Luego de más de un año sin poder acceder a las salas, fui a ver “Mortal Kombat” para remover mis pecados cinéfilos. ¡Y cómo se disfrutó! La película tiene mil baches narrativos, pésimos diálogos y algunos guiños a los fans que dan vergüenza, pero al menos cumple en su factor entretenimiento y presenta batallas emocionantes.



La historia se inicia con una escena en el Japón Feudal que está excelente y demuestra que el novato director Simon McQuoid comprendió la esencia de la franquicia. Tras bambalinas estuvo James Wan produciendo y fue quien tuvo la excelente/horrible idea de contratar a actores más preparados para los golpes que para los diálogos.



Esto es un plus en la acción y una debilidad a nivel drama. Pero al menos hace que las peleas se sientan intensamente reales. “Mortal Kombat” no te da un segundo de respiro y, en este sentido, es adrenalina pura. El aspecto técnico está súper logrado: diseño de vestuarios, ambientación, efectos especiales. Donde flaquea es en la concepción de varios personajes.



Rayden, por ejemplo, es un pecho frío que parece estar leyendo la lista del súper cada vez que le toca participar. ¡Qué vuelva Christopher Lambert, por favor! Shang Tsung fue otro villano unidimensional cuya única tarea era decir, en voz alta, los nombres de los personajes que los fans ya conocemos y que a los nuevos ni les importan.



En el equipo de los buenos hay un trabajo decente con Sonya, Jax y el recientemente introducido Cole Young, que se luce con las coreografías de acción. Ninguno de ellos es Dustin Hoffman, aunque es más culpa de los guionistas que les dieron diálogos nefastos. Kano (Josh Lawson) es un MVP en todo este embrollo y me gustó bastante su rol en el equipo.



Otro gran acierto es el peleador y actor indonesio Joe Taslim, que saltó a la fama por “The Raid” (tremenda) y luego con obras como “The Night Comes for Us” de Netflix. Acá compone a un Sub-Zero brillante, que mete muchísimo miedo y representa las mejores secuencias de acción.



La primera hora de “Mortal Kombat” es súper prolija y llevadera. Sobre mitad de la película, todo comienza a irse al pasto bastante rápido. El argumento genera más preguntas que respuestas y, además, se introducen todavía más personajes que terminan siendo descartables. Que alguien me expliqué que catzo quisieron hacer con Kabal, porque me resultó muy fuera del registro.



No la tenés que pensar demasiado. “Mortal Kombat” (2021) es una de acción tan clase B como lo era la original de 1995. Como adaptación de videojuegos, tiene sus toneladas de fan service que, en esta oportunidad, son demasiado desprolijos y poco sutiles. El final está correcto, si bien demasiado abierto. Está claro que buscan llevarla a franquicia si los números acompañan.



La saga no ha tenido grandes adaptaciones en el pasado. “Mortal Kombat: Legacy” estuvo más que bien, pero es más un elseworld que algo canon. Las animadas como “Mortal Kombat Legends: Scorpion´s Revenge” (2020) son malazas. Este año al menos nos llegó una película rescatable que cumple lo que se propone, especialmente en el apartado técnico.

“Mujercitas” es una de esas obras atemporales que reciben tratamientos en distintos medios con bastante frecuencia. En cine, por ejemplo, ha tenido reinterpretaciones en 1933, 1949, 1978 y 1994. También hubo musicales, radio-teatros y hasta un animé en los años ´80.

Puede que sea difícil enganchar al público ya que se trata de una novela sin villanos o grandes conflictos reales (Jo se enoja con Amy y la ignora por unos días, por ejemplo), pero el material original es lo suficientemente amplio como para permitir seguir explorando cuestiones emocionales, éticas y psicológicas.

Acá es donde vemos el excelente trabajo de la directora Greta Gerwig, quien tomó una novela de más de 100 años y le dio algunos giros interesantes para apelar al público actual. Esto se ve particularmente a nivel narrativo, donde tenemos un interesante ida y vuelta entre pasado y presente que vuelve al guion un poco más sofisticado.

Desde los aspectos técnicos es impecable, destacándose tanto la reconstrucción del período histórico como la ambientación, musicalización y vestuarios. Está realmente bien la química entre las hermanas, siendo Jo (la protagonista de “Ladybird”, Saoirse Ronan) y Amy (Florence Pugh) las que destacan en especial. Emma Watson y Eliza Scanlen cumplen, aunque sus roles son más chiquitos.

La dinámica entre las cuatro es hiperkinética, recordando a series modernas como “Gilmore Girls” donde todos los personajes hablan rápido y casi al mismo tiempo. El fuerte de la película se encuentra en la relación entre ellas y también con su madre (una sólida Laura Dern) y el picarón de Timothée Chalamet, con quien se da un triángulo amoroso atípico.

