En el “slasher” parece estar todo visto ya, y hoy en día quizás lo más destacable sea la trilogía “reboot” de “La noche de Halloween”.
Pero esta película, para bien o para mal, no es más de lo mismo. Se ambienta en el mundillo del porno cutre de los años 70, lo cual no deja de ser curioso. Este equipo de filmación (el protagonista es un crack porque parece el único actor de esa película) se va a una casa de campo a territorio de “rednecks” y fundamentalismo cristiano, así que lo van a pasar bastante mal cuando les descubran.
Como el film es de la productora “A24”, le traen al pairo la corrección política, los clichés e incluso los cánones de la narrativa convencional. Y aun así, Ti West saca tiempo para homenajear a algunos clásicos del género, pero sin pasarse.
Pero aunque me haya gustado y entretenido, y tenga buena crítica en general, no dejo de verle ciertos defectos que paso a comentar. Por ejemplo, los ancianos son actores más jóvenes maquillados. No sé por qué han hecho esto así, pero la verdad es que se les notan un poco los postizos y las costuras. Creo que deberían haber elegido simplemente a intérpretes veteranos y habría estado mejor. Me imagino bien a Bruce Dern y Kathy Bates en esos papeles, por decir algunos actores que se me vienen a la cabeza.
Además, “X” tarda mucho en arrancar de verdad. La acción, por decirlo de alguna manera, empieza después de la mitad de su metraje, con lo cual se hace esperar.
Al final, resulta ser un film algo dificilillo de digerir para el gran público, y no tanto por el “gore” (lo tiene, pero tampoco es excesivamente fuerte), sino por su estilo independiente claro, que te deja con las ganas de que pasen más cosas, y que incorpora algunos momentos bastante marcianos que rompen la suspensión de incredulidad.
Con todo, se deja ver bastante bien hasta el final, imaginando quién vivirá y quién no, a pesar de los fallitos que he comentado. No deja de ser una propuesta inusual y entretenida.
Ahora, a ver si hay suerte y se distribuye en España la precuela, que ha pasado por Sitges. Esperemos que no tarde una década en llegar como le pasó a “Martyrs”.

Lo “retro” sigue muy de moda. El hecho de que los niños de los 80 sean hoy en día cuarentones, hace que tanto los creadores de películas, series y videojuegos, como su público potencial, quieran seguir explorando esta época a base de nostalgia. De hecho, hay toda una declaración de amor a esa década en los créditos finales.

Un estudio argentino nos trae esta aventura gráfica pixelada como antaño, de estilo “point and click” como en los viejos tiempos, con mucho sabor al primer “Monkey island”.

Va de tres chavales que encuentran a un alienígena muy malo escondido en el bosque que rodea a su pueblo. Como nadie les cree, se encargarán de tratar de cazarlo, con la ayuda de los habitantes del pueblo, que, por supuesto, ofrecen favores y objetos a cambio de conseguir otras cosas.

Disponemos, desde casi el principio, de un mapa para acceder a las diferentes zonas, que a su vez no son demasiado grandes. Pero eso es engañoso, porque más adelante la acción se desarrolla en 2 mapas y un escenario más.

En conjunto, sí que hay muchas cosas que probar e investigar yendo de acá para allá, así como personajes no jugadores. La dificultad es ajustada. No es demasiado fácil, pero a base de constancia, exploración y diálogo, se puede ir avanzando relativamente bien. Personalmente, me he atascado y buscado ayuda en tan solo dos situaciones muy concretas, que quizás con algo más de constancia las habría podido descubrir. En total me ha llevado unas 9 horas, pero se puede completar en mucho menos tiempo sin atranques.

Como no puede ser de otra manera, el juego está inundado de referencias a la cultura pop de los 80 y de buen humor, que es lo que hace especiales a este tipo de productos. Es de agradecer que incluya textos en español, a diferencia de algunas aventuras gráficas independientes y con buenas críticas que han salido también en este año.

