Da gusto encontrarse en el cine de hoy en día una historia de aventuras que no pretenda meter accion y comedia cuando no es necesario. Con un marcado toque clásico, la historia real de los viajes al Amazonas que realizó un militar inglés a principios del siglo XX consigue embullirte en la selva como lo hicieron "La costa de los mosquitos", "Aguirre, la cólera de Dios", "Holocausto Canibal" o "Apocalipsis now".

Vuelve el Almodóvar más comedido y melodramático con la historia de una mujer con la maternidad herida. Aunque la película empieza de manera un poco impostada tras una sencilla pero preciosa escena de sexo la trama coge carrerilla y nos adentramos en la vida de la Julieta del título. No será uno de sus grandes títulos pero sí de los que merece la pena ver.

La última serie de David Simon vuelve a demostrar que todavía late con fuerza el periodista que un día fue. No esperéis grandes misterios, ni melodramas, ni giros de guión, porque aquí tenemos un fiel retrato del mundo de la política y como afecta tanto a la gente de la calle como a los propios políticos. Casi como si de un documental se tratara esta historia real ayuda a comprender que en los pequeños gestos se pueden encontrar a los grandes héroes que intentan hacer la vida un poco mejor.

Los Odiosos ocho es Tarantino en estado puro, donde están presentes con más fuerza que nunca sus dos constantes cinematográficas: diálogos y violencia. El western calmado de su primera mitad da paso a una orgía de sangre en la segunda, pero sin perder el sentido del humor en ningún momento. En sus dos últimas películas Tarantino había reforzado tanto su marca que, aunque había conseguido escenas memorables, se había olvidado de conseguir un conjunto compacto, algo que no ocurre aquí, donde cada escena por separado está perfectamente integrada en la trama. Una vuelta al estupendo inicio de su carrera que fue Reservoir Dogs, encerrando en un lugar pequeño unos personajes genialmente interpretados por cada uno de los actores protagonistas. Divertimento en estado puro.

Visualmente impecable, todo un prodigio técnico que cuenta con algunas secuencias inolvidables. Tanto Leonardo Dicaprio como Tom Hardy están muy bien y la historia no está mal, típica del género. Sin embargo sufre el mismo mal que Gravity, y es que la odisea del protagonista se lleva a tal al extremo que acaba perdiendo credibilidad, y la parte emotiva de la película no llega al espectador como debería, salvo quizás en los momentos más violentos. ¿Merece la pena la verla en el cine? Desde luego. ¿Inolvidable? También. ¿Perfecta? Me temo que le queda para llegar a ese punto.