a gestualidad contenida, miradas y gestos lacónicos.

Toda la película es un tobogán agridulce que va llevándonos directamente a una sensación amarga, de pérdida y de no retorno que, no obstante, Vinterberg decide zanjar con una especie de canto a la vida que no es más que un resultado lógico, si nos paramos a pensar, de los hechos y situaciones que viven los protagonistas.

Sin caer en el manierismo ni en la demagogia fácil sobre un problema como es el alcoholismo o la depresión vital, el resultado es una película imprescindible, estimulante y muy amarga que hace que los espectadores salgan del cine hablando de ella, de los personajes y de sus motivaciones.

Clara favorita al Oscar a mejor película internacional, sin duda.

El debutante Florian Zeller traslada la obra teatral de la cual es autor al cine y lo hace de una forma brillante, apoyándose en dos pedazos de actores como Hopkins y Colman. Es difícil, según vas viendo la película, no acordarse de Haneke y su obra maestra AMAR. No solo por la temática, también por la elegancia a la hora de contar historias tan tristes, con incluso cierto grado de sordidez. Complicado no salir del cine abatido y pensando en alguien próximo, en un futuro incierto, en nosotros, en fin.

En el caso del papel masculino, estamos ante todo un regalo para alguien como Hopkins. Y lo aprovecha de manera magnífica, seguramente estemos ante una nominación al Oscar en este año tan atípico y maldito para el cine y para tantas otras cosas.

El guión y el montaje son muy buenos, seguramente han sabido combinar cine y teatro de tal forma que la película respira y no se ahoga entre las cuatro paredes que son el escenario. Y es que el verdadero guión es la historia que se nos cuenta desde el punto de vista de un anciano que ve como su memoria, y con ella su mundo, empiezan a derrumbarse. Colman sabe transmitir muy bien la angustia de aquella que ve alejarse a su ser querido y el miedo a la enfermedad ajena y al olvido.

Sin duda alguna, una buena película que merece mucho la pena ver y que tendrá un buen recorrido a la hora de recoger premios y honores.

La película trata sobre el proceso de investigación que la Iglesia marca para comprobar un caso de apariciones marianas en Francia. La intervención de un periodista no creyente, el sufrimiento de la supuesta joven que ve a la Virgen, la utilización de esta joven por diferentes sectores que se podrían beneficiar de esas apariciones. Lo mejor, la forma en que se nos muestra el procedimiento, la burocracia, extensa e intensa, que marca la Iglesia para estos casos. La rigurosidad, el pensar que siempre hay trampa, todo ellos está muy bien documentado. En cambio, la parte más dramática de la historia, los sentimientos de la joven, los personajes que la rodean, interesa mucho menos. La película acaba haciéndose larga y ni un contenido y eficaz Lindon es capaz de sostenerla hasta el final. El aburrimiento acaba embargando al espectador y el interés por lo que le ocurra al a joven decae totalmente.

Es un corto de 15 minutos que interesa desde el primero y que tiene su punto flaco en el final, abrupto y poco sorprendente. La protagonista, genial, así como el resto del reparto. Es triste pensar cuántos viven la misma situación que nuestra inútil de la historia, gente que no ha tenido suerte en encauzar un trabajo y una relación y se ve abocada a alcanzar y superar la treintena con el alma, el dinero y el presente de un adolescente. Un corto muy interesante y que te deja pensando en tu situación, en la de algún hijo o conocido. Eso a mí me basta y me sobra para apreciar el producto en lo que vale.