Resulta una experiencia muy divertida (aunque personalmente creo que no tanto como para jugarlo más de una vez), pero está claramente orientado a los niños de los 80 y a los que crecimos con este género de videojuegos. Quizás los demás jugadores no lo puedan disfrutar de la misma forma.

Tras una larga campaña y tiempo de producción (detenido por la pandemia, por supuesto), llega la serie más cara de la historia, que pretende dejar una huella en el público, y que quizás lo logre, pero no como los creadores esperaban.

El dinero se nota. Tiene un diseño de producción brutal, lleno de localizaciones (menos reales y aún más virtuales que en las películas de Peter Jackson), edificios, paisajes (Númenor es increíble) y diferentes vestuarios y ambientación para cada raza. La dirección de fotografía y la realización son espectaculares. Y, algo que no se está diciendo mucho (me da la impresión), tiene una banda sonora de Bear McCreary, con tema principal de Howard Shore, que me parece impresionante. Visual y sonoramente, este trabajo es digno de ver. Aun diciendo todo esto, me parece infinitamente menos impactante que la saga de Peter Jackson, en este sentido y en todos los que queramos.

Fue salir el tráiler, y más ahora que ya está la serie estrenada, y propagarse un descomunal odio por internet, a nivel del coronavirus. Veamos cuáles son los puntos más polémicos mientras a la vez voy expresando mi opinión sin extremismo (o eso espero).

- Inclusión, “woke” y empoderamiento frente a la concepción del mundo de Tolkien:
Solo diré tres palabras: Me da igual.

- Falta de fidelidad a la obra de Tolkien:
Efectivamente, es cierto. Y eso que fuera de los libros principales de la Tierra Media, solo he leído “Los hijos de Húrin”. Si bien Peter Jackson añadió e inventó muchísimas cosas, creo que siempre lo hizo desde el respeto, y lo supo trasladar muy bien. En esta serie, al tener otro aire y estilo, no parece que estemos viendo algo que transcurra en el mismo mundo, a pesar de la diferencia de tiempo que la separa de “El hobbit” y que, lógicamente implicaría cambios de diseño. Además, la sensación que da es de que se lo están inventando prácticamente todo. Sin ser un exégeta del autor, ni muchísimo menos, no siento su espíritu. En eso estoy de acuerdo con las críticas.

- Personajes:
Solo puedo comparar con los que ya conocemos. Galadriel da el pego en la piel de la nueva actriz, al menos físicamente podría pasar por su versión joven. Ciertamente, aquí es mucho más guerrera que maga, pero sinceramente, no me voy a arrancar los pelos por ello.
El actor que hace de Elrond se parece a Hugo Weaving como un huevo a una castaña. Y su interpretación del personaje tampoco me lo recuerda.
Luego tenemos a Elendil e Isildur, que este último salía lo justo en la saga de películas, con lo cual tampoco podemos compararlo.
En cuanto a los nuevos, pues yo diría que no tienen el carisma necesario para empatizar con ellos y que nos importe lo más mínimo lo que les pase. El pueblo de los pelosos esos, tiene un aspecto y forma de vida un tanto ridícula. Nori no me cae muy mal, pero su trama es poco interesante. En cuanto al elfo “oscuro”, pues no me da ni frío ni calor.

- Ritmo:
Nadie lo puede negar. “Los anillos de poder” es una serie lenta en la que hay bastante más diálogo que aventura. A ratos se puede hacer pesada con sus capítulos de más de una hora en los que la trama principal avanza poco. Y ciertos pasajes de los episodios quinto al sexto, rozan incluso el aburrimiento, lo cual no me lo esperaba en la vida. Estoy seguro de que la pretensión es hacer muchas temporadas y llegar hasta la batalla del monte del destino, pero también puede ser un error estirar el chicle, porque si el público no responde (y la mayoría parece no estar satisfecho), esto se va a quedar a medias.
Con todo y con eso, no me parece una serie como para abandonar, al menos a nivel en general. Pero reconozco que me gustaría que pasaran más cosas interesantes en menos tiempo.