En mi caso era mi primer encuentro con esta historia. No leí la novela –pese a que el libro estuvo siempre en casa– ni miré la versión de 1994 que, según se dice, es superior. A mí me pareció una película muy bella por donde se la mire y la disfruté mucho pese a que no es el tipo de cine con el que más conecto.

Festejo lo llevadera que es –por momentos cómica, por momentos triste– siendo que otros dramas de época destinados al público femenino (generalmente con actrices onda Keira Knightley protagonizando) tienden a ser un embole melodramático. Éste, por fortuna, no es el caso.

==> CONCLUSIÓN: Gerwig construye un relato de época que se disfruta gracias a una gran dirección de actores y una narración atractiva que demanda del espectador que se mantenga despierto todo el tiempo. <==

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Tenía “The Banshees of Inisherin” entre mis pendientes incluso antes de convertirse en una de las grandes favoritas de la Academia. ¿La razón? Martin McDonagh. Se trata del cuarto largometraje de este director y sus tres obras anteriores (“En Brujas”, “Siete psicópatas” y, especialmente, “Tres anuncios por un crimen”) son absolutamente maravillosas.

Con esta película me emocioné de una forma muy inesperada porque conecté de manera personal con el conflicto que tiene Colin Farrell. Yo también tuve un amigo que –de un día para otro– decidió que no quería verme nunca más. Curiosamente, él también perdió un dedo hace poco… aunque de una forma mucho más mundana que el personaje de Brendan Gleeson

Ficcionalicé aquella historia en un relato (“Desgracias imperceptibles”) que ya tiene su capítulo en el podcast. En fin, esos locos paralelismos con “The Banshees of Inisherin” hicieron que mi disfrute de la película sea alto, sumando que las actuaciones son espectaculares y la mitología por detrás es fascinante.

De todas maneras, vale aclarar que no es una película fácil de digerir. Una barrera, por ejemplo, es el inglés tan enredado (y de la época) que hablan todos en la isla de Inisherin. Tengo un muy buen nivel de inglés y, aún con subtítulos incluidos, me costaba entender lo que decían. El ritmo es también un tanto parsimonioso… es casi un thriller cocido a fuego lento.

En este sentido, esta obra recuerda muchísimo al cine de Ingmar Bergman, por la puesta escena teatral, el foco en temáticas existencialistas y la ambientación tanto en islas como en espacios abiertos. Pienso, por ejemplo, en obras como “Through a Glass Darkly” (1961) o “Persona” (1966), que las siento muy vinculadas espiritualmente a “The Banshees of Inisherin”.

El conflicto en sí es muy directo y va escalando de formas siniestras. Es verdad que el desenlace tan ambiguo puede no satisfacer a todo el mundo, aunque el recorrido hasta llegar ahí para mí es impecable.

“The Banshees of Inisherin” es una mezcla idiosincrásica de comedia negra, tristeza y, sobre todo, soledad, interpretada por cuatro de los mejores actores del 2022. Los cuatro intérpretes principales están nominados a los Oscars y es recontra merecido porque están todos muy bien, cada uno a su modo. Por cierto, ¿se dieron cuenta de que Kerry Condon era la hija política de Mike en “Better Call Saul”?

Un aspecto loco del relato es que no podés ponerte de un lado ni del otro en esta “guerra civil” entre amigos. Al principio me identificaba con el personaje de Gleeson porque me sentía como él. La vida es demasiado corta como para malgastarla en relaciones que no agregan valor. Pero a medida que su comportamiento se vuelve más y más extremo, te pasás al lado de Farrel. Y así vas pivoteando de un lugar a otro.

Si bien está ambientada en la década de 1920, se siente como una película inspirada en el aislamiento y la soledad provocados por una pandemia global. Con todo esto, parecería que se trata de una experiencia súper deprimente, ¿pero mencioné que es también muy divertida? Divertida al estilo de Martin McDonagh, sin duda, pero te va a hacer reír si comprás su ambiente particular.

==> CONCLUSIÓN: Mitad comedia negra, mitad drama existencialista, “The Banshees of Inisherin” es tan interesante como diferente. Sin dudas es de lo mejor que ofreció 2022 y merece tanto elogios comerciales como de la crítica. <==

#BonusTrack: mis 15 películas favoritas de 2022.

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Rendir homenaje a los clásicos es efectivo cuando se mantiene un delicado equilibro entre apreciación y apropiación. Es muy complicado distinguir la línea entre inspiración y choreo, y cruzar ciertos límites requiere moderación.

En un momento de “A Classic Horror Story”, un personaje brinda un monólogo sobre Italia no teniendo una cultura para las películas de terror y bla bla bla, lo cual intentaba ser original pero terminó siendo poco sutil y pretencioso (siendo que el país realmente fue uno de los más influyentes en el género con su cine giallo).

Esto es un poco lo que me pasó con esta propuesta de terror. Sentí que te tira todo a la pared para ver qué cosita pega. Hay algo de “Cabin in the Woods”, un poco de “Midsommar”, “The Wicker Man” y muchas otras tantas referencias. El resultado es una experiencia extraña y un poco inconexa.

La película es súper atractiva desde lo visual y te engancha desde el minuto cero. Algunos giros argumentales, en los últimos 20 o 30 minutos, son bastante sorprendentes, gusten más o menos. Pero al final del día te queda una historia con mensajes confusos.

El guionista y director Roberto De Feo comienza con una configuración típica que emula a “Texas Chainsaw Massacre”, tanto en estilo visual como en trama.

La película comienza fuerte y te atrae con un misterio lleno de posibilidades. Las imágenes en tonos sepia de una carretera de cinco personas que se adentran en un territorio rural, sin saber que pronto entrarán en conflicto con un culto asesino.

Por desgracia, algunas decisiones sobre el final descartan el potencial para algo diferente. Esto hace que sea difícil de calificar “A Classic Horror Story”. A pesar de que uno va viendo elementos de otras películas que los realizadores no se preocuparon en disfrazar, la cinta te va atrapando gracias a la opresión del entorno natural.

Los personajes, si bien no cuentan con un gran desarrollo que permita empatizar más con ellos, logran despertar (unos más que otros) un mínimo de sentimiento de preocupación por lo que le ofrecerán sus inciertos destinos. Entre el reparto, quien más destaca es la protagonista Matilda Anna Ingrid Lutz.

El tema es que, cuando comienzan a llegar algunas explicaciones del misterio, el velo de intriga se cae y se genera un mix de momentos entre violentos, divertidos y ridículos. Curiosamente, el final es muy tarantinesco (quizás otro guiño más).

==> CONCLUSIÓN: El meta-horror se ha hecho antes y de manera más eficiente. Pese a ser muy llevadera, esta aventura italiana tiene poco para decir sobre los dispositivos narrativos, las convenciones y las deficiencias del género. <==

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“Close” es una producción belga que se candidateaba como una de las favoritas para los premios de la academia. El galardón a “Mejor Película Extranjera” finalmente se lo llevó la alemana “All Quiet On The Western Front” (que todavía no pude ver). Tampoco pudo ser para “Argentina 1985”.

La cuestión es que “Close” es un relato crudo y honesto sobre la amistad, la pérdida de la inocencia y el pasaje hacia la adultez. El director Lukas Dhont trabaja con sutileza temas muy delicados que no pienso spoiler en esta breve reseña. Sí decirles que la historia es muy trágica y, casi inevitablemente, te va a hacer lagrimear bastante.

No conozco tantas obras que trabajen la amistad masculina. Sí hay un montón de películas sobre “amigos”, pero no tanto sobre lo que significa esa amistad desde el afecto y la necesidad de pasar tiempo juntos. En este sentido, este primer trabajo actoral que hacen los dos niños (Eden Dambrine como Léo y Gustav de Waele como Rémi) es realmente excepcional.

En sí la historia no es nada nuevo. Lo que me gustó es que los protagonistas están en un instituto europeo y rural, donde no hay autos descapotables o animadoras con faldas cortas. En este sentido, se siente real porque los chicos andan en bicicleta y juegan al fútbol en los recreos. Ayuda a empatizar.

Es un relato poco convencional porque faltan muchos detalles en lo que respecta a los eventos que vemos en pantalla. Incluso, al finalizar quedan muchas preguntas sin respuesta. Pero las emociones son vívidas y extremadamente detalladas. Es una película tan triste como provocativa.

En los aspectos técnicos, el diseño de sonido y la fotografía también están a la altura. La historia principal toca algunas notas emocionales reales. Imposible no sensibilizarse con las muchas escenas poderosas que se presentan, como dos peleas de los chicos y una incómoda cena familiar. Varios momentos me llegaron muy de cerca por algunas situaciones personales que he vivido.

Por cierto, es muy interesante la manera en la que funde forma y contenido. El título “Close” obviamente tiene que ver con la cercanía de estos dos amigos. Al mismo tiempo, gran parte del metraje está compuesto de primeros planos, hasta el punto de pensar que quizás título sea un homenaje a la técnica del close-up.

“Close” es, quizás, una de las pocas películas que exponen, de manera acertada, una historia de amor platónico. La fascinante ambigüedad es la mayor fortaleza de esta experiencia cinematográfica.

Por cierto, por si nos las vieron les recomiendo otro puñado de obras provenientes de Bélgica: tenemos el excelente thriller “Loft” (2008), el gran drama sci-fi existencialista “Mr. Nobody” (2009) y la tremenda “Ben X” (2007), que tiene algunos temas en común con “Close”.

==>> “Close” es una historia conmovedora, poderosa y trágica. Eso sí, hay que tener cierto mood para sentarse a verla porque te baja todas las barreras. Definitivamente una película que deja una impresión muy fuerte. <<==

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