- Opinión generalizada:
Odiadores del mundo, sé que no estáis de acuerdo conmigo, pero la serie no es mala. Quizás lo sea, y mucho, para el que se esperaba algo al nivel de las películas de Peter Jackson, o para quienes esperaban un reflejo fiel de los textos de Tolkien. Eso no lo dudo. Pero, si nos pudiéramos quitar ese prejuicio de la cabeza (no sé cómo, pero yo he podido a durísimas penas), “Los anillos de poder” se deja ver. Para mí no es sobresaliente, ni siquiera notable, pero me entretiene. Que algunos la están poniendo a la altura de las telenovelas turcas, y para nada esto es así. De hecho, si no tuviera relación con el mundo de los anillos, seguramente otro gallo cantaría. El problema es que todos esos precedentes existen y no se pueden olvidar. Eso sí, Amazon ha triunfado en cuanto a audiencia. Una legión la odia, a una minoría nos gusta (aunque sea con moderación), pero todo bicho viviente la está viendo, que eso es lo que ellos quieren.
Lo que no entiendo es cómo hay tantos “haters” que aun así siguen viéndola hasta el final. Si una serie me parece un excremento putrefacto, la abandono por la mitad y no pierdo más tiempo con ella, pero la gente es masoquista y rara.

Mi conclusión:
Es una serie extraordinariamente bien hecha, que decepciona más o menos según lo que te esperes. Técnicamente es muy buena, y argumentalmente ofrece un entretenimiento moderado, muy por debajo de lo que cabría esperar, sí, pero no tan desastroso como algunos creen. Aunque me temo que eso no es incompatible con ser la decepción de la década, y que no se merezca más que un aprobado raspado, por desgracia.
Que una serie como esta sea una más del montón, no era de recibo. Es mediocre.

Una vez más vuelvo a picar con una película de Netflix que algo promete y que al final resulta ser bastante mala. Solo la he visto por Mila Kunis, una actriz que me parece buena pero que hay que reconocer que no tiene una gran carrera.
Es un drama intenso sobre una mujer de éxito, que por dentro está muy triste por traumas que arrastra del pasado, y que poco a poco iremos descubriendo en flashbacks y por su voz en off.
Puede que Kunis cumpla, pero esta película es un telefilm puro y duro. Es perfectamente compatible con las que emiten a la hora de la siesta los fines de semana ciertos canales de televisión.
Y no es porque no sea la alegría de la huerta y lo único que hagan prácticamente sea hablar, sino porque este drama personal no me ha llegado a interesar ni a entretener lo más mínimo. Su lento desarrollo es bastante aburrido.
Hay otras películas y series que tratan de estos traumas de forma más efectiva.
Es normal que Netflix saque películas como churros cuando son tan insulsas y flojas como esta. NO la recomiendo ni para verla planchando.

Tenemos aquí un thriller muy bien construido (incluso a pesar del tiempo transcurrido), con hermanos gemelos, un padre muerto y muchos secretos por descubrir. Desde el principio se juega con no saber bien todo lo que está pasando.
Pero la película es, sobre todo, una inquietante exploración del mal infantil, ya visto en películas anteriores como “La mala semilla”.
Está bien dirigida y narrada, manteniendo el interés del espectador hasta el final por descubrir todo el puzzle familiar.
Los niños hacen muy bien su papel, y eso que, curiosamente, la mayor parte del metraje solo parece mostrar el día a día de sus vacaciones veraniegas, pero por supuesto eso es solo la superficie y hay mucho que rascar.
Es una película muy interesante, y totalmente a descubrir, dentro de los thrillers y el terror con niños como eje central. Agradezco su descubrimiento a la sección “Cine club” del programa “Cuarto milenio